Les ofrecemos tres entrevistas a la subdirectora y primera bailarina del mítico Ballet Nacional de Cuba Viengsay Valdés: ABC, El Mundo y EFE.


Viengsay Valdés: "En Cuba los niños se alistan al ballet como en España al fútbol"

SILVIA MORENO - EL MUNDO

Viengsay Valdés. La Habana, 1976. La subdirectora y primera bailarina del mítico Ballet Nacional de Cuba está de gira con la compañía estos días con 'La Cenicienta'. Actuán en Granada el 14 de junio; en Sevilla, el 16; y en Madrid, entre el 26 y el 30 de junio.

Menuda responsabilidad tomar el relevo de la legendaria Alicia Alonso en el Ballet Nacional de Cuba.
Ella sigue siendo la directora general y yo me ocupo de la subdirección artística. Es una gran responsabilidad, pero con todo el honor y el orgullo de pertenecer al Ballet Nacional de Cuba. Siento un gran respeto por ese gran legado histórico de sus fundadores. Hay que preservarlo, pero también debemos actualizarnos a nivel internacional. Nuestra escuela cubana de ballet ha generado bailarines que han sido estrellas mundiales; algunos se han ido a otras compañías, pero han sido formados en Cuba. Tenemos más de 700 obras en nuestro repertorio, incluyendo los grandes clásicos. Uno de mis propósitos es proyectar a la compañía, actualizándola con las últimas tendencias.
¿A cuánto ha renunciado por estar en lo más alto?
A nada he renunciado porque he tenido la suerte de ser querida en mi propio país, crecer en mi propio país, triunfar y volver a mi tierra. Pocos artistas en el mundo pueden triunfar fuera y ser reconocidos en su país.
¿Qué alimenta a una bailarina?
La ambición por la perfección; no te puedes relajar, tienes que tener la inquietud de buscar la perfección.
¿En todas las facetas de la vida?
Soy muy exigente en lo profesional, está claro, y espero serlo también como directora de la compañía. Es importante tener esa voluntad y esa constancia en el trabajo para lograr se alguien. Es algo que te tienes que proponer.
¿Lo de las dietas severas es leyenda urbana o real como la vida misma?
Sí, hay un momento en el que hay que hacer unas dietas severas durante el desarrollo de las muchachas, pero uno debe alimentarse muy bien ante el enorme desgaste físico. Debemos tener una dieta equilibrada y saber administrarse para que no estés restando energías de tu organismo. La dieta es severa en algún momento, pero no dejas de alimentarte, hidratarte... porque se suda mucho y en Cuba, más.
La disciplina y el entrenamiento son fundamentales para un bailarín. ¿Casi como un deportista de élite?
Así es. Yo hago ejercicios aparte extra porque es una forma de prevenir las lesiones. Te aporta fortaleza para dominar los músculos. Esto hay que hacerlo de por vida. Así se alarga la carrera y se evitan las lesiones.PUBLICIDADinRead invented by Teads
¿Cuántas horas al día practica?
Empezamos a las 9 de la mañana, tenemos una hora para el almuerzo y luego seguimos hasta las 5 y media de la tarde. Es intenso. Dependiendo de los ballets, hay días que pueden ser menos horas o más.
La preparación mental será también intensa.
Sí, ahora que soy primera bailarina y estoy dirigiendo, hay un el momento del día que es más burocrático y tengo que decidir programaciones, temporadas, ensayos, qué ballet vamos a interpretar en cada parte del año, elencos, si necesitamos zapatillas... Debo tomar todo tipo de decisiones y además bailar y estar concentrada.
Las escuelas de ballet cubanas están subvencionadas por el Estado y ofrecen formación gratis. ¿Cómo son?
En Cuba una de las grandes preocupaciones del país y del gobierno siempre ha sido la cultura. La cultura cubana está muy desarrollada porque tiene un apoyo incondicional del Estado. Son gratuitas todas las artes plásticas: la música, el ballet, la danza... así nacen y nacen artistas como flores. La cultura es muy accesible al pueblo. Una entrada al ballet cuesta un dólar. Cualquiera que pase delante del teatro, hasta el más humilde, puede ver al Ballet Nacional de Cuba, reconocido en todo el mundo. Eso permite tener un país muy avanzado culturalmente.
¿Por qué es tan importante el ballet en Cuba?
Sus fundadores, Alicia y Fernando Alonso, masificaron la compañía en La Habana y también se dedicaron a viajar por toda la isla. Actuaron en teatros, pero también en una granja, en un pequeño teatrico, en un estadio... Ellos masificaron el arte del ballet. En Cuba todos conocen el ballet y los niños se alistan a él, como hacen los niños de España con el fútbol. Es algo de lo que los padres están orgullosos; no existe ese machismo y se alistan miles de niños al año.
El bailarín Baldo Ruiz me comentaba en una entrevista que en España hay muy pocos hombres dedicados al baile porque no se ve como una actividad "para machos". En Cuba no es así.
No, no es así. Existió en algún momento ese tabú, pero actualmente y desde hace muchos años el ballet es algo de lo que están orgullosos.
¿Cuál es el sello característico del ballet cubano?
A partir de un estudio que hizo Fernando Alonso sobre la fisonomía del cubano y tomando como modelo a Alicia Alonso, se cambió la forma de hacer los pasos. Le dimos la musicalidad, que es algo muy innato de los cubanos; llevamos el ritmo en la sangre. Se caracteriza también por la sensualidad de la mujer, la virilidad del hombre y esa química de la pareja. Los altos saltos de los chicos, por su potencia muscular, y los giros los bailarines.
Cuenta con un sinfín de premios y fue incluida entre las mejores bailarinas del mundo en la lista de la revista 'Dance Europe'.
Sí, la sexta mejor del mundo y la primera de Latinoamérica. Para mí es un orgullo representar a Cuba, esa pequeña isla, y en cada gira internacional llevar a la escuela cubana de ballet como un estandarte.
En el cine, las actrices se quejan de que ganan menos que sus compañeros varones. ¿Y en el ballet?
En Cuba, los chicos ganan lo mismo que las chicas. Es exactamente lo mismo.
Creía que no era así. En el ballet la figura más reconocida suele ser la mujer.
No, eso ha ido evolucionando, y el hombre tiene tanto protagonismo como la mujer y, según la coreografía, incluso más. Van muy a la par y en cuenta a pagos, igual.
Su padre fue embajador de Cuba en países como Laos o Seychelles. ¿Cómo lo recuerda?
Volví a Laos en 2004 y en 2016 para bailar. Ellos están muy orgullosos de mí y del renombre internacional que les di [su nombre, Viengsay, significa victoria en laosiano].
Ha sido artista invitada con algunas de las compañías más prestigiosas del mundo, como el Ballet Mariinski, el ballet del Teatro Bolshoi o The Washington Ballet.
El más especial de todos fue el Ballet Mariinski. Actuar en San Petersburgo, por donde pasaron bailarines que fueron icónicos en su época y no hubo casi ninguno cubano, salvo Alicia Alonso... me sentí muy emocionada.
El régimen cubano ha obligado a muchos compatriotas suyos a exiliarse del país.
La palabra no es obligado. Muchos se han ido por decisiones propias porque han querido buscar nuevas metas. Muchos bailarines, algunos 'parteners' míos se han ido, pero han sido decisiones personales. No hay nada político que les haya obligado; ellos han decido hacerlo y se debe respetar el camino que cada persona decide tomar. No es obligatorio estar en un lugar y tampoco estamos obligados a irnos.
Pero mucha gente lo ha vivido como una opresión y por eso se ha marchado.
Quizá sí, hay personas que no están de acuerdo y deciden irse, pero son decisiones personales.
Desde 2007 al menos 35 bailarines han solicitado asilo en Estados Unidos y otros países, según denunció en 2014 el director artístico del Ballet Clásico Cubano de Miami, Pedro Pablo Peña.
Son decisiones personales, decidieron irse, y sucedió. No critiquemos ni alabemos. Fueron muchos bailarines, pero tenemos una escuela en la que nos entran cada año entre 15 y 20 bailarines; esa es la gran suerte que tenemos.
¿Es cierto que los funcionarios cubanos que les acompañan en las giras internacionales les retienen el pasaporte para evitar que se queden en los países en los que actúan?
No.
Eso lo denunció también Pedro Pablo Peña.
Los mismos comentarios negativos son de la misma persona. Eso quizá ocurrió en una época, hace muchos años, por restricciones que había, pero eso está ya obsoleto. Pasó hace mucho tiempo.
¿Por qué se quedó en Cuba pudiendo estar en otras compañías seguramente mejor pagada?
Es por la satisfacción de volver a mi país, donde tengo a mi familia, mi esposo, mi compañía... Me siento bien recibida y bien querida; eso es impagable. Si hubiera estado encerrada... pero tengo la oportunidad de viajar al mundo y seguir promocionarlo lo que hago. Puedo crecer profesionalmente a nivel internacional y volver a mi querida Cuba.

 

Viengsay Valdés: «En Cuba no existe el tabú de que el Ballet no es para hombres»

Marta Carrasco - ABC

Parecía que el momento no llegaría nunca pero el almanaque es implacable y la mítica Alicia Alonso después de una larguísima carrera, vive casi retirada en la Habana mientras el Ballet Nacional de Cuba continúa su andadura, pero esta vez bajo la batuta de su actual subdirectora, Viengsay Valdés (la Habana, 1976), que fuera alumna y luego bailarina del elenco cubano.

El día 16 en el Cartuja Center Cite presentan «La Cenicienta» basada en el cuento de Perrault, con coreografía del maestro cubano, Pedro Consuegra y la música de Johan Strauss hijo. Viengsay Valdés es hija de un diplomático, su nombre significa Victoria en laosiano. Fue declarada por Dance Europe la primera bailarina latinoamericana y sexta del mundo.

¿Desde cuanto lleva las riendas del Ballet Nacional de Cuba?

Desde enero de este año ostento la responsabilidad del Ballet. Ahora bailo, me preocupo del repertorio, de los bailarines...Hace poco estuve en Nueva York tomando contacto con el American Ballet y el New York City Ballet, y la compañía de Paul Taylor, y además he cerrado un contrato con Alexei Ratmansky, que después de nueve años nos va a dar una de sus obras que estrenaremos el próximo noviembre.

¿El bailarín cubano está preparado para los clásicos, ¿podría también bailar Forsythe, Kylian…?

Tenemos bailarines excelentes, y se pueden adaptar perfectamente. Lo único de esos nombres son los derechos de autor que son muy caros y difíciles de obtener. Ahora trabajo con otros nombres que son muy buenos, pero más accesibles, como Justin Peck, o Kyle Abraham, que trabaja para Paul Taylor, y va a hacer una pieza para nosotros.

Antonio Gades trabajó con ustedes, ¿aún lo recuerdan?

Yo he bailado «Bodas de Sangre», aunque por edad no lo conocí, y es una obra que está en nuestro repertorio y en cualquier momento se vuelve a poner. Se ha bailado mucho en nuestra compañía y es muy interesante. Es otro estilo y eso enriquece.

Se ha parado la emigración de bailarines cubanos hacia otros países?

La suerte es que siempre tenemos la escuela y nos entran muchísimos bailarines, de quince a veinte cada año, y lo otro es preparar a nuevas figuras y si se van algunos para que puedan emerger más rápido.

¿Cuál es el secreto para que en Cuba bailen tantos hombres?

Que no hay ese tabú de que el ballet no es para hombres, ése es el secreto. Es un arte popular y asequible, e incluso los padres están orgullosos que sus hijos sean bailarines, porque consideran que es una carrera donde se desarrollan como personas y como artistas, y finalmente no sólo aceptan esta situación, sino que ya forma parte de nuestra cultura.

En Cuba, cuando un bailarín deja de bailar, ¿a qué se dedica?

Muchos se dedican a la enseñanza en el Instituto Superior del Arte y siempre hay una vía de continuar con su trabajo. Era uno de los principios de Fernando Alonso, él lo hizo con las Cuatro Joyas (míticas bailarinas cubanas), Loipa Araújo, Aurora Bosch, Josefina Méndez y Mirta Plá, ellas tenían 17 o 18 años y ya impartían clase. Todos nuestros maestros son cubanos, pero tengo intención de invitar a profesores de otros países. De hecho tendremos a final de año a Julio Bocca, quiero que haya nuevos aires y que los bailarines tengan la posibilidad de conocer otros creadores.

Dani Hernández: «Mi papel preferido es el Escamillo de Carmen»

Dani Hernández es primer bailarín del Ballet de Cuba y ha interpretado a todos los príncipes de los ballets clásicos. Un día descubrió un personaje un poco más turbador, Escamillo de «Carmen» y quedó prendado, «confieso que me marcó totalmente». Empezó a bailar con 9 años, aunque su padre no estaba muy convencido, «pero mi madre y mi abuela me apoyaron. Luego mi padre se dió cuenta de lo que era esta carrera». Casado con otra bailarina del elenco cubano, acaba de ser padre y «no sé si quiero que mi hija sea bailarina. Es una hermosa profesión, pero dura». En la Escuela se formó como bailarín y como persona, y recuerda con cariño la figura de su maestro, Fernando Alonso.

 

Viengsay Valdés asume con "responsabilidad y respeto" relevar a Alicia Alonso

EFE

La primera bailarina y subdirectora artística del Ballet Nacional de Cuba, Viengsay Valdés, afronta el reto de relevar a la legendaria Alicia Alonso, actual directora general de la compañía, con gran "responsabilidad" y con la intención de "respetar el legado histórico" pero también aportando "aires frescos".

A los nueve años iniciaba su andadura en el mundo de la danza y a los doce se proponía llegar a ser primera bailarina. Un reto logrado gracias a su "constancia" y "exigencia", al que ahora se añade el de tomar el testigo de manos de Alicia Alonso.

Este domingo la compañía visita la capital navarra para interpretar 'La Cenicienta', un ballet en dos actos basado en el cuento universal pero llevado a la danza clásica, con toques de humor y mucha pantomima.

En una entrevista con Efe, la "fiel seguidora" y pupila de Alonso asegura tener "la fuerza necesaria" para compaginar la subdirección de la compañía con ser primera bailarina.

Aunque responsabilizarse de ambos cargos "demanda mucha energía", Valdés lo afronta con la ilusión de quien disfruta lo que hace.

P: ¿Qué supone ser la heredera de Alicia Alonso?

R: Es una gran responsabilidad. He estado en la compañía 25 años, conozco muy bien el funcionamiento y he trabajado directamente con ella. Aunque esté ocupando esta posición, el respetar el legado histórico es una de mis prioridades, además de aportar aires frescos en el sentido de repertorio y otros proyectos futuros con coreógrafos que vengan a trabajar con nuestra compañía.

P: ¿Cómo afronta este reto?

R: Es bastante intenso mi día por la gran responsabilidad, por el hecho de que quiero que todo salga bien: quiero mantener ese nivel para que la calidad técnica y artística de nuestros bailarines esté al nivel de los primeros ballets del mundo. Si como bailarina me autoexijo mucho y soy muy seria en mi trabajo, espero serlo también como subdirectora porque es así como uno logra esa calidad y ese buen resultado en escena.

P: Es una bailarina reconocida internacionalmente. ¿Qué se siente al ser una de las figuras más destacadas del mundo de la danza?

R: Ha sido un trabajo muy intenso, soy muy constante. Para recibir ese reconocimiento internacional hay que trabajar muchísimo, hay que ser muy dedicado, es una carrera muy sacrificada. Todo está en el empeño, en la voluntad.

P: ¿Cuál cree que ha sido la clave de su éxito?

R: Ha sido la constancia, el ser muy consciente en el trabajo, siendo exigente, estando muy atenta a los detalles. Es importante mantenerse físicamente y mantenerse en los escenarios, crecer, buscar la perfección de los pasos y de la técnica y, luego, simplemente disfrutar con lo que haces.

P: ¿Qué personajes han sido sus mayores desafíos a lo largo de su carrera artística?

R: Todos conllevan un desafío, la preparación de un personaje requiere mucha interiorización, estudio, sentir cada estado anímico que tiene ese personaje. Todos en sí son complejos y deben ser estudiados con la mayor intensidad para llegar a ser muy convincente en escena. Debes sentirlo para luego interpretarlo, debes creerlo, si no, no llegaría a la audiencia.

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