Lisandra, ¡una guerrera!

Joel García, Irene Pérez - Cubadebate

Un monumento de coraje y valor levantó Lisandra Guerra en el bello velódromo de esta ciudad. Su plata en el keirin debe ser recordada por el espectacular sprint en los últimos 120 metros, pero también por el honor de haberlo hecho sin una competencia internacional desde hace 12 meses y por la valentía de hacerlo frente a las mejores del continente, entre las que están varias jerarcas del mundo en esa especialidad.

No escondió entonces sus ganas de gritar que era la medalla más importante de su vida, por encima incluso de sus títulos mundiales o los diplomas olímpicos. Lloró cuando dedicó ese resultado a su hijo Thiago, a los compañeros de equipo, al entrenador inicial Florencio Pérez y a su actual preparador Francisco Leguén. Y lo más significativo, nunca se justificó con los obstáculos y barbaridades vividas para llegar hasta aquí y hacer la proeza que otros con más recursos no lograron.

Lisandra es de las guerreras más encumbras del ciclismo cubano y continental, pero no por sus más de 30 medallas panamericanas y récords impuestos, sino por esa actitud de amar la velocidad sobre una bicicleta con la misma pasión que dejó a Thiago enfermo y enrumbó hacia Lima, para regalarle una medicina más efectiva: verla en la televisión y que él pudiera gritar: “dale mamá, gana, gana…”.

Su sueño olímpico ya no es igual. Tokio está lejos, por el sacrificio que debiera hacer para su clasificación en una especialidad donde los años no pasan por gusto. Sin embargo, ella merece hoy el reconocimiento de un país entero, porque puso sobre la pista su apellido, lo defendió a puro “riñón” y cuando en la noche volvió a sonreír en su cama encontró el mensaje más tierno en su celular:

“Mamá, te vi, estoy curado, te quiero mucho, Thiago”.

Lisandra Guerra dijo: No sé por dónde empezar… ante tantas muestras de cariño que he recibido a través de las redes sociales, después de haber alcanzado la medalla el día 2 de agosto. No quiero hacer esta publicación extensiva, creo que no me alcanzarían las palabras ni las páginas para todo lo que quisiera dejar plasmado aquí. Solo agradecerles de todo corazón sus palabras, su apoyo, sus muestras de cariño, pues valen mucho… No saben cuánto. Mi hijo, mi Cuba, mi gente… Colón, no duden ni un segundo que no los lleve conmigo en cada pedalada, en cada momento que me subí a esa pista, ustedes siempre estuvieron presente… Entonces, por eso y mucho más, gracias a los que confiaron y también a los que no, mi corazón es tan grande, y mi hijo Thiago me ha hecho más humana y tan feliz, que en él no hay cabida para crueles sentimientos, como el odio o el rencor. Los quiero siempre. Llegue a mi Cuba querida el más grande abrazo de todos, de parte de esta humilde servidora.

Voleibol masculino de Lima 2019: Felices con la victoria, sorprendidos por su contundencia

István Ojeda Bello

Aquel apretón que le dio Eduardo Loh Lucas al balón a la altura de segundo set sería el mejor modo de reflejar la frustración brasileña al verse superados en toda regla por Cuba en las semifinales del voleibol masculino de estos XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019.

Los parciales del encuentro son claros: 25-16, 25-22 y 25-21. Los nuestros fueron mejores que los cariocas que se vieron, sobre todo, erráticos en el servicio y en el ataque en momentos claves del partido. Diríamos que se invirtieron los papeles si nos atenemos a la historia reciente de los enfrentamientos Cuba-Brasil. De hecho, los sudamericanos no perdían con los de la Mayor de las Anillas en este tipo de certámenes desde Guadalajara 2011.

Hoy fueron los cubanos los que no flaquearon en los momentos decisivos, los que no perdieron la concentración cuando el rival lograba dos puntos consecutivos o los que conservaron la calma cuando la victoria parcial o definitiva estaba cerca. El ataque antillano estuvo repartido entre Osniel Melgarejo, (17 puntos), Miguel López Castro (12) y Marlon Yant (10)

En las postrimerías de los anteriores juegos, sobre todo ante Puerto Rico, a Cuba le costó terminar la tarea ¿Qué cambió hoy? Así respondió el técnico Nicolás Vives:

“Este es un grupo muy joven y la ansiedad por hacerlo bien los lleva a cometer errores. Hoy mantuvimos la diferencia en el marcador y la concentración. Insistimos mucho en que había que jugar tranquilos. El grupo marcha bien y lo más importante es que mañana estamos discutiendo el campeonato”.

Esta vez fueron los brasileños a quienes se le vio fallando en reiteradas ocasiones en el saque, errando en el ataque cuando el contrario perdía el ritmo o siendo incapaces de conservar el ímpetu ofensivo más allá del primer tiempo técnico en cada set. Apenas Carlos Barreto Silva tuvo dobles dígitos en el ataque sudamericanos. Es cierto que este no es la selección plagada de primeras figuras de otros años, pero sabiendo la calidad natural de la liga brasileña más de uno no se hubiese asombrado si el resultado hubiese sido otro.

La confianza en nuestro equipo nos obligada a soñar con esta victoria que ciertamente se logró de un modo en que, ni los vencedores esperaban. “Nos preparamos para un partido largo, pero salió en tres sets”, comentó Vives, más tarde.

Los expertos esperaban que fueran otros equipos cubanos los que avanzaran más y eventualmente discutieran el título en sus respectivos torneos aquí en Lima. Y ¡mire usted! han sido los voleibolistas los que han sacado la cara por los deportes colectivos a los que Cuba trajo representantes a la capital peruana. Eso merece todo el encomio, sea cual sea el resultado de la final del domingo contra Argentina.

Oro y Bronce para Cuba en Mundial Juvenil de Canotaje

Antonio Díaz Susavila

Los cubanos José Ramón Pelier y Yarisleidis Cirilo conquistaron el viernes oro y bronce, respectivamente, en el Campeonato Mundial Juvenil de Canotaje con asiento en Pitesti, Rumanía, hasta el domingo venidero.

El también monarca de la copa del orbe de Poznan 2019 entre mayores confirmó su valía planetaria en la modalidad C1 a mil metros al cronometrar 4:06.947 minutos, escoltado por el checo Jiri Minarik (4:11.509) y el alemán Florian Koeppen (4:12.132).

El antillano entró en la línea de meta de la presa de Budeasa, en el río Arges, con diferencia de +4.562 segundos de su más cercano perseguidor, algo así como bote y medio por delante.

Natural de Baracoa, en la provincia de Guantánamo, la estrella naciente de las paletadas había liderado este viernes la primera semifinal con crono de 4:08.986 minutos.

Tras sus resultados este año, el mimado del Río Yumurí sale como uno de los favoritos a escalar el podio en el mundial de mayores que tendrá lugar en Szeged, Hungría, del 21 al 25 venidero.

El dorado de la edición precedente para juveniles, Dzianis Patapenka (4:25.077) no compareció.

Por su parte la también guantanamera Cirilo escaló el podio tras completar los 500 metros, igualmente en el C1 en 2:16.485, a +3.960 segundos de la ganadora, la canadiense Sophia Jensen, quien hizo 2:12.525 para reeditar su corona del mundial anterior en que rubricó 2:19.006. Ganó la plata en esa prueba hoy la china Xialian Lin (2:16.065).

Los cubanos pugnarán igualmente en el C1 a 200 metros con eliminatoria hoy y finalísima este sábado.

En la lid compiten 912 atletas en la convocatoria para menores de 23 años.

(Tomado de Jit)

Lima 2019: Sin consuelo y sin gloria, Cuba cae en pugna por el quinto puesto del béisbol panamericano

Boris Luis Cabrera Acosta

El equipo cubano de béisbol cayó derrotado ante su similar de República Dominicana (10×9) en la ronda de consuelo y finalizó su actuación en estos XVIII Juegos Panamericanos en la sexta plaza del torneo, la peor actuación en toda la historia de este tipo de eventos continentales.

Si angustiosas fueron las nueve primeras entradas reglamentarias -donde los del patio ,para no variar, solo conectaron tres imparables y llegaron a fallar en 16 turnos oficiales de forma consecutiva, anotando una anémica carrera en la parte alta del segundo episodio gracias a un doblete de César Prieto-; deprimente fue lo que vimos minutos después en el episodio extra.

Los quisqueyanos, quienes también han dejado mucho que desear en esta competencia, pisaron una sola vez la goma del plato en todo ese trayecto, cuando sacaron del montículo al abridor Lázaro Blanco en la quinta entrada, ligándole un doblete y par de indiscutibles al hilo.

Igualadas a una carrera llegaron ambas escuadras al décimo capítulo, gracias a que el cuerpo técnico de Cuba exprimió a más no poder a Liván Moinelo y a Raidel Martínez, mientras allá en la tierra del sol naciente los directivos de los Halcones del Softbank y de los Dragones de Chunichi, cruzaban los dedos y cerraban los ojos.

Motivados por una deficiente defensa rival despertaron de súbito los bates criollos, remolcando ocho carreras en la décima entrada  con cinco imparables, incluidos par de dobles de Yordan Manduley y Stayler Hernández, en lo que parecía la sentencia del partido, pero los dioses del béisbol no quisieron premiar el cúmulo de ineficiencias que lleva nuestro deporte nacional en las espaldas y de un golpe revertieron la situación.

A falta de un solo out para concretar la victoria, Raidel Martínez no pudo más y salió del montículo al permitir par de cohetes seguidos, dándole paso a un desfile de cuatro lanzadores, incapaces de mantener la ventaja en la pizarra.

No pudo Pedro Álvarez, ni Frank Luis Medina, ni Wilson Paredes, ni Yudiel Rodriguez, ni Rey Vicente Anglada, ni su cuerpo de dirección. No pudo el largo entrenamiento, ni todo el dinero gastado, ni el optimismo, ni la razón. República Dominicana nos dejó tendidos en el terreno mientras caía el telón, después de un triste espectáculo que difícilmente olvidaremos algún día.

Y ahora… ¿Quién paga estos platos rotos? ¿Quién rinde cuentas por estos pobres resultados? ¿De qué manera se recupera la confianza en los aficionados?

La Dirección Nacional de Béisbol tiene la palabra. Nos vemos en el estadio.

¡Voluntad!

Más allá de las medallas ganadas, o las que se escapan aun cuando parecían nítidas en los análisis precompetencia, disfrutamos acá de una generación de deportistas que con su actuar refrenda las palabras del Comandante en Jefe de hace más de 40 años

Alfonso Nacianceno, enviado especial de Granma

LIMA.-Más allá de las medallas ganadas, o las que se escapan aun cuando parecían nítidas en los análisis precompetencia, disfrutamos acá de una generación de deportistas que con su actuar refrenda las palabras del Comandante en Jefe de hace más de 40 años.

Vimos caer de la barra fija al gimnasta Randy Lerú, y en medio del dolor ante la pérdida, retomó la acción. Eliminado Lerú, lejos de ceder al desánimo, salieron otros tres muchachos, Yesenia Ferrera (plata en salto), Alejandro de la Cruz (salto, bronce) y Hubert Godoy (tercero en barra fija), para conseguir, como me dijo Alejandro, «elevar la moral del equipo», la que debieron restaurar desde La Habana tras conocerse que el líder del elenco, Manrique Larduet, convaleciente de una lesión, no vendría a los Juegos.

Tampoco dejó de competir junto a sus compañeros la tiradora Eglys de la Cruz, cuando una baja puntuación causada por una munición defectuosa, le sacó del paso. Como respuesta vinieron las cuatro medallas de oro de su equipo para duplicar las de Toronto. Así pudieran existir otros ejemplos de entrega que, dada la cantidad de eventos programados aquí, no he presenciado.

Sin embargo, aunque ninguno de los 420 integrantes de la delegación cubana (excepto el veterano tirador Guillermo Torres) ni siquiera pensaba nacer 42 años atrás, solo existe una explicación: estos jóvenes de hoy actúan con respeto hacia ideales tan nobles como los expresados por Fidel el 2 de septiembre de 1977, en la inauguración de la EIDE Orestes Acosta, en Santiago de Cuba.

«Para ser un buen deportista se requiere disciplina, en primer lugar; se requiere carácter, se requiere interés, pasión por el deporte; y se requiere, sobre todo, voluntad».

Me he detenido en cada una de las frases de ese texto separadas por comas. Y no encuentro nada más parecido a lo que alienta el párrafo que lo mostrado aquí por la delegación cubana.