Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la salud sexual y reproductiva “es un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y de las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia”.
Cuando hablamos de salud sexual y reproductiva es necesario tener en cuenta una triada que incluye salud, educación y equidad. En estos tres ámbitos se desarrollan las acciones que toman como público meta a mujeres y adolescentes y jóvenes.
El acceso a servicios de calidad sigue siendo un reto a conquistar. Según datos internacionales 4 millones 300 mil personas —casi el total de personas en edad reproductiva— no tendrán acceso a servicios de salud sexual y reproductiva de calidad a lo largo de su vida.
“Ningún país puede afirmar haber hecho realidad el ejercicio de los derechos reproductivos de todas las personas. La falta de opciones afecta a demasiadas mujeres. Es decir, todavía hay millones de personas que tienen más o menos hijos de los que desean; y esta situación encierra consecuencias que trascienden el plano individual y alcanzan a las comunidades, las instituciones, las economías, los mercados de trabajo y hasta a naciones enteras”, afirma Natalia Kanem, directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) al introducir el revela El estado de la población mundial 2018.
Con el título El Poder de Decidir: Derechos Reproductivos y Transición Demográfica el informe acentúa que este derecho “puede mejorar rápidamente el bienestar de las mujeres y las niñas, transformar familias y sociedades, y acelerar el desarrollo mundial.”
Varios indicadores hablan del estado de la salud sexual y reproductiva; entre ellos la anticoncepción, la planificación familiar, el aborto, la educación sexual, la prevención de las infecciones de transmisión sexual, la autonomía de las mujeres en las relaciones sexuales, entre otros
En nuestro país la protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres cuenta con un largo recorrido desde las políticas públicas, la nueva Constitución de la República lo refrenda en su artículo 43.
Constituyen una realidad: el acceso legal, libre y gratuito al aborto, la existencia de programas de planificación familiar, políticas de atención a la salud sexual y reproductiva de las mujeres, estrategias de prevención de las infecciones de transmisión sexual y el VIH-sida.
Sin embargo, más allá de la revisión necesaria a estos programas, investigaciones, especialistas y activistas marcan la agenda de puntos pendientes y alarmas en Cuba. Uno de ellos es el incremento de la fecundidad adolescente y la necesidad de proveer servicios accesibles y amigables para estas edades.
Superar las brechas de equidad en el acceso a la salud sexual y reproductiva, habla también de superar discriminaciones por orientaciones sexual e identidad de género. El acceso de las mujeres lesbianas a la reproducción asistida es un ejemplo.
La salud sexual y reproductiva es una apuesta por el futuro, personal pero también colectivo. Este 4 de septiembre cuando se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual, se propone un puente desde la educación en sexualidad para todas las personas. Se trata de construir desde el conocimiento espacios de plenitud y derechos.
