Cubadebate.- Carlos Celdrán, director de la companía Argos Teatro, nos cuenta cómo surgió su más reciente propuesta teatral Hierro, que toma a la figura de Martí, como personaje principal. No deje de ir a verla, pues estará en cartelera hasta el mes de marzo.

Entregar el alma por Cuba

Hierro, la tercera obra que escribe Carlos Celdrán para su compañía Argos Teatro, es un intento de aproximarnos a la figura de José Martí desde la representación teatral

Juventud Rebelde

«Grato es morir, horrible,

vivir muerto.

¡Mas no! ¡mas no! La dicha es una prenda

De compasión de la fortuna

al triste

Que no sabe domarla:

a sus mejores

Hijos desgracias da Naturaleza:

Fecunda el hierro al llano,

el golpe al hierro!»

El poema Hierro, de José Martí, se anuncia tal cual: es un manifiesto algo severo, rígido y crudo para una obra que habla, precisamente, de dureza, del sentido de forjar, de crear o resurgir a pesar de las inclemencias. De hierro fue también el anillo que usó el Apóstol: recordatorio de dolorosas experiencias que también fraguaron su carácter, y alianza eterna con aquello que amaba.

Hierro también se nombra la pieza que estrena Argos Teatro, bajo la dirección de Carlos Celdrán, la cual permanecerá en cartelera hasta febrero de 2020 en la sede de la compañía (viernes y sábados, 8:30 p.m.; y domingos, 5:00 p.m.), para aproximarnos a la figura de nuestro Héroe Nacional desde la representación teatral.

Presentar pasajes de la vida de José Martí es siempre un proyecto de fondo entre nosotros, porque se trata un mito esencial para los cubanos. Por ello, intentar traerlo a escena, en su dimensión personal, incluso en su calidad de periodista, de político y de Maestro, es extremadamente complejo. También por eso mismo se hace imprescindible que el teatro cubano rompa este hechizo, como ya lo ha hecho el cine, y presente su figura según la representación teatral, refiere Carlos Celdrán.

La obra permite al espectador asomarse a un Martí construido desde la propia subjetividad de Celdrán, a partir de muy personales interpretaciones y de íntimas representaciones. Para ello el Premio Nacional de Teatro escogió momentos de la vida del Héroe Nacional comprendidos entre los años 1885 y 1892, con escenarios que van desde Nueva York a Tampa.

«La luz que elegimos para verlo es la más esencial, la que alumbra apenas esos interiores de fin de siglo que lo arroparon en su fatiga y en su agonía personal. Espacios que aluden a otros abiertos, públicos, que la Historia conoce, pero que dejamos entrever desde el encuadre elegido: el de la noche y la intimidad», explica Carlos Celdrán en un texto que fue compartido en conferencia de prensa.

En la obra, que requirió de un intensísimo proceso de investigación, no se emplean palabras, versos, frases o fragmentos de discursos de Martí. La puesta se erige en la mirada al hombre más allá del héroe, mediante la apropiación desde el imaginario, lo cual ha permitido conocer y redescubrir «ese misterio que nos acompaña», como bien dijo José Lezama Lima.

En ese sentido, Hierro ha sido también una manera de forjarse y probarse en la compleja labor del arte teatral, no solo para el director, sino también para el elenco, conformado por Caleb Casas, quien interpreta a Martí; Maridelmis Marín, Rachel Pastor, José Luis Hidalgo, Waldo Franco, Daniel Romero, Víctor Garcés y Abel López.

«Lo que pretendemos es solo una mirada, un instante de suspensión en su atareada existencia. A su alrededor presentamos algunos de los seres más cercanos de su vida, solo algunos que estuvieron a su lado, a un paso de él. Con todo, no buscamos hacer biografía, sino acercarnos, mirarlo de cerca, sospechar siquiera sus días y sus noches», asegura el reconocido director, quien después de escribir y dirigir 10 Millones y Misterios y pequeñas piezas, asume otro gran desafío con esta nueva obra.

Sobre la pieza, el dramaturgo Abel González Melo escribió en su perfil de Facebook: «Tuve el privilegio de que Carlos Celdrán me compartiera una de las primeras versiones de este texto y quedé muy emocionado al terminar la lectura. Es su tercera obra y en ella da otra vuelta de tuerca a la teatralidad y ratifica su mirada a la Historia desde lo privado y lo íntimo (columna vertebral de toda su investigación con Argos Teatro). Los procedimientos de composición y estructura se vuelven a transformar, pero la esencia (que permitirá la fina urdimbre del trabajo del actor en presente y el impacto del ámbito referencial en la audiencia) se mantiene intacta y resplandece en Hierro, a punto de convertirse en un clásico de nuestra escena».

Por su parte, el teatrólogo Eberto García Abreu comentó que Carlos Celdrán y Argos Teatro ficcionan un paradigma de hombre y de héroe, con la altura poética y ética de quien atraviesa el escenario con la sabiduría y el magisterio construido con sus propias ficciones y realidades, sin máscaras ni dilaciones.

«Entregan el alma por Cuba y lo hacen de una manera tan abierta y doliente como el alma de Martí, bajo el sino de una obra grande, contundente y liberadora. De hierro es el anillo del hombre que sufre y lucha. De hierro es el nudo que aprisiona, no solo al héroe evocado, dibujado y plantado en el aquí y ahora de nuestras propias incertidumbres. De hierro es la condición amenazante para quien se empeña en hacer, transformar, dialogar, entender, liberar, consensuar y articular nuevos escenarios de comprensión, convivencia y civismo. Martí es la inspiración», puntualiza el también profesor e investigador en un texto publicado en la página web de ese colectivo teatral.

Desde su noche de estreno, Hierro ha calado profundo en los espectadores, generando comentarios positivos sobre la dramaturgia, las actuaciones, la dirección… Puede ser usted, querido lector, de esos que crea que José Martí es un tema demasiado tratado. Sin embargo, puede despojarse de sus miedos, Argos Teatro más bien le invita a relajarse y reflexionar; le invita a despojarse de preceptos y, sencillamente, dialogar con el hombre.

Hierro por Argos Teatro

LISDAY MARTÍNEZ SAAVEDRA -| Blog Cubarte

Ganado tengo el pan: hágase el verso…
La dicha es una prenda de compasión de la fortuna al triste
Que no sabe domarla: a sus mejores
Hijos desgracias da Naturaleza:
Fecunda el hierro al llano, el golpe al hierro

José Martí

Una obra dramática y la relación con el pasado. La búsqueda de un período y un texto que nació del estudio, la investigación minuciosa, y los recuerdos que han acompañado a esta sociedad toda una vida.

Hierro, escrita y dirigida por Carlos Celdrán, hace un acercamiento a José Martí desde la condición teatral. No con los textos o poemas del Héroe Nacional, sino desde la dramática interpretativa de lo que él representa, desde su imaginario y el discurso social que le acompaña.

Uno de los grandes colectivos teatrales cubanos, Argos Teatro, tiene a cargo las puestas en las que se establece una especie de concurrencia en mezcla de técnicas y metodologías; entendiendo y proyectando el intimismo de Martí con cada una de sus obras, y llevando al público sus tormentos, contradicciones y en ello, su esencia, ensoñaciones, además de su percepción sobre patria y libertad.

Un giro en el hacer teatral y una manera de humanizar a quien para muchos es una leyenda. Una forma de atraer la mirada de la historia desde lo privado, y las enormes ganas de implicar al equipo artístico y al público que asista a la puesta.

Una obra que logra estremecer al público asistente y por esa senda, consigue abrir nuevos caminos en nuestra cultura. Permitiendo asomarnos a un modelo de la mano de los manuscritos de Celdrán, que hacen que el teatro se convierta en fe de vida. Hierro avanza a través de un grupo que trae la significación del hombre de hoy en Cuba, que logra convertirse también en metáfora interpretativa. Para Argos Teatro, la mirada aguda de quien reconoce en los diálogos la historia que ha perdurado. Fiel a la poética del director, quien se despojó de vestiduras y pone su empeño en llegar al núcleo de lo que sus personajes nos dejan saber.

En tanto, escenografía, banda sonora y el vestuario se confabulan en una sutileza con la cual cada elemento sobrepasa las pequeñas imprecisiones que pueden tener en escena, o a las diversas pronunciaciones y relecturas. Esa modulación llega al público, y nos pone en línea con una obra que más que ser contemplada, se revela ante nosotros sin vestigio de falsedad.

Una pieza de hoy y para todos los tiempos, que hará que una y otra vez digamos algunas de verdades a viva voz. Un texto que agiliza su paso como proyección del tiempo que, con el decursar, nos deja sentir el drama interno. Celdrán demuestra así, su capacidad para emprender un camino necesario, y en ese montaje donde los puntos de apoyo son la dramaturgia y la capacidad interpretativa, nos dice también, cuán necesitados estábamos de un desplazamiento de una vida quizás demasiado rígida, por la inmortalidad del personaje.