Canal Caribe.- Hoy hace 59 años, como preludio de la fracasada invasión a Playa Girón fueron bombardeados por los enemigos de la Revolución Cubana los aeropuertos Antonio Maceo, Ciudad Libertad y San Antonio de los Baños, en Santiago de Cuba y La Habana.


Seguiremos defendiendo y perfeccionando nuestro socialismo, afirma Díaz-Canel

La Habana, 16 abr (ACN) "Seguiremos defendiendo y perfeccionando nuestro socialismo", afirmó hoy el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel, a propósito de conmemorarse este jueves el aniversario 59 de la proclamación del carácter socialista de la Revolución cubana.

El mandatario compartió en Twitter un trabajo periodístico publicado en el diario Granma bajo el título "Socialismo: Nunca más una palabra ajena".

Díaz-Canel tuiteó también en la red social una idea del Comandante en Jefe Fidel Castro pronunciada en el aniversario 40 de esta fecha, en la que señalaba: "Sin el socialismo Cuba, aunque sin pretenderlo, no se habría convertido en ejemplo para muchas personas en el mundo y en el vocero leal y constante de las causas más justas".

En consonancia con la efeméride, la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) señaló que "¡Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo, eso es socialismo!".

"Y esa esperanza, esa gran esperanza de mañana, ¡eso es socialismo!, y por eso ¡somos socialistas!", sentenció.

En su cuenta en la red social, el Parlamento cubano recuerda que el 16 de abril de 1961 miles de milicianos, fusiles en alto, ratificaron en La Habana el carácter socialista de la Revolución, proclamado por Fidel Castro.

Refiere que "horas después, muchos darían su vida en Girón", en alusión a la invasión mercenaria perpetrada por la playa cubana homónima, como parte de una operación de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.

La fecha sería escogida como día de la fundación del Partido Comunista de Cuba, añade el tuit de la Asamblea.

 

Con Fidel y los fusiles en alto

A 59 años de la proclamación del carácter socialista de la Revolución, el pueblo cubano recuerda el hecho con más unidad y conciencia en el momento histórico que vivimos

Juventud Rebelde

El 16 de abril de 1961, el Comandante en Jefe Fidel Castro habló ante un pueblo congregado en la céntrica esquina de 23 y 12, en la capitalina barriada del Vedado.

Era un momento sensible para la Patria, y sus palabras no solo inspiraban a cada cubano en medio de la lógica inseguridad de un ataque, sino que se dirigían también a los familiares de las víctimas del cruel bombardeo perpetrado la víspera por aviones norteamericanos contra las bases aéreas de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, con el saldo sangriento de siete muertos y más de 50 heridos.

Durante el sepelio de los caídos en defensa de la nación, Fidel proclamó ante el mundo el carácter socialista de la naciente Revolución Cubana.

En esa ocasión expresó: «Aquí, frente a la tumba de los compañeros caídos; aquí, junto a los restos de los jóvenes heroicos, hijos de obreros e hijos de familias humildes, reafirmemos nuestra decisión, de que al igual que ellos pusieron su pecho a las balas, al igual que ellos dieron su vida, vengan cuando vengan los mercenarios, todos nosotros, orgullosos de nuestra Revolución, orgullosos de defender esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, no vacilaremos, frente a quienes sean, en defenderla hasta nuestra última gota de sangre».

La reacción no se hizo esperar,  segundos después los fusiles en alto y los gritos del pueblo y los milicianos le reafirmaron la efervescencia de los cubanos, y desde allí salieron a defender el socialismo.

En la madrugada del 17 de abril de 1961 un grupo entrenado, pertrechado y financiado por la Casa Blanca desembarcó por Playa Girón y Playa Larga.
Debido a la resistencia de los cubanos, en menos de 72 horas, los mercenarios fueron aniquilados de manera aplastante. Se convertía así la invasión a Playa Girón en la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América Latina.

Cincuenta y nueve años después, Cuba mantiene en alto sus fusiles, mientras desarrolla un socialismo próspero y sostenible con la participación protagónica del pueblo, hoy más unido que nunca en el enfrentamiento a los planes subversivos de Estados Unidos y a su política de bloqueo, que se recrudece, incluso, en el complejo escenario actual agravado por la COVID-19.   

 

Socialismo: Nunca más una palabra ajena

«Nosotros escogimos el socialismo porque es un sistema justo, un sistema mucho más humano…», expresó Fidel en 1991. Los cubanos y las cubanas de este tiempo tienen el compromiso de hacer que esas palabras del líder revolucionario sustenten cada uno de nuestros actos

Pedro de la Hoz - Granma

A los hombres y las mujeres que marcharon a sus puestos en la primera línea de defensa contra la agresión, luego de escuchar el discurso pronunciado el 16 de abril de 1961 por el Comandante en Jefe Fidel Castro, en la despedida a las víctimas del ataque aéreo de la víspera, no les sorprendió un concepto expresado por él: Revolución socialista.

Exactamente dijo: «… lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices ¡y que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de Estados Unidos! (…) ¡Y que esa Revolución socialista la defendemos con esos fusiles!, ¡y que esa Revolución socialista la defendemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores!».

Quedaba atrás un estigma y se abría paso una nueva realidad. Socialismo había sido, hasta poco tiempo atrás, una mala palabra. Sinónimo de represión infinita, supresión de libertades, lavado de cerebro, anulación del individuo, frustración del ser humano. Comunismo era mucho peor: desde las historias difundidas por las selecciones Readers Digest, hasta los muñequitos de los Halcones Negros. Contra los tenebrosos relatos tras la Cortina de Hierro a la consagración del movimiento comunista internacional como enemigo número uno del sistema interamericano, de acuerdo con la Declaración de Caracas de la oea de 1954, pasando por la circulación en ciertos medios intelectuales del libelo La gran estafa, del peruano Eudocio Ravines, pues nada mejor que un renegado para acreditar el desprestigio de antiguas filiaciones.

Una narrativa machacona inculcaba en la gente sencilla que comunismo y socialismo equivalían a que te iban a quitar tus hijos, que te ibas morir de hambre, que si eras pobre serías más pobre todavía. Cuando un militante comunista brillaba por méritos propios, se decía: fulano es inteligente, lástima que sea comunista. O si se trataba de una persona decente, lástima también, pues comunista no parece.

Los cubanos y las cubanas de aquella hora de definiciones no habían leído a Marx, ni a Engels, ni a Lenin, ni escucharon hablar de Gramsci o Rosa
Luxemburgo, pero no les hizo falta descifrar a Mariátegui para comprender, en la práctica, que socialismo significaba creación heroica; mientras el sentido común de la lucha indicaba entonces, y mucho más con el paso del tiempo, que socialismo e ideario martiano se presentaban como una articulación posible y necesaria.

La praxis revolucionaria dictaba el curso de los acontecimientos. Entendían con Fidel que al imperialismo le irritaban «la dignidad, la entereza, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba».

A Girón los combatientes fueron a defender el socialismo, como lo harían después en la erradicación de las bandas contrarrevolucionarias y en la  Crisis de octubre. Ellos y sus sucesores han defendido el socialismo de distorsiones y dogmatismos, de reducciones y oportunismos, de descalificaciones y traiciones. En nombre del socialismo comparten una ética solidaria dentro y fuera del archipiélago.

«Nosotros escogimos el socialismo porque es un sistema justo, un sistema mucho más humano…», expresó Fidel en 1991. Los cubanos y las cubanas de este tiempo tienen el compromiso de hacer que esas palabras del líder revolucionario sustenten cada uno de nuestros actos.

 

No vacilaremos en defender la Revolución hasta última gota de sangre

Cubadebate

El 16 de abril de 1961, el Comandante en Jefe Fidel Castro habló ante un pueblo congregado en la céntrica esquina de 23 y 12, en la capitalina barriada del Vedado.

Era un momento sensible para la Patria, y sus palabras no solo inspiraban a cada cubano en medio de la lógica inseguridad de un ataque, sino que se dirigían también a los familiares de las víctimas del cruel bombardeo perpetrado la víspera por aviones norteamericanos contra las bases aéreas de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba, con el saldo sangriento de siete muertos y más de 50 heridos.

Durante el sepelio de los caídos en defensa de la nación, Fidel proclamó ante el mundo el carácter socialista de la naciente Revolución Cubana.

En esa ocasión expresó: "Aquí, frente a la tumba de los compañeros caídos; aquí, junto a los restos de los jóvenes heroicos, hijos de obreros e hijos de familias humildes, reafirmemos nuestra decisión, de que al igual que ellos pusieron su pecho a las balas, al igual que ellos dieron su vida, vengan cuando vengan los mercenarios, todos nosotros, orgullosos de nuestra Revolución, orgullosos de defender esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, no vacilaremos, frente a quienes sean, en defenderla hasta nuestra última gota de sangre".

La reacción no se hizo esperar,  segundos después los fusiles en alto y los gritos del pueblo y los milicianos le reafirmaron la efervescencia de los cubanos, y desde allí salieron a defender el socialismo.

En la madrugada del 17 de abril de 1961 un grupo entrenado, pertrechado y financiado por la Casa Blanca desembarcó por Playa Girón y Playa Larga.
Debido a la resistencia de los cubanos, en menos de 72 horas, los mercenarios fueron aniquilados de manera aplastante. Se convertía así la invasión a Playa Girón en la primera gran derrota del imperialismo yanqui en América Latina.

Cincuenta y nueve años después, Cuba mantiene en alto sus fusiles, mientras desarrolla un socialismo próspero y soplayastenible con la participación protagónica del pueblo, hoy más unido que nunca en el enfrentamiento a los planes subversivos de Estados Unidos y a su política de bloqueo, que se recrudece, incluso, en el complejo escenario actual agravado por la COVID-19.

(Tomado de Juventud Rebelde)

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