Oscar Figueredo Reinaldo, Angélica Arce Montero, Deny Extremera San Martín - Cubadebate - Video: Mesa Redonda.- El desarrollo científico y una concepción integral y sistémica que une a instituciones y expertos de diferentes campos científicos ha sido una de las fortalezas de Cuba para enfrentar la actual pandemia, en un escenario donde confluyen desde protocolos sanitarios y terapias hasta modelos que prevén el comportamiento de la enfermedad, desarrollo de fármacos, el amplio pesquisaje activo, el tratamiento de enfermos y el seguimiento de sospechosos por un sistema de salud que es para todos.


En la Mesa Redonda de este miércoles abordaron el tema la Dra. Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública; el Dr. en Ciencias Rolando Pérez Rodríguez, director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma, y el Dr. en Ciencias Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana.

Pensamiento estratégico de Fidel y la Revolución en la ciencia y la innovación ante la COVID-19

Al inicio del programa televisivo, la Dra. Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), destacó el hecho de que esta Mesa Redonda se celebrara en la víspera de cumplirse el aniversario 94 del nacimiento de Fidel.

“Una fecha así nos obliga a hacer referencia primero de la juventud, que ha estado dedicada a muchas tareas y ha sido muy relevante en la lucha contra la pandemia, y muy especialmente a dedicarle este espacio a Fidel, quien en época tan temprana como 1960 ya había avizorado que el futuro de Cuba debía ser un futuro de ciencia y hombres de pensamiento.

“Esa visión es una realidad 60 años después. Y esa realidad es la que de alguna manera ha posibilitado que la ciencia haya enfrentado de forma efectiva desde el inicio todos los caminos que se han transitado en el enfrentamiento a la COVID-19”.

La funcionaria recordó una frase dicha por el líder cubano, también en los años sesenta, “que tal parece que está dicha para este momento, que con su pensamiento estratégico nos estaba preparando para este momento”:

“Hay un Gobierno revolucionario que busca  la verdad, que necesita de los científicos, que necesita de los investigadores, porque es el minuto en que todas las inteligencias tienen que ponerse a trabajar, en que todos los conocimientos no son suficientes para la obra que se realiza, y son necesarios más conocimientos”.

“Si vamos al contexto de lo que la ciencia ha hecho en el enfrentamiento a la COVID-19, es este pensamiento de Fidel llevado a la realidad. Hemos buscado a todos los hombres y mujeres que tenían algo que decir y hacer, y lo han hecho. Buscamos a todos los científicos, profesores, médicos y otros profesionales que tenían algo que decir y aportar, y lo aportaron”, afirmó la directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Minsap.

Recordó que Fidel, al que llamaban el “salubrista mayor”, tuvo ese pensamiento estratégico que fue artífice de muchas cosas.

“Hay tres que en esta Mesa Redonda vale la pena destacar, porque sobresalen: el desarrollo de la ciencia y del sistema de ciencia e innovación tecnológica del país, particularmente el Polo Científico –aquel proyecto de unir voluntades, llevar a jóvenes talentosos a formar los primeros centros de investigación–, que luego derivó en la actual BioCubaFarma; el desarrollo de las universidades, incluidas las de Ciencias Médicas, y en particular el desarrollo del sistema nacional de salud”, apuntó.

Morales Suárez también recordó que cuando preguntaban a Fidel si era médico, él respondía, en su momento, “y yo digo inmodestamente que no soy un médico, soy un estratega de la salud”.

Ese pensamiento estratégico, delineado desde los primeros años de la Revolución, es el que ha permitido enfrentar el plan de medidas con una concepción integral, sistémica, y que tengamos resultados, agregó, y destacó tanto el papel de los jóvenes como el de las mujeres en las actuales circunstancias.

“Prácticamente, en el 70% de los principales proyectos de investigación y ensayos clínicos que se están realizando como parte del enfrentamiento a la COVID-19, el investigador principal es una mujer. Esa también es la obra de la Revolución”.

¿Qué pronostican los modelos matemáticos para Cuba?

Al comentar sobre el comportamiento de los modelos matemáticos que pronostican el comportamiento de la COVID-19 en Cuba, el Dr. C. Raúl Guinovart Díaz, decano de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana, recordó que inicialmente se habían previsto tres escenarios posibles (favorable, medio y crítico).

Los mismos preveían una duración de 120 días de la enfermedad en el país a partir del monitoreo de los casos activos, que impactan en la capacidad hospitalaria.

“Comenzamos con un pronóstico muy alarmante, en momentos en que la pandemia estaba en pleno apogeo en las diferentes regiones del mundo, en países como Italia, Corea, Japón o España. Luego de presentar estas proyecciones, vimos una reacción popular de acatar las medidas higiénico-sanitarias orientadas para poder detener la pandemia”.

El especialista explicó que por las propias características de la enfermedad, toda la población es susceptible, pero al tomar las medidas necesarias ese grupo disminuye.

“Esa es la importancia de que la gente se proteja. El apoyo de la población junto con las medidas gubernamentales y el heroico trabajo de nuestros médicos y científicos hizo que los modelos no se cumplieran y se logró aplanar la curva”.

El pico mayor de casos activos en Cuba fue de 847 casos, el 25 de abril, y aunque luego se reportaron pequeños eventos, la curva se mantuvo bastante plana.

“Debemos insistir en que esta enfermedad tiene una capacidad muy grande de transmisión, pues no solo se propaga de persona a persona, sino también a través de las superficies”, subrayó.

El catedrático explicó que por ello, las medidas más efectivas y económicas son el uso del nasobuco, la desinfección de las manos y mantener el aislamiento físico.

Con la llegada de la temporada estival, se incrementaron las relaciones interpersonales, provocando mayor contacto entre enfermos y sanos, y se llegó a la situación que tenemos hoy, afirmó el decano de la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana.

Desde finales de julio, comenzó a producirse un crecimiento sostenido de los casos confirmados, evidenciándose en los modelos una pendiente muy pronunciada. “Se comenzaron a tomar medidas rápidamente, sobre todo en La Habana, que era el centro de la pandemia y cuyas características de gran municipio la complejizan aún más”.

A partir de los tres escenarios ya conocidos por la población, se aplicó un modelo dinámico para modelar el futuro de la enfermedad en el país, y se introducen dos variables alfa y beta.

“Este último indicador mide el número de infectación del virus, mientras que el alfa muestra la capacidad de protegerse; por tanto, insistimos una vez más en la importancia de que las personas se cuiden y ayuden a aplanar la curva”, dijo Guinovart.

Según se dio a conocer en la Mesa Redonda, el escenario más crítico podría ser más elevado que el pico ya ocurrido en Cuba y se pronostica para finales de octubre.

No obstante, en el caso de cumplirse todas las medidas orientadas y de cumplirse el coeficiente de infectación, se daría el escenario más favorable, como se observa en la gráfica.

“Nos ocurre lo mismo que vimos la primera vez que estuvimos en la Mesa Redonda, cuando Cuba atravesaba el escenario más crítico. Pero sabemos que se ha adoptado un grupo de medidas, sobre todo en La Habana, que permitirán una reducción. En los próximos días aún veremos una tendencia al aumento de casos activos”.

Guinovart advirtió que, a diferencia de la primera vez, la población se ha protegido de manera más lenta y, por lo tanto, la situación es más compleja.

En el caso de los casos confirmados, en los tres escenarios se avizora que el crecimiento sea también bastante rápido. “Los recuperados también tienen una curva creciente; por lo tanto, eso va a balancear esta situación”.

El experto explicó también que el proceso de recuperación tiende a ser más lento y, por tanto, la presencia de la enfermedad es más larga en la nación.

“Todos estos pronósticos se hacen sobre la base de si se mantienen o no las condiciones actuales. Lo mejor de todo es que lo podemos cambiar a partir de nuestro comportamiento, sobre todo el de los habaneros”.

El decano de la Facultad de Matemática de la Universidad de La Habana concluyó su intervención alertando que todos los modelos indican que la situación puede complejizarse y la mejor solución que tenemos ante ello es protegernos.

Industria biofarmacéutica cubana en el combate contra la pandemia

El Dr. C. Rolando Pérez Rodríguez, director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma explicó durante su intervención en la Mesa Redonda cómo se ha continuado trabajando para hacer productos más eficientes contra la COVID-19 y cuáles han sido sus resultados.

Para ello se valió de las ideas esenciales recogidas en el trabajo “La industria biofarmacéutica cubana en el combate contra la pandemia de la COVID-19”, publicado este domingo en la revista Anales de la Academia de Ciencias de Cuba y reproducido también por Cubadebate en su portada.

“La principal enseñanza está en reflejar cómo la ciencia y la innovación han impactado en el manejo de la enfermedad, lo cual debe quedar después de la COVID-19”, dijo Pérez.

“Lo más importante es la inversión que realizó la Revolución en la investigación; en desarrollar ciencia, innovación y biotecnología, lo cual generó capacidad de respuesta en esta situación de emergencia. Lo que hemos hecho no hubiese sido posible si no existiera esa base, aun en medio de complejos problemas económicos”.

El directivo precisó que uno de los momentos más importantes en la inversión biotecnológica cubana fue en el Periodo especial, con la creación del Centro de Inmunología Molecular. Precisamente, “la visión del Comandante era que la ciencia y la innovación contribuirían a la resistencia y el desarrollo”.

Pérez insistió en que el país no puede dejar de invertir en ciencia e innovación,  “pues ambas generan la capacidad científica en sistemas de emergencia como pueden ser epidemias, desastres naturales e incluso agresiones. De ahí que la capacidad científica de Cuba deviene un tema de seguridad nacional”.

También consideró relevante aprender a gestionar la ciencia y la innovación en situaciones de ese tipo. “Lo primero ha sido la conexión en tiempo real de científicos y el Gobierno cubano. Ha habido una integración y un enfoque multidisciplinario y multifactorial.

“Siempre dijimos que se elaboró un programa de trabajo y un grupo de ciencia conformado por BioCubaFarma e instituciones del Minsap. Pero no han funcionado solos; se han sumado universidades, empresas y otros centros científicos. Esto ha permitido acortar los tiempos y garantizar la solución de los problemas”.

Otra de las cuestiones destacadas en el enfrentamiento a la COVID-19 es la estructura de prioridades basada en la demanda del sistema de salud. “El problema de la epidemia genera conocimiento, solución y se intenta resolver. No es un modelo lineal, sino circular”, aseguró.

Al ser una enfermedad nueva, para estudiar el nuevo coronavirus los científicos cubanos tuvieron que identificar características, los problemas que presentaba y formular hipótesis, proyectos e investigaciones que dieran respuesta a las principales interrogantes sobre tratamiento y prevención.

Ha habido una concertación estratégica entre la industria del sistema de salud y la agencia regulatoria de medicamentos. “Está ahí el comité de innovación, que ha permitido la discusión de proyectos y propuestas para agilizar el proceso de evolución y aprobación sin perder la calidad, rigor y su papel”.

Durante estos meses ha existido una capacidad de reposicionamiento de los productos registrados o en desarrollo, al tiempo que se ha priorizado la intervención en diferentes fases de desarrollo de la enfermedad, desde la prevención, para evitar la mortalidad.

“Tenemos biofármacos como el Nasalferon, la Biomodulina T y el Hebertrans, utilizados para la prevención de la infección en grupos de riesgos que podían tener una evolución peor”, apuntó.

El Heberón y el Heberferón han sido administrados como tratamientos antivirales y han tenido un impacto positivo en evitar la evolución de los pacientes hacia un estadio más grave, “al igual que el Jusvinza y el Itolizumab, usados para evitar las reacciones hiperinflamatorias que ocurren en estos casos, y que reduce la mortalidad”.

Los productos de la biotecnología han contribuido a la disminución de la mortalidad y de las cifras de pacientes graves y críticos, cuyo índice en estos momentos está por debajo del 3%.

Hoy la mortalidad en Cuba es de 0.8 por 100 000 habitantes, aproximadamente, 10 veces inferior a la tasa mundial.

En el país existe una carpeta de proyectos que incluye productos biológicos antivirales como el CIGB 325, juegos de reactivos para diagnósticos, productos de origen natural y equipos médicos.

“Dada la incertidumbre de la pandemia en el mundo, tenemos dos prioridades: la capacidad de diagnóstico rápido y masivo que permita vigilancia epidemiológica y el desarrollo de vacunas específicas que contribuyan al control de la enfermedad en nuestro país”, subrayó Pérez.

En Cuba se trabaja en candidatos vacunales con diferentes plataformas tecnológicas para dar cobertura a todo el pueblo en un tiempo corto, y se buscan métodos diagnosticadores más baratos, de producción nacional, para alcanzar la independencia tecnológica.

“Tenemos la capacidad científica para ganar la batalla, pero necesitamos del compromiso, la disciplina y la participación de toda la población”, concluyó.

Protocolo cubano, innovación constante y fuerte carga de medicamentos nacionales

En el segmento final de la Mesa Redonda de este miércoles 12 de agosto de 2020, la Dra. Dra. Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Minsap, se refirió a los protocolos de actuación de la salud cubana ante la COVID-19 y cómo han ido evolucionando en el transcurso de la pandemia, en lo que ha sido vital “no perder el ritmo en buscar tecnologías basadas en el conocimiento para incrementar la efectividad y eficacia de las acciones para contener la enfermedad”.

A la vez, es un imperativo el diseño de nuevas intervenciones y nuevos estudios y ensayos clínicos para seguir aportando a esos protocolos. “En las últimas 72 horas se han aprobado al menos cuatro nuevos ensayos clínicos, sobre los que hablaremos en los próximos días, porque van a tener un impacto importante, unos en la recuperación, otros en el protocolo, otros en la prevención”.

“Hemos podido desarrollar y evolucionar en el protocolo porque hemos hecho investigación e innovación. Todas las modificaciones que se han hecho a protocolos están sustentadas en investigaciones, la mayoría de ellas ya publicadas”.

La funcionaria señaló que en “en estos seis meses ha habido muchas lecciones aprendidas, pero hay mucho por investigar. Esta es una enfermedad aún no totalmente conocida, que crea incertidumbre y desafíos. Hoy conocemos más, pero todavía son más las preguntas que las respuestas. Tenemos que seguir, tanto en el área del diagnóstico como en las de tratamiento y recuperación”.

La primera versión del protocolo cubano contaba con nueve medicamentos, seis de ellos de producción nacional, uno innovador y dos importados. “Era un protocolo todavía muy modesto, pero con una base nacional importante. Aquí no se incluyen los medicamentos que tienen que ver con las comorbilidades (padecimientos del enfermo, complicaciones…). Cuando uno los suma, superan los 20 fármacos nacionales. Los nueve del protocolo son específicamente para la COVID-19, y se centran en los casos confirmados y graves, en el enfermo”.

La segunda versión del protocolo incluía medicamentos enfocados en la comunidad, los grupos de riesgo y la prevención, y siguió incrementándose la cifra de medicamentos innovadores, tanto en la parte preventiva como en la terapéutica.

El tercer protocolo “evolucionó aún más, con una fuerte carga de medicamentos cubanos y apenas dos importados, y una presencia notable de medicamentos innovadores, que son el sello del protocolo cubano. Estos innovadores han marcado la diferencia”.

La Dra. Morales Suárez destacó que el cuarto era un protocolo muy robusto, que tuvo un impacto relevante en mayo para empezar a bajar las cifras de críticos y graves. “Ya tenía medicamentos para todos los escenarios, para todos los tipos de poblaciones”.

El protocolo definitivo, el quinto, “ya está en marcha y será publicado en las primeras horas de este jueves y se divulgará por varias vías. Incluye 16 medicamentos, 13 de ellos cubanos, incluidos siete innovadores. Este es un protocolo ya consolidado, que nos ha permitido ir mejorando algunos indicadores de efectividad”.

En abril, la letalidad en Cuba llegó hasta 4.4%. Actualmente, destacó la directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Minsap, el índice es de 2.88% y sigue bajando. “El descenso tiene que ver con la madurez del protocolo, el aprendizaje de los médicos, enfermeros y resto del personal de salud; con el manejo del enfermo y con un mayor conocimiento del mejor momento y cómo aplicar un medicamento, y las inclusiones que se fueron añadiendo en cada versión del protocolo.

“El hecho de que tengamos un protocolo único nacional, y que sea preventivo, terapéutico y de rehabilitación; el hecho de que tenga anexo un programa de apoyo psicológico y social, sobre todo de salud mental para pacientes, familiares y personal de salud de la zona rojo; el hecho de que hayamos incorporado al protocolo 5 todo el protocolo de convaleciente –importante porque la enfermedad deja secuelas–, prácticamente único a nivel internacional, con todas las variables y que supera las 230 páginas… Todo eso indica que hemos ido ganando madurez”, subrayó.

Sin embargo –continuó–, “eso no quiere decir que cejemos en el empeño de seguir investigando, seguir aportando evidencias y perfeccionando el protocolo”.

De hecho, de los cuatro ensayos clínicos aprobados en los últimos días y de algunas intervenciones, algunos están relacionados con el mejoramiento de pacientes con PCR positivo persistente, para lograr mayor efectividad y que pasen a negativo en menor tiempo.

“No descuidamos ningún detalle. Este es el frente terapéutico, pero a la par seguimos trabajando en qué más hacer en la comunidad, en grupos de riesgo, en ancianos y en hogares de ancianos, con los niños”, añadió.

Al apreciar las curvas, el país está hoy en un momento definitorio. “Durante el pico en mayo demostramos que podíamos, y hoy podemos, pero sobre la base de la disciplina. La mayor barrera ante este enemigo que es invisible, es la disciplina. Lo hicimos antes, sabemos cómo hacerlo, pero tiene que ser con el concurso de todos.

“Estamos convencidos de que entre todos vamos a poder halar esa curva, aplanarla y salir victoriosos como nos enseñó nuestro Comandante en Jefe, con la fe infinita en esa victoria que se merece todo el pueblo cubano”.

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