Cubadebate.- Laura Marta Rodríguez Noda es licenciada en microbiología, graduada en la Universidad de La Habana, tiene 45 años de edad y lleva 10 años de trabajo en el Instituto Finlay de Vacunas, en los que ha estado al frente del Grupo de Inmunología. Ella es parte del equipo de profesionales que ha generado el primer candidato vacunal de Cuba contra la COVID-19, ha sido la responsable del eje de evaluación inmunológica; pero en Laura hay muchas historias que merecen ser conocidas: ¿De dónde vienen sus valores humanos, la nobleza de su mirada? ¿Cuál son sus sueños más acaricidamente deseados?


Al graduarse hizo su servicio social en la Universidad Agraria de La Habana, donde estuvo aproximadamente tres años y allí fue seleccionada para ser dirigente de la Unión de Jóvenes Comunistas, labor en la que estuvo ocho años y luego retornó a su profesión. Tuvo que estudiar muchísimo para actualizar sus conocimientos y encaminar su vida profesional por los rumbos de la investigación científica.

Hoy dirige un colectivo de 14 mujeres, que tienen entre 23 y 55 años de edad. Ella es parte del equipo de profesionales que ha generado el primer candidato vacunal de Cuba contra la COVID-19, ha sido la responsable del eje de evaluación inmunológica; pero en Laura hay muchas historias que merecen ser conocidas: ¿De dónde vienen sus valores humanos, la nobleza de su mirada? ¿Cuál son sus sueños más acaricidamente deseados?

“Mi mamá, Julia Noda Gómez (Julita), ha sido mi ejemplo toda la vida, ella es una científica, desde los primeros años de la Revolución cuando tuvo la posibilidad de venir a estudiar Medicina a La Habana –es procedente de Matanzas− y luego cuando se graduó, Fidel les dio a esa graduación la tarea de dedicarse no solo a las investigaciones humanas, sino también a las veterinarias … y ella empezó en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), estuvo allí unos dos años y cuando fundó Fidel el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA), ella es fundadora de esa institución y allí trabajó toda su vida, más de 35 años hasta que se jubiló. Mi mamá siempre ha sido mi ejemplo, un ejemplo de lo que tiene que hacer un científico, de lo que le toca hacer al científico en la Cuba de hoy”.

“Somos las mujeres las que integramos mayoritariamente los centros de investigación. Y, por supuesto, en esta etapa este colectivo ha mostrado mucha unidad, mucha integración para poner en cada ensayo, en cada experimento, a la persona más preparada dentro del colectivo y sobre todo mucha solidaridad entre todas las compañeras que trabajamos juntas, eso nos ha ayudado a que los resultados sean tan buenos como han sido hasta ahora.

“El Instituto Finlay de Vacunas tiene mucha experiencia sobre todo en vacunas  bacterianas, lleva muchos años produciendo vacunas fundamentalmente contra bacterias y esta planta donde estamos ahora se construyó con el objetivo de ser una planta de vacunas virales, aunque se ha investigado en algunas etapas, nunca se llegaron a desarrollar vacunas virales, por tanto, cuando llegó la tarea de buscar una vacuna contra la COVID-19, un virus, lo primero a lo que nos enfrentamos fue a estudiar muchísimo, a leer todo lo que salía sobre la COVID-19, no podíamos esperar al día siguiente, era arriba de los artículos, para saber por dónde se estaban moviendo los candidatos vacunales que fueron saliendo, estudiar todo lo que estaba haciendo el mundo, porque teníamos que desarrollar en el laboratorio nuevos ensayos, porque una bacteria no tiene nada que ver con un virus en cuanto a los efectos que produce, en cuanto a la inmunología que hay que estudiar y ese fue el primer reto.

“El segundo reto fue que una vacuna para que llegue a ponerse a un ser humano puede que lleve más de 10 años de investigación y tratar de hacer una vacuna en meses, yo creo que fue el mayor reto, ganarle tiempo al tiempo, que cada resultado de hoy no podía esperar a analizarse mañana, había que analizarlo hoy mismo porque de eso dependía la decisión de mañana.

“Nos hemos emocionado con un resultado como yo creo que no ocurría hacía años, porque cuando uno hace vacunas todos los días, a veces pierde el sentido de valorar la importancia de lo que está haciendo, la realidad de este Instituto es que hace vacunas todos los días, vacunas que salvan vidas y cuando uno hace eso todos los días, puede pensar que no es importante o que es rutinario, o que a lo mejor no tiene la implicación que le ven otros, porque uno está dentro y no es capaz de ver eso, y de pronto nos dimos cuenta que sí somos importantes, que en nuestras manos estaba el poder cambiar algo, en poder salvar vidas.

“La selección que se hizo para integrar el primer grupo –se han ido sumando otros compañeros y ya somos muchos más−, fue teniendo en cuenta que estuviera la persona con más capacidad, la persona más comprometida, la que podía lograr el resultado más rápido, yo pienso que ha sido un colectivo increíble, no solo por las características individuales de cada uno.

“Y pienso que hay tres factores que han influido en que hayamos logrado resultados tan rápidos, primero, la dirección que ha sido invaluable, siempre centrada en cuál es el objetivo, siempre evitando que nos desviáramos hacia lo que no era importante; segundo, la integración entre las áreas, que estuvieran desde el principio todas las áreas que tenían que estar, no esperar a llegar a la última etapa para involucrar a los que tienen que actuar al final, sino que desde el principio estuvieran involucrados todos; y tercero, las características personales de la gente, la consagración, la dedicación, el espíritu de sacrificio.

“Desde el 19 de mayo que nos dimos a la tarea de buscar el candidato vacunal, aquí no ha habido sábados, ni domingos, no ha habido hora para irnos del centro de trabajo hasta que no termináramos el resultado y yo pienso que eso ha definido toda esta etapa. Nosotros podemos tener nuestra vacuna en primer lugar para tener la garantía de salud para nuestro pueblo y que luego podamos ayudar con esa vacuna a tanta gente que no van a poder acceder a esas vacunas que se están desarrollando hoy.

“Ahora, lo primero es demostrar en esta etapa que la vacuna no induce efectos adversos, que afecten a las personas que se la pongan y en segunda instancia, evaluar elementos que permitan analizar si la vacuna es eficaz, que induzca en el organismo lo que nosotros esperamos que induzca para que evite la enfermedad. Esta es una vacuna que se basa en  que el organismo cuando la reciba sea capaz de producir anticuerpos y estos anticuerpos sean capaces de impedir que el virus entre a las células, y no se pueda replicar y, por tanto, no pueda producir la enfermedad.

“Este candidato se basa en una de las plataformas más conocida del Instituto Finlay, la plataforma de la vacuna VA-MENGOC-BC, con más de 30 años poniéndose a niños y  demostrando su seguridad y eficacia. Fue primera vacuna de su tipo que existió en el mundo en su momento, y yo creo que todo ese legado…y la participación de los jóvenes con nuevas experiencias, ha permitido que este candidato y los que vienen detrás marchen a una gran velocidad. Esto ha roto nuestros propios récords, lo que nosotros pensábamos que no podía ser y sí se pudo.

“Yo pienso que esta experiencia ha sido uno de los mayores retos que he tenido en mi vida profesional y personal, todos sabemos lo que ha provocado la COVID-19 en el mundo, y que este pequeño país, este pequeño colectivo, logre tener una vacuna contra esta pandemia va a marcar nuestra vida a partir de este momento, esto nos va a dejar como experiencia que todo lo que nos propongamos podemos lograrlo, y que no nos podemos quedar con este resultado, y que si esto lo logramos en esta situación, a esta velocidad, hay muchas cosas que podremos lograr en lo que nos quede de vida profesional.

“Yo por circunstancias de la vida no he podido tener hijos y me había planificado hacer una acción encaminada a poder hacerme un tratamiento de fertilidad que me permitiera lograr ese sueño y la COVID-19 vino a truncar ese sueño, y yo pienso que ese sueño truncado, me ha permitido entrarle con más deseo, con más motivación a esta tarea, porque si logramos tener una vacuna, si logramos que la COVID-19 termine en el mundo, yo pienso que yo pueda cumplir mi sueño antes que biológicamente no pueda”.

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