Cubadebate.- Sandra Caluo Reyes es residente de segundo año de Medicina Interna y Emergencia en la terapia intensiva del Hospital Clínico-Quirúrgico-Docente Salvador Allende (La Covadonga), en La Habana, dedicado a atender a enfermos de COVID-19.

“En esta situación, más bien son los familiares los que le envían los mensajes a los pacientes: que los están esperando afuera, que van a mejorar, inclusive familiares que se encuentran en centros de aislamiento que les envían mensajes de que están bien, de que no se preocupen, que estén fuertes y mantengan mucho las esperanzas.

“Nosotros tratamos, aunque es por vía telefónica, de transmitirles la mayor información posible para que ellos puedan estar tranquilos, siempre informándoles sobre la realidad del estado del paciente, tratando de explicarles que estamos dando lo mejor de nosotros, haciendo todo con cariño. Todo esto es duro y, a la vez, es la parte más bonita, a pesar de no poder comunicarse frente a frente con los familiares, el poder transmitirles esa tranquilidad.

“Al personal de salud lo que más le preocupa en estos momentos es que pueda haber un nuevo rebrote. Transmitimos el mensaje de concientizar a la población porque lo más importante es la vida humana. Esperemos que no haya un rebrote, que se tome conciencia y a la vez que esté la vacuna disponible.

“Todo depende de la conciencia sobre esta enfermedad, que realmente mata. Es una enfermedad nueva, a pesar de la mejoría en los tratamientos desde el inicio de la enfermedad hasta ahora, que ha permitido disminuyan los pacientes críticos y la mortalidad. La enfermedad todavía está ahí, es una realidad y lo más importante es la disciplina.

“Lo que más ansío cuando todo esto pase es sencillo: poder llegar a mi casa todos los días y ver a mi familia, y no estar 15 días trabajando y luego otros 15 días en centros de aislamiento. Para mí, más que ir a las playas o sentarme en el malecón, lo más importante sería llegar a mi casa todos los días y ver a mi familia”.

(Tomado de Naturaleza Secreta)