Cubadebate - Video: ICAIC.- El director de cine Juan Carlos Tabío falleció en la madrugada de este lunes 18 de enero en la capital cubana, una lamentable noticia que marca el “hasta siempre” a una icónica y querida figura de nuestra cinematografía.
Nacido en 1943, Tabío mereció el reconocimiento del público y de la crítica especializada por la impronta de disímiles obras de su autoría. Entre ellas, Se permuta (1985), obra clásica en el género de la comedia, distinguida además con la actuación de la vedette de Cuba Rosita Fornés.
Premio Nacional de Cine en 2014, al prestigioso cineasta se le agradece, asimismo, el filme Plaff (1988), un éxito innegable en el género que defendía, además de codirigir Fresa y chocolate (1993) y Guantanamera (1995) con Tomás Gutiérrez Alea.
Lista de espera (2000) y El cuerno de la abundancia (2008) son de sus títulos de más recientes.
Su cadáver será cremado y próximamente se informará acerca de la realización de despedida a este prolífero creador que sentó pautas y cultivó un importante legado en la cinematografía cubana.
(Con información de Cubacine)
Lamentan autoridades e instituciones cubanas muerte del cineasta Juan Carlos Tabío
La Habana, 18 ene (ACN) Instituciones y autoridades de Cuba lamentaron hoy la muerte del destacado cineasta Juan Carlos Tabío, Premio Nacional de Cine 2014, y expresaron sus condolencias a familiares y amigos.
Desde su cuenta en Twitter, el Ministerio de Cultura destacó la importante obra de Tabío dentro de la historia del cine cubano.
“Este 18 de enero falleció, en La Habana, el director de cine Juan Carlos Tabío, Premio Nacional de Cine y con una obra importante en la historia del cine cubano. Llegue a sus familiares y amigos, nuestras más sentidas condolencias. #CubaEsCultura”, expresó en la referida red social la institución rectora de la política cultural en Cuba.
Asimismo, el presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), Luis Morlote Rivas, expresó su dolor profundo por la muerte de Tabío, que representa una pérdida sensible para la cultura nacional, enfatizó.
“Llegue a su esposa, familiares y amigos las condolencias de quienes, desde la UNEAC, le admiramos y recordaremos siempre”, escribió Morlote Rivas.
También la Casa de las Américas lamentó, vía Twitter, el fallecimiento del director de cine y extendió un abrazo a sus familiares y amigos.
En su mensaje, esta institución destacó que Tabío fue una figura notable de la cinematografía cubana y autor de obras ampliamente reconocidas por el público y la crítica.
Juan Carlos Tabío, el cineasta que reflejó a Cuba desde el humor
EFE La Habana.- El reencuentro de un amor de juventud en plena procesión fúnebre, el sueño frustrado de mudarse a barriadas elegantes del Vedado, o los líos por el reclamo de una millonaria herencia sellaron parte de las historias del director de cine cubano Juan Carlos Tabío, fallecido este lunes en La Habana.
A Tabío, nacido en 1943 en La Habana, lo descubrió Tomás Gutiérrez Alea -llamado cariñosamente en Cuba «Titón»-, otro de los grandes directores de la cinematografía cubana contemporánea, y juntos reflejaron la dura realidad de su país, marcada por la crisis económica generada tras la caída de la Unión Soviética en 1991.
El cineasta usó la comedia para narrar la Cuba del llamado «Período Especial» y junto con «Titón» codirigió la célebre «Fresa y Chocolate» (1993, nominada al Óscar como Mejor Película de Habla No Inglesa), que versó sobre la amistad entre un joven comunista (David) y un intelectual homosexual (Diego), un tema tabú para la sociedad isleña en aquel momento.
Dos años después vino «Guantanamera», un filme de humor negro que narra las peripecias en el traslado de una difunta desde la oriental provincia de Guantánamo hasta La Habana y las marañas de un funcionario burócrata y su plan de «ahorro» para los cortejos fúnebres, así como el reencuentro de un amor de juventud.
RETAZOS DE REALIDAD
Su primer filme, «Se Permuta» (1985), no sólo le dio la oportunidad de mostrar a la vedette Rosita Fornés en su mejor faceta de actriz, sino también dibujó una Cuba que ya sentía los efectos de la crisis con duro impacto en el sector de la vivienda o el transporte público.
En 1988 contó en «Plaff o demasiado miedo a la vida» la historia de una mujer (magistralmente encarnada por Daisy Granados) que rechaza a la esposa de su hijo e, incluso, a un enamorado suyo y comienza a lanzar huevos contra las paredes de su propia casa.
En el último año del siglo XX dirigió «Lista de Espera», filme que siguió su línea temática de mezclar drama con humor y romanticismo con un toque de realidad, al contar la histeria y desespero casi colectivo de los pasajeros varados en una terminal de ómnibus de un pueblo del centro de Cuba.
Tras esa experiencia, volvió a escribir a cuatro manos con el escritor Arturo Arango en 2008 en «El cuerno de la abundancia». La coproducción entre la productora española Tornasol Films y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC) abordó el alboroto que deja en los pobladores de Yaragüey, un pequeño pueblo imaginario del interior de Cuba, la noticia de una millonaria herencia que tal vez ni existía.
SU DÍA DE SUERTE
Tabío dijo en una ocasión que se involucró en el séptimo arte «por un golpe de suerte», pero «su día de suerte» fue realmente cuando Titón lo llamó para codirigir «Fresa y Chocolate», la versión cinematográfica del cuento «El lobo, el bosque y el hombre nuevo» del escritor cubano Senel Paz.
Su fortuna o azar del destino -si se quiere- quedó sellada en ese filme en la mítica frase: «¡Uy, hoy es mi día de suerte!», pronunciada por Diego cuando conoce a David en la conocida heladería habanera «Coppelia».
De sus orígenes en 1961 en el ICAIC como asistente de producción y dirección, acumuló una reconocida trayectoria profesional que incluyó más de 30 documentales o su rol como profesor de guión y dirección en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, según la biografía publicada en el portal web del cine cubano Cubacine.
La obra de Tabío, quien mereció el Premio Nacional de Cine en 2014, «es parte de la trascendente historia del cine cubano», resaltó hoy el ICAIC en su cuenta de Twitter.
Tabío dejó su huella en la cinematografía contemporánea gracias a películas que, a través del humor y la inteligencia, mostraron lo que es vivir en la isla caribeña.
Algo que ratificaba en 2008, cuando afirmó a Efe en una entrevista: «no es que vuelva con el humor, es que nunca he salido de él».
Falleció el cineasta Juan Carlos Tabío
Redacción CubaSí
Otra gran pérdida para la cinematografía nacional: este lunes ha fallecido en La Habana el director de algunas de las más populares y agudas películas cubanas, de crónicas inspiradas, cuestionadoras de su contexto; ha muerto un realizador que siempre hizo gala de un marcado sentido del humor, de fortísimo arraigo popular. La suya fue siempre una vocación crítica. El suyo fue un compromiso con el arte que apuesta por la transformación de la sociedad. Las suyas fueron metáforas diáfanas y profundas sobre la realidad. La Cuba que recreó Juan Carlos Tabío es perfectamente reconocible. Es la Cuba de todos los días, basta con salir a la calle.
Esa deliciosa película, Se permuta (1983), es un buen ejemplo. Muchos de los conflictos de esa década están ahí expuestos, sin paños tibios, con el tono divertido de las comedias de enredos y situaciones. Con ese filme el cine cubano comenzó a saldar una deuda con una de sus más emblemáticas actrices: Rosita Fornés.
Unos años después, en 1988, otra grande, Daisy Granados protagonizó junto a un elenco de lujo un título imprescindible: Plaff o Demasiado miedo a la vida. Para muchos es la obra cumbre del director, la que explicita su poética. Cine dentro del cine, Plaff... es una de las más incisivas creaciones de la época. Su singular estructura dramática marcó un hito.
Con el maestro Tomás Gutiérrez Alea, Tabío compartió la dirección de un clásico: Fresa y chocolate (1993). A partir del cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo, de Senel Paz, se abordó un asunto considerado tabú por mucho tiempo: la homosexualidad, la manera en que se asumía por el entramado social, político y cultural. No en vano la película devino emblema de la lucha contra la discriminación y constituyó hasta cierto punto, señera de cambios fundamentales. Dos años después la dupla repitió con Guantanamera.
Películas como El elefante y la bicicleta, Lista de espera, Aunque estés lejos o El cuerno de la abundancia, ubicaron a Tabío entre los más reconocidos directores cubanos. En 2014 mereció el Premio Nacional de Cine, en atención a una obra que caló, como pocas, las constantes de la identidad nacional, los rasgos distintivos de una manera de ser, de proyectarse, de enfrentar las adversidades y disfrutar los triunfos.
La historia del cine cubano no podrá contarse sin sus aportes.