Darío A. Extremera Peregrín, Ismael Francisco - Cubadebate - Video: Canal Caribe / TV Cubana.- “El 4 de marzo lega a los cubanos una fecha para no olvidar de todo lo que es capaz el imperialismo. Los tiempos han variado, pero sus aspiraciones son las mismas que cuando nos describían como la fruta madura que estaba destinada a caer en sus manos”, afirmó este jueves Tamara Placeres Pérez, primera secretaria del PCC en La Habana Vieja, durante el acto por el aniversario 61 del atentado al vapor La Coubre.


Luego de hacer un recuento de los hechos de esa trágica jornada, en la que perdieron la vida más de 100 personas y alrededor de 400 fueron heridas, Placeres afirmó que “el hecho en sí mismo no fue aislado, ni fue el último en la escalada de acciones por cambiar nuestro rumbo.

“En épocas recientes, en un nuevo contexto, se exacerban las guerras desde las redes sociales, y el objetivo siempre es el mismo; desde el paladín de los derechos humanos y la libertad de expresión se promueve todo tipo de acciones terroristas en nuestro pequeño archipiélago por el solo hecho de pensar diferente, de soñar un país donde el centro de las aspiraciones van dirigidas al crecimiento de los seres humanos”.

La funcionaria recordó la demanda que el 31 de mayo de 1999 entabló el pueblo de Cuba contra el Gobierno de Estados Unidos por daños humanos.

El Tribunal Popular Provincial de la capital, instancia a la que fue presentada esa denuncia, dictaminó que el Gobierno estadounidense debe indemnizar al pueblo cubano con el pago único de 181 100 millones de dólares estadounidenses.

La sentencia incluye, además, la conminación al Ejecutivo norteamericano “a que públicamente se retracte por el daño moral del que han sido objeto tanto los familiares como las víctimas de los hechos narrados en esta demanda”.

La reclamación de Cuba fue fijada con base en el valor de la vida de 3 478 cubanos fallecidos y 2 099 incapacitados en esas acciones.

“Las Administraciones norteamericanas que se han sucedido luego de la demanda nunca han tenido la moral ni la decencia de pedir disculpas y retractarse por los daños causados a las víctimas y sus familiares“, subrayó Placeres Pérez.

“Mi papá era estibador, estaba en la bodega dos, salió de la casa muy temprano en la mañana. Yo estaba ahí y le estuve diciendo que no fuera a trabajar ese día. Vino a trabajar y ocurrió la desgracia de que los americanos hicieron un sabotaje, y lo perdimos. Hoy lo recuerdo mucho, como si fuera el primer día”, dijo a Cubadebate Osvaldo Canceco Fernández con la voz entrecortada y los ojos vidriosos y enrojecidos.

Canceco Fernández estaba presente en el acto celebrado este jueves en la entrada del muelle La Coubre, en el puerto habanero. Su padre, Osvaldo Canceco García, es el séptimo en la lista de los fallecidos ese día, colocada a la entrada del muelle.

El cinco de marzo de 1960, en las honras fúnebres a los caídos en el atentado, el Comandante en Jefe Fidel Castro relató lo ocurrido ante la multitud, esbozó los argumentos irrefutables de la teoría del atentado y su autoría, y pronunció por primera vez la consigna de ¡Patria o Muerte!, un hito en el ideario político de la Revolución cubana y en la lucha del pueblo cubano contra las adversidades y para defender su soberanía durante seis décadas.

“Y no solo sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria: la de la libertad o la muerte. Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria. Y la disyuntiva nuestra sería ¡Patria o Muerte!”. (Fragmento del discurso pronunciado por Fidel Castro en el sepelio de las víctimas del sabotaje al barco La Coubre donde menciona por primera vez la consigna ¡Patria o Muerte!).

También ese día fue captada por Alberto Díaz, Korda, la icónica imagen del Che Guevara, uno de los mejores retratos fotográficos de todos los tiempos y posiblemente la imagen más reproducida en la historia de la fotografía.

Otro de los temas abordados por la primera secretaria del PCC en La Habana Vieja durante el acto de este jueves fue la creación en enero de 2018 de una fuerza especial por el Departamento de Estado de EE.UU. para la subversión en internet, “donde se potencializa el terror, se miente descarnadamente, se promueven y multiplican imágenes con el propósito de engañar al pueblo y crear desconfianza, así como para dar la sensación de un clima de inseguridad en la nación, se estimula la violencia y el enfrentamiento del pueblo a las principales estructuras del Estado, el Gobierno y las instituciones armadas”.

Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en la capital y presidente del Consejo de Defensa Provincial (CDP); Reynaldo García Zapata, gobernador de La Habana y vicepresidente del CDP; el coronel Víctor Dreke, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, y dirigentes y trabajadores de la CTC, estuvieron a la entrada del muelle para recordar y honrar a las víctimas de las explosiones ocurridas el 4 de marzo de 1960.

 

Cuando estalló el vapor La Coubre

Silvio Rodríguez

Leo que fue un viernes y yo hubiera jurado que fue un sábado o un domingo, porque yo regresaba del cine Neptuno con mi hermana María, que por entonces tenía 7 u 8 años, de una matinée infantil.

Caminábamos todavía por la calle Neptuno, a punto de llegar a Gervasio y doblar. Me había parado en la óptica Chediac, a mirar armaduras de espejuelos, porque ya los necesitaba. Y en ese instante toda la vidriera se me vino encima. Del brinco caí parado en medio de la acera y, mientras con el rabo del ojo comprobaba que mi hermanita estaba a salvo, a mi lado, fui siguiendo el estallido de todas las vidrieras de la calle (que eran muchas), gracias a la impecable onda de choque.

El pandemonio que siguió fue grande y, un par de minutos después, ya corriendo Gervasio arriba, vi a nuestra madre viniendo hacia nosotros, pelo en desorden y cara angustiada, sabiendo que a esa hora ya iríamos andando hacia la casa. Son mis recuerdos de un día como hoy, hace 61 años, cuando estalló el vapor La Coubre.

(Tomado del muro de Silvio Rodríguez en Facebook)

 

Voladura del Vapor La Coubre, fracaso de la intimidación imperialista

Jorge Wejebe Cobo

REDH-Cuba

A pocos minutos de dar el reloj las tres de la tarde del 4 de marzo de1960, una fuerte explosión ocurrió en el muelle de la Pan American Docks, en la rada habanera, y destruyó parte de las bodegas del Vapor francés La Coubre del que se descargaban municiones,  y transcurrido un breve tiempo una segunda detonación hizo desaparecer la popa de la embarcación y causó más muertos entre los que habían acudido a socorrer las primeras víctimas.

Un hongo de humo negro de más de mil metros se elevó en el cielo de la capital cubana, anunciando el desastre que provocó  más de cien muertos y centenares de mutilados y heridos.

De inmediato, la ciudad salió de su ritmo habitual y un concierto de sirenas de ambulancias y patrullas anunció la movilización de los servicios de urgencias, mientras la mala nueva se repetía de boca en boca y el pueblo acudía espontáneamente, sin amedrentarse ante el peligro a cooperar con las autoridades

  Solo por minutos de diferencia el primer ministro Fidel Castro y otros dirigentes no coincidieron con la última detonación, programada evidentemente para descabezar la Revolución, teniendo en cuenta que estar presente en la primera línea del combate  caracterizó siempre la actuación de la dirección cubana.

  La nave había arribado a su lugar de atraque en horas de la mañana para descargar proyectiles y granadas autopropulsadas para fusiles automáticos belgas FAL, destinados al Ejército Rebelde y que de inmediato comenzaron a ser descargados por trabajadores del puerto y militares.

  Ese fue uno de los últimos cargamentos que arribaron al país, de acuerdo con los contratos firmados en 1959 con la Fabrica Nacional de Armas de Guerra S.A., de Bélgica, para la adquisición principalmente de alrededor 10 mil fusiles FAL, uno de los mejores del pasado siglo y que llegaron muy oportunamente para enfrentar la guerra no declarada de Estados Unidos contra la Isla.

  Así se ejecutó el mayor crimen realizado por la CIA en el inicio de su campaña terrorista para impedir que Cuba adquiriera armas para su defensa, a la vez que se consumaban otros actos terroristas y bombardeos de aviones piratas procedentes de EE.UU a centrales azucareros, fábricas y contra la propia ciudad.

  Washington seguía el patrón de acciones  que les resultaron exitosas a la CIA en 1954 cuando derrotó al gobierno progresista del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz, que incluyeron bombardeos aéreos a instalaciones militares de la Ciudad de Guatemala, capital del país, y campañas mediáticas que desmoralizaron al ejército y anularon la resistencia popular a la invasión mercenaria que concluyó la fatídica tarea.

  Para repetir esa matriz, pero incrementada  contra la vecina Isla, la CIA nombró a  Jacob L. Esterline, ex jefe destacado en esa operación, al frente del órgano WH-4 de la CIA creado el 18 de enero de 1960 para dirigir las acciones contra Cuba, que incluían atentados a los máximos dirigentes cubanos, principalmente al Comandante en Jefe Fidel Castro, actos terroristas, acciones de espionaje así como creación y apoyo a las organizaciones contrarrevolucionarias y otras medidas.

  Cuando todavía no se habían apagado las llamas en los restos de La Coubre, los investigadores cubanos iniciaron las pesquisas  en el lugar y lanzaron desde aeronaves cajas de municiones y granadas que venían en la embarcación sin que estallaran, lo cual excluyó  un accidente por choque o caída  como causa de las explosiones como pretendía hacer ver el gobierno estadounidense.

  Otras indagaciones demostraban que se trató de un sabotaje preparado mientras el barco se encontraba en Europa, probablemente al instalar un artefacto explosivo en alguna caja de municiones que se activó cuando fue movida.

  También coincidieron con la tesis cubana del sabotaje, la comisión francesa investigadora en representación de los armadores del barco y otra de la fábrica de armas belgas que despachó la carga de municiones y proyectiles.

  Hasta el momento, el gobierno norteamericano y su comunidad de inteligencia se han negado a desclasificar documentos sobre el suceso y existen informaciones que evidencian la posibilidad de que la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo  en alianza con la Central de Inteligencia yanqui haya tenido que ver en la acción, por la presencia del jefe de la inteligencia de República Dominicana en Bélgica en fecha cercana a la salida de La Coubre en su último viaje a Cuba, entre otros indicios  que apuntan a esa colaboración.

  Aunque la voladura del buque provocó la  muerte y destrucción esperada por sus planificadores, demostró que  los programas terroristas no podían quebrantar el apoyo a la Revolución de la inmensa mayoría del pueblo cubano, y mucho menos atemorizó a la dirección del país que supo dar una respuesta firme a las pretensiones imperiales.

  Esa decisión fue patentizada  por el Comandante en Jefe Fidel Castro en la despedida de duelo de las víctimas del sabotaje  en el Cementerio de Colón en La Habana, el 5 de marzo de 1960 cuando proclamó:

  “Y no solo que sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria:  la de la libertad o la muerte.  Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria.  Y la disyuntiva nuestra sería Patria o Muerte”.

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