Mesa Redonda.- Ulises Guilarte de Nacimiento, miembro del Buró Político del Partido y Secretario General de la CTC, Fernando González Llort, Presidente del ICAP y Alfredo Vázquez, Secretario General de Central obrera en la Capital, comparecerán en la Mesa Redonda de este viernes, donde se darán detalles de las conmemoraciones por el Día Internacional de los Trabajadores que este año transcurrirá fundamentalmente en el espacio digital.


Unidos Hacemos Cuba

Granma

Tenemos buenas noticias para el mundo, pero muy malas para el imperio. Cuba desfila este 1ro. de Mayo más unida que nunca, con la fuerza que le da su Revolución y el legado de Fidel, las enseñanzas de Raúl y la continuidad que lidera Díaz-Canel. Desde esta pequeña Isla, convertiremos a las redes en nuestras plazas, porque es este un país que, con sus propios esfuerzos, frente a la pandemia y al recrudecimiento del bloqueo, no deja de pensar en su desarrollo. Por eso, con el poder que nos da el acceso del 64 % de la población a internet, y los más de seis millones de celulares, el mundo podrá ver y escuchar cómo, Unidos, Hacemos Cuba.

Madeleine Sautié

Es Primero de Mayo. Nada impedirá la fiesta. ¿Que ha cambiado el escenario del color y el calor de la Plaza? Sí. ¿Que de nuevo el convite a celebrarlo es virtual o desde casa? Es cierto. Por el propio bien de un pueblo, que vive días gloriosos frente a una pandemia devastadora, son afirmativas las respuestas.

En otro desfile, el del pensamiento justo y elevado, que no se deja confundir, debemos estar presentes los que queremos para Cuba la luz de la prosperidad. Pero no la de unos pocos, amos y dueños del dinero, que en sociedades neoliberales explotan, como a bestias, a la mayoría, sino la de esa claridad que no discrimina, la que no desampara, la que no indaga para hacer el bien, la que arropa a todos sus hijos, porque desde las primeras líneas de su Constitución deja muy claro que en este Estado socialista de derecho y justicia social, fundado en el trabajo y la dignidad,  la obra es con todos y para el bien de todos.

La actual situación epidemiológica tendrá su epílogo. Vendrán nuevos tiempos y, con ellos, otro Primero de Mayo, en que el Día Internacional de los Trabajadores recobrará su sonado privilegio en las plazas del mundo. En muchos de ellos, los hombres y las mujeres del orbe reclaman, no siempre con esperanzas, tantísimos derechos que en Cuba alcanzan mayoría de edad, porque la Revolución vino con ellos.

Las nuestras volverán a ser espacio de confirmación revolucionaria para desfilar frente a sus principales dirigentes, tanto niños como jóvenes y ancianos, sin más empuje que el gusto de estar en una de las más hermosas y emotivas jornadas, engalanadas con cantos, consignas, himnos y pancartas, confeccionadas lo mismo con cuidadosas arquitecturas, que con simples crayolas o acuarelas, tantas veces hechas por los pequeños de la casa. Quien lo dude, ese no ha estado jamás un Primero de Mayo en una plaza cubana.

Mientras desterramos la pandemia, y batallamos por regresar a la normalidad (condición que en Cuba tiene el estigma de un bloqueo cada vez más anacrónico y repudiado mundialmente), justo es, en este día, hacer ciertas valoraciones.

El trabajo, esa fortuna de la humanidad, tocada por la literatura desde sus más exactas dimensiones, es mucho más de lo que a veces suponemos creer. La utilidad de la virtud, que con fuerza aflora en su desempeño, es una de sus fortalezas, sin olvidar que solo en el socialismo es fuente de inspiración creadora y de placer.

 Nos preparamos para la vida pensando en trabajar. Cuando enfermamos, el más imperioso sentimiento es el de recuperarnos pronto para incorporarnos al trabajo. No escaparon de la pluma de Goethe, de Kafka, ni de tantos otros genios de las letras, las filosofías sobre quiénes somos frente al trabajo. Pero también nosotros, parte del pueblo cubano que ha resistido estoicamente la asfixia económica a cargo del imperio más poderoso del mundo, con más de 240 medidas aplicadas recientemente por la administración trumpista, tenemos las nuestras. 

Más de un año lleva Cuba creciéndose en su afán humanista, como si fuera posible engrandecerlo más. Si en primerísimo lugar la batalla en esta hora es por la vida, preservar el derecho de sus trabajadores en circunstancias tan complejas, incluso para las economías del primer mundo, lleva también el sello protector de la Isla rebelde.  

No hay equipo de trabajo que no haya sentido la delicia de multiplicar esfuerzos en momentos en que se impone atajar la muerte y ganarle la cruzada, sin que se detengan los resortes movilizadores de todo un país. ¿Quiénes, sino sus trabajadores, han hecho posible la proeza? Animoso, porque sabe que la dicha plena solo es posible si se sirve a los otros, emprende este pueblo, a diario, su viaje por los días, dejando el agotamiento y la queja para cuando haya que hacer el cuento, que no es ahora, cuando se impone crear.  

En fila apretada van médicos, maestros, obreros del comercio, de comunales, de centros de elaboración de alimentos, trabajadores de las far y del Minint, periodistas, instituciones… moviendo la maquinaria mayor, la que no puede ni va a detenerse, la que echa a andar la Isla proletaria, cada vez que amanece.

Impulsada, más que nunca, con nuestras proyecciones en pos de la dicha colectiva, diseñadas, discutidas y aprobadas en el 8vo. Congreso del Partido, –cuyos acuerdos son matriz y brújula para defender la actualización del Modelo económico y social de desarrollo socialista, y la puesta en marcha de la Tarea Ordenamiento– camina indetenible la clase obrera cubana, con miles de obstáculos que derribar, pero segura de no querer regresar jamás a un pasado capitalista en el que el ser humano, lejos de reconocerse en su comunidad, disuelve su esencia hasta convertirse en una cosa.

No es desconocido que hay males que desterrar, bien subrayados por Raúl en el Informe Central del Congreso, como los «efectos negativos asociados al exceso de burocracia, al deficiente control de los recursos, causa y condición del dañino fenómeno de la corrupción y de otras ilegalidades que limitan el incremento de la productividad y de la eficiencia», así como la presencia de «problemas estructurales del modelo económico que no proporciona suficientes incentivos para el trabajo y la innovación».

Para ello, y para conseguir los sabidos beneficios y rectitudes que entraña, se aplica la Tarea Ordenamiento, que «permitirá (…) ordenar y transparentar el desempeño de los diferentes actores del escenario económico, e incentivar el amor por el trabajo como medio y sentido de la vida de los ciudadanos».

No se podrá vivir sin trabajar en una nación que, en circunstancias extremas, ha logrado respaldar con variantes salariales a sus trabajadores; donde nadie ha quedado desamparado y se ha protegido a los padres de niños pequeños, y también a los creadores y artistas, lo mismo en el sector presupuestado que fuera de él; y que hoy se erige, soberana, con cinco candidatos vacunales para aniquilar la COVID-19.

Aunque tanto cuente, queda mucho por forjar. Cuba y su pueblo, que son sus trabajadores, emprenden hoy el rumbo con Díaz-Canel al frente, seguros de que el trabajo es la riqueza de la sociedad y también del espíritu. Se hace camino al andar. En eso estamos,  junto a los buenos del mundo.

 

Emanciparnos por nosotros mismos

La frescura matiza el contexto en el que se dinamiza la economía cubana. Este también es un proceso osado, porque no se puede pasar por alto que, sobre toda acción de progreso de nuestro país, actúa esa cuña candente llamada bloqueo económico, salida de la fragua de actos hostiles que el Gobierno de EE. UU. mantiene activa

Germán Veloz Placencia

Granma

La frescura matiza el contexto en el que se dinamiza la economía cubana. Este también es un proceso osado, porque no se puede pasar por alto que, sobre toda acción de progreso de nuestro país, actúa esa cuña candente llamada bloqueo económico, salida de la fragua de actos hostiles que el Gobierno de EE. UU. mantiene activa.

Ajustado al cuello del archipiélago, como para asfixiarlo, el cerco genocida –código de la prepotencia imperialista, exaltación de la resistencia heroica de Cuba, pero a la vez evidencia del más largo fracaso de la política exterior estadounidense– hace rato que nos ha enseñado que, para sobrevivir, no deben esperarse resultados distintos a los que podamos conseguirnos con nuestras propias fuerzas y recursos. El enfrentamiento a la covid-19 y nuestros cinco candidatos vacunales contra el virus lo está demostrando.

En ese afán, urgencia permanente de nuestra economía, ¿cuánto ha hecho el país últimamente, qué condiciones ha creado para que el potencial de sus fuerzas productivas, ese pueblo trabajador que hoy celebra, se reproduzca en resultados y acelere el desarrollo de la nación?

NUEVOS TIEMPOS, OTRA MENTALIDAD

Horas atrás, un grupo de artesanos holguineros recibió materia prima, a partir de una solicitud de importación pagada con dinero propio. El contenedor, con flexivinil, espuma de goma y otros recursos, arribó a la ciudad de Holguín y fue depositado en el almacén de la filial provincial del Fondo Cubano de Bienes Culturales, entidad que recibió las solicitudes y contactó con los proveedores y los responsables de hacer llegar la carga.

Y hay más. Gladys Rodríguez Escalona, especialista del Grupo de Nuevos Negocios, creado por la citada filial, aseguró que tres contenedores con felpa para elaborar toallas, y nueve con cemento, están en camino a Cuba, para satisfacer necesidades de artesanos creadores y trabajadores por cuenta propia del sector de la Construcción. Asimismo, añadió que forman parte de 59 solicitudes atendidas por la entidad.

No hay duda acerca del interés que despierta en el país esa vía de adquisición de materias primas, aun incipiente. Según divulgó, en su cuenta de Twitter, Vivian Herrera Cid, directora general de Comercio Exterior del Mincex, más de 1 980 contratos fueron concertados hasta la última semana de abril entre empresas estatales dedicadas al comercio exterior y formas de gestión no estatal, desde que estas contaron, desde el pasado año, con la oportunidad de exportar e importar.

A quien se acerque por estos días a la Empresa Mecánica Holguín (Holmeca), le bastará aguzar los sentidos para descubrir a varias personas enfrascadas en un curso de inglés para dominar, de la manera más expedita posible, el idioma inglés, paso indispensable para «ensamblar» el grupo de especialistas que necesita, a fin de sacar óptimo provecho a las facultades que, próximamente, le otorgarán para exportar directamente.

Con esa posibilidad, contemplada en las medidas aprobadas para fortalecer la empresa estatal socialista, Holmeca, al decir de sus directivos, no se valdrá de terceros para vender en el exterior equipos agrícolas de probada calidad.

El procedimiento utilizado hasta ahora, dicen, no les ha dejado un buen sabor. Entre otras cosas, algunos de las organizaciones nacionales encargadas de las ventas en el exterior ingresaban el mayor monto de las ganancias y, para colmo, quedan cuentas por cobrar. Hoy, por ejemplo, están demandando unos 120 000 pesos. Otro gallo debe cantar cuando dispongan de la licencia de exportación, con las normas que verifican la Cámara de Comercio y la Aduana General de la República de Cuba.

A través de esa vía, transitada desde hace ya algún tiempo por la Empresa Agroindustrial Ceballos, de Ciego de Ávila, llegan beneficios notorios, como disponer del 80 % de los ingresos en divisas para refinanciar el desarrollo propio.

Al repasar el conjunto de disposiciones, se aprecia, entre otras formas de operar, la ampliación de las facultades de los directivos empresariales para acceder directamente a créditos otorgados por el sistema bancario o instituciones financieras y aprobar los precios y tarifas de sus productos o servicios, conforme a lo regulado, respetando la política de precios de la empresa. Directivos sagaces, dispuestos a sacar provecho de esto, aseguran que es necesario andar de la mano con los correspondientes asesores económicos y jurídicos, lo que no deja a un lado la consulta de las decisiones con los trabajadores.

¿VIVIR SIN TRABAJAR?

Muchos cubanos hemos conocido y convivido con no pocas personas sin vínculo laboral por años. Algunas de las  causas de ese poco interés por buscar sustento, mediante el trabajo, y aportar a la nación, fueron las  excesivas gratuidades y la larga práctica de subsidiar productos con el Presupuesto del Estado.

Pero las descritas condicionantes nocivas se fueron abajo con la aplicación de la Reforma Salarial, componente sustancial de la Tarea Ordenamiento, puesta en marcha a principios del año en curso. Lo cierto es que se ha estimulado la incorporación al empleo. Hace poco, fuentes oficiales informaron que más de 100 000 personas dieron ese paso desde enero.

En tan alentador contexto, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, de acuerdo con lo reseñado anteriormente en este diario, destacó, a través de su cuenta de Twitter, la importancia del incremento del empleo en el sector productivo, sin afectar la productividad del trabajo, pues la generación de puestos de trabajo con más productividad constituye la clave para el crecimiento económico de la nación.

Por cierto, las mujeres representan el 36 % de los beneficiados con acceso al empleo durante el cuatrimestre registrado. Es grato conocerlo, porque revela que el archipiélago avanza sólidamente en el propósito de equilibrar, todavía más, la participación activa de la mujer en cada frente de la sociedad.

Medular resultó, en ese empeño, la concreción del Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, aprobado por Decreto Presidencial. De ese modo se establece una estrategia de Gobierno, con la participación de la Federación de Mujeres Cubanas y la capacidad de emprender acciones de seguimiento, evaluación y control, que permiten profundizar en las respuestas emitidas ante las recomendaciones del Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las mujeres.

***

Sobre la Tarea Ordenamiento, en contraposición con quienes consideraron que no era el momento de ponerla en curso, ha demostrado que ha acelerado la implementación de un grupo importante de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

A la vez, reconoce la capacidad para asumir cambios en su proceso evolutivo, lo cual reconoció el recién efectuado 8vo. Congreso del Partido.

Para que las aguas retomaran su nivel en lo económico, hubo, como es sabido, reducción o eliminación de subsidios, incrementos de tarifas de precios de productos y servicios en la mayoría de los casos, pero la realidad impuso razonables e inmediatas rectificaciones, auxiliadas con dinero del Presupuesto del Estado. Nadie quedó desamparado, pero en Cuba se va imponiendo la filosofía de que para vivir hay que trabajar.

En un primer momento, fueron reformados –entiéndase reducidos– los nuevos precios de la electricidad del sector residencial. Ahora ocurre algo similar con las peticiones de productores agrícolas, a raíz de un paquete de 63 medidas que buscan impulsar la producción de alimentos y reducir la importación de estos de forma permanente, a partir de la capacidad propia del país. Basta pensar en la satisfacción de los cultivadores de arroz, quienes desde enero vieron cómo se le disparaban los costos de producción y, prácticamente, se les esfumaban las ganancias por las altas erogaciones derivadas del uso de electricidad, del agua y de las prestaciones de la aviación, entre otros servicios indispensables.

Ante las inconformidades de la población, que utilizó varias vías para hacerlas saber, los dirigentes políticos y del Gobierno de la nación reaccionaron de inmediato. Raúl fue el primero en recomendar «pegar el oído a la tierra» para buscar soluciones a las inquietudes de los compatriotas. El procedimiento fue pensado, debatido e implementado de inmediato.

No huelga resaltar el ejercicio democrático de razonar con los ciudadanos los mejores modos de proceder –incluso en las difíciles condiciones actuales de bloqueo económico recrudecido y pandemia–, para que el empujón económico que requerimos, especialmente el despertar urgente en la producción agropecuaria, genere altos impactos en el corto plazo, con beneficios coherentes y proporcionales al esfuerzo de todas las partes que lo hagan posible.

CON LA MANGA AL CODO: A TRABAJAR

Hoy no habrá desfiles en las plazas. En su lugar, cuelgan banderas de los balcones y, en el espíritu del pueblo trabajador, se sabe que late un sentimiento de empuje por el país. Hay conciencia plena de cuánto urge que nos movilicemos, creativamente, por nosotros mismos.

Las reservas más grandes estarán siempre en las capacidades productivas de los trabajadores cubanos, en el ingenio para encontrar soluciones al pie de obra, en el estímulo a la innovación, en conceder protagonismo práctico a la ciencia, en sembrar cada palmo de tierra aprovechable y copar cada nicho que el comercio hacia el mundo nos abra como una opción.

Este Primero de Mayo nos convoca a eso. No es la consigna la que nos llama a movilizarnos, nos reclama la necesidad imperiosa de «emanciparnos por nosotros mismos, y con nuestros propios esfuerzos».

 

Asignaturas pendientes de la clase trabajadora

En un aniversario nuevo del Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, se agudiza el debate entre el capital y el trabajo, se confrontan, con mayor claridad, el mundo de la explotación y la esclavitud, contra la voluntad que anhela construir una vida de relaciones fraternas y emancipadas, sin clases sociales

Fernando Buen Abad

Granma

En un aniversario nuevo del Día Internacional de los Trabajadores y las Trabajadoras, se agudiza el debate entre el capital y el trabajo, se confrontan, con mayor claridad, el mundo de la explotación y la esclavitud, contra la voluntad que anhela construir una vida de relaciones fraternas y emancipadas, sin clases sociales. Se hace más urgente la unidad mundial y la acción transformadora. 

Conmemoramos la lucha planetaria contra el capitalismo, y la conmemoramos para repudiar la tragedia global que cuesta millones de vidas y perpetra descalabros inenarrables. Conmemoramos la lucha de la clase trabajadora desde los sótanos mismos del capitalismo, donde se organiza la barbarie contra los oprimidos, que no solo incrementa el desempleo, el hambre, la insalubridad, la intemperie, la carencia de educación, la falta de agua, de luz, de medicamentos y de respeto, sino que, además, incrementa las tácticas y estrategias para la manipulación de conciencias. Millones se ven obligados a mendigar por un trabajo, a cambio de salarios de limosna y de arruinar su salud en tareas insoportables. A vivir con miedo a perder eso. ¡Ya basta!

Cínicamente, el capitalismo hace esfuerzos ingentes para hacernos creer que el mundo será «distinto» sin tener que modificar su sistema económico y de «valores». Incluso algunos andan con el cuento de que puede «mejorarse», hacerse «más humano», hacerse «progresista». Tratan de convencernos de que «cambio» es lo mismo que «reformismo». Que «distinto» es lo mismo que «igual». Que las guerras son un negocio que puede «salvarnos»; que los bancos son nuestra mejor ayuda y salvación con sus «créditos»; que los «mass media» son imprescindibles para ayudarnos a entender la «realidad» y que es mentira que existan las fake news.

Sabemos que el imperialismo usa todas sus armas: bloqueo económico, golpes de Estado, desabastecimiento, terrorismo mediático, canalladas jurídicas y guerra alienante acelerada. Y no basta desear que muera el capitalismo, hay que erradicarlo definitivamente. Es la única forma de asegurar que el proceso revolucionario mundial sea irreversible. Es inexcusable denunciar cómo la «globalización» burguesa ha impuesto una guerra mediática alienante y mundial que el capitalismo apresura contra toda iniciativa democrática desde abajo.

En la refriega ideológica por dominar el sentido común, el capitalismo convierte su agonía en un infierno para la clase trabajadora. Y anhela que lo salvemos –entre todos– para ofrecerlo a nuestra prole como su mejor herencia. Como un «tesoro» civilizatorio. Con énfasis, y con supremacismo, demuelen el poder adquisitivo. Todo por la salud del mercado, su mercado. La flexibilización laboral (encubierta o desembozada) está infectada, también, por «asesores científicos». Hacen de las suyas con los salarios de la clase trabajadora bajo el abrigo de la pandemia y de cualquier payasada «técnica». Dicen que se deben crear millones de empleos, pero no confiesan de qué clase, en qué condiciones ni a qué costos. Truena el tropel ideológico burgués en sus máquinas de guerra ideológica y nos aturden con los «noticieros» que se empeñan en ilusionarnos con un futuro sacado de la chistera semiótica del gatopardismo. Ni una sola noticia sobre las protestas obreras en todo el planeta. Nos hacen creer que los trabajadores se desmovilizaron, y que el «internet way of life» se ilusiona con la tierra prometida del telemercado, la telesalud, las relaciones obrero-patronales remotas, caminando sobre la banda ancha y el big data.

Necesitamos unirnos, revolucionar la unidad, hacia una nueva visibilización de nuestra capacidad de organización, de protesta y de confrontación de clase. Acelerar la utilización de la tecnología y de la ciencia en los objetivos emancipadores para las conquistas laborales que debemos adquirir y confrontar certeramente a las recuas de sabelotodo, «expertos en nuevas formas laborales», sus sicólogos, sus economistas, sus astrólogos, e incluso sus teólogos… Es urgente una respuesta de la clase trabajadora, que avance con pasos organizativos concretos y haga los cambios verdaderos que solo pueden venir de una organización, irreverente y nueva, del trabajo por encima del capital.

Solo unidos. No hay reconciliaciones con las contradicciones del modo capitalista de producción que insiste en apoderarse de la conciencia de los trabajadores y las trabajadoras, para aniquilarles el nivel de la movilización y toda posibilidad de unidad. Ellos quieren convencernos de abandonar las luchas contra la extracción de plusvalía; de olvidar la lucha de clases como motor de la historia. De acostumbrarnos mansamente a la humillación de todos los seres humanos. Los trabajadores y las trabajadoras de todos los países conmemoran su lucha contra toda violencia y contra toda opresión del hambre, la miseria y la humillación.

La unidad de la clase trabajadora no puede crecer bajo alianzas con la burguesía, ni con sus comerciantes saqueadores y explotadores, porque ellos constituyen el enemigo de la clase que debe ser derrotado, expropiado y desaparecido definitivamente. La unidad de la clase trabajadora, que solo hemos conocido incipientemente, pero que concebimos como un cometido histórico dinámico para la toma del poder, habrá de derrotar a los modos de producción y a las relaciones de producción capitalistas, empeñadas en frenar el progreso de la humanidad, o será nada.

El programa de la unidad, con vida democrática plena y dirección de los trabajadores y las trabajadoras, de obreros y obreras, campesinos y campesinas, estudiantes, amas de casas, intelectuales, artistas, pequeños productores y comerciantes del campo y de la ciudad, ha de garantizar la más amplia y científica participación, y el protagonismo dispuesto a determinar su destino, sin amos, sin patrones…. Nuestra unidad debe reivindicar sistemáticamente el internacionalismo, con la certeza de que sus grandes objetivos como Revolución Humanista de nuevo género, solo se alcanzarán cuando los pueblos conquisten la organización para la emancipación de toda forma de alienación, bloqueo y silenciamiento. Nada de eso es posible si la unidad pierde de vista la necesidad de enterrar al capitalismo, para abrir paso a una nueva era en la historia de la humanidad.

Nuestra unidad debe comunicar su filosofía en función del momento histórico que permita recorrer, acelerar la organización concreta y los objetivos revolucionarios estratégicos. Impulsar todo pensamiento y toda praxis, para su debate ético maduro con plena conciencia y libertad, con los objetivos de la revolución. Y para eso es preciso llegar al mayor número posible de hombres y mujeres que se involucren en la resolución de todos, los problemas planteados por la lucha, con sus fases y niveles diferentes: expropiar a la burguesía, organizar la toma y ocupación de fábricas, y demandar la nacionalización bajo el control obrero de la banca, la tierra y los principales grupos industriales privados, la industria agroalimentaria…

Estos son asignaturas pendientes de la unidad que debe ser desarrollada con entusiasmo, creatividad y cientificidad. Asignaturas pendientes que deben actualizarse para construir una unidad inédita, dialéctica, de la que solo conocimos embriones, para que sirva como la herramienta que, a su vez, potenciará el programa de la clase trabajadora.

La unidad de los trabajadores y las trabajadoras de todo el mundo debe crecer y fortalecerse exponencialmente, cada vez más estrechamente, en sus organizaciones que han mostrado una salida, a miles y miles de combatientes que se agrupan bajo la fuerza de la unidad. Es indispensable prepararnos con energía renovada para el combate decisivo que se aproxima. Unidad y más unidad de las voces revolucionarias que crecen en todo el mundo, aunque la hegemonía mediática lo silencie. Levantar las voces, múltiples y profundas, entonadas por las reivindicaciones obreras que se despliegan día a día con mayor audacia y con toda la razón.

Celebramos el Primero de Mayo como una fiesta de la esperanza activa, y en ascenso a la práctica, de millones de trabajadores y trabajadoras que no bajan la guardia, que no pierden las esperanzas, y que esculpen la historia con su lucha diaria por la emancipación de todos y todas, contra el yugo del capital.

 

Trabajo a distancia y teletrabajo: garantías, desafíos y oportunidades

En Cuba se han implementado numerosas medidas en materia laboral, salarial y de seguridad social ante la situación que vive el país a causa de la COVID-19, desde hace más de un año, en las cuales ha primado la óptica de proteger los empleos y los ingresos de los trabajadores

Yenia Silva Correa

Granma

En Cuba se han implementado numerosas medidas en materia laboral, salarial y de seguridad social ante la situación que vive el país a causa de la COVID-19, desde hace más de un año, en las cuales ha primado la óptica de proteger los empleos y los ingresos de los trabajadores.

Entre las facilidades que se han promovido está el trabajo a distancia y el teletrabajo. El último forma parte del primero y requiere de conectividad de manera permanente, al realizarse desde casa.

Se trata, al decir de Marta Elena Feitó Cabrera, ministra de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), durante su intervención en una de las mesas redondas de la televisión, dedicadas a este tema, de una modalidad refrendada en el Código de Trabajo, que se impulsó en Cuba desde septiembre de 2019, a partir de la situación energética del país.

En la Ley laboral anterior existía un contrato similar nombrado «a domicilio». En todo caso, se produce un abandono del enfoque tradicional del empleo, pues limita la presencia del trabajador en la oficina.

Feitó Cabrera enumeró las garantías que tienen los trabajadores que laboran en su casa, quienes cobran el 100 % de su salario y mantienen el estipendio del almuerzo aquellos que lo recibían.

Los comentarios de los lectores son un buen medidor de estos temas que preocupan a la población, y una de las cuestiones abordadas en los últimos tiempos es la puesta en práctica del trabajo a distancia y del teletrabajo en la Cuba de hoy.

Algunos criterios apuntan a la obligatoriedad de aplicar estas modalidades de empleo para evitar contagios por la COVID-19 en los centros de trabajo.

Otros señalan la necesidad de crear condiciones de conectividad para laborar desde el hogar. Incluso, hay quien apela a la preparación de los jefes para organizar y controlar el trabajo sin tener a los subordinados delante y, por supuesto, la necesidad del cumplimiento estricto por parte de los trabajadores en lo que se acuerde, a fin de que la productividad no caiga en saco roto.

La titular del MTSS llamó a las administraciones a que hagan uso de esta modalidad y a que no esperen por indicaciones. «Todas las administraciones que tengan trabajadores con posibilidades de laborar a distancia deben convocar su uso», reafirmó.

A tenor con la compleja situación epidemiológica que vive el país en las últimas semanas, el MTSS instó a las administraciones de los centros laborales a potenciar la aplicación del trabajo a distancia y del teletrabajo, «una modalidad de empleo que contribuye al necesario aislamiento social», comentó Feitó Cabrera.

El interés del país en potenciar estas formas de empleo tiene respaldo legal en el Código de Trabajo, así lo explica a Granma Ingrid Travieso Rosabal, directora de Empleo del MTSS.

«En el Código de Trabajo queda recogido el teletrabajo y el trabajo a distancia al abordarse el contrato de trabajo, estableciendo que el empleador acuerda con el empleado el lugar y las condiciones donde se realiza el trabajo».

Las estadísticas permiten conocer cuántos trabajadores se han acogido a esta modalidad, en un momento en que el país atraviesa una compleja situación epidemiológica, iniciada en marzo de 2020, cuando se registraron los primeros casos del SARS-COV-2 en Cuba.

«Al cierre del mes de marzo, se informan 304 079 trabajadores que laboran a distancia, lo que representa el 13 % del total de empleados informado.

«De ellos –continúa Travieso Rosabal– los territorios que están por encima de la media del porciento de trabajadores que laboran a distancia son Guantánamo (27 %), Pinar del Río (19 %), Sancti Spíritus (18 %), Las Tunas y Santiago de Cuba (17 %), Granma (16 %) y Villa Clara (15 %)».

Si bien por todos es conocido que muchas funciones exigen la presencia en el puesto laboral y que no es posible realizarlas desde casa, otras como el diseño y desarrollo de softwares, soporte y mantenimiento de aplicaciones informáticas, proyecto y diseño, trabajos periodísticos… son algunas de las que en la actualidad prevalecen en el trabajo a distancia.

ENTRE BENEFICIOS Y SUBJETIVIDADES

Contrario a los que piensan que desde casa se hace menos, o que simplemente no se hace nada, trabajar desde el hogar les reporta beneficios a las entidades, al disminuir el espacio de oficinas y los medios en explotación, pero estos no son los únicos puntos a su favor.

«Las principales ventajas que aporta la implementación del trabajo a distancia para los trabajadores son la reducción del tiempo de desplazamiento casa-trabajo y viceversa, trabajar sin necesidad de presentarse físicamente en el centro, la posibilidad de planificar de forma autónoma el trabajo, y de alternar las responsabilidades domésticas, familiares y laborales», aclara la Directora de Empleo del mtss. A esto se debe agregar que se eliminan las llegadas tardes y las ausencias, al adecuar el trabajador su horario.

Aunque está demostrado que este estilo de trabajo trae mejorías para el empleador y para el empleado, todavía existe resistencia a aplicarlo en algunas administraciones donde existen las condiciones para su ejecución.

«Es conocido que algunos de los aspectos que han venido limitando el incremento de su implementación son de carácter objetivo, como pueden ser los medios tecnológicos, de conectividad y otros materiales que puedan ser utilizados; y de carácter subjetivo, donde algunas administraciones aún manifiestan resistencia y no tienen implementados métodos de dirección que sean suficientemente efectivos».

¿Está el país en condiciones de incrementar  el trabajo a distancia y mantenerlo de manera sostenida en el tiempo?

«En las condiciones actuales la generalización de esta forma de organización del trabajo está motivada, fundamentalmente, por constituir una medida de prevención del contagio por la covid-19 y, en segundo lugar, como medida de ahorro energético. También vale la pena señalar otras razones, como vivir lejos del centro de trabajo y el cuidado de personas dependientes.

«Una vez superada la pandemia, algunos motivos siguen constituyendo argumentos válidos para optar por estas modalidades de trabajo a distancia.

«Como parte de la estrategia de control, se desarrolla, de conjunto con la Central de Trabajadores de Cuba, el proceso de incorporación en los convenios colectivos de trabajo de los cargos que, en lo adelante, se desempeñarán bajo estas modalidades de empleo», precisó.

LA CASA, LA OFICINA

Uno de los conceptos del teletrabajo lo define como «forma de trabajo que se realiza en un lugar alejado de las oficinas centrales o centros de trabajo habituales, y que implica la utilización de equipos informáticos y de telecomunicaciones, como herramientas primordiales para el cumplimiento de las actividades».

Hasta el 23 de abril, en Cuba, 13 718 trabajadores se encontraban en esta modalidad, según los datos ofrecidos por el mtss. Aunque al abordar este tema, se piensa inicialmente en conectividad, internet y computadoras, la Directora de Empleo de este organismo ve el asunto desde otra arista:

«En la implementación del trabajo a distancia y del teletrabajo es importante considerar la seguridad y salud laboral, así como la calidad de vida de las personas en la ocupación».

Y es que transformar la casa en la oficina requiere reformular conceptos, espacios, horarios y modos de hacer, tanto por el trabajador como por el empleador.

Recientemente, en el país se modificó el subsistema de Activos Fijos Tangibles. La disposición se engarza con el proceso de informatización de la sociedad y permite utilizar estos medios fuera del centro de trabajo.

Para dar basamento legal a esta decisión, la Gaceta Oficial No. 21 Ordinaria del 25 de febrero de 2021, publicó la Resolución 391 de 2020, del Ministerio de Finanzas y Precios, la cual modifica el Procedimiento de Control Interno No. 1, Elementos claves sobre movimientos de activos fijos tangibles.

En la normativa se incorpora el concepto Utilización en teletrabajo o trabajo a distancia: Cambio de ubicación física de un activo fijo tangible (AFT), para ser empleado fuera de la entidad por la aplicación de las modalidades de teletrabajo y trabajo a distancia.

En el caso de los Movimientos por la utilización en teletrabajo o trabajo a distancia, se emite el modelo SC-1-01 - aft como constancia de la operación y se suscribe un Acta de responsabilidad material, especificando las condiciones del préstamo.

Son estos los pasos iniciales para facilitar al trabajador los equipos que le permiten hacer su labor, y que, en no pocos casos, no dispone de ellos en casa.

EL PAPEL DE LAS ADMINISTRACIONES

Un artículo publicado en el sitio del MTSS es más específico al referirse a este tema: «Corresponde a las administraciones laborales cumplir con este llamado y perfeccionar la implementación y el control del trabajo a distancia, a partir de definir los cargos que, por su naturaleza y funciones, pueden utilizarlo, tanto como modalidad de carácter permanente o parcial, acompañado de un sistema de control para medir los resultados y evaluar la efectividad de su aplicación, con lo cual podremos saldar esta deuda en el contexto laboral cubano».

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