Alianet Beltrán Alvarez - ACN.- La agroecología demuestra cada vez más su importancia en Cuba, un país que trabaja para enfrentar el cambio climático y en el que la obtención de recursos e insumos importados se dificulta, y que por tanto precisa de métodos eficaces para una alimentación segura y sustentable.

La nación caribeña presentó recientemente una propuesta de Política para la Agroecología, muestra del interés del gobierno, que al optar por la soberanía alimentaria, incentiva la producción mediante todas las vías posibles.

Fernando Funes Monzote, ingeniero agrónomo y doctor en Ecología de la Producción y Conservación de Recursos, quien lidera el proyecto agroecológico familiar Finca Marta, ha declarado que la agroecología no está reñida con la mecanización, ni con la utilización de nuevas prácticas y métodos que van emergiendo.

Por el contrario, está en contra del mal uso de la tecnología, de la degradación del medio ambiente y de los riesgos que traen nuevas tecnologías que imponen retos para transformar el medio rural, señala.

Según la opinión de Fernando Donis Infante, productor de la finca Cayo Piedra en Matanzas, esta no es una agricultura de subsistencia, sino de un alto potencial productivo, a partir de la cual se pueden lograr altos rendimientos, mejorar los suelos y abastecer de alimentos al país.

El trabajo desde la agroecología no es nuevo en Cuba, el programa de Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar opta desde hace décadas por estos métodos y estrategias, además, en los últimos años se ha potenciado en gran medida el uso de bioproductos de factura nacional.

Institutos de investigaciones del país como el de Ciencias Agrícola y el de Ciencia Animal han desarrollado una amplia gama de productos que han validado su eficacia en el campo mediante acciones de extensionismo, lo cual es positivo para la Mayor de las Antillas pues además de ser amigables con el medio ambiente le otorga soberanía al país y utiliza recursos y subproductos disponibles en la Isla.

Manuel Marrero Cruz, primer ministro de la República de Cuba, ha señalado que estas prácticas tienen que ser vistas como algo muy necesario, que dará respaldo a la producción de alimentos y a la soberanía alimentaria que se está defendiendo, por lo que implica en lo económico y en lo social.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) por su parte, define a la agroecología como un conjunto de prácticas que busca sistemas agrícolas sostenibles que optimizan y estabilizan la producción.

El 22 de julio de 2020 se aprobó por el Consejo de Ministros de Cuba el Plan Nacional de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional, el cual fue elaborado con la asistencia técnica de la FAO y busca facilitar la organización de sistemas alimentarios locales, soberanos y sostenibles que integren la producción, transformación, comercialización y consumo de alimentos y el fomento de una cultura alimentaria y educación nutricional que contribuya al logro de una población saludable.

No hay duda de que es voluntad del Estado que se desarrolle la agroecología en el país como una alternativa más a la producción de alimentos, se debe potenciar, no obstante, el intercambio entre especialistas y la disponibilidad de productos e insumos para esta rama.

Ante el uso extremo de productos químicos en la agricultura, a nivel mundial las personas están optando por alimentos sanos desde su cultivo, lo cual ofrece también posibilidades de comercialización a la Isla a la vez que garantiza producciones y experiencias con valor agregado.