Con el título “Pronunciamiento sobre la protección de derechos humanos en Cuba”, aparece una extraña nota de solo dos párrafos en el sitio de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), que culminó ayer su Congreso 2021 de forma virtual. Según el texto ambiguo, “el trato que reciben académicos y académicas, intelectuales y artistas en Cuba es motivo de preocupación para un gran número de miembros de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA)” y a su vez “deplora la continuación de las sanciones impuestas por Estados Unidos en su intento de derrocar al gobierno de una nación soberana”.


“Es una declaración que solo pretende sumarse a las campañas de descrédito e injerencia del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Para calumniar a la nación sometida por más de seis décadas a una guerra económica sin precedentes, utiliza un tema de tanta sensibilidad como los derechos humanos”.

La Jiribilla pone a disposición de los lectores algunas declaraciones de intelectuales cubanos y miembros de LASA.

 

¿LASA contra Cuba?

Ernesto Estévez Rams

He leído una declaración de LASA (Asociación de Estudios Latinoamericanos) 2021 que singulariza a Cuba a partir de cierta “preocupación” por “el trato que reciben académicos y académicas, intelectuales y artistas en Cuba”. Quiero dejar claro mi posición personal al respecto. El trato que reciben la inmensa mayoría de los académicos, artistas e intelectuales de Cuba es de apoyo por parte de la sociedad y el Estado incluyendo, en medio de la crisis que significa la pandemia, no solo los derechos que gozan todos los cubanos a la salud y a una atención médica de primera línea, sino además, a un sistema de apoyo económico y subvenciones que les permiten, en una coyuntura de drástica contracción económica, tener un sustento económico mínimo y decoroso que les permite seguir creando, estudiando e investigando.

El sistema de publicaciones, medios especializados y otras formas de socialización de que goza Cuba para sus intelectuales es uno de los más completos de América Latina y está no solo protegido, sino promovido por el gobierno y el Estado cubano. Más aún, el gobierno y el Estado cubano en estos mismos momentos promueve un diálogo, a los más altos niveles, con la intelectualidad cubana, incluyendo sus artistas, escritores, investigadores y científicos; entre otros, en búsqueda colectiva de propuestas, de soluciones para los problemas del país en todos sus ámbitos. Cuba se está diseñando sobre la base de la inclusión de todos los que tengan algo que contribuir a su Revolución.

Ese diálogo sencillamente no tiene parangón en toda América Latina. La generalización de la declaración de LASA, presiento que a partir del criterio sesgado de unos pocos, y refiriéndose a hechos puntuales cuyo carácter y complejidad no tienen en cuenta, es injustificada. Esa injustificación se vuelve bochornosa si consideramos que esa misma declaración, cual hoja de parra, hace una tibia condena al bloqueo, equiparándola, en el espíritu de su declaración, a la supuesta violación, asumida como generalizada por falta de matices, de los derechos de los intelectuales en Cuba. El terrorismo de estado y el carácter genocida del bloqueo no cabe en ningún texto donde se pretenda usar su condena como coartada para otros propósitos. La condena al bloqueo ha de ser sin peros, por un sencillo acto de valor hacia el ser humano, en este caso, el ser cubano. Destaca además que en momentos en que en la región se reprime sin muchos disfraces en tantos países, la declaración singularice a Cuba, amén de un par de otras declaraciones respecto a Colombia y Paraguay. Hoy intelectuales, profesionales y estudiantes latinoamericanos están siendo reprimidos, y sus ojos mutilados en Chile; están siendo reprimidos y asesinados en Colombia; están siendo obligados a autoexiliarse de Brasil; guardan prisión injusta en Ecuador; son reprimidos y han sido obligados a huir de Honduras. La lista es larga y no se agota.

En ese contexto, singularizar a Cuba con acusaciones ambiguas y generalizadoras, justo en medio de las jornadas mundiales contra el bloqueo, es prestarse al juego simbólico del imperialismo yanqui contra Cuba, que intenta constantemente buscar argumentos que justifiquen su política genocida. Invito a los intelectuales, y personas de bien de América Latina a que se pronuncien contra esta declaración que cuando menos he de tachar de cobarde.

Texto tomado del blog La pupila insomne

 

Los directivos de LASA y los tiros por la culata

Pedro de la Hoz

El pronunciamiento de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA) sobre Cuba da mucho que pensar. No es la primera vez que en los congresos de este agrupamiento académico internacional las tensiones políticas sobre el tema cubano salen a relucir. Nadie debe llamarse a engaño: ninguna academia se halla a salvo de las pasiones, las tendencias, los posicionamientos ideológicos y el contexto en que desarrolla su actividad, menos aún las mujeres y hombres asociados a ellas.

En este caso la mención a Cuba llama la atención por tratarse de una posición forzada por elementos claramente alineados con los instigadores y protagonistas de una escalada desestabilizadora que pretende echar abajo el ordenamiento constitucional e institucional del país y restaurar el capitalismo.

En un claro forcejeo, el pronunciamiento no llegó a ser lo que unos cuantos quisieron imponer antes del Congreso —efectuado en un escenario virtual entre el 26 y el 29 de mayo. Hubo intensos cabildeos para arrastrar a los participantes en el foro a un terreno en el que Cuba debía ser objeto de criminalización como una nación gobernada por un régimen violador de los derechos humanos y represor de las libertades.

Desde una narrativa estólida y sin el más mínimo argumento probatorio, intentaron que la membresía de LASA viera  “con horror casos de arrestos domiciliarios de facto, secuestros e intimidación constantes, aislamiento, tortura psicológica, amenaza y violencia física para impedir la libertad de palabra, de pensamiento y de creación”.

Cuando se revisan los firmantes de lo que calificaron como una “exigencia” y no una petición, se hace notar cómo entre los propugnadores de la declaración que nunca cuajó se cuentan varios de los que meses atrás, al calor de las fracasadas provocaciones de los grupúsculos de San Isidro y el 27 N (promotores de un chantaje inadmisible que torpedeó el diálogo con las autoridades culturales), circularon una larga y farragosa declaración para nada diferente a la que llevaron a LASA. El tiro, entonces y ahora, salió por la culata, como se desprende de la rabieta de unos cuantos que gritan a los cuatro vientos su renuncia a la membresía de la Asociación.

Quedó entonces en pie el pronunciamiento de marras. Al bloqueo de Estados Unidos contra Cuba lo llaman por su nombre —¡faltaría más!—, y está muy bien por ética deplorar “la continuación de las sanciones impuestas por Estados Unidos en su intento de derrocar al gobierno de una nación soberana”.

“El tiro, entonces y ahora, salió por la culata”

Sin embargo, por muy maquillado que parezca, no deja de ser lépero el encabezamiento: “El trato que reciben académicos y académicas, intelectuales y artistas en Cuba es motivo de preocupación para un gran número de miembros de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA)”. ¿Qué quiere decir esto? ¿Persecución, censura? En la cuenta de Twitter de la Sección Cuba de LASA se dice que el pronunciamiento es suscrito “por la directiva de LASA” y focaliza el tema a “los derechos humanos”.

Si, según los objetivos prioritarios de la sección Cuba, se trata de fortalecer las relaciones académicas entre Estados Unidos y Cuba; proporcionar una estructura para la asociación de académicos cuyas investigaciones se centralicen en Cuba y las relaciones entre Estados Unidos y Cuba; y facilitar la integración de los académicos cubanos y los estudios sobre Cuba en la programación de los Congresos de LASA, ¿por qué la directiva omite la preocupación actual de tantísimos intelectuales por los derechos humanos en Estados Unidos? Ello a partir de situaciones concretas, y muy graves, que las hay.

Yo también tengo la esperanza de que los valores de los derechos humanos y de la no intervención puedan ser mejor comprendidos y honrados… pero de verdad.

 

Comunicado del Centro de Estudios Martianos

Centro de Estudios Martianos

En la página oficial de LASA se ha publicado un texto en el que se muestra preocupación por el respeto a los derechos humanos de los académicos cubanos residentes en la Isla, así como por el supuesto maltrato de que son objeto. Este documento, que se distingue por su tono ambiguo, desconoce que la única violación a los derechos humanos que tiene lugar en Cuba es el bloqueo criminal, impuesto por los Estados Unidos a todo un pueblo y sus consecuencias, el cual dura ya más de seis décadas.

Los investigadores del Centro de Estudios Martianos, casi todos miembros de LASA, deploran que una institución académica de prestigio, como es el caso, se haga eco de quienes obran de mala fe y pretenden inmiscuirse en los asuntos internos de un país soberano; un país pequeño, agredido de manera permanente, que a costa de enormes esfuerzos y de una dignidad sin par mantiene activa la vida cultural y científica de la nación, lucha con escasísimos recursos contra una pandemia y una crisis económica de dimensiones planetarias y no deja desamparado a ninguno de sus hijos, sin distinción de ideas políticas o filiación religiosa.

“Los investigadores del Centro de Estudios Martianos, casi todos miembros de LASA, deploran que una institución académica de prestigio, como es el caso, se haga eco de quienes obran de mala fe (...)”.

Detrás de esa supuesta preocupación hay todo un intento desestabilizador, de aliento a un sector disidente y minoritario, que trata de derrocar a la Revolución cubana a toda costa. Los académicos del CEM, entre los cuales contamos con un premiado por LASA, el Dr. Pedro Pablo Rodríguez, en varias oportunidades hemos presentado nuestros estudios en diferentes congresos de esa organización. En otras, como fue el caso de Boston 2019, no se nos otorgó la visa casi masivamente, por residir en Cuba, y ser considerados como supuestas amenazas a la seguridad de los Estados Unidos. Por tales razones, rechazamos enérgicamente ese documento y nos reafirmamos en la convicción de que la única alternativa posible para nuestro país es la soberanía e independencia absolutas, y que jamás aceptaremos ningún tipo de injerencia.

 

Nueva maniobra contra Cuba tendrá otro fracaso

Abel Enrique González Santamaría*

Con el título “Pronunciamiento sobre la protección de derechos humanos en Cuba”, aparece una extraña nota de solo dos párrafos en el sitio de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), que culminó ayer su Congreso 2021 de forma virtual. Según el panfleto “el trato que reciben académicos y académicas, intelectuales y artistas en Cuba es motivo de preocupación para un gran número de miembros de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA)” y a su vez “deplora la continuación de las sanciones impuestas por Estados Unidos en su intento de derrocar al gobierno de una nación soberana”.

Es un texto ambiguo, pero bien calculado, que desde los preparativos del evento una minoría extremista intentó forzarlo, pero trascendió que la mayoría de los firmantes ni eran miembros de LASA ni radicaban en nuestro país. Es una declaración que solo pretende sumarse a las campañas de descrédito e injerencia del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Para calumniar a la nación sometida por más de seis décadas a una guerra económica sin precedentes, utiliza un tema de tanta sensibilidad como los derechos humanos.

Es lamentable que la asociación profesional más grande del mundo que reúne a individuos e instituciones dedicados al estudio de Latinoamérica, se deje presionar por la extrema derecha anticubana. Ese sector extremista no comparte “los valores de la libertad de expresión, la libertad académica y el respeto por los derechos humanos en el contexto de la democracia, la soberanía y el Estado de derecho”.

El prestigio internacional de la Mayor de las Antillas crece por días por sus acciones para preservar la vida de sus ciudadanos ante la pandemia y por su consecuente apoyo solidario a los esfuerzos de otras naciones en desarrollo para proteger los derechos de sus pueblos. Recientemente Cuba fue electa como miembro del Consejo de Derechos Humanos para el periodo 2021-2023, y es parte de 44 de los 61 instrumentos internacionales de derechos humanos.

En el finalizado Congreso de LASA la delegación cubana participó en varios paneles y ponencias sobre el papel de la universidad cubana en los diferentes sectores de la vida del país, como en la economía, la agricultura, los problemas de la salud y la pandemia, el cooperativismo, la lucha contra todo tipo de prejuicios, raciales y de género; los jóvenes y el papel de la educación. Asistieron profesores, académicos, investigadores, estudiantes e intelectuales.

¿A cuál trato se refiere la declaración de LASA que reciben académicos y académicas, intelectuales y artistas de Cuba? La realidad es que en medio de la crisis económica internacional agravada por la COVID-19, la nación cubana apostó por sus hombres de ciencia y de pensamiento formados por la Revolución e inspirado por el ideario del más destacado de sus científicos: Fidel Castro Ruz.

Con ese espíritu la máxima dirección del país consolida un sistema de gestión de Gobierno basado en la ciencia e innovación tecnológica, no solo para enfrentar la compleja situación actual, sino como una luz de esperanza para el desarrollo sostenible de Cuba. Sobran los ejemplos del papel que están desempeñando los académicos, profesores, investigadores, estudiantes, empresarios, servidores públicos, entre otros actores; implicados en la difícil tarea de fortalecer el papel del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación en el modelo de desarrollo cubano.

La nueva maniobra contra Cuba tendrá otro fracaso. No es la primera calumnia ni será la última. Rechazo totalmente la desvergonzada declaración de LASA titulada “Pronunciamiento sobre la protección de derechos humanos en Cuba”.

La buena noticia es que el mundo se levantó este domingo por Cuba y contra el bloqueo del gobierno de Estados Unidos. Desde muy temprano en todos los continentes existieron muestras de apoyo a la causa cubana. Nuevamente la voz del más universal de los cubanos, José Martí, volvía hoy al reencuentro con la historia cuando en 1895, en vísperas de la guerra necesaria, y por motivo del tercer aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Cubano, escribió en su artículo El alma de la revolución, el deber de Cuba en América: “Un error en Cuba, es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy por Cuba se levanta para todos los tiempos”.

 

¿Dónde está nuestra voz?

Rafael Emilio Cervantes Martínez*, Yusmila Zamora Silva**

Acabamos de conocer el Comunicado de la Secretaría de LASA y su Comité de Derechos Humanos y Libertades sobre la “Protección de los Derechos Humanos en Cuba”

Es un pronunciamiento parcializado y desinformado sobre los asuntos internos de Cuba, que quiérase o no, se suma a las campañas en marcha del gobierno norteamericano contra nuestro país.

¿Cómo se puede hablar en nombre de un gran número de miembros de LASA cuando el propio Presidente del Comité encargado del tema expresó que apenas el 20% de los firmantes pertenecen a la Asociación?

¿Dónde están las voces únicas escuchadas en la sala del Mitin de Negocios de la Asamblea General, de académicos cubanos miembros de LASA que se pronunciaron objetando la petición con sólidos y diversos argumentos? ¿Dónde están las voces de los intelectuales cubanos que expresaron públicamente su rechazo a tal exigencia a LASA desvirtuándola de sus propósitos fundacionales? ¿Dónde está nuestra voz, de las y los académicos miembros de LASA para los cuales el pronunciamiento es absolutamente falso y calumnioso sobre la relación de la Revolución con sus académicos, intelectuales y artistas en Cuba? ¿Cómo se puede desconocer de manera tan burda que esta Revolución es hija de la Cultura y de las Ideas? ¿Cómo se puede ignorar que la actual continuidad de la Revolución está fundada en la apertura del más amplio espacio de participación para la fertilización del proyecto socialista que se ha propuesto por amplia mayoría el heroico pueblo cubano y cuya voluntad está plasmada en una nueva Constitución aprobada por ese mismo pueblo?

Durante más de sesenta años el pueblo cubano viene resistiendo una política genocida de bloqueo por parte de las sucesivas administraciones norteamericanas, arreciado por 243 medidas adoptadas solo entre el 2017 y 2020 durante la Administración Trump, que hasta el momento no han sido modificadas por el nuevo mandato, en medio de una pandemia que ha agravado la crisis global y particularmente la situación de los países subdesarrollados. El Congreso Virtual Lasa 2021 centró su atención en el tema de las desigualdades agravadas por la pandemia mundial.

Tales desigualdades no son resultado de ningún algoritmo predeterminado de las naciones que cargan el peso mayor, son fruto de una historia de saqueos, conquistas, colonización y neocolonización, cuya cima contemporánea la encontramos en la voraz acumulación capitalista, expresión descarnada del egoísmo interminable, que ni en tiempos de pandemia mundial por el SARS-COV-2 cesa de acrecentar el valor de las empresas transnacionales dándole la espalda al destino de los pueblos que sufren las calamidades del injusto orden económico internacional.

Durante más de sesenta años el pueblo cubano viene resistiendo una política genocida de bloqueo por parte de las sucesivas administraciones norteamericanas. Como ha dicho nuestro Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba compañero Miguel Díaz Canel Bermúdez: “…nos tiraron a matar pero estamos vivos”. A modo de ilustración trataron de impedir con saña la llegada de combustible a la Isla incluido el doméstico para la cocción de alimentos. Pretendieron agravar a niveles insospechados las necesidades de la familia cubana, afectar la generación de energía eléctrica y paralizar el transporte. ¿Son estas “las nuevas formas civilizadas de convivencia entre las naciones”? ¿Se aseguran así, violando flagrantemente los principios del derecho internacional, los derechos humanos del pueblo cubano? ¿Es esta la narrativa que nos cuentan los medios de desinformación y descomunicación, según la acertada calificación del marxista argentino Néstor Kohan?

Pero la intolerancia del imperialismo norteamericano ante la voluntad del pueblo cubano de construirse su propio camino de desarrollo por la senda del socialismo no se reduce al bloqueo ni a la mentira. Se han usado y se usan todos los instrumentos de dominación de que dispone el imperio. Un Memorial de la Denuncia se erige en La Habana como testigo de la siembra de muerte, dolor y daño que ha dejado tal uso de la fuerza. Es pública y documentada la vigencia de planes y acciones subversivas contra Cuba, financiadas desde el exterior, hasta el presente. Frente a ello el líder histórico de la Revolución Cubana, Comandante en Jefe Fidel Castro, nos enseñó que la Revolución tiene derecho a defenderse. Es tradición desde la Guerra de Liberación Nacional, iniciada con el Asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes el 26 de julio de 1953, la observancia de la ética como principio rector. El pueblo cubano aprobó en amplia mayoría en el 2019 la nueva Constitución de la República donde ratifica su voluntad de continuar y perfeccionar el sistema político, económico y social socialista en Cuba y el derecho que nos asiste de defenderlo, hasta con la armas en la mano si fuera necesario.

Como señaló el General de Ejército Raúl Castro Ruz, la Revolución cuenta con sólidas instituciones donde trabaja una poderosa intelectualidad revolucionaria, la que aporta día a día al enriquecimiento de un sistema socialista, democrático, justo, participativo y sostenible.

Rechazamos cualquier intento de utilizar el espacio del presente y otros Congresos de LASA-2021, y a la asociación en general, para posicionar conceptos sacados de los manuales de las agencias de inteligencia del gobierno norteamericano con la pretensión de dar cobertura a acciones de provocación contrarrevolucionarias dentro de la lógica del “Golpe Blando”, llevadas a la práctica con agentes intermediarios sin escrúpulos que incitan abiertamente a la violencia y pagan, cual agencias de terror, por los hechos violentos que promueven.

Muchas de las personas captadas para tales propósitos no solo asumen actitudes violatorias de la legalidad del país, provocan a las autoridades buscando en vano una respuesta desproporcionada y ponen precio sobre todo a la transmisión in situ y en tiempo real con órganos convocados previamente justo en tiempo y lugar, cual maquinaria de reloj suizo para cada hecho, asumen conductas éticas violatorias de los símbolos patrios y de las normas de convivencia social y pretenden llamar la atención con falsos ayunos. En la cantera de tales acciones no faltan quienes acumulan una significativa trayectoria de delitos comunes. Para todos, sin excepción, se exigió un pronunciamiento de LASA sobre los derechos humanos en Cuba.

¿En qué aspiran a convertir la Asociación Latinoamericana de Estudios Sociales LASA?

Conservan plena vigencia las palabras de Fidel Castro en respuesta a campañas similares de larga data: “…en Cuba se le ha dado a cada ser humano que nace una real y absoluta igualdad de oportunidades para el más pleno desarrollo físico e intelectual, sin discriminación de sexo o de raza y este beneficio alcanza por igual a todos, sin diferencias entre ricos y pobres, explotadores y explotados, ¿habrá hecho algún país más que nosotros por los derechos humanos?”.

LASA es un foro de intercambio académico que permite la confrontación de resultados de estudios sociales investigativos, desde perspectivas epistemológicas diversas sobre Nuestra América, tal tradición debe preservarse si se desea verdaderamente contar con nuestra participación.

*Académico y profesor, Miembro de LASA.

**Académica y profesora, Miembro de LASA.

*Doctor en Ciencias, Profesor e Investigador Titular, Miembro de LASA.

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