Canal Caribe.- La sección Itinerario nos acerca a la obra de la joven matancera Sandra Ivette Berriel, cantautora y gestorra cultural en la Universidad de las Artes de Cuba, ISA. Sandra Ivette fue ganadora de la beca "El Reino de este Mundo", que otorga la Asociación Hermanos Saíz.
Cantautora Sandra Ivette Berriel: «La música es una forma de vida»
La música es una forma de vida, definitivamente para mí, que empecé a practicar, por decirlo de alguna forma, desde los siete años, y se ha incorporado a mi quehacer diario. La música no es solamente los sonidos que se organizan, como habíamos dicho en algún momento de nuestros estudios, ¿no?, para tener un sentido armónico y melódico, sino también todo lo que te rodea. Cuando lo asumes como una forma de vida estás pendiente de todo lo que suena a tu alrededor.
La viola sigue siendo uno de mis instrumentos favoritos. De hecho, es lo que estudié en todos los niveles de enseñanza artística, de lo que me gradué del ISA, y además, ejerzo tocando en un cuarteto de cuerdas.
Las cualidades tímbricas, Las cualidades sonoras de cada uno de los instrumentos me dan diferentes herramientas incluso a la hora de cantar. A la hora de tener que empastar con cada uno de los instrumentos que después van a acompañarme, tengo que tener en cuenta también el timbre del instrumento. El hecho de haber tocado varios de ellos, me enriquece.
Yo creo que el bajo, dentro del trabajo que yo hago, tiene un espacio especial y definitorio. Por la misma tímbrica, por la peculiaridad de que se hagan canciones acompañadas de bajo solamente en algunos casos, que también algunas de las canciones las hago solamente con el bajo y yo creo que eso le agrega cierta peculiaridad a la música que ya de hecho compongo, ¿no?
La Universidad de las Artes es como la mitad del camino recorrido, ¿no? Y hay muchas cosas que yo pude desarrollar dentro de la Universidad gracias a los conocimientos que había adquirido en los niveles precedentes. A mí la Universidad lo que más me dio fue el contacto real con los músicos de mi generación, que son…que hay muchísimos extraordinarios, la posibilidad de que esos mismo músicos estuvieran en contacto con mi música y la enriquecieran con sus solas interpretaciones y además, la posibilidad de ver un mundo mucho más amplio, sobre todo porque la Universidad de las Artes está en La Habana y yo vengo de Matanzas, que es una ciudad donde hay un movimiento cultural importante, pero no con la magnitud, por supuesto, de la capital.
Yo no sé si diría una matancera aferrada a mi ciudad, pero enamorada de ella si estoy, pero grandemente.
Yo he tenido muchas alegrías, pero “El Comienzo” es una bien grande. Primero, por tener la oportunidad de recoger en un disco todo lo que yo había hecho durante los dos años anteriores, que fue cuando decidí tomar en serio todo el tema de componer y de yo misma defender mis canciones. Y, además, marca, yo creo, el inicio de una responsabilidad mayor. Pero dentro del disco tratamos de pasar por varios géneros de la música tradicional cubana mostrando también que hay muchas formas de renovar la tradición y de que, como mismo la heredamos, somos dueños de ella, de transformarla y de crear una tradición para quien venga detrás de nosotros.
La AHS fue, desde Matanzas, uno de los primeros escenarios donde yo tuve contacto con la generación de trovadores que ahora tendrán treinta y tantos años, amigos muy cercanos además, y fue donde primero empecé a escuchar trova contemporánea así, de mi tiempo y donde empecé a tocar con todos esos autores y además me dio la oportunidad de tener mi primer disco a través de la beca “El reino de este mundo” y de participar en muchísimos conciertos y de conocer a una generación de compositores, de creadores.
Poder ser comerciales es una opción, pero para sobrevivir en la selva de la industria musical actualmente, es necesario tener en cuenta parámetros de esa comercialización. Puede determinar algunos parámetros, pero no debe influir en la honestidad de la obra, para nada, de la obra de arte.
No se si te encontré
Pues me he perdido
Tratando inútilmente de alcanzarte
Tu amor, como un río
Hirió mi paisaje
Marta Valdéz es una cosa tan grande y es tan ella, su música suena tan a ella, tan particular, que su lugar dentro de la música cubana es muy alto. Para mí, de los más altos que pueda haber, ahí esta Marta Valdéz. Si de sinceridad estábamos hablando dentro de la obra de arte, no hay un lugar mejor donde encontrarla, si de autenticidad armónica, en cuanto a poesía, porque sus letras son pura poesía, aunque pueden ser coloquiales, pero no deja de sorprender a cada segundo, hay que remitirse a ella, hay que remitirse a su obra porque además es parte de la tradición que heredamos y que como generación de artistas tenemos las responsabilidad de continuar, o de crear elementos nuevos de esa tradición, pero para eso hay que conocerla. Y creo que Marta es una de las cosas que definitivamente hay que conocer.
Yo creo que la tristeza es como la contraposición de lo que yo soy siempre, ¿no?, porque yo ando siempre como que muy feliz y sonriendo y además de eso es lo que más me conmueve.
“Cuelga” es una canción que escribí muy rápido y sobre todo la letra, pero la música me la pensé detalladamente. En “Cuelga” yo canto mi inseguridad, a no ser escuchada.