Prensa Latina TV.- El 10 de octubre de 1868 en la finca Demajagua propiedad de Carlos Manuel de Céspedes, inició la guerra por la independencia de Cuba, que se califica como el comienzo de la Revolución que en la actualidad continúa su desarrollo.
En La Habana rinde tributo a Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria
Adrián García Garrido
Cubadebate
Esteban Lazo, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba (Parlamento), encabezó hoy un homenaje a Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, en ocasión del aniversario 153 del inicio de las gestas independentistas en el país, este 10 de octubre.
El acto fue efectuado este sábado en la Plaza de Armas, La Habana Vieja, donde se encuentra el monumento que recuerda al Padre de la Patria. Allí fueron colocadas varias ofrendas florales.
En la actividad, organizada tradicionalmente por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHC) por iniciativa de Eusebio Leal Spengler, participaron también Ricardo Cabrisas, vice primer ministro cubano; las máximas autoridades políticas y gubernamentales de La Habana, Luis Antonio Torres Iríbar y Reinaldo García Zapata, respectivamente; Teté Puebla, Ulises Rosales del Toro y Víctor Dreke; Perla Rosales, directora adjunta de la OHC; entre otros reconocidos historiadores e invitados.
En su intervención, el destacado investigador e historiador cubano, René González Barrios, resaltó las cualidades de Céspedes por las cuales se le reconoce como Padre de la Patria e iniciador del proceso revolucionario cubano en Demajagua, y rememoró las valoraciones de José Martí sobre este prócer nacional.
Este 10 de octubre Cuba rinde homenaje a los hechos del 10 de octubre de 1868, en la Finca Demajagua, de la oriental provincia de Granma, donde el prócer Carlos Manuel de Céspedes dio la libertad a sus esclavos, lo cual marcó el inicio de las guerras por la independencia de Cuba.
Triunfo de ideales en primer día de libertad de los cubanos
Por Marta Denis Valle (*)
La Habana (Prensa Latina) Cuba debe ser una nación grande y civilizada para tender un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos, expresó Carlos Manuel de Céspedes al declarar la independencia, alzarse en armas junto a otros patriotas y liberar a sus esclavos.
El 10 de octubre de 1868, el abogado insurgente Céspedes logró un triunfo de las ideas independentistas frente al integrismo hispano y las corrientes reformistas y anexionistas con el repique de la campana de su ingenio La Demajagua, Manzanillo, en el oriente de la isla, ante unos 500 insurrectos congregados.
Esa mañana el patricio bayamés pronunció la declaración de independencia conocida como Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba o Manifiesto del 10 de Octubre.
Ciudadanos -expresó-, ese sol que veis alzarse por la cumbre del Turquino viene a alumbrar el primer día de libertad e independencia de Cuba.
Con la vista puesta en la dotación de su pequeña plantación azucarera, exclamó: '¡Ciudadanos, hasta este momento habéis sido esclavos míos. Desde ahora, sois tan libres como yo. Cuba necesita de todos sus hijos para conquistar la independencia!'.
Y subrayó: 'Los que me quieran seguir que me sigan; los que se quieran quedar que se queden, todos seguirán tan libres como los demás'.
El gesto de Céspedes se adelantó a la detención de los conspiradores prevista en una orden del capitán general español Francisco Lersundi, la cual hubiera retrasado el proceso por tiempo indeterminado.
COMIENZO DE LA GUERRA DE LOS 10 AÑOS
Así comenzó esta primera guerra independentista que duro 10 años y tuvo un carácter nacional-liberador, democrático y antiesclavista.
Maduró una conciencia nacional patriótica entre los cubanos, y aunque la oligarquía esclavista se mantuvo sometida a España hasta finales del siglo XIX, se fundó para siempre la nación cubana.
A ella siguieron la llamada Guerra Chiquita (1879-1880) y la Guerra de independencia (1895-1898), organizada por José Martí.
El fuerte peso de la esclavitud en la economía de la colonia permitió a España mantener encadenada a Cuba cuando la mayor parte de los países de Hispanoamérica alcanzaron su independencia.
Según datos de 1862, del total de un millón 359 mil habitantes, unos 500 mil eran de la denominada gente de color, supuesto peligro que esgrimían los ideólogos colonialistas para frenar el movimiento emancipador.
En el momento del estallido revolucionario la población esclava ascendía a alrededor de 300 mil hombres y mujeres, más del 70 por ciento en la región occidental. Había también alrededor de 200 mil mulatos y negros libres (41,3 por ciento en occidente, 20, 5 por ciento en el centro y 38,2 por ciento en oriente).
El tema de la abolición de la esclavitud triunfó en el seno de la Revolución del 68 y en el artículo 24 de la Constitución de Guáimaro fue plasmado el principio 'Todos los habitantes de la República son enteramente libres'.
ACONTECIMIENTO QUE MARCÓ LA HISTORIA CUBANA
La lucha revolucionaria iniciada el 10 de octubre de 1868 fue secundada en otras regiones del país y aunque finalmente no alcanzó su objetivo de independencia y abolición de la esclavitud, influyó decisivamente en la historia de Cuba.
De acuerdo con el líder Fidel Castro que abrazó aquellos ideales, en su memorable discurso de 1968 al conmemorarse el centenario de la histórica gesta, solo hay una Revolución cubana desde la comenzada por Céspedes hasta nuestros días, incluida la que triunfó el Primero de Enero de 1959.
Hoy Cuba tiende un brazo amigo y un corazón fraternal a todos los demás pueblos, como previó el Padre de la Patria, y recibe el apoyo y la solidaridad de las naciones del mundo.
(*) Historiadora, periodista y colaboradora de Prensa Latina