René Tamayo - Cubadebate - Video: Canal Caribe / TV Cubana - Foto: Estudios Revolución.- Que todo lo que hagamos en la transformación de los barrios sea sostenible, y después seguir avanzando en la solución de nuevos problemas que también habrá que resolver, fueron conceptos que continuó defendiendo el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la jornada de trabajo de este jueves, parte de la cual la desarrolló en las provincias de Las Tunas y Holguín.


El Presidente de la República visitó en ambos territorios barrios y polos productivos. Lo hizo acompañado de Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y Secretario de Organización y Política de Cuadros del Comité Central, el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, y el Héroe de la República de Cuba y coordinador nacional de los CDR Gerardo Hernández Nordelo, además de las principales autoridades políticas y gubernamentales en una y otra provincia.

Díaz-Canel comenzó la mañana en Barrio México, municipio de Las Tunas, donde intercambió con los miembros del grupo comunitario, que junto a otros factores de la comunidad y el vecindario participó en el diagnóstico inicial de los problemas de la localidad que debían ser solucionados prioritariamente.

“Todo tiene que partir de la gente, de la participación del pueblo —insistió el Primer Secretario—, y luego, con el apoyo de las entidades, todos trabajando, participando y ejerciendo control popular. Estos —recordó también— son conceptos que desarrolló Fidel”.

Díaz-Canel recorrió la circunscripción No.13 del consejo popular donde la comunidad México es el corazón. Ocupa una superficie de 1,6 kilómetros cuadrados donde conviven más de 2 500 personas, buena parte de las cuales —al menos las que no estaban trabajando a esa hora— salieron, más que a saludarlo, a vitorearlo. (“Este hombre se merece eso y mucho más”, decía un lugareño desde la puerta de la casa, con la mejilla a medio afeitar y espuma de jabón que se “chorreo” por el pelo como queriendo peinarse).

Entre las insatisfacciones de la comunidad que ahora se solucionan, muchas eran añejos planteamientos. Llevaban reiterándose año tras año en las asambleas de rendición de cuentas del delegado del Poder Popular y no se resolvían.

Las acciones emprendidas, algunas terminadas, comprenden la rehabilitación de un puente de hierro para el paso de peatones, de aceras y contenes, de viales; la rehabilitación del alumbrado público, la reparación de viviendas en mal estado...

Son acciones constructivas y sociales, le explicaron, con un gran impacto, desde la atención a personas vulnerables y a los problemas sociales acumulados, pasando por la recuperación de la infraestructura de servicios, la bodega, la farmacia, los consultorios médicos, la plazoleta para actos y bailables...

En el municipio de Las Tunas se han identificado más de una decena de barriadas con situaciones complejas. Están en 12 de sus 19 consejos populares. Ya se trabaja a tiempo completo, siempre y cuando los recursos estén, en cinco comunidades.

Díaz-Canel indagó sobre los resultados de un levantamiento similar en la provincia, y el gobernador tunero, Jaime Ernesto Chiang Vega, le informó que en Las Tunas hay 41 comunidades calificadas como vulnerables y se está trabajando ya en 24.

Era algo a destacar, pero el Presidente de la República les solicitó extender las labores a todas ellas al entrar al nuevo año, lo que requiere que esté previsto en el Presupuesto de la provincia para 2022.

Sobre la atención que se le brinda a más de un centenar de personas calificadas en situación de vulnerabilidad en Barrio México, el Jefe de Estado insistió en eludir, de forma general, el concepto asistencialista. “La primera y mejor ayuda que puede dársele a una persona, si está en condiciones de hacerlo, es capacitarla y darle trabajo”, argumentó.

En el caso de los jóvenes sin vinculación laboral o estudiantil, insistió en la necesidad de incorporarlos a una actividad útil. Si no lo hacemos así —preludió— esas muchachas y muchachos quedarían en desventaja social.

En esta barriada tunera, al igual que haría luego en la comunidad holguinera de Paraíso, Díaz-Canel retomó el concepto de autonomía municipal, la defendió como clave en la solución de los problemas que se han ido acumulando en las localidades.

“Con cada municipio que se “levante”, que funcione mejor, funcionará mejor la provincia, y entonces, funcionará mejor el país”, sentenció.

Mipymes nuestras

No hay visitante o parroquiano que atraviese la ciudad de Las Tunas por la carretera central, que no gire la vista hacia la fachada del agromercado El Mambí. Cada vez que se pasa por allí, hay algo nuevo que admirar.

La última noticia que generó fue su conversión en una Mipyme (micro, pequeña y mediana empresa). Avanza en convertirse no solo en gran complejo comercial, sino hasta cultural. Tiene el propósito de rescatar tradiciones agrarias y hasta históricas.

Surge además, según le explicaron, con una vocación social solidaria, como la expedición de tarjetas a personas con necesidades especiales, como ancianos de bajos ingresos o solos, para que adquieran las mercancías con una rebaja de hasta el 20 por ciento.

También, empero, se propone cumplir con encargo, que es brindar productos de calidad y a precios que le permitan generar los ingresos y utilidades necesarios para sus trabajadoras y trabajadores y para el desarrollo continuo de la instalación. Sus ofertas incluyen así surtidos de alto valor agregado a precios nada baratos, por supuesto.

Ante la subida de los precios, Díaz-Canel aceptó la intención —que ya va siendo realidad— de tener variedad de ofertas con diferentes valores, pero siempre accesibles, y esto es algo que se tiene que cumplir tanto por las formas de gestión estatales como no estatales, enfatizó.

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista también recabó ponerle todo el empeño al éxito de las Mipymes, el país está haciendo un gran esfuerzo, semana tras semana, para que esta forma de gestión triunfe, entonces hay que evitar cualquier cosa que trabe esa política.

Y también para Manatí

La tercera y última escala del Presidente de la República en su recorrido por Las Tunas fue sabana adentro, monte intrincado y terraplenes polvorientos: el polo productivo Fleitas, en el corazón agrícola del municipio Manatí.

Están plantadas 260 hectáreas de plátano, en sus diversas variedades; 64 hectáreas ya están en cosecha, y para final de año se sumarán otras 18. Al preguntar sobre el potencial del emprendimiento, le explicaron que es de mil hectáreas.

En el primer semestre del año que ya viene, incorporarán otras 400, pero ya el resto exige un trabajo más arduo y recursos, porque es marabú espeso, y ya eso son palabras mayores, pero tampoco un imposible, le informaron.

Tienen que vender madera y leña de marabú, les sugirió Díaz-Canel. Así pueden recuperar parte de la inversión, reflexionó. Y en eso están aquí, la zona se ha convertido en una gran productora de carbón vegetal. Pero no solo hay que mirar hacia ahí, mucho más puede dar el espinoso árbol, y sobran ejemplos.

Sobre el destino de las producciones del polo productivo, le explicaron que es la capital provincial. Eso está bien, pero hay que pensar en el abastecimiento de productos agrícolas a los habitantes de este municipio; Manatí también tiene que beneficiarse de lo que aquí se está haciendo, señaló el mandatario palabras más palabras menos.

La planificación del polo concibe el abastecimiento mensual de 400 toneladas de productos a la ciudad de Las Tunas, el 30 por ciento de lo que necesita, y Manatí requiere de 200 toneladas para cubrir su demanda.

Las áreas de Fleitas están bajo un régimen donde las tierras pertenecen a la Empresa Integral Agropecuaria Manatí, pero las gestionan usufructuarios, que contratan para el laboreo a los llamados colectivos laborales, una mano de obra gestionada por la empresa. La receta, al parecer, es buena para todos, según le afirmaron varios usufructuarios al Presidente.

Díaz-Canel en Holguín

Las áreas agrícolas de Velazco, Gibara, son tierra más que conocidas por Díaz-Canel, mucho anduvo por allí cuando era primer secretario del Partido Comunista en Holguín. La fama de ser “el granero de Cuba” aún está en la sangre y espíritu de sus campesinos, aunque las tierras ya no dan lo de antes.

El polo productivo Arroyo Seco, adscripto a la Empresa Agroindustrial de Granos Gibara, se beneficia de un proyecto de colaboración saudí que está dotando a la zona de imponentes máquinas de riego de pívot central electrificadas. No pocas se importarán, pero las producidas en la empresa mecánica de Bayamo, Granma, también “siguen dando la hora” aquí.

El “tema” agua es el gran dolor de cabezas en la zona. Es escasa. Se gestionan varias propuestas y proyectos para utilizar presas que no están muy cercanas. La gran discusión de la jornada del Presidente fue entonces cómo encontrar la mejor solución para el riego, a partir de las distancias y embalses a la vista en los mapas, todos conocidos por Díaz-Canel.

Encontrar las repuestas al peliagudo asunto también está en la agenda de la vice primera ministra Inés María Chapman Waugh, quien ha estado por la región en las últimas semanas, al igual que el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesas, le informaron.

Otro gran debate fue el sostenido entre el Presidente y los hermanos José Ramón y José Miguel Torres Leiva, que gestionan 40 hectáreas bajo riego electrificado y donde ni un palmo de tierra utilizable ha quedado sin sembrar, desde frijoles, maíz, boniato, yuca...

Fue una discusión que incluyó desde alternativas para el riego como el uso de una presa cercana que aún le quedan tres millones de metros cúbicos, y hasta el precio de la electricidad y el agua, sobre el que los hermanos, campesinos de pura cepa, aún tienen insatisfacciones.

Aquí en Velazco —reflexionaba Díaz-Canel— hay conocimiento, cultura y tierras fértiles, entonces hay que resolver definitivamente el abasto de agua para el riego. Recordó cómo hace pocos años la producción de frijoles en la región permitió cubrir la canasta básica. Tenemos que acabar de ponerle fin a la importación de frijoles, sentenció.

Antes de abandonar Arroyo Seco, pueblo montuno y a mucha distancia de los grandes núcleos urbanos holguineros, el Presidente se detuvo más de una vez para conversar con las campesinas y campesinos, la mayoría jóvenes, y con un puñado de pioneritos que regresaban de la jornada matutina y se quedaron en el camino esperándolo para conocerlo.

El cariño puro que se le obsequió es difícil describirlo sin caer en cursilerías lacrimógenas. Baste saber que en el corazón de ellos quedó la visita de Díaz-Canel; de que en Cuba, ningún pueblito, por pequeño y humilde, está olvidado.

En marcha con el pueblo de Paraíso

En Paraíso, pueblo de la periferia de la ciudad de Holguín, viven más de 2 000 personas, es un área entre rural y urbana, muchos de sus habitantes esperaron al Primer Secretario del Comité Central en el parquecito recién inaugurado.

El lugar se va poniendo bonito, pero el Presidente no se quedó con la primera impresión y se lanzó a caminar por uno de los caminos de tierra con decenas de casitas a un lado y otro.

Son hogares más campesinos que citadinos. Díaz-Canel saludó a quienes salían a las puertas. Ante la sequía, el andar del Presidente y de la multitud que se le iba sumando paso a paso no fue difícil. Si hubiera llovido, otrasería la historia.

Pavimentar los pasadizos y calles de Paraíso fue una de las  primeras sugerencias del mandatario. No hablaba de asfalto, sino de buscar alternativas locales, como lajas o adocreto, que además de resolver un problema, le darían a la comunidad una belleza particular.

Ya en la pequeña escuelita del barrio, recientemente reconstruida, Díaz-Canel conoció de las acciones que se ejecutan para ir satisfaciendo paulatinamente las necesidades materiales y espirituales de los parroquianos.

En Paraíso se trabaja con la comunidad en labores que van desde la atención a personas vulnerables, madres solteras con tres o más hijos menores de edad, hasta la elevación de la calidad de los servicios, y será, explicaron, no solo transformando el lugar, sino también fortaleciendo las funciones de cada factor e institución, desde los CDR hasta los servicios asistenciales.

El consultorio médico fue el último sitio visitado por el Primer Secretario, está como a unos 500 metros de la escuelita. De allí hasta aquí ya no fueron decenas, sino centenares de personas que se le sumaron en la caminata, una manifestación de masas que el Presidente agradeció.

“Aquí en Paraíso —dijo a la multitud— hemos hecho hoy hasta una marcha del pueblo combatiente”. Y eso es la Revolución.

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