Arlette Vasallo García - Cubadebate - Video: Canal Caribe / TV Cubana.- La Unión de Jóvenes Comunistas es una organización de vanguardia, por tanto, los jóvenes que militen en ella tienen que ser necesariamente los mejores.
La organización política de la juventud cubana arriba este año a su aniversario número 60 en un contexto donde su protagonismo en el enfrentamiento a la pandemia de la Covid 19 y la participación en el desarrollo de diferentes sectores de la economía han sido sus principales tareas en los últimos dos años. Sin embargo, el contexto post pandemia impone nuevos desafíos a la organización frente a la sociedad cada vez más diversa donde se desenvuelve. Sobre las condiciones y las perspectivas con que arriba la UJC a sus seis décadas habla la Primera Secretaria del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, Aylín Álvarez.
—La Unión de Jóvenes Comunistas está cumpliendo 60 años desde su creación. La historia de la organización es también la del proceso revolucionario. ¿Qué situaciones caracterizan la relación de la UJC con la Cuba del 2022 y cuales la diferencian respecto a épocas anteriores?
Muchas cosas han pasado en estos 60 años. El valor principal que tienen esas décadas de historia es la participación en la construcción y en el propio ejercicio de ese proceso revolucionario -como la Campaña de Alfabetización- en la cual los jóvenes fueron protagonistas de su época. Sin embargo, eso no le quita valor a lo que en la actualidad los jóvenes han vivido en el enfrentamiento a la Covid 19. En todas las épocas los jóvenes cubanos hemos tenido nuestras propias epopeyas. Yo creo que la de los jóvenes del 2022 es precisamente haber transitado por una pandemia, que no solamente ha azotado a nuestro país, sino también al mundo, no solo en la salud, sino también en lo económico. Es uno de los grandes retos que tienen las juventudes en Cuba porque no vivimos en una burbuja, formamos parte también de ese mundo y con una cuota adicional que es precisamente vivir en un país bloqueado, en una etapa en que se ha aprovechado para recrudecer mucho más las medidas dirigidas a asfixiar nuestra economía, y por tanto a las familias cubanas.
—¿Qué tipo de jóvenes tienen interés hoy en militar en la UJC, y a su vez cuales se desea que militen en la organización?
La Unión de Jóvenes Comunistas es una organización de vanguardia, por tanto, los jóvenes que militen en ella tienen que ser necesariamente los mejores. Nuestro carnet lo precisa bien -en su reverso- con las palabras de nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, cuando decía que tienen que ser los primeros en el estudio y los primeros en la defensa de la Patria, por eso es que somos la vanguardia.
Eso no quiere decir que la UJC no tenga también como misión -por encargo constitucional-, la atención y la conducción de las nuevas generaciones de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. Por eso deseamos que los jóvenes que militen en nuestras filas sean los más revolucionarios, los más consagrados, los que tengan reconocimiento en su barrio, en su comunidad, en su centro de trabajo o de estudios, para con ellos poder irradiar al resto de los jóvenes con los cuales tenemos esa responsabilidad.
—¿Cómo acercarse a jóvenes que no tienen una ideología formada, que no están interesados en una militancia política o incluso a aquellos que pueden sentirse atraídos por un discurso ideológico contrario al que defiende la UJC?
Eso es algo a lo que también la Unión de Jóvenes Comunista está abierta. No podemos pretender que todos los jóvenes piensen como nosotros. Sin embargo, mantener un diálogo constante con esos jóvenes, sean como sean, piensen como piensen, y propongan lo que propongan, creo que también tiene que ser un desvelo para la juventud comunista.
En las sesiones del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba se habló muchísimo de eso. En nuestro país existe un solo partido, por tanto, tiene que ser cada vez más participativo y más democrático, lo dijo nuestro General de Ejército Raúl Castro en aquel momento. La Unión de Jóvenes Comunistas tiene también ese reto: Ser una organización cercana, no solamente a su militancia política, sino también a todos los jóvenes en Cuba, y que la vean también como esa organización que tiene la responsabilidad, -al no existir un Ministerio de Juventudes en el país-, de conducir todos los procesos y atender los problemas de las juventudes. Para eso estamos abiertos al diálogo con todos los jóvenes, sean revolucionarios o no.
El espacio de La Comuna que realizamos hace algún tiempo habla también de esa articulación revolucionaria que la Unión de Jóvenes Comunistas quiere propiciar: todo lo que quepa dentro del proceso revolucionario de construcción, de participación, de abrir el pensamiento en función de las cosas que desde el país debemos transformar, lo tenemos que impulsar los jóvenes, que somos el futuro, y eso no es un eslogan, ni una consigna vacía, es una realidad.
—En los últimos tiempos la combinación de espacios virtuales y físicos ha promovido el activismo y la participación espontánea de jóvenes en diferentes causas sociales y que por tanto son políticas, como son los temas de género, bienestar animal, derechos sexuales y reproductivos, racialidad y otras iniciativas cívicas dentro de una diversidad de expresión y participación. ¿Cómo puede la UJC mantener su rol de vanguardia en un contexto tan dinámico como este?
Muchos de esos temas siempre han estado incluidos en la propia agenda de la Revolución, en la construcción de nuestro socialismo. Sin embargo, en los últimos años hemos dejado un poco de hablar de eso, pensando que, al ser conquistas en gran medida alcanzadas, no tenemos ya que trabajar por ellas. Pienso que dar oportunidad para que todos construyamos, participemos y expresemos nuestros criterios, tiene que ser el método principal para seguir trabajando con los jóvenes que tengan intereses disímiles y sobre todo acompañarlos para seguir logrando y fortaleciendo conquistas para la Revolución.
—Son tiempos difíciles para todos los cubanos, especialmente para los jóvenes, que a su condición de nacer bloqueados se suma el peso que sobre sus vidas y aspiraciones pone ahora la situación económica generada por la pandemia. ¿Dentro de este contexto, qué motivaciones puede tener un joven cubano para realizarse profesional y espiritualmente en nuestro país?
Se trabaja mucho desde el Gobierno, y desde nuestro Partido también, para propiciar cada vez más que un joven pueda desarrollar su proyecto de vida dentro del país. Un proyecto de vida no solo tiene que ver con lo económico, tiene que ver también con la realización de los sueños personales, de las aspiraciones colectivas y eso se puede propiciar desde un centro de estudios o un centro de trabajo.
Al mencionar a los jóvenes como las personas más importantes, el Presidente Miguel Díaz-Canel, envía un mensaje claro y es que el trabajo con los jóvenes asiste a todo el mundo. Todos los dirigentes administrativos deben incorporar el trabajo con los jóvenes. Lograr que los muchachos con talento, los títulos de oro que se gradúan en nuestras universidades se pongan en puestos donde puedan transformar los centros de trabajo y centros de estudios. Por estos días se ha hablado de muchísimas cosas y hay una consigna -que no es una consigna vacía- y que ha acompañado a la organización en todo este proceso de celebración por sus 60 años, junto a los 61 de la Organización de Pioneros José Martí y es la de Vamos con Todo.
Vamos con todo a enfrentar las cosas que nos aquejan, ir con todo a transformar y a participar. Es la manera con que la Unión de Jóvenes Comunistas se replantea su labor política con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, y ajustar eso a los nuevos tiempos lleva una transformación hacia un pensamiento nuevo.