La Habana, 25 may (ACN) La exposición fotográfica Cuando los píxeles lloran, con imágenes alegóricas a la explosión este 6 de mayo del hotel Saratoga, se inauguró hoy en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), de esta capital.
Aylin Herrera Reyes - Foto: Omara García Mederos - Video: Cuba en Resumen
La Habana, 25 may (ACN) La exposición fotográfica Cuando los píxeles lloran, con imágenes alegóricas a la explosión este 6 de mayo del hotel Saratoga, se inauguró hoy en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), de esta capital.
Con 35 fotos impresas y otras 300 en formato digital, la muestra revela la obra de fotorreporteros de medios de comunicación cubanos como los diarios Juventud Rebelde y Granma, las revistas Bohemia, Muchacha y Verde Olivo, la Agencia Cubana de Noticias, Prensa Latina y la radio.
El trabajo incensante de rescatistas, bomberos y otras fuerzas especializadas durante seis días ininterrumpidos, unido al dolor de familares, amigos y el pueblo son los centros de interés de las piezas fotográficas.
Aunque a los pies del hotel Saratoga cada cubano registró su imagen en esa rojísima caja negra llamada corazón, varios de los mejores fotorreporteros de nuestros medios de prensa utilizaron el alcance de sus lentes y su sensibilidad para plasmar en instantáneas la conmoción de los cubanos, escribió el periodista Enrique Milanés León sobre la exposición.
Señaló en su texto que estas fotos, seguramente tomadas bajo miradas sísmicas, temblores íntimos y pequeñas grietas emocionales hallaron la firmeza exacta para confirmarse, en el repaso del duelo, como grises postales de la mayor familia.
Jorge Legañoa Alonso, vicepresidente de la UPEC, expresó que las fotografías son no solo un homenaje a las víctimas del accidente, sino a quienes estuvieron día y noche, entre los que se incluyen los periodistas.
La curaduría de Cuando los píxeles lloran estuvo a cargo de Ricardo López Hevia, fotorreportero del periódico Granma, quien aseveró que la selección de las fotografías fue un proceso complejo, no solo por la cantidad recibida sino a la hora de elaborar un recorrido visual sobre una de las semanas más duras que ha vivido Cuba en los últimos tiempos.
La prensa cubana ante el dolor de los píxeles
Patricia Maria Guerra Soriano
Cubaperiodistas
El viernes 6 de mayo, a las 10 y 51 con dos segundos, pedazos de ventanas, puertas, concreto, cristales y vidas estallaron sin avisar, se disolvieron etéreamente y enseguida un chorro de desasosiego empezó a nutrir las próximas jornadas.
Casi veinte días después, decir “hotel Saratoga” continúa implicando una estela de asociaciones dolorosas y mientras eso sucede, 35 imágenes de más de una veintena de fotorreporteros cubanos que cubrieron el siniestro, contornean una tristeza pegada hasta en el nombre de la exposición que, esta mañana se inauguró en la sede nacional de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC): “Cuando los píxeles lloran”.
A la Upec —precisó Jorge Legañoa, vicepresidente de la organización— fueron enviadas más de 300 fotografías y las que desde hoy se muestran, encontraron, en palabras del periodista Enrique Milanés León, “la firmeza exacta para confirmarse, en el repaso del duelo, como grises postales de la mayor familia”.
Cuando los píxeles lloran es el nombre de la exposición fotográfica inaugurada esta mañana en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba. Foto: Stephania Núñez/Cubaperiodistas.
Así también lo cree el fotorreportero y curador de la expo, Ricardo López Hevia, para quien esa tragedia ha sido “uno de los acontecimientos más complejos vividos en el país en los últimos años”.
Y “esas grises postales” son “no solo un homenaje a las víctimas y a sus familiares-como agrega López Hevia-sino también un reconocimiento a los profesionales de la prensa, a los rescatistas y a las autoridades “que no se movieron del lugar” mientras se desarrollaba la búsqueda de personas.
Luego de la inauguración de la muestra, un grupo de periodistas reunidos en el teatro de la casa de la prensa protagonizó un taller que analizó las experiencias periodísticas y comunicacionales puestas a prueba durante los acontecimientos.
“Situaciones como esta-dijo Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la UPEC-exponen las capacidades e incapacidades de nuestro sistema de prensa” y comprueban-agregó- “si existen fallas entre la comunicación pública y la comunicación política”.
De ahí que resaltara “la actuación oportuna y ágil de los profesionales de la prensa”, un indicador que demostró-de acuerdo con Ronquillo- “la efectiva relación de ese sistema con las instituciones públicas del país”.
Valiéndose de una comparación figurada donde los periodistas deben asumir la rapidez exigida al Cuerpo de bomberos ante situaciones de desastre, Ronquillo fundamentó la importancia de contar lo que ocurre en tiempo real porque “eso decide la narrativa” y las matrices de opinión que se posicionan.
En este caso —haciendo alusión a un análisis de la vicepresidenta primera de la UPEC, Rosa Miriam Elizalde—Ronquillo afirmó que hubo un “repliegue de la maquinaria tóxica del gobierno de los Estados Unidos” que se intenta instalar en los sitios de redes sociales.
A continuación, periodistas de distintos medios de prensa conversaron sobre las particularidades de su praxis profesional y de cómo convergió el trabajo en equipo ante un escenario de tanta tensión.
“Reforzar la redacción, convocar a todos los reporteros, disponer de recursos técnicos, ampliar la programación”, fueron algunas de las maniobras desplegadas por el equipo de Cubavisión Internacional, las cuales, como explicó el periodista, Carlos Manuel Gallardo, permitieron desarrollar la cobertura de manera ininterrumpida, y demostraron “la preparación de un equipo de trabajo, en su mayoría, compuesto por jóvenes”.
Raúl San Miguel, del periódico Tribuna de La Habana, no pudo contar detalles de ese día, solo agregó que en cuanto conoció la noticia-como muchos de los presentes en la sala esta mañana-salió para los predios del hotel Saratoga a informar. Luego, la conmoción por el recuerdo, le impidió seguir.
Sobre ese impacto emocional, representado en “flujos de adrenalina que debemos controlar”, habló Ricardo López Hevia, quien al ver a los rescatistas imperturbables ante el peligro de derrumbe de la edificación se dijo: “Hay que estar hecho de un material especial para concentrarse en salvar vidas atrapadas bajo los escombros y olvidar el instinto natural de sobrevivencia”.
Cuando al periodista y director de programas informativos de la Televisión Cubana, Lázaro Manuel Manuel Alonso, le avisaron sobre los hechos, estaba en Santa Clara. Dos horas y veinticinco minutos fueron suficientes para regresar a La Habana y comenzar a reportar desde el lugar, aunque no con todos los requerimientos técnicos que implica una transmisión televisiva.
A pesar de los posibles errores y deficiencias de la comunicación en crisis aún por perfeccionar, Bárbara Avendaño e Iramis Alonso Porro, directoras de las revistas, Bohemia y Juventud Técnica, respectivamente, dialogaron sobre la importancia del seguimiento periodístico realizado minuto a minuto y a través de las distintas redes.
Lo ocurrido —expresó al final el periodista de Radio Habana Cuba, Dairon Caballero Heredia— demostró que “Cuba no está perdida mientras exista esa sensibilidad a flor de piel” expresada en una enorme respuesta de solidaridad humana de la cual quedó un estremecedor registro gráfico.