César Rosell León, director de la Empresa de Servicios Portuarios del Centro, declaró en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que el buque se llevará 25 000 toneladas (t), de las cuales ya más de la mitad fue manipulada hacia las bodegas de la embarcación, atracada en la zona portuaria número dos de Obourke.

Explicó que esperan concluir este embarque pionero en apenas unos días, mientras otra nave se encuentra anclada en aguas de la ensenada cienfueguera, a la espera de asumir otras 18 000 t del material, destinado a la base de las vías férreas del tren mexicano.

Rosell León, con varias décadas de labor en la actividad marítima, aseguró que estas operaciones resultan novedosas para los predios portuarios, algo a lo que se someten por primera vez, aun cuando es una tecnología usada en otros puertos del mundo.

Abundó que los operarios de los muelles tienen gran experiencia en la carga y descarga de los graneles, como el maíz, o la soya, pero son faenas mucho más “nobles”.

Por el contrario, la manipulación de la piedra, algunas de hasta un metro de tamaño, es una tarea fuerte y rústica, donde intervienen varios tipos de transporte de forma combinada.

Empieza el proceso con el sistema ferroviario que traslada el producto desde la cantera a los almacenes a cielo abierto de la zona portuaria.

Luego intervienen cargadores del sector de la construcción y el transporte automotor para acercar la mercancía al muelle y finalmente, otros cargadores lo depositan en las jaulas que son elevadas mediante una grúa hasta la barriga del barco.

Apuntó el directivo que los aditamentos empleados –unas jaulas o cubetas- poseen cuatro puntos para asegurar el izaje, y tienen capacidad de nueve metros cúbicos, es decir, casi 12 t.

En principio resultó un poco engorroso, pero ya las brigadas lograron habilidades y ahora mantienen un ritmo muy bueno de cuatro mil 500 t diarias, aseguró.

Como es costumbre, en el puerto cienfueguero laboran en régimen de tres turnos y al contar con los aseguramientos necesarios, y el material en abundancia depositado en el patio, esperan alcanzar pronto despacho en estas y las demás embarcaciones por manipular.

La piedra-rajón, con destino a México, procede de la cantera de Arriete, en el municipio de Palmira, con excelente calidad de sus recursos.

Esta vez el material constructivo servirá de “acolchonamiento” o soporte a las vías del proyecto del Tren Maya, con unos 1 500 kilómetros de extensión, y enlazará varios estados de esa nación en respaldo al desarrollo sostenible de sus pueblos.

(Con información de ACN)