En la reunión, acontecida en el Palacio de la Revolución, a la que asistieron la vice primera ministra, Inés María Chapman Waugh; el miembro del secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Económico y Productivo, Joel Queipo Ruiz; el general de División Ramón Pardo Guerra, jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil; así como ministros y directivos de varias carteras, Marrero Cruz indicó “revisar los sistemas de trabajo, pues no basta con recorrer los municipios, si al final nos concentramos en reuniones y no buscamos mecanismos para impulsar las tareas.

“Necesitamos una respuesta superior. Si los recursos están en los lugares, la situación tiene que transformarse de inmediato con resultados y tiene que empezar a disminuir el número de las afectaciones”, aseveró.

El Primer Ministro también llamó la atención sobre el esfuerzo del país para lograr salir adelante, en medio de la situación tan compleja que vivimos y que enfrenta la población, a lo que se suman los perjuicios provocados por varios eventos meteorológicos.

Pero lo que no tiene justificación, a su juicio, y así lo hizo saber a los participantes, es que “nosotros, los que tenemos la responsabilidad de dirigir desde el Gobierno, no busquemos las soluciones desde el punto de vista organizativo, de implementación de todo lo indicado y de control para garantizar el avance que hace falta”.

Al examinar la situación de la vivienda específicamente, el sector más dañado y el de mayores retrasos, Vivian Rodríguez Salazar, su directora general, reiteró la no correspondencia entre la cantidad de recursos asignados y el progreso de las provincias. “Falta seguimiento en los municipios, caminar los barrios, visitar los damnificados e involucrar a la población, porque hasta se financió el 50 % del costo de los materiales para que las personas pudieran adquirirlos”, afirmó.

En el caso de Granma, por ejemplo, con todo lo recibido solo han podido resolver 103 afectaciones, de las 415 reportadas, además del lento avance que exhibe la reparación de daños menores, incluidos los pisos de tierra.

Y en cuanto a Pinar del Río, territorio que suscitó un análisis diferenciado, trascendió que, a poco más de nueve meses del azote del huracán Ian, apenas se ha solucionado el 32 % de los 90 394 inmuebles afectados. 

Sin embargo, en palabras del ministro de la Construcción, René Mesa Villafaña, aunque han existido baches en la transportación, el volumen de recursos entregados a Vueltabajo, que abarca en lo que va de año 10 410 toneladas de cemento, debió permitir la solución de más del 50 % de las afectaciones aproximadamente.

“En un momento como el que vive el país, con tantas limitaciones, tener recursos inmovilizados es un tema gravísimo”, alertó el Primer Ministro, al tiempo que enfatizó en las tendencias negativas que proliferan cuando se distribuyen los materiales y no existe la capacidad de respuesta rápida para su control.

Si lo entregado se desvía, se roba o se malversa, advirtió Marrero Cruz, “persiste la afectación en la familia y en el Gobierno, y la responsabilidad de la solución sigue siendo nuestra”. Por ello, insistió, “hay que poner los cuadros al frente, y buscar alternativas con la participación de la población y de los afectados”.

Con esa idea también coincidió Pardo Guerra, quien añadió que, en visita reciente a Pinar del Río, se constató la necesidad de revisar los métodos de dirección y trabajo, lo cual formó parte de un informe circulado al Gobernador.

Ante la persistencia de dilaciones, el Primer Ministro orientó a directivos y a las autoridades territoriales dilucidar las causas que lastran la recuperación en un tema tan sensible, y para el cual se ha priorizado un nivel de recursos, pese al actual contexto de restricción financiera.

En la jornada se pasó revista, además, al restablecimiento de los viales, proceso también con demoras, al abasto de agua y la restitución de equipos de bombeo, a la marcha de los programas agrícolas, las entregas de la canasta familiar normada y la atención a las familias en situación de vulnerabilidad.