«Si la angosta cotidianidad le dificulta a muchos estudiantes o egresados de la Educación Superior pensar en un proyecto de vida real y a corto plazo, también se torna complejo hallar opciones veraniegas acorde a sus preferencias…»
Santiago Jerez Mustelier
Redacción Alma Mater
En la etapa estival una pregunta asalta con más fuerza a los universitarios y a sus bolsillos: ¿Cómo me divierto?
La inflacionaria y enrevesada economía cubana, aguijoneada por presiones externas e ineficiencias desde dentro, supone un mazazo para quienes desean disfrutar de opciones recreativas, deportivas y culturales que se ajusten a sus ingresos y los de sus familias; y que satisfagan, igualmente, sus expectativas espirituales e intelectuales.
Los jóvenes sí pasan mucho trabajo — cada vez más — para divertirse, no nos llamemos a engaño. Si la angosta cotidianidad le dificulta a muchos estudiantes o egresados de la Educación Superior pensar en un proyecto de vida real y a corto plazo, también se torna complejo hallar opciones veraniegas acorde a sus preferencias.
Tampoco es que abunden los sitios o exista variedad de ofertas para todos los públicos, aquellos que tienen un poder adquisitivo más notable y aquellos que no. Los que caen en el último saco la tienen más dura. Incluso a los estudiantes que tienen dos o tres trabajos se les hace difícil hoy acceder a un lugar que sea bueno, bonito y barato, como en los tiempos de nuestros padres.
Siempre hay quien dirá que recrearse no es únicamente ir a Fábrica de Arte y bar Pazzillo, en La Habana; al Conga´s, en Camagüey o al St. Pauli, en Santiago de Cuba. Es cierto. Disfrutar de una obra de Teatro El Público, asistir a un espectáculo de Litz Alfonso Dance Company, sentarse en el malecón capitalino, pasear por Narváez, bailar «hasta perder las suelas» en El Mejunje, ver una película de Fernando Pérez en el cine o ir al Museo de Historia Natural también son propuestas muy socorridas, además de valiosas.
Pero la recreación depende de gustos y colores, de territorialidad, capacidad creativa de las instituciones culturales y otros factores que fungen como intersecciones a la hora de analizar el fenómeno. Una verdad de Perogrullo es que no existen espacios diseñados para cubrir, sino toda la gama, una amplia muestra de los intereses de los muchachos y muchachas. Este tema sigue siendo asignatura pendiente, y sería injusto decir que desde el Gobierno central y a través de las organizaciones estudiantiles y juveniles no se le haya dado más de una mirada. Pero, ¿lo hecho será suficiente? No. Los contextos cambiaron y debemos aspirar que las formas de recrearse se parezcan a las generaciones de ahora.
En este contexto, con la recién aprobada Política Integral para la Atención a la Niñez, la Adolescencia y las Juventudes, normativa que traza acciones en favor de la recreación de uno de los sectores que más escucha requiere a nivel social, Alma Mater propone una edición de verano que contiene sugerencias por provincias para pasar unas vacaciones entretenidas.
También celebramos los diez años del Movimiento de Excursionismo, una hermandad de «locos y locas» que aman la naturaleza y se enrolan en las más intrépidas aventuras. Su más reciente desafío lo encontrarás en nuestras páginas.
Asimismo conversamos con Ingrid Lobaina, la entrañable Noemí, de la popularísima serie televisiva Calendario. Nos contó sobre nuevos proyectos y nos hizo una revelación sobre la tercera temporada.
Hablamos en este número sobre la comunidad trans, sus anhelos y desafíos, las vicisitudes que afrontan. Y realizamos un homenaje desde la crónica a uno de los deportistas más completos de los últimos años en Cuba: Frederich Cepeda.
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Volveremos con otra revista impresa en septiembre y dialogaremos sobre un tópico al que todos los caminos conducen: la economía.
