Foto: Estudios Revolución - Video: Canal Caribe / TV Cubana.


Música de ángeles acarició al pueblo de Allende

Tocado de punta a punta por el alma del poeta, transitó el concierto con motivo de los 50 años del golpe militar que el 11 de septiembre pisoteó la constitucionalidad en Chile, y que puso fin a la vida de Salvador Allende. Al estremecedor momento asistió el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez

Alina Perera Robbio

Granma

Baslica Menor del Convento San Francisco de Ass en La Habana, el concierto con motivo de los cincuenta aos del golpe militar en Chile

Foto: Estudios Revolución

En la noche de este lunes, en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, de La Habana colonial, Silvio Rodríguez hacía una reverencia estremecedora a la memoria del pueblo chileno.

Tocado de punta a punta por el alma del poeta, transitó el concierto con motivo de los 50 años del golpe militar que el 11 de septiembre pisoteó la constitucionalidad en Chile, y que puso fin a la vida de Salvador Allende, reseñó el sitio de la Presidencia.

Hubo música de ángeles. El especial momento –al cual asistió el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a su compañera Lis Cuesta Peraza– hizo confluir el arte del Coro Nacional de Cuba, dirigido por la maestra Digna Guerra; de la flautista Niurka González, junto a Malva Rodríguez al piano; y de la Orquesta de Cámara de La Habana, dirigida por Daiana García.

En el concierto, la embajadora de Chile en Cuba, Patricia Esquenazi Marín, expresó que el golpe militar duele no solo a su nación, sino también a todos los defensores de la democracia en el mundo. La diplomática recordó que el 11 de septiembre marca un día amargo, que abrió paso a una tragedia, la cual nunca debió haber ocurrido.

Esquenazi Marín evocó pasajes de aquellas horas terribles; y dijo que, a pesar de que han pasado 50 años, «todavía lloramos». Sobre Cuba, hizo referencia a la difícil historia de un pueblo que lucha con valor frente a un poderoso enemigo, el imperio.

Dio gracias a la Isla por su generosidad; a Fidel, el amigo de los chilenos y de Salvador Allende; a Silvio, por su compañía en esta fecha dolorosa; al Presidente Díaz-Canel, por el gesto maravilloso de solidaridad de su país, que recibió a cientos de chilenos que fueron acogidos por un pueblo amigo, con casa y cariño, como los cubanos saben hacer. «Gracias a todos por acompañarnos», dijo.

El homenaje contó, además, con la presencia del miembro del Buró Político y canciller, Bruno Rodríguez Parrilla; del ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau; de representantes chilenos de la diplomacia y la comunidad residente en la Mayor de las Antillas; así como diplomáticos e intelectuales cubanos.

Silvio compartió impresiones y recuerdos sobre el país de Salvador Allende. El trovador también recordó que este 11 de septiembre su amigo del alma, Eusebio Leal Spengler, hubiera cumplido 81 años, y que por tal motivo le dedicaba, de modo especial, el concierto de este lunes.   

De Silvio, el Coro Nacional de Cuba interpretó Ala de Colibrí, Canción para mi soldado, Escaramujo, y Unicornio. El poeta cantó Te recuerdo Amanda, de Víctor Jara. Otras melodías llenaron el aire con belleza sin par. Pero con su Santiago de Chile, todo lo bello hizo una confluencia en defensa de la memoria y de la vida.

Baslica Menor del Convento San Francisco de Ass en La Habana, el concierto con motivo de los cincuenta aos del golpe militar en Chile

Foto: Estudios Revolución

CUBA NO OLVIDA A CHILE

Trovadores chilenos y cubanos cantaron a la historia de Chile, en el aniversario 50 del sangriento golpe militar al gobierno popular de Salvador Allende, desde la sala Che Guevara de la Casa de las Américas.

Las injusticias, asesinatos y desapariciones que marcaron a la nación sudamericana durante la dictadura de Augusto Pinochet, fueron cantadas en el concierto Decalustro en Chile, golpe, vida y resistencia.

La propuesta poético-musical, concebida por la cantautora chilena Cecilia Concha Laborde, fue un homenaje también a los sobrevivientes, a las experiencias de resistencia y a los procesos de reconstrucción del alma del pueblo chileno. (Talía Castro Cruz)

 

Cuba y Chile unidos en la memoria: Concierto histórico contra la barbarie del pasado

Alina Perera Robbio

Cubadebate

El cantautor cubano Silvio Rodrígez durante concierto en Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís en La Habana Foto: Estudios Revolución.

Eso no está muerto̸ No me lo mataron̸ Ni con la distancia̸ ni con el vil soldado…”, era la canción “Santiago de Chile”, de nuestro insondable Silvio Rodríguez. Ya era de noche, este lunes, cuando en la Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís, en la amada Habana colonial, el poeta hacía una reverencia estremecedora a la memoria de un pueblo hermano, que él conoce muy bien.

Se hacía un nudo en la garganta; y pasaban, al ritmo de los acordes expandidos en la gran recámara, todas las banderas del Hombre bueno, todas las causas y benditas terquedades, todos los momentos en que las mujeres y los hombres han querido regalar el cielo a sus semejantes.

En una lágrima, se mezclaron la emoción estética y la vergüenza por tanta barbarie cometida, en el hilo de la historia, contra quienes han soñado el paraíso en la Tierra.

De lujo -como para acariciar las heridas más abiertas y profundas-, y tocado de punta a punta por el alma de Silvio, transitó de la tarde a la noche el concierto con motivo de los cincuenta años del golpe militar que el 11 de septiembre pisoteó la constitucionalidad en Chile y que puso fin a la vida de Salvador Allende.

Presidente cubano junto a su esposa durante el concierto homenaje por aniversario del golpe de Estado en Chile. Foto: Estudios Revolución.

Hubo música de ángeles. El especial momento -al cual asistió el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto a su compañera Lis Cuesta Peraza- hizo confluir el arte del Coro Nacional de Cuba, dirigido por la Maestra Digna Guerra; de la flautista Niurka González, junto a Malva Rodríguez al piano; y de la Orquesta de Cámara de La Habana, dirigida por la Maestra Daiana García.

A modo de pórtico del concierto, la embajadora de Chile en Cuba, Patricia Esquenazi Marín, expresó que el golpe militar duele no solo a su nación sino también a todos los defensores de la democracia en el mundo. “Nos llena el corazón que todos ustedes estén con nosotros”, dijo la diplomática, quien recordó que el 11 de septiembre marca un día amargo, que abrió paso a una tragedia, la cual nunca debió haber ocurrido.

Esquenazi evocó pasajes de aquellas horas terribles; y dijo que, a pesar de que han pasado cincuenta años, “todavía lloramos”. Y sobre Cuba, hizo referencia a la difícil historia de un pueblo que lucha con valor frente a un poderoso enemigo, el imperial.

Patricia dio “gracias a Cuba por su generosidad, gracias a Fidel, el amigo de los chilenos y de Salvador Allende, gracias a Silvio por acompañarnos en esta fecha dolorosa, gracias presidente Díaz-Canel por el gesto maravilloso de solidaridad de su país que recibió a cientos de chilenos que llegaron con los ojos humedecidos por la tristeza y que fueron acogidos por un pueblo amigo, con casa y cariño, como los cubanos saben hacer, gracias a todos por acompañarnos”, dijo ella en el homenaje que contó, además, con la presencia del canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla; con el ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau; con representantes de la diplomacia y la comunidad chilenas residentes en la Mayor de las Antillas; así como con representantes de la diplomacia, la intelectualidad, y el pueblo anfitrión.

En algún momento, antes de interpretar su “Santiago de Chile”, Silvio compartió impresiones y recuerdos sobre el país de Salvador Allende. Comenzó diciendo que hay canciones que se hacen muy a pesar de lo que se desea; y ese fue el inicio de una crónica donde emergía el día en que una vecina le dijo al cantautor que pusiera la radio porque parecía que el mundo se estaba acabando.

Silvio recordó aquel día en que las noticias hablaban de la resistencia de Allende en el Palacio de Gobierno. Él trataba de imaginar a aquel hombre de paz y de ideas firmes -así descrito por él-, en una actitud de asumir hasta el final las consecuencias de sus actos, todos inspirados en soñar lo mejor para su pueblo.

En Chile, Silvio había visto de cerca a Salvador Allende tres veces, y así lo contó en el Concierto. La tercera vez fue en el Estadio Nacional, el mismo que un año después se convirtió en una prisión inmensa. Yo solo espero, dijo el cantautor, que nunca se olvide quiénes fueron los que alentaron aquel golpe sangriento.

Y en otro acto de memoria, el trovador recordó que este 11 de septiembre su amigo del alma, Eusebio Leal Spengler, hubiera cumplido 81 años, y que por tal motivo dedicaba a él, de modo especial, el concierto de este lunes.

Coro Nacional de Cuba, dirigido por la Maestra Digna Guerra. Foto: Estudios Revolución.

De Silvio, el Coro Nacional de Cuba interpretó “Ala de Colibrí”, “Canción para mi soldado”, “Escaramujo”, y “Unicornio”. El poeta cantó “Te recuerdo Amanda”, de Víctor Jara, y esa fue también una nota muy alta en las emociones. Hubo otras melodías que llenaron el aire con belleza sin par.

Pero “Santiago de Chile” -donde violines, piano, flauta, donde todo lo bello hizo una confluencia en defensa de la memoria y de la vida- fue el broche que dejó toda idea clara, como pronunciada por vez primera: cuando quien habla es la vida buscando la hermanda entre los hombres, ninguna fuerza tiene derecho a romper los sueños de las multitudes.

 

Silvio Rodríguez volvió a emocionarnos con su lírica

Magda Resik Aguirre

Cubadebate

 

El cantautor cubano Silvio Rodrígez durante concierto en Basílica Menor del Convento San Francisco de Asís en La Habana Foto: Estudios Revolución.

Silvio Rodríguez, ese Poeta Mayor, volvió a emocionarnos con su canto y su decir de un lirismo conmovedor.

En la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís leyó un texto memorable, casi al finalizar el concierto homenaje a Salvador Allende, asesinado en 1973. Son tan bellas sus palabras que siento el inmenso deber de compartirlas, sabiendo cuánto las valorarán. Y como era de esperar, no olvidó en su cumpleaños 81, al “prócer cubano”, al “amigo del alma” Eusebio Leal Spengler:

Algunas canciones, como muchas otras cosas de la vida, se hacen, o se aprenden a hacer, muy a pesar de lo que se desea. Y esto pasa con más razón en canciones que evocan pesares colectivos. Quiero decir que, en este caso, hubiera preferido no tener motivos para escribirla, y creo que en cierto sentido no fui yo quien la hizo, porque me fue extraída por una dura realidad que ocurría ante los ojos de todo el mundo.

Aquella mañana de hace 50 años, como cada día, me asomé, a ver si la Avenida 23 seguía a los pies del apartamento en que vivía. Entonces mi vecina, Cuca, desde el balcón de al lado, me dijo: “Pon la radio, que parece que se está acabando el mundo en Chile”.

Y sí: por la radio se escuchaba a Salvador Allende despedirse, en medio de explosiones. Decía que más temprano que tarde se abrirían las grandes alamedas para que pasara un pueblo libre. Un locutor informaba que el presidente resistía el asalto a la casa de gobierno con un pequeño grupo de colaboradores.

Imaginar a la persona correcta y gentil que era Salvador Allende en semejante situación requería de cierto esfuerzo. Porque Allende era un hombre de paz, un hombre con ideales, pero de paz, y era difícil concebir que en aquellos mismos instantes estaba vendiendo cara su existencia, asumiendo de la forma más dura las consecuencias de su ideal democrático y constitucionalista, y todo por haberse propuesto mejorar la vida de su pueblo.

Justo un año antes de aquel día terrible, habíamos estado en Chile varios trovadores jóvenes, gracias a la invitación de Gladys Marín, amiga de mi hermana Chabela Parra, quien le comentó a la dirigente chilena que nosotros éramos más bien rojitos y no rosados, como nos pintaba cierta prensa de nuestro país. Y, ya en Chile, una de las cosas que más nos conmovía de aquella realidad bullente de 1972, era la fiereza con que era criticado el presidente socialista, no sólo por la derecha sino también, y mucho, por la izquierda.

Tanto era así que entonces, un año antes del golpe, Noel, Pablo y yo nos preguntábamos, caminando y viviendo Santiago, cómo era posible que la Unidad Popular se mantuviera. Pero aquel presidente, todas las veces que lo vimos y escuchamos, no cedía ni un milímetro y cada vez más decidido abrazaba su compromiso con los pobres de su tierra.

Tuve la oportunidad, puedo decir el honor, de haber estado cerca de Salvador Allende en tres momentos. El primero en La Moneda, donde nos estrechó la mano a cada uno de los invitados al Congreso de la Jota. La segunda vez fue en la Alameda, en un acto en que pasaron los mineros con una tela enorme que decía: “Chicho, danos las armas”.

La última vez que vimos al presidente Allende fue en su discurso en el Estadio Nacional, en la clausura de aquel congreso.

El estadio, que un año después sería convertido en una prisión inmensa, estaba engalanado con grandes imágenes de próceres de la independencia de Nuestra América. Algunos de nosotros notamos la falta del Che, que había sido asesinado no hacía mucho, y cuando llegué al hotel compuse América, te hablo de Ernesto.

Yo sólo espero que nunca se olvide quienes alentaron y apoyaron aquel golpe sangriento. Sus propios testimonios han quedado para la posteridad. Ojalá nunca más, ni en Chile ni en ningún otro lugar.

Toda esta memoria y muchas otras cosas, algunas tristes, otras esperanzadas, están presentes hoy aquí. En mi caso es una canción rabiosa que también cumple medio siglo. Recuerdo que la incluí en mi primer trabajo discográfico en solitario, que apareció al año siguiente del golpe. Recuerdo que fue una de las dos canciones que la censura heredada del franquismo no quiso autorizar en España.

Hoy agradezco la hermosa orquestación de Aldo López Gavilán y la excelente interpretación de estos jóvenes frutos de nuestras Escuelas de Arte, conducidos por la Maestra Daiana. Agradezco también la presencia de mi querida amiga Digna Guerra y el Coro Nacional Cuba, siempre magistrales y generosos.

Gracias, pues, a todas y a todos los artistas, técnicos y trabajadores que inmediatamente acudieron a esta conmemoración con tan hermoso espíritu de entrega, el que merecen la memoria de Salvador Allende, sus compañeros y el pueblo de Chile.

Hoy, para colmo, es el cumpleaños 81 de un prócer cubano, mi amigo del alma Eusebio Leal Spengler, a quien quien dedico especialmente este momento.

Allí amé a una mujer terrible,
llorando por el humo siempre eterno
de aquella ciudad acorralada
por símbolos de invierno.

Allí aprendí a quitar con piel el frío
y a echar luego mi cuerpo a la llovizna,
en manos de la niebla dura y blanca,
en calles del enigma.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Allí, entre los cerros, tuve amigos
que entre bombas de humo eran hermanos.
Allí yo tuve más de cuatro cosas
que siempre he deseado.

Allí nuestra canción se hizo pequeña
entre la multitud desesperada:
un poderoso canto de la tierra
era quien más cantaba.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado.

Hasta allí me siguió, como una sombra,
el rostro del que ya no se veía.
Y en el oído me susurró la muerte
que ya aparecería.

Allí yo tuve un odio, una vergüenza,
niños mendigos de la madrugada.
Y el deseo de cambiar cada cuerda
por un saco de balas.

Eso no está muerto:
no me lo mataron
ni con la distancia
ni con el vil soldado. 

 

Presidente de Cuba asistió a concierto por 50 años de golpe en Chile

La Habana, 11 sep (Prensa Latina) El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, asistió hoy a un concierto realizado en la Basílica del Convento San Francisco de Asís con motivo del aniversario 50 del golpe militar en Chile, que segó la vida de Salvador Allende.

En el programa participaron el trovador Silvio Rodríguez, el Coro Nacional de la nación caribeña, dirigido por la maestra Digna Guerra; la flautista Niurka González junto a la pianista Malva Rodríguez y la Orquesta de Cámara de La Habana, según informó la Presidencia de la República en la red social X, antes Twitter.

La embajadora de Chile en Cuba, Patricia Esquenazi, agradeció en la velada a la nación caribeña, su pueblo, al líder histórico, Fidel Castro, y al presidente Miguel Díaz-Canel, por ser Cuba «el país que le abrió los brazos a quienes llegaron tristes cuando se produjo el golpe, gracias por acompañarnos».

También asistieron al concierto el canciller, Bruno Rodríguez, el ministro de Cultura, Alpidio Alonso, parte de la comunidad chilena residente en Cuba, representantes del cuerpo diplomático acreditado en la mayor de las Antillas y notables intelectuales cubanos.

Hace 50 años se desarrolló una de las páginas más oscuras y sangrientas de la historia de la democracia y del movimiento obrero en en América Latina, en la mañana del 11 de septiembre de 1973, el edificio de la Moneda (sede del Ejecutivo) fue bombardeado y asaltado.

El presidente Allende, ante la exigencia de rendirse, respondió a través de Radio Magallanes con unas palabras que le situaron para siempre entre los grandes de la región: “… no renunciaré… pagaré con mi vida …. estoy seguro de que la semilla que hemos entregado a la conciencia digna de miles de chilenos no puede ser destruida”.

Sobre la una de la tarde de ese día y una vez agotadas todas las posibilidades de resistencia, se produjo la muerte de Allende después que la mayor parte de su escolta y otros combatientes habían caído en la lucha o fueron capturados tras quedarse sin municiones.

La represión militar posgolpe fue terrible: decenas de miles de personas fueron segregadas en cárceles o en estadios de fútbol convertidos en campos de concentración, miles fueron torturadas y asesinadas, y muchas otras, adherentes a partidos o sindicatos de izquierda, tuvieron que huir, eligiendo el camino del exilio.

Cuba rememoró con recital golpe de Estado en Chile

La Habana, 11 sep (Prensa Latina) La Casa de Las Américas, en la capital cubana, ofreció un concierto hoy como tributo a los desaparecidos por el golpe de Estado en Chile que quebró la democracia y le quitó la vida al presidente Salvador Allende.

El recital de trova se denominó “Decalustro en Chile: Golpe, Vida y Resistencia” y fue acogido por un grupo de cantores, que recordaron el aciago día, del 11 de septiembre de 1973, cuando el bombardeo de las fuerzas fascistas de Augusto Pinochet sobre La Moneda segó la vida de chilenos y llenó de dolor al país.

Los artistas invitados interpretaron temas de esperanza y amor, canciones contra el olvido, y entre ellos, estuvieron Eduardo Sosa, Ariel Díaz, Heidi Igualada, Marta Campos, Juan Carlos Pérez y el músico Alejandro Valdés.

Cantores, como Cecilia Concha-Laborde y Tato Ayres, ambos chilenos, y este ultimo, radicado en Cuba, dedicaron palabras de agradecimiento a los asistentes y al pueblo cubano.

Los trovadores presentes en este homenaje culminaron el concierto con una melodía, considerada un himno del folclor latinoamericano, la canción más internacional de Violeta Parra “Gracias a la vida”.

 

Develan en Cuba placa de agradecimiento del pueblo chileno

La Habana, 11 sep (La Habana) Una placa de agradecimiento del pueblo chileno a la sociedad y Gobierno cubanos por su solidaridad y apoyo se develó hoy esta capital en ocasión del aniversario 50 del golpe de estado perpetrado contra el presidente constitucional, Salvador Allende.

La colocación, en la Plaza Sancho ubicada en la céntrica calle Obispo de la capital cubana, fue auspiciada por empresarios y la comunidad chilena radicada en Cuba, además de la embajada de ese país suramericano en la nación caribeña.

Al dirigirse al público asistente, la embajadora chilena, Patricia Esquenazi, agradeció a Cuba y a su pueblo, que compartió lo que tenía con los exiliados que se refugiaron en la isla y les brindaron solidaridad, apoyo y cariño. Se refirió a la etapa más trágica y oscura de la historia de Chile y condenó el fatídico golpe de Estado, y recordó a los miles de chilenos desaparecidos, condenados, torturados o asesinados con la instauración de la dictadura, informó el ministerio de Relaciones Exteriores de la isla.

Esquenazi afirmó “que los dueños del poder económico en el Chile de ese momento, encontraron quién los escuchara en Estados Unidos y se tramó la caída de Salvador Allende”

Al acto, asistieron el presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González; el director general de América Latina y el Caribe de la cancillería, Eugenio Martínez; así como directivos y funcionarios de la Oficina del Historiador de Ciudad de La Habana,representantes de embajadas acreditadas en Cuba y de la comunidad chilena en la nación caribeña.

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