La Habana, 15 sep (Prensa Latina) - Videos: Canal Caribe / TV Cubana y teleSUR.- El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que ya les toca a los países del Sur cambiar las reglas del juego, en la inauguración hoy de la Cumbre del Grupo de los 77 (G77) y China.


En el Palacio de las Convenciones de La Habana, donde se reúnen este viernes y sábado representantes de más de un centenar de naciones, el mandatario expresó que los países en desarrollo integrantes de este bloque exigen la democratización pendiente de las relaciones internacionales.

De acuerdo con el jefe de Estado, tal derecho les asiste porque los miembros del G77 son las víctimas principales de la actual crisis multidimensional del mundo, el abusivo intercambio desigual, la brecha de intercambio del conocimiento y el agotamiento de los recursos naturales, entre otros problemas.

Al intervenir ante las delegaciones asistentes a la cita, que incluyen decenas de jefes de Estado y de Gobierno, Díaz-Canel apuntó que poseen la inmensa responsabilidad de representar los intereses de la mayoría de las naciones del planeta.

Conservamos el nombre original, pero somos mucho más de 77, añadió en referencia a que la agrupación está integrada por 134 países, los cuales representan más de dos tercios de la Organización de Naciones Unidas y el 80 por ciento de la población del orbe.

El presidente cubano sostuvo que reunirse en una cumbre brinda a los líderes de esos territorios la posibilidad de deliberar en colectivo y al más alto nivel político en defensa de los intereses de esa mayoría, así como aunar posiciones frente a los retos del desarrollo.

Somos más y más diversos, agregó Díaz-Canel, quien recordó al reconocido poeta uruguayo Mario Benedetti cuando afirmó que “el sur también existe”.

Con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, quedó inaugurada la Cumbre del G77 y China en el salón plenario del Palacio de Convenciones, en La Habana.

 

Exigimos ya la democratización pendiente del sistema de relaciones internacionales

Discurso pronunciado por Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, en la Sesión inaugural de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 y China, sobre los Retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación, en el Palacio de Convenciones, el 15 de septiembre de 2023, “Año 65 de la Revolución”.

(Versiones Taquigráficas - Presidencia de la República)

Excelencias;

Distinguidos delegados e invitados:

Sean todos cálidamente bienvenidos a Cuba, la tierra de José Martí, a quien debemos la hermosa idea de que patria es humanidad.

Gracias por aceptar la invitación que hoy nos une en defensa del futuro de las grandes mayorías que conforman el grueso de ese grande y unificador concepto que es humanidad.

Como anunció el Canciller cubano en las vísperas, esta es una Cumbre austera, y espero que disculpen las carencias con las que puedan tropezar. Cuba está literalmente cercada por un bloqueo de seis décadas y por todas las dificultades que se derivan de ese cerco, ahora reforzado.

Enfrentamos también, por supuesto, los colosales desafíos que son consecuencia del injusto orden internacional vigente; pero no somos los únicos. Hace casi 60 años fue la comunión de dificultades y la esperanza de que juntos podríamos enfrentarlos y vencerlos, lo que nos hizo nacer como grupo. ¡Somos los 77 y China!  ¡Y somos más!

Como apreciarán en estos días, carecemos de muchas cosas, pero nos sobran sentimientos: de amistad, de solidaridad y de hermandad.  Y nos sobra voluntad para hacerlos a ustedes sentirse en familia. ¡Todos están en casa!

Cuenten también con la garantía de que haremos todo para que nuestras deliberaciones conduzcan a resultados tangibles, en el clima de solidaridad y cooperación que hace posible todavía la misión colectiva.

El Grupo de los 77 y China tiene la inmensa responsabilidad de representar en la escena internacional los intereses de la mayoría de las naciones del planeta. Por razones históricas e identitarias conservamos el nombre original, pero somos más, muchos más que 77 países. Hoy somos 134, lo que equivale a más de las dos terceras partes de los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde vive el 80 % de la población mundial.

Reunirnos a nivel cumbre nos brinda la oportunidad de deliberar en colectivo y al más alto nivel político para aunar esfuerzos en defensa de los intereses de esas mayorías. Nos ayuda a conciliar posiciones frente a los retos actuales para el desarrollo y el bienestar de nuestros pueblos. Pero también nos impone cuestionamientos.

Tras casi 60 años de batallas diplomáticas, en el difícil y hasta hoy muy infructuoso intento de transformar las reglas injustas y anacrónicas que rigen las relaciones económicas internacionales, vale recordar los llamados de nuestros líderes históricos a democratizar la Organización de las Naciones Unidas; las advertencias de Fidel Castro de que “Mañana será demasiado tarde...”, y una frase inolvidable del Comandante Hugo Chávez, cuando dijo que los presidentes andamos de cumbre en cumbre y los pueblos de abismo en abismo.

Abogaba el líder bolivariano por reuniones realmente útiles, de las que pudieran emerger beneficios concretos para los pueblos que esperan soluciones, al borde del abismo en que nos ha sumido el egoísmo de quienes llevan siglos cortando el pastel y dejándonos las sobras.

Esta Cumbre ocurre en momentos en que la humanidad ha alcanzado un potencial científico-técnico, inimaginable hace un par de décadas, con una capacidad extraordinaria para generar riqueza y bienestar que, en condiciones de mayor igualdad, equidad y justicia, podría asegurar niveles de vida dignos, confortables y sostenibles para casi todos los pobladores del planeta.

Si coloreamos el espacio que ocupan las naciones miembros del Grupo en un mapamundi, veremos dos fuerzas que nadie supera: ¡Somos más y somos más diversos! El Sur también existe, dicen los versos del poeta uruguayo Mario Benedetti.  Por todo el tiempo en que el Norte acomodó al mundo a sus intereses para mal del resto, ya toca al Sur cambiar las reglas del juego.

“Es la hora de los hornos, en que no se ha de ver más que la luz”, diría José Martí. Con el derecho que nos asiste por ser –la gran mayoría de los miembros del Grupo de los 77– las víctimas principales de la actual crisis multidimensional que sufre el mundo, de los desajustes cíclicos del comercio y las finanzas internacionales, del abusivo intercambio desigual, de la brecha científica, tecnológica y del conocimiento; de los efectos del cambio climático y del peligro de destrucción progresiva y el agotamiento de los recursos naturales de los que depende la vida en el planeta, exigimos ya la democratización pendiente del sistema de relaciones internacionales.

Son los pueblos del Sur los que más padecen pobreza, hambre, miseria, muertes por enfermedades curables, analfabetismo, desplazamientos humanos y otras consecuencias del subdesarrollo. Muchas de nuestras naciones son llamadas pobres, cuando en realidad deberían considerarse naciones empobrecidas. Y es preciso revertir esa condición en que nos sumieron siglos de dependencia colonial y neocolonial, porque no es justo y porque no soporta ya el Sur el peso muerto de todas las desgracias.

Los que levantaron ciudades deslumbrantes con los recursos, el sudor y la sangre de las naciones del Sur, sufren ya, y sufrirán más en lo adelante, las consecuencias de los desequilibrios económicos y sociales que propició el saqueo, porque viajamos en la misma nave, aunque algunos sean pasajeros VIP y otros sus servidores.

El único camino válido para que esta nave-mundo no termine como el Titanic es la cooperación, la solidaridad, la filosofía africana del Ubuntu, que entiende el progreso humano sin exclusiones, donde el dolor y la esperanza de cada uno sean el dolor y la esperanza de todos.

Excelencias:

Hemos propuesto como tema de esta Cumbre el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación, como componentes esenciales del debate político asociado al desarrollo.

Lo hacemos convencidos de que los logros y avances en ese campo son los que dirán a la postre si es posible y cuándo alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible relacionados con el fin de la pobreza; el hambre cero en el mundo; la salud y el bienestar; la educación de calidad; la igualdad de género; el agua limpia y el saneamiento; la solución a los problemas de la energía, el trabajo, el crecimiento económico, la industrialización y la justicia social.

Tengo la más absoluta convicción de que tampoco será posible avanzar hacia un modo de vida sostenible, en armonía con las condiciones naturales que garantizan la vida en el plantea, sin esas premisas. Y es obvio que el proceso transformador hacia el logro de esos objetivos contempla, de una forma u otra, el papel del conocimiento como generador de ciencia, tecnología e innovación.

Es preciso derribar ya las barreras internacionales que han obstaculizado el acceso al conocimiento por los países en desarrollo y el aprovechamiento, por parte de ellos, de factores tan determinantes para el avance económico y social.

Hablo de barreras íntimamente asociadas a un orden económico internacional injusto e insostenible, que perpetúa condiciones de privilegio para los países desarrollados y relega a condiciones de subdesarrollo a una parte mayoritaria de la humanidad.

Sin atender esos temas no se podrá alcanzar de ningún modo el desarrollo sostenible al que todos tenemos derecho, por más metas que se pongan. Ni se podrá estrechar la inmensa brecha que separa las condiciones de vida privilegiadas de un segmento reducido de la población del planeta, ni el subdesarrollo que se profundiza entre las grandes mayorías. Tampoco se podrá confiar en que alcanzaremos un mundo de paz, en el que desaparezcan las guerras y los conflictos armados de todo tipo.

La ciencia, la tecnología y la innovación desempeñan un papel trascendental en la promoción de la productividad, la eficiencia, la creación de valor agregado, la humanización de las condiciones de trabajo, el impulso del bienestar y la garantía del desarrollo humano.

Estamos ante la mayor revolución científico-técnica que ha conocido la humanidad. La ciencia ha modificado el curso mismo de la vida. El ser humano ha sido capaz de conocer el espacio sideral e ingeniar sofisticadas máquinas que automatizan hasta los procesos más elementales asociados a su existencia.

Internet ha borrado los límites espaciales y temporales. El desarrollo tecnológico ha permitido conectar al mundo y eliminar miles de kilómetros de distancia a la velocidad de un clic. Ha multiplicado las capacidades de enseñanza y aprendizaje, acelerado los procesos investigativos y dotado al género humano de capacidades insospechadas para mejorar sus condiciones de vida. Pero estas posibilidades no están al alcance de todos.

Al respecto, la ONUDI ha resaltado que la creación y difusión de las tecnologías de producción digital de avanzada (PDA) sigue concentrada a nivel mundial, con un desarrollo muy débil en la mayoría de las economías del Sur.  Solo diez economías –punteras en tecnologías de PDA– son responsables de un 90 % de todas las patentes mundiales y de un 70 % del total de exportaciones directamente relacionadas con las mismas.

Lejos de convertirse en herramientas para cerrar la brecha del desarrollo y contribuir a superar las injusticias que amenazan el propio destino de la humanidad, tienden a convertirse en armas para profundizar esa brecha, doblegar la voluntad de muchos gobiernos y proteger el sistema de explotación y saqueo que durante varios siglos ha alimentado la riqueza de las antiguas potencias coloniales y relegado a nuestras naciones a un papel subalterno.

Eso explica que, en medio del más colosal desarrollo científico-técnico de todos los tiempos, el mundo haya retrocedido tres décadas en materias de reducción de la pobreza extrema y se registren niveles de hambruna no vistos desde 2005.

Explica que en el Sur más de 84 millones de niños permanezcan sin escolarizar y más de 600 millones de personas sin electricidad; que solo el 36 % de la población utilice Internet en los países menos adelantados y en las naciones en desarrollo sin litoral, frente al 92 % con acceso en los países desarrollados.

Tómese en cuenta que el costo medio de un teléfono inteligente apenas representa el 2 % de los ingresos mensuales per cápita en Norteamérica, mientras esta cifra asciende al 53 % en el sur de Asia y al 39 % en África Subsahariana.  No se puede hablar seriamente de avance tecnológico o de acceso equitativo a las comunicaciones ante estas realidades.

La transición energética transcurre también en condiciones de una profunda desigualdad, que tiende a perpetuarse. La desproporción en el consumo energético entre los países desarrollados –167,9 gigajulio por persona al año– y en vías de desarrollo –56,2 gigajulio por persona al año– es consecuencia de la brecha económica y social existente y también causa de que esta brecha continúe creciendo.  El consumo de electricidad per cápita en los países de la OCDE es 2,38 veces mayor que la media mundial y 16 veces mayor que el de África Subsahariana.

Una parte sustancial de las enfermedades, más prevalentes en los países en desarrollo, son aquellas que son prevenibles y/o tratables. La Organización Mundial de la Salud declaró en su informe de salud mundial que se estima que 8 millones de personas mueren prematuramente, cada año, a causa de enfermedades y afecciones que pueden curarse. Estas muertes son aproximadamente un tercio de todas las muertes humanas en el mundo cada año.

Tenemos el deber de intentar cambiar las reglas del juego y solo lo lograremos si movilizamos la acción conjunta.

Todos o casi todos tratamos de atraer la inversión extranjera directa como componente necesario de nuestro desarrollo y del manejo de nuestras economías.  En ocasiones alcanzamos el objetivo de que esta venga acompañada de cierta transferencia de tecnología. Pero sabemos que lo más frecuente es que no se acompañe de la transferencia de conocimientos y de ayuda para la creación de capacidades. Esa ausencia conduce a que los países en desarrollo se ubiquen en los eslabones más bajos de las cadenas globales de valor, y que sus investigaciones en salud, alimentos, medio ambiente y otras resulten muy limitadas o padezcan una devaluación sistemática.

Este fenómeno ocurre junto al drenaje de talentos o lo que comúnmente se denomina “robo de cerebros”, o sea, la práctica de los países más desarrollados de beneficiarse de la preparación y el conocimiento de profesionales que los países en desarrollo forman con mucho esfuerzo, regularmente sin respaldo alguno de las naciones más ricas.

Es ese un drenaje masivo y un aporte financiero notable que hacen los países en desarrollo a los ricos, mucho mayor, por cierto, que la Ayuda Oficial al Desarrollo, sobre la base de un flujo migratorio que es devastador para los países subdesarrollados.

Otra realidad es la tendencia a patentarlo todo.  Es esta una práctica que incrementa las arcas de las grandes empresas transnacionales en los países más poderosos y hace más frágiles a las restantes economías. De ese modo, el galopante proceso de privatización del conocimiento contribuye a ampliar la brecha y limita así el acceso al desarrollo.

Se presiona a los países en desarrollo para que introduzcan leyes de protección de los derechos de propiedad intelectual, y se olvida con todo propósito que muchos países industrializados se desarrollaron precisamente pirateando productos y tecnologías fuera de sus fronteras geográficas, especialmente en los que hoy son países en desarrollo.

Las solicitudes de patente siguieron aumentando, incluso en medio de la pandemia, en 2020 en 1,5 %, y se dispararon en 2021 creciendo un 3,6 %.  Las tecnologías relacionadas con la salud continuaron registrando el crecimiento más rápido entre todos los sectores.  Durante 2021, las solicitudes de marcas alcanzaron 3,4 millones a nivel mundial, aumentando 5,5 % con respecto a 2020. Sin embargo, fue desigual por regiones: Asia recibió dos tercios, el 67,6 %, de todas las solicitudes presentadas impulsadas principalmente por el crecimiento en China; América del Norte, el 18,5 %. Mientras que Europa con el 10,5 %, África el 0,6 %, América Latina y el Caribe el 1,6 % y Oceanía el 0,6 % representaron los más bajos porcentajes del total de solicitudes.

La brecha de género en la innovación persiste. El personal dedicado a la investigación aumentó a un ritmo tres veces más rápido, un 13,7 %, que el crecimiento de la población mundial, 4,6 %, en el periodo 2014-2018. Sin embargo, solo un tercio de los investigadores son mujeres. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, los hombres siguen representando una gran mayoría de las personas asociadas a las invenciones patentadas en el mundo. Solo el 17 % de las personas designadas como inventoras en las solicitudes internacionales de patentes eran mujeres en 2021.

La privatización del conocimiento pone límites a la circulación y recombinación del mismo. Plantea limitaciones al progreso y las soluciones científicas de los problemas. Constituye una barrera significativa para el desarrollo y el papel que en él deben desempeñar la ciencia, la tecnología y la innovación. Agrava las condiciones socioeconómicas en los países en desarrollo.

Baste señalar que en medio de la mayor pandemia que ha conocido la humanidad, solo diez fabricantes concentraron el 70 % de la producción de vacunas contra la COVID-19. La pandemia evidenció con crudo realismo el costo de la exclusión científica y digital, que cobró vidas y amplió las distancias entre el Norte y el Sur.

Como resultado, los países en desarrollo solo llegaron a disponer de 24 dosis de vacunas por cada 100 habitantes, mientras los más ricos disponían de casi 150 dosis por cada 100 personas.  Ante el llamado a multiplicar la solidaridad y apartar las desavenencias, el mundo terminó siendo absurdamente más egoísta.

La Organización Mundial de la Salud ha formulado el conocido síndrome 90/10, según el cual el 90 % de los recursos de la investigación en salud se dedican a las enfermedades que producen el 10 % de la mortalidad y la morbilidad, mientras las que generan el 90 % de estas solo disponen del 10 % de los recursos.

Tras la pandemia, nuestros países han debido atravesar por circunstancias sumamente complejas, en las que aún pelean duramente para salir a flote.

Al acudir a los mercados financieros, las naciones del Sur se han enfrentado a tasas de interés hasta ocho veces superiores a las de los países desarrollados.  Alrededor de una quinta parte de las economías en desarrollo liquidaron más del 15 % de sus reservas internacionales de divisas para amortiguar la presión sobre las monedas nacionales.

En 2022, 25 naciones en desarrollo tuvieron que dedicar más de una quinta parte de sus ingresos totales al servicio de la deuda externa pública, lo que equivale a una nueva forma de explotación.

El gasto mundial en investigación y desarrollo, entre 2014 y 2018 aumentó un 19,2 %, superando el ritmo de crecimiento de la economía mundial del 14,6 %.  Sin embargo, continúa altamente concentrado, pues el 93 % lo aportan los países integrantes del G20.

Los recursos necesarios para la solución de fondo a estos problemas existen.  Solo en 2022, el gasto militar mundial alcanzó la cifra récord de 2,24 billones, o sea, millones de millones de dólares. ¿Cuánto pudiera hacerse con esos recursos en beneficio del Sur?

Lograr la participación universal e inclusiva en la economía digital requerirá invertir en nuestros países, como mínimo, 428 000 millones de dólares para 2030, demanda que puede cubrirse con apenas el 19 % del gasto militar global.

Sin embargo, el Sur pareciera destinado a vivir de las migajas que el actual sistema tiene reservadas para él. El apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional a los países menos adelantados y otros de renta baja, desde 2020 hasta finales de noviembre de 2022, no sobrepasa el equivalente a lo que ha gastado la empresa Coca-Cola solo en la publicidad de su marca en los últimos ocho años.

Mientras tanto, menos del 2 % de la ya deficiente Ayuda Oficial al Desarrollo se ha dedicado a capacidades de ciencia, tecnología e innovación.

Estimaciones realizadas indican que el 9 % del gasto militar mundial podría financiar en diez años la adaptación al cambio climático, y el 7 % sería suficiente para cubrir el gasto de vacunación universal contra la pandemia.

Una arquitectura financiera internacional que perpetúa semejantes disparidades y obliga al Sur a inmovilizar recursos financieros y a endeudarse para protegerse de la inestabilidad que el propio sistema genera, que ensancha los bolsillos de los ricos a expensas de las reservas del 80 % más pobre, es, sin duda, una arquitectura hostil al progreso de nuestras naciones. Debe demolerse, si realmente se aspira a labrar el desarrollo de la gran masa de naciones aquí reunidas.

Excelencias:

Debe ser tarea prioritaria derribar de una vez los paradigmas de investigación que se limitan a los entornos culturales y las perspectivas del Norte, y que privan a la comunidad científica internacional de un capital intelectual considerable.

Esta tendencia plantea una premisa para nuestras naciones: la urgencia de rescatar la confianza en el elemento más dinamizador de nuestras sociedades: el ser humano y su actividad creativa.

En este empeño, la creación de capacidad es clave para hacer realidad las promesas que la ciencia, la tecnología y la innovación entrañan para el desarrollo sostenible.

Reconocemos, en este sentido, el mérito de la Iniciativa para el Desarrollo Global, impulsada por el presidente de la República Popular China, Xi Jinping. Es una propuesta inclusiva y coherente con la necesidad de un nuevo orden internacional justo y equitativo, que coloca al desarrollo basado en el conocimiento donde corresponde, en el centro de las prioridades del sistema internacional.

Aun siendo un país en desarrollo y lastrado por grandes dificultades económicas, Cuba cuenta con capacidades científicas que no se deben subestimar y que son parte del legado del líder histórico de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien, con visión de adelantado, identificó en este campo una fuente potenciadora del desarrollo.

Disponemos de un sistema de gestión de gobierno basado en ciencia e innovación, que ha devenido en importante fortaleza para la preservación de nuestra soberanía, con su mejor expresión en la creación de vacunas propias cubanas contra la COVID-19.

No obstante, para Cuba, conectar el conocimiento con la solución de los problemas del desarrollo es una tarea de gigantes, porque esos esfuerzos deben transcurrir en medio de un férreo bloqueo económico, comercial y financiero que resulta en notables limitaciones de recursos.

Por solo citar un ejemplo, por decisión política del Gobierno de los Estados Unidos, muchos sitios de la red dedicados al conocimiento y la ciencia están específicamente bloqueados para los investigadores cubanos.

No es este el escenario para extenderme sobre el impacto que el criminal bloqueo económico de los Estados Unidos ejerce sobre nuestra economía, nuestro progreso científico-técnico y nuestro desarrollo, con un costo humanitario que se hace visible. Pero debo identificarlo como un obstáculo fundamental, a pesar del cual y sobre la base de una férrea voluntad política, Cuba ha tenido la capacidad de alcanzar resultados indiscutibles en la ciencia y la innovación.

Los invito a discutir estos días sobre los retos del desarrollo de nuestras naciones, de las injusticias que nos apartan del progreso global, pero también del valor de nuestra unidad y de todo nuestro rico caudal de conocimientos.

Dirijamos nuestras reflexiones a la búsqueda de consensos, estrategias, tácticas y formas de coordinación. Pongamos sobre la mesa todo nuestro acervo, potenciemos las sinergias. Mostremos la valía y la experticia del Sur frente a los que pretenden presentarnos como una masa amorfa en busca de caridad o de asistencialismos.

Recordemos que muchas de las singulares naciones que representa el Grupo de los 77 y China escribieron impresionantes páginas de creatividad y heroísmo en la historia de la humanidad antes de que la colonización y el saqueo empobrecieran los destinos de una parte de ellos.

Recuperemos ese espíritu de lucha, el conocimiento tradicional, el pensamiento creativo y la sapiencia colectiva. Luchemos por nuestro derecho al desarrollo, que es también el derecho a existir como especie.

Solo así estaremos en condiciones de concurrir a la revolución científico-técnica en pie de igualdad. Solo así seremos capaces de ocupar el lugar que nos pertenece en este mundo donde nos pretenden relegar a la condición de mansos aportadores de riqueza para minorías. Cumplamos juntos la honrosa misión de completarlo, mejorarlo, hacerlo más justo y racional, sin que pese sobre nuestros sueños la amenaza permanente de desaparecer.

Excelencias:

Hace 23 años, en una reunión como esta, el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, afirmó:

“Para el Grupo de los 77 la hora actual no puede ser de ruegos a los países desarrollados, ni de sumisión, derrotismo o divisiones internas, sino de rescate de nuestro espíritu de lucha, de la unidad y cohesión en torno a nuestras demandas.

“Nos prometieron hace cincuenta años que un día no habría abismo entre países desarrollados y subdesarrollados.  Nos prometieron pan y justicia, y hoy hay cada vez menos pan y menos justicia”.

La vigencia de esas palabras pudieran interpretarse como una derrota de lo que este Grupo pretendía y no ha logrado resolver.  Yo pido que la tomen como una confirmación del largo camino que hemos andado juntos y todos los derechos que nos asisten para exigir los cambios pendientes.

¡En homenaje a los que creyeron y fundaron, en nombre de los pueblos que representamos, hagamos respetar sus voces y reclamos!

¡Somos más!  ¡Y Venceremos!

Muchas gracias (Aplausos).

(Tomado de Presidencia y Gobierno de Cuba)

 

Díaz-Canel en apertura de Cumbre del G77 y China: Cambiar el escenario actual exige construir un mundo más justo, democrático e inclusivo

Oscar Figueredo Reinaldo, Claudia Fonseca Sosa, Ismael Francisco, Abel Padrón Padilla

Cubadebate

“Solo se logrará avanzar si emprendemos acciones conjuntas, invirtiendo en el desarrollo”, afirmó el presidente Miguel Díaz-Canel durante la apertura de la Cumbre del G77 y China, en La Habana, 15 de septiembre de 2023. Foto: Abel Padrón Padilla/ Cubadebate.

Al agradecer la presencia de las delegaciones en la cumbre inaugurada en la mañana de este viernes en La Habana, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que el G77 y China tiene la responsabilidad de representar a la mayoría de los países.

“Hoy somos dos de las terceras partes de los miembros de la ONU, donde reside el 80% de la población del planeta”, recordó.

Al referirse al contexto de crisis que vive la humanidad, el mandatario afirmó que “la cumbre nos ayuda a conciliar posiciones frente a los retos actuales”.

Díaz-Canel ofrece discurso inaugural de la Cumbre del G77. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Señaló que la humanidad enfrenta hoy una crisis multidimensional de grandes proporciones y consecuencias imprevisibles y que los efectos negativos generados por el injusto orden económico internacional imperante, exacerbados tras la pandemia de la covid-19, han alcanzado niveles alarmantes.

“Hemos propuesto que el tema de esta cumbre sea el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación como componentes esenciales del desarrollo. Los logros en esta materia son los que permitirán avanzar en los objetivos de desarrollo sostenible”, afirmó.

Solo se logrará avanzar si emprendemos acciones conjuntas

“La ciencia, la tecnología y la innovación desempeñan un papel fundamental en la creación de valor agregado y en la garantía del desarrollo”, afirmó el presidente cubano en el discurso inaugural de la Cumbre del G77 y China.

“Estamos ante la mayor revolución tecnológica de nuestras sociedades”, dijo.

“El desarrollo de las telecomunicaciones –continuó Díaz-Canel– ha reducido las distancias en el mundo con un solo clic, pero, lamentablemente, estas tecnologías no están al alcance de todos y persisten las desigualdades”.

Añadió que los países del Sur sufren con mayor rigor los múltiples desafíos globales que condicionan su desarrollo y sus esfuerzos hacia la plena implementación de la Agenda 2030.

El presidente cubano también se refirió a la imposición de medidas coercitivas unilaterales a los países, y puso como ejemplo el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. a Cuba, que limita al país del acceso a tecnologías. “Sin embargo, Cuba ha sido capaz de desarrollar sus propias vacunas”, recordó.

“Solo se logrará avanzar si emprendemos acciones conjuntas, invirtiendo en el desarrollo”, subrayó.

Díaz-Canel llamó a los países del Sur global a luchar por su derecho al desarrollo.

“Solo así estaremos en condiciones de ocupar el lugar que nos corresponde en este mundo”, afirmó.

Se refirió también al injusto orden económico internacional y la antidemocrática arquitectura financiera mundial vigentes, y los efectos adversos del cambio climático y la degradación ambiental.

“Son alarmantes el aumento dramático y simultáneo de la riqueza y pobreza extremas, el creciente peso de la deuda externa y la fragilidad de los sistemas sanitarios y educacionales”, dijo.

El presidente cubano también destacó la persistencia de las tensiones geopolíticas y los conflictos, la inseguridad alimentaria y energética, la volatilidad de los mercados y la brecha digital.

“En medio de ese complejo escenario internacional, los países en desarrollo continúan apostando por avanzar en sus prioridades nacionales”, afirmó.

“En ese empeño, la ciencia, la tecnología y la innovación son herramientas imprescindibles para acelerar el ritmo de la diversificación y la transformación económicas, aumentar la productividad y la competitividad, y facilitar la plena inserción de los países en desarrollo en la economía mundial”.

Ante los asistentes a la Cumbre del 77 y China, el mandatario cubano consideró que cambiar el escenario actual exige “la construcción de un mundo más justo, verdaderamente democrático e inclusivo, que privilegie la solidaridad y la cooperación internacionales que, a su vez, permitan la movilización de los recursos necesarios para apoyar los esfuerzos de los países en la consecución de su desarrollo, cercenado por siglos de explotación, colonialismo y saqueo”.

 

Sesiona en La Habana la Cumbre del Grupo de los 77 y China

Oscar Figueredo Reinaldo, Claudia Fonseca Sosa, Deny Extremera San Martín, Ismael Francisco, Abel Padrón Padilla, Rogelio Carmenate - Cubadebate

Con el tema “Retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”, transcurre este viernes en La Habana la primera jornada de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 y China, convocada por Cuba en su condición de presidente pro tempore del mecanismo.

La cumbre está llamada a contribuir a los esfuerzos para avanzar hacia un enfoque unitario de los países del Sur ante los grandes retos y desafíos que enfrentan en la esfera internacional.

Será un espacio de concertación fundamental de cara a la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que tendrá lugar los días 18 y 19 en Nueva York, y la Cumbre del Futuro, que se celebrará en 2024.

La agenda de la cumbre, en el Palacio de Convenciones de la capital cubana, permitirá a las más de 100 delegaciones de alto nivel participantes expresar una visión de Estado sobre los problemas actuales, en un contexto en el que el desarrollo del Sur pasa en buena medida por el uso del conocimiento, la ciencia, el desarrollo de la tecnología y el acceso a ella, así como por el desarrollo de la innovación.

La presidencia pro tempore de Cuba en el G77 y China durante 2023 ha estado comprometida a dar continuidad a los reclamos históricos del grupo, en particular los relacionados con la necesidad de un nuevo orden económico internacional, la reforma de la arquitectura financiera mundial, el rechazo a las medidas coercitivas unilaterales, las situaciones de concentración de la riqueza o de crecimiento de la pobreza, incluida la pobreza extrema, y el creciente y cada vez más agobiante peso de la deuda externa para el Sur.

Asimismo, se ha promovido una visión basada en el conocimiento, la academia y la ciencia frente a los problemas más acuciantes de la humanidad, incluidos los diferendos políticos internacionales que determinan el presente y el futuro del planeta.

En tiempos de crisis sistémica, es primordial que se generen condiciones para acceder y utilizar la tecnología y la innovación y, al mismo tiempo, trazar caminos en materia de concertación política para la cooperación Sur-Sur, la cooperación Norte-Sur o fórmulas conexas.

En ese sentido, la Cumbre del G77 y China en La Habana será de gran importancia por la naturaleza de la agenda y de la declaración política que se suscribirá como resultado del evento de alto nivel, también enfocada en acciones prácticas.

Como es habitual en el G77 y China, el texto será resultado de un amplio, transparente e inclusivo proceso de negociación intergubernamental.

Cuba asumió en 2023 la alta responsabilidad de dirigir el grupo de concertación más amplio y diverso de la esfera multilateral, con 134 Estados miembros que representan dos tercios de la membresía de la Organización de las Naciones Unidas y el 80% de la población mundial.

En 1964, en el seno del Movimiento de los Países No Alineados (MNOAL) y al finalizar la primera sesión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), se creó el Grupo de los 77. Actualmente, 134 naciones, en representación de América Latina, África y el sur de Asia, integran el mecanismo. En 1992 se sumó China, país que participa y colabora de manera externa.

10:36 - António Guterres: La voz del G77 y China es fundamental para avanzar hacia un mundo más justo


El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, afirmó que es un placer participar en la Cumbre en La Habana y felicitó a Cuba por la organización del evento.

Recordó la fundación del Grupo de los 77 y los objetivos por los que fue creado el mecanismo, así como las contribuciones que durante estos años ha hecho a la búsqueda de soluciones mundiales a los desafíos del desarrollo.

El mundo le está fallando a los países en desarrollo, por lo que debemos luchar para alcanzar las metas de desarrollo sostenible, y ello requiere -dijo- que el G77 y China utilicen su voz fuerte para luchar por los objetivos comunes.

Avanzamos en la construcción de la multipolaridad, y en ese camino es necesario una arquitectura financiera internacional más justa, que beneficie a los países en desarrollo.

Destacó la importancia del tema de la Cumbre, pues la ciencia, la tecnología y la innovación son el camino para avanzar en los objetivos sociales que nos propusimos en 2015.

Elogió el papel de Cuba durante la pandemia, creando vacunas propias con gran impacto no solo en su población sino también en otros pueblos del mundo.

Exhortó a la participación en la venidera Cumbre Global sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Nueva York, para concertar acciones que nos permitan avanzar en las metas de la Agenda 2030.

Las finanzas también requieren acción global, dijo Guterres, e insistió en el deber de los países industrializados de aportar al desarrollo de las naciones menos avanzadas, lo cual contribuirá a reducir las desigualdades.

Igualmente, llamó a una acción conjunta para mitigar los efectos del cambio climático y salvar al planeta, que es el hogar de todos.

Guterres reiteró que es necesario reformular las organizaciones y organismos internacionales para que estos reflejen verdaderamente la realidad del mundo en que vivimos.

La voz del G77 y China para avanzar en este sentido es esencial, dijo, y convocó a los representantes de los países presentes en La Habana a participar en las próximas cumbres sobre Desarrollo Sostenible y sobre el Futuro que se realizarán en la ONU, en las cuales se abordarán estos temas.

El secretario general de la ONU convocó igualmente a construir un orden económico y político internacional, un sistema, más justo para toda la humanidad y que no beneficie solo a los privilegiados.

10:24 - Díaz-Canel llamó a los países del Sur global a luchar por su derecho al desarrollo

Díaz-Canel llamó a los países del Sur global a luchar por su derecho al desarrollo.

“Solo así estaremos en condiciones de ocupar el lugar que nos corresponde en este mundo”, afirmó.

Ante los asistentes a la Cumbre del 77 y China, el mandatario cubano consideró que cambiar el escenario actual exige “la construcción de un mundo más justo, verdaderamente democrático e inclusivo, que privilegie la solidaridad y la cooperación internacionales que, a su vez, permitan la movilización de los recursos necesarios para apoyar los esfuerzos de los países en la consecución de su desarrollo, cercenado por siglos de explotación, colonialismo y saqueo”.

10:21 - La ciencia constituye herramienta imprescindible para la transformación económica

Se refirió también al injusto orden económico internacional y la antidemocrática arquitectura financiera mundial vigentes, y los efectos adversos del cambio climático y la degradación ambiental.

Es alarmante igualmente el aumento dramático y simultáneo de la riqueza y pobreza extremas, el creciente peso de la deuda externa, y la fragilidad de los sistemas sanitarios y educacionales, dijo.

El presidente cubano también destacó la persistencia de las tensiones geopolíticas y los conflictos, la inseguridad alimentaria y energética, la volatilidad de los mercados y la brecha digital.

En medio de ese complejo escenario internacional, agregó el presidente, los países en desarrollo continúan apostando por avanzar en sus prioridades nacionales de desarrollo.

En ese empeño, la ciencia, la tecnología y la innovación constituyen herramientas imprescindibles para acelerar el ritmo de la diversificación y la transformación económicas, aumentar la productividad y la competitividad, y facilitar la plena inserción de los países en desarrollo en la economía mundial.

El presidente cubano también se refirió a la imposición de medidas coercitivas unilaterales a los países, y puso como ejemplo el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. a Cuba, que limita al país del acceso a tecnologías. Sin embargo, Cuba ha sido capaz de desarrollar sus propias vacunas.

10:10 - Solo se logrará avanzar si emprendemos acciones conjuntas

Foto: Abel Padrón Padilla

“La ciencia, la tecnología y la innovación desempeñan un papel fundamental en la creación de valor agregado y en la garantía del desarrollo”, afirmó el presidente cubano en el discurso inaugural de la Cumbre del G77 y China.

“Estamos ante la mayor revolución tecnológica de nuestras sociedades”, dijo.

“El desarrollo de las telecomunicaciones –continuó Díaz-Canel– ha reducido las distancias en el mundo con un solo clic, pero, lamentablemente, estas tecnologías no están al alcance de todos y persisten las desigualdades”.

Añadió que los países del Sur sufren con mayor rigor los múltiples desafíos globales que condicionan su desarrollo y sus esfuerzos hacia la plena implementación de la Agenda 2030.

“Solo se logrará avanzar si emprendemos acciones conjuntas, invirtiendo en el desarrollo”, subrayó.

10:06 - Díaz-Canel: La Cumbre nos ayuda a conciliar posiciones frente a los retos actuales

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en el discurso inaugural de la Cumbre del G77 y China. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.

Al agradecer la presencia de las delegaciones en la cumbre, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que el G77 y China tiene la responsabilidad de representar a la mayoría de los países.

“Hoy somos dos de las terceras partes de los miembros de la ONU, donde reside el 80% de la población del planeta”, recordó.

Al referirse al contexto de crisis que vive la humanidad, el mandatario afirmó que “la cumbre nos ayuda a conciliar posiciones frente a los retos actuales”.

Señaló que la humanidad enfrenta hoy una crisis multidimensional de grandes proporciones y consecuencias imprevisibles y que los efectos negativos generados por el injusto orden económico internacional imperante, exacerbados tras la pandemia de la covid-19, han alcanzado niveles alarmantes.

“Hemos propuesto que el tema de esta cumbre sea el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación como componentes esenciales del desarrollo. Los logros en esta materia son los que permitirán avanzar en los objetivos de desarrollo sostenible”, afirmó.

Al agradecer la presencia de las delegaciones en la cumbre, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, afirmó que el G77 y China tiene la responsabilidad de representar a la mayoría de los países.

“Hoy somos dos de las terceras partes de los miembros de la ONU, donde reside el 80% de la población del planeta”, recordó.

Al referirse al contexto de crisis que vive la humanidad, el mandatario afirmó que “la cumbre nos ayuda a conciliar posiciones frente a los retos actuales”.

Señaló que la humanidad enfrenta hoy una crisis multidimensional de grandes proporciones y consecuencias imprevisibles y que los efectos negativos generados por el injusto orden económico internacional imperante, exacerbados tras la pandemia de la covid-19, han alcanzado niveles alarmantes.

“Hemos propuesto que el tema de esta cumbre sea el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación como componentes esenciales del desarrollo. Los logros en esta materia son los que permitirán avanzar en los objetivos de desarrollo sostenible”, afirmó.

8:50 - Díaz-Canel da el recibimiento oficial a los mandatarios

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, da el recibimiento oficial a los mandatarios que asisten a la cumbre del G77 y China en La Habana.

8:43 - Un impulso renovado a cuestiones medulares para el desarrollo del Sur

Otros objetivos de la cumbre, que sesiona durante este viernes 15 y el sábado 16 de septiembre en la capital cubana, son dar continuidad y desarrollar lo acordado por los jefes de Estado y de Gobierno en la primera y la segunda Cumbres Sur, celebradas en La Habana (2000) y Doha (2005).

Además, el evento está llamado a sentar las posiciones e intereses que defenderá el grupo en el contexto de los múltiples procesos de negociación multilaterales en curso, de gran relevancia para el G77 y China, como el Pacto Global Digital, el proceso de revisión general de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, la Cumbre de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (18 y 19 de septiembre en Nueva York) y la Cumbre del Futuro (2024), frente a los que se requerirá de un accionar concertado.

La cumbre de jefes y Estado y Gobierno debe dar impulso renovado a cuestiones medulares para el desarrollo de las naciones del Sur, desde la contribución de la ciencia, la tecnología y la innovación, y definir acciones prácticas para atender las disparidades existentes entre países desarrollados y en desarrollo.

Entre los objetivos también destaca abogar por el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de ayuda oficial para el desarrollo, transferencia de tecnologías y financiamiento necesarios para el desarrollo de los países del Sur.

8:33 - Jefes de Estado y Gobierno y representantes de delegaciones llegan al Palacio de Convenciones

Los jefes de Estado y Gobierno y otros representantes de las delegaciones que participarán en la cumbre van llegando al Palacio de Convenciones de La Habana, sede del evento de alto nivel.

La cumbre tiene como objetivos propiciar el debate y análisis sobre los principales desafíos del Sur para avanzar hacia el desarrollo sostenible, en particular el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en apoyo a la seguridad alimentaria, la salud, los nuevos procesos productivos, el bienestar humano y un medioambiente sano; la gestión de los Gobiernos y el sector privado, así como la contribución de la educación y la ética en la ciencia y la tecnología, los modelos de ciencia abierta, el papel de las ciencias sociales y humanísticas para el desarrollo de las sociedades, entre otros temas relevantes.

7:53 - Arriba a La Habana el presidente Nicolás Maduro

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, arribó este viernes a La Habana para participar en la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de los 77 y China, convocada por Cuba con el tema “Retos actuales del desarrollo: papel de la ciencia, la tecnología y la innovación”.

El mandatario fue recibido en el Aeropuerto Internacional José Martí por la ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez.

7:49 - Todo listo en el Palacio de Convenciones para la Cumbre del Grupo de los 77 y China

A pocas horas del inicio de la Cumbre del Grupo de los 77 y China, todo está listo en el Palacio de Convenciones de La Habana.

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