Randy Alonso Falcón, Oscar Figueredo Reinaldo, Yunier Javier Sifonte Díaz - Cubadebate / Mesa Redonda.
Al iniciar su intervención en la Mesa Redonda, el Ing. Fabio José Raimundo Paz, director General del Grupo Empresarial Geominero Salinero (Geominsal), comentó que, aunque la mayoría de la población identifica la actividad minera con la explotación niquelífera por su importancia económica, “en Cuba hay otras materias primas minerales muy importantes para la economía de la nación”.
Dijo además que, aunque estos recursos naturales se han explotado a lo largo de la historia de Cuba, no fue hasta el triunfo de la Revolución que lograron su desarrollo. “Antes del 59, la explotación minera solo se realizaba por algunas empresas transnacionales, estadounidenses o españolas; y la mayoría de los recursos financieros se escapaban del país”.
En sus palabras, recordó que una de las primeras acciones de la Revolución fue la nacionalización de los recursos mineros en 1960. “Fidel estuvo en las Minas de Matahambres previo a su viaje a Chile para conocer las condiciones de ese yacimiento. Otro papel fundamental lo jugó el comandante Ernesto 'Che' Guevara, que fundó varios centros”.
“El Comandante en Jefe fue diputado por el Consejo Popular de El Cobre y estuvo allá en muchísimas ocasiones, compartiendo con los compañeros de la mina y la población”.
En otro momento de la Mesa, el directivo explicó que el Grupo Empresarial Geominero Salinero (Geominsal) agrupa a 11 empresas estatales, una empresa filial y un Centro Nacional de Capacitación.
“A la vez, atendemos una sociedad comercial 100% cubana que fomenta la inversión extranjera”.
Comentó que la OSDE tiene como misión explotar de manera eficiente, racional y ambientalmente segura, y bajo altos estándares de seguridad y salud laboral, la mayoría de los yacimientos minerales sólidos, con excepción del níquel. “La mayoría de nuestros yacimientos son terrestres, excepto el agua de mar para la producción de sal”.
Agregó que la distribución de las empresas está en correspondencia con la ubicación de los recursos minerales del país. “Como establece nuestra Constitución, todos los recursos en el país son de propiedad del pueblo; no hay recursos minerales privados. Solo se hacen concesiones en dependencia de las capacidades de quienes las soliciten, la mayoría son para empresas estatales, algunas para mixtas y otras para nuevos actores de la economía, para la explotación de materiales de construcción”, explicó.
Cuba cuenta con 23 plantas de procesamiento que explotan estos recursos minerales en todas las provincias, excepto Artemisa. “Contamos con cuatro plantas que generan carbonato de calcio a partir de piedra caliza. Es una materia prima que se usa para la producción de cal, pienso, pintura, jabones, detergentes, entre otros productos. Prácticamente, no se importa este producto”.
“También tenemos arena sílice de muy buena calidad y bajo contenido de hierro. Tenemos tres emplazamientos: Guane, Isla de la Juventud y Trinidad. En el caso del yacimiento de Guane, está en proceso de inversión para ampliar capacidades, en vista de las obras de la nueva planta de vidrio de la Zona Especial de Desarrollo Mariel”.
En el caso del cromo, se explota el yacimiento de cromo de Camagüey, aunque se pretende ampliar el uso de canteras en Holguín y otras provincias.
“Tenemos bentonita, material usado para hacer moldes para la fundición, así como lodos de perforación. Es una arcilla escasa con propiedades de plasticidad muy especial. En el caso de la zeolita, se emplea en la industria química, los fertilizantes, la filtración de agua, etc”.
El país tiene tres yacimientos de oro en doré, por lo que este es un producto intermedio, que no es puro. “Se procesa en el exterior para poder refinarlo. También influye el bloqueo, pues no podemos certificar nuestro oro. Cuba también produce concentrado de plomo, zinc y sal, con una empresa en el país. La demanda es de más de 10.000 toneladas al año”.
Investigación y ciencia para crecer
En el desarrollo de la minería cubana juega un rol esencial la Empresa Centro de Investigaciones y Proyectos para la Industria Minero-Metalúrgica, una entidad creada en 1967 a partir de criterios emitidos años antes por el Che para garantizar la formación de ingenieros y técnicos de este sector.
Al decir de la su directora general, la Ms. C. Marcela Figueredo Frías, este centro de investigación dirige hoy sus esfuerzos al desarrollo de tecnologías para el aprovechamiento de los recursos minerales metálicos y no metálicos, con excepción del níquel.
“La institución cuenta con certificaciones de alto nivel para el manejo de recursos, mientras poseemos un laboratorio con tecnología avanzada y podemos caracterizar materiales como una de nuestras líneas de trabajo”, apuntó.
Entre los principales resultados de esta entidad, convertida en Empresa Estatal Socialista desde 2016, aparecen los de ser pioneros en la transferencia tecnológica en la minería, así como el desarrollo de tecnología para más de 16 plantas de procesamiento de minerales como el oro, la plata, el cobre o la sal.
Sin embargo, Figueredo Frías reconoce como uno de los resultados más relevantes el desarrollo de agromenas, un grupo de materiales ecofertilizantes a partir de la mezcla de minerales y fertilizantes químicos en una cantidad inferior al diez por ciento.
“Actualmente contamos con cuatro tipos de agromenas, capaces de liberar de forma controlada micronutientes al terreno y contribuir a nuestra soberanía alimentaria. Así, por ejemplo, este producto se ha usado ya en cultivos como la remolacha, la fruta bomba, la cebolla, y en campos de golf y estadios de béisbol. Estamos listos para su escalado industrial”, explicó.
Asimismo, el centro de investigación ha desarrollado en los últimos 30 años más de 16 productos usando como base la zeolita, un mineral con alto valor agregado y que puede emplearse tanto para la agricultura como para el tratamiento de aguas.
“Muchos de nuestros productos tienen presencia ya en el comercio electrónico, otra de nuestras estrategias para crecer”, apuntó.
Respecto al intercambio con otras entidades similares, la directiva recordó la convocatoria a un evento científico internacional organizado por la empresa y pactado para iniciar el próximo 17 de septiembre.
“Se trata de un Congreso Internacional de Minería y Metalurgia que desarrollamos desde 1990 como un escenario para intercambiar con la comunidad científica, fortalecer las relaciones en el sector y elevar el papel de la minería y la metalurgia en la sustitución de importaciones, así como en el logro de un eficiente encadenamiento productivo”, concluyó.
Minería ilegal y producción de sal: Dos retos del presente
En otro momento de la Mesa Redonda, el Ing. Fabio José Raimundo Paz, director general del Grupo Empresarial Geominero Salinero (Geominsal), se refirió al reto de combatir la minería ilegal del oro, un fenómeno catalogado como “lesivo para el país y que contribuye al empobrecimiento de las comunidades donde tiene lugar, sobre todo por los fenómenos que ocurren a su alrededor”.
“La minería ilegal del oro es altamente contaminante para el medio ambiente, pues emplea mercurio. En Cuba las tierras tienen un objetivo y todo aquel que aspire a explotar sus recursos minerales tienen que demostrar una capacidad de procesamiento de manera sostenible, amigable con el entorno y con seguridad y salud del trabajo”, dijo.
En tal sentido, el funcionario explicó cómo a partir de este enfrentamiento fue posible recuperar un yacimiento en el municipio de Guáimaro e iniciar allí un proceso inversionista.
Por su parte, Raimundo Paz aseguró que el caso de la sal pasa muchas veces por las dificultades para hacer llegar el producto hasta el pueblo. “Hemos tenido decenas de miles de toneladas sin entregar por complejidades logísticas y la limitación de recursos”.
A su vez, comentó que la producción de sal demanda una alta cantidad de energía, algo que en Cuba se soluciona a partir del empleo de la radiación solar. Eso explica por qué las salineras del país se encuentran fundamentalmente en el Oriente del país, para aprovechar las condiciones de poca lluvia y de una temperatura lo más estable posible durante el año, algo que contribuye a acelerar la evaporación del agua.
“En Matanzas tenemos uno de estos centros productores, pero en los últimos 30 años los ciclones lo han destruido en cinco ocasiones. Esto es un ejemplo que explica por qué debemos tener estos lugares en sitios más seguros y eficientes desde el punto de vista climático”, finalizó.