Niñas y niños protagonizaron el ejercicio de urbanismo ciudadano que organizó la Red Placemaking-Cuba en el barrio El Fanguito. Foto: Cortesía de Claudio Aguilera.


Mediante la metodología de placemaking o urbanismo ciudadano residentes en El Fanguito transforman ese barrio habanero

IPS Cuba 23 julio, 2024

La Habana, 23 jul.- Integrantes del Foro Internacional Our City, Our Space y del colectivo de innovación abierta Ad Urbis Arquitectos pusieron en práctica la metodología del placemaking o urbanismo ciudadano junto a residentes de la comunidad en transformación El Fanguito, del habanero municipio Plaza de la Revolución.

Arquitectos, diseñadores, urbanistas, comunicadores, líderes de proyectos comunitarios y psicólogos con experiencia en la educación ambiental infantil trabajaron la pasada semana en ese barrio, de manera voluntaria, para amplificar las voces de la comunidad y fomentar alianzas para que las personas se identifiquen con el espacio que habitan.

Fundada en 2021, la Red Placemaking-Cuba busca visibilizar proyectos, iniciativas y acciones para fomentar comunidades vitales, inclusivas y sostenibles en esta isla del Caribe insular. Propone una metodología para crear espacios que las personas amen.

La arquitecta Gabriela García, fundadora de la Red, explicó a los talleristas que las intervenciones a realizar en el barrio debían ser “rápidas, baratas y tener un alto impacto”.

En ese sentido, especialistas en regeneración de espacios urbanos propusieron generar un itinerario que comprendiera transformaciones en zonas aledañas a tres bodegas (tiendas donde se adquieren en Cuba algunos productos de la canasta básica familiar).

Diseño a la medida de la comunidad

En opinión de arquitectos y urbanistas de la Red Placemaking-Cuba, estos sitios constituyen la antesala de espacios públicos, al devenir puntos de encuentro de la comunidad. Por eso, luego de escuchar las propuestas de participantes en los talleres se decidió intervenir tres lugares aledaños a las bodegas.

Primero se intervinieron las escaleras de las calles 17 y 30, uno de los puntos de acceso a El Fanguito más conocidos por la población del Vedado.

Además se realizaron acciones en las áreas exteriores de una bodega ubicada en el centro de la calle 32, arteria principal de la comunidad, y un parque cercano a otra de las entradas al barrio cuando las personas acceden por la Avenida 23, antes de cruzar el puente sobre el río Almendares.

Luego de un proceso de conceptualización colectiva se acordó que era necesario contar con más lugares para sentarse y socializar, así como reanimar sitios sombríos con pinturas murales y renaturalizar el barrio, a partir de la creación de la sombra viva que generan los árboles.

Trascendieron otros asuntos, que pudieran ser temas de futuros talleres de urbanismo ciudadano en El Fanguito, relacionados con la seguridad e iluminación en espacios públicos. Al respecto, el urbanista Kiovet Sánchez, líder de Ad Urbis Arquitectos, consideró que ese tema  puede verse desde una perspectiva de género.

Durante los talleres infantiles, una veintena de niñas y niños con edades entre 3 y 12 años expuso, mediante dibujos y juegos, sus sueños de contar con espacios públicos para actividades lúdicas y deportivas.

La comunidad tienen la palabra

En el Patio de los mangos, del centro cultural Fábrica de Arte Cubano, se realizó la clausura del taller organizado por la Red Placemaking-Cuba, con las intervenciones de protagonistas de este ejercicio participativo.

El profesor Claudio Aguilera, líder del proyecto comunitario Fanguito Mío, calificó el taller “como un oasis, dentro de un momento de impasse”, luego de las transformaciones hechas allí en el 2021, como resultado del programa gubernamental de atención a comunidades en situación de vulnerabilidad en el país.

Según datos oficiales, hasta el pasado año se identificaron 1236 y el 96 % de ellas se encuentra en proceso de transformación integral. En particular, madres con tres o más descendientes reciben prestaciones monetarias, oportunidades de empleo y estudio, entre otras ayudas.

“Los niños de El Fanguito han sido capaces de integrarse al trabajo gracias al arte. Ustedes ya son historia”, dijo Aguilera.

De igual modo, hizo énfasis en el diálogo entre integrantes de la Red Placemaking-Cuba y la comunidad. “Ustedes no vinieron a invadirnos. Fueron receptivos y hubo un entendimiento lógico de transformación y colaboración”, agregó.

Por su parte, la población agradeció al grupo de arquitectos jóvenes que dedicaran parte de sus vacaciones a trabajar voluntariamente en el barrio, además de transmitir a niñas y niños amor, paz, buenos ejemplos y mayor felicidad. (2024)

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