La Habana, 11 dic (Prensa Latina) El académico e investigador cubano José Luís Perelló analizó hoy en sus habituales comentarios la situación actual del turismo en este país y su relación con los Estados Unidos.

Para esta ocasión, se trató de un artículo del estudioso, que difunde mediante la publicación digital estadounidense Progreso Weekly, especializada en temas precisamente entre ambas naciones.

Señala el entendido que las relaciones mercantiles entre Estados Unidos y Cuba transitaron a lo largo de más de 60 años por un camino plagado de obstáculos, restricciones, encuentros y desencuentros, en los que el turismo, como signo principal de la movilidad y el comercio de las personas, es espejo.

Por tanto, la industria de los viajes y el nexo de las naciones mencionadas marcan derroteros de las políticas impuestas por los gobiernos estadounidenses alternos, demócratas y republicanos, respecto a la Isla.

Indica que como es conocido, Estados Unidos jugó y sigue jugando un papel fundamental en la economía de Cuba a pesar de las restricciones impuestas y de las regulaciones del gobierno de Donald Trump, continuadas por el gobierno demócrata de Joe Biden.

El clima de distensión en las relaciones entre los gobiernos de Washington y La Habana durante los años 2015 y 2016, final del segundo mandato del presidente Barack Obama, incentivó el crecimiento del flujo de visitantes foráneos a Cuba.

Con el inicio del gobierno republicano de Donald Trump, a partir de enero de 2017, una nueva etapa de restricciones y un descenso del turismo internacional era previsible. Sin embargo, los años 2017 y 2018 mostraron los mejores resultados.

A pesar de un grupo de factores exógenos negativos, a partir de septiembre del 2017, ese año cerró con cuatro millones 689 mil visitantes, un aumento del 16,2 por ciento con respecto al año precedente.

Los arribos internacionales de 2018 totalizaron cuatro millones 732 mil visitantes, siendo la cifra mejor registrada en Cuba desde el inicio del desarrollo de su sector turístico. En ese año, visitaron la Isla 620 mil 676 cubanos residentes en el exterior y 638 mil 360 estadounidenses, que representaron el 27,5 por ciento del total de visitantes internacionales.

A partir del segundo año de su primer mandato, el presidente Trump impulsó un endurecimiento radical de las sanciones contra la Isla, más de 240 medidas, que incluyeron, en junio de 2019, la prohibición de los viajes en cruceros desde Estados Unidos, entre otras.

En este escenario, el transporte aéreo entre Cuba y la nación vecina en 2018 tuvo una contracción del 18,3 por ciento con respecto al año anterior; en total se realizaron 11 mil 704 vuelos, unos dos mil 620 menos que en 2017.

Las principales causas que determinaron esto fueron las nuevas políticas de la Administración Trump respecto a los viajes a Cuba. En octubre de 2019, el Departamento de Transporte anunció la suspensión de todos los vuelos de aerolíneas estadounidenses a la isla, con excepción de los dirigidos al Aeropuerto Internacional José Martí, de La Habana.

Entre 2019 y 2020 Cuba sufrió los mayores impactos por dichas sanciones y restricciones, incluyendo la activación del Título III de la Ley Helms-Burton a partir del 2 de mayo de 2019; la inclusión en la lista de países que No cooperan plenamente con los esfuerzos antiterroristas, y la inserción de 211 empresas en la Lista de Entidades Cubanas Restringidas.

Por demás, mencionaron alojamientos hoteleros prohibidos, entre otras medidas, que no fueron revertidas bajo esta última administración demócrata.

En marzo de 2020, producto de la pandemia de la Covid-19, el gobierno cubano decidió el cierre total de las entradas al país, una medida que tomaron muchas naciones para enfrentar una de las enfermedades más dañinas de la historia.

Washington dispuso que las personas que hubiesen viajado a Cuba incumplían los requisitos para hacerlo hacia Estados Unidos, entre otras muchas restricciones.

Indica Perelló que en esta apretada síntesis se constata que son varios los factores que inciden en el declive de arribos a Cuba que se prolonga por tres años y que todo indica no será fácil revertir.

Cuba se encuentra sumida en una profunda crisis económica provocada por la ralentización de la producción durante la pandemia, una crisis multisistémica interna y el impacto de las sanciones crecientes de Washington. A esto hay que agregar los impactos devastadores que el país sufre provocados por los fenómenos climatológicos y meteorológicos de huracanes y terremotos.

En este complejo escenario, hasta el 31 de octubre del 2024, el número de cubanos residentes en el exterior que viajaron a la Isla disminuyó 17,82 por ciento en comparación con igual período del 2023.

Para el caso de los cubanos residentes en los Estados Unidos el declive fue de 19,23 por ciento. Al cierre de octubre, solo 244 mil 116 visitaron la Isla en el período enero-octubre, muy por debajo de los 513 mil 657 cubanos residentes en el exterior que la visitaron en igual período del 2019.

El mercado estadounidense aportó 118 mil 38 viajeros, inferior a la cifra alcanzada en el período enero-octubre del 2019, cuando arribaron 452 mil 835 viajeros. Esta caída representa un declive de 74 por ciento en el período analizado (hoy visitan la Isla menos de la mitad de la que los visitaban hace cinco años).

La meta de alcanzar más de tres millones de turistas en 2024 será imposible, comenta. Probablemente al cierre del año, la cifra de visitantes alcanzada sea menor a los 2,4 millones del año pasado. Pese a ello las autoridades manifiestan optimismo en cuanto a sus gestiones, a partir de un esfuerzo elevado de los directivos y trabajadores del sector.

El escenario no puede ser más complejo, el bloqueo recrudecido se mantiene intacto y es otra variable de gran peso, pero si la nueva administración republicana cumple sus promesas de campaña, Cuba estará entre 2025 y 2029 en una situación aún más difícil.

Por ende, el futuro del país solo podrá depender de la habilidad de impulsar el desarrollo económico por otras vías, concluye el análisis de Perelló.

La revista digital Progreso Weekly (Progreso Semanal) fue creada en Estados Unidos por el periodista cubano Francisco G. Aruca (1941-2013), fallecido en Denver, Colorado. Dicho medio aborda noticias y opinión sobre Cuba y Estados Unidos (en español e inglés).

Aruca en 1979 fundó Marazul Charter, especializada en viajes a Cuba. En 1986, se trasladó a Miami para manejar su negocio de viajes, cuando cinco años más tarde fundo Radio Progreso, donde discutía temas relacionados con Cuba desde una perspectiva que nunca se había oído en Miami.

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