Cuba: 66 años defendiendo su soberanía frente a la hostilidad de EEUU

La Habana, 1 ene (Prensa Latina) Cuba celebra hoy el aniversario 66 de su Revolución, inmersa en la defensa de su derecho a la soberanía, la autodeterminación, y el desarrollo, frente a la creciente hostilidad de Estados Unidos.

El resultado de las recientes elecciones en esa potencia norteña, junto al ascenso de la ultraderecha en América Latina, entre otras causas, configuran un complejo escenario internacional que la nación enfrenta mientras impulsa acciones para solucionar la situación económica doméstica.

Las más de 240 medidas tomadas en su anterior mandato por el próximo presidente, Donald Trump, las cuales recrudecen el cerco estadounidense, así como inclusión arbitraria del país en una lista de Estados supuestamente patrocinadores del terrorismo, tienen alcance global por su acción coercitiva sobre gobiernos e instituciones financieras y bancarias.

Sin embargo, en un contexto interno marcado por el desabastecimiento de productos, limitaciones en los servicios, que incluyó caídas del Sistema Eléctrico Nacional, unido a las consecuencias de eventos meteorológicos extremos que afectaron a todo el país, la nación antillana logró mantener en 2024 la cohesión y adelantar acciones para resolver deficiencias internas y reimpulsar su economía.

Tal empeño pudo realizarse gracias al respaldo mayoritario del pueblo cubano al proceso de transformaciones iniciado el 1 de enero de 1959 por el líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, en abierto desafío a los intereses geopolíticos de Washington.

El presidente Miguel Díaz-Canel expresó gratitud a sus compatriotas por el heroísmo demostrado “frente a la barbarie de la guerra económica que se nos hace”.

Recordemos el año que termina, no por los obstáculos y las carencias. Recordemos lo porque todos los vencimos juntos, apuntó en un mensaje a través de la red social X.

Honra y emociona sobremanera –apuntó- saberse parte de este pueblo que no nació destinado a la grandeza. Se la ha ganado a golpe de heroísmo y creatividad en la resistencia.

En este bregar soberano, Cuba cuenta con el apoyo de gobiernos, movimientos sociales, organizaciones sindicales, activistas de la solidaridad, personalidades, y muchos de sus nacionales residentes en otras latitudes.

Ese movimiento de respaldo al país antillano agrupa a más de mil 600 organizaciones en 152 países.

Como expresión de ese apoyo, el pasado lunes el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos presentó el Maratón de Amor por Cuba, una iniciativa de la Red Continental de Solidaridad en América Latina y el Caribe, que se desarrollará durante todo el 2025.

 

La Revolución y la epopeya del pueblo

CubaSí

A 66 años de la alborada de enero de 1959, día que marca el triunfo de la guerra liberadora encabezada por el Comandante en jefe Fidel Castro, la Revolución cubana continúa su paso por la vida y por la historia con renovados bríos de epopeya, acompañada como siempre por la unidad y el heroísmo del pueblo, decidido a defender conquistas, principios y valores tan sagrados como la tierra natal y sus héroes.

Los connacionales lo supieron enseguida cuando el entonces joven líder del Ejército Rebelde lo afirmó en la heroica Santiago de Cuba, el primer día de gloria de aquel año. Se trataba esa vez de la Revolución de verdad, y no las frustradas lamentablemente antes, en la Guerra de los Diez Años, la del  95 y en 1933 por las que habían muerto los padres fundadores de la Patria y otros próceres.

Y ante el hecho irrefutable de la victoria también fueron alertados por el líder que los días más difíciles y duros podrían estar por venir, porque él sabía muy bien a qué  enemigo poderoso nos enfrentaríamos en el cumplimiento del programa revolucionario y los sueños de justicia plena por conquistar.

Todos los que lo vivieron recuerdan la enorme belleza de aquel momento sin par en la historia del país y su significado se ha transmitido con orgullo de generación en generación.

A los enemigos que desde siempre se han esforzado inútilmente por acabar con la Revolución y su entorno, la epopeya de ayer y de hoy del pueblo cubano, les duele todavía el haberse estrellado  contra los resortes de esa autenticidad y coraje.

Lo vergonzoso es la recurrencia imperial a las inauditas artimañas de la perversidad humana -el bloqueo económico, comercial y financiero, las agresiones e invasiones, los crímenes y sabotajes-, para intentar sacarse la espina doliente. Y no han podido con la voluntad de este pueblo, que ha sobrevivido enhiesto en medio del Caribe,  por sus conquistas y logros innegables, su heroísmo y sacrificios innumerables.

Un  acierto memorable de la población cubana es que bajo la conducción de Fidel comenzó a cumplir un programa transformador y de cambios radicales que hoy continúan preconizándose en medio de las difíciles condiciones impuestas por el cerco enemigo con la conciencia de que solo la unidad, el trabajo creador, la inteligencia y capacidad defensiva  la hará avanzar y crear las condiciones de la sociedad justa y libre merecida.

Los combatientes del pueblo que a partir de esa fecha siguieron la ruta del legendario Comandante invicto, lucharon con él primero desde el corazón de la Sierra Maestra, la cadena montañosa más enhiesta del país, en el Oriente de la Isla.

Hubo tres batallas  decisivas para aquel triunfo que marcó un antes y un después en la vida nacional: La batalla de Guisa, dirigida por el mismo Fidel al frente de la Columna  Uno José Martí y las batallas de Santa Clara y de Yaguajay, encabezadas por Ernesto Che Guevara y Camilo Cienfuegos, respectivamente.

Estas  formaron parte de la decisiva ofensiva final iniciada a mediados de 1958, que extendió la guerra emancipadora desde las serranías orientales hasta  los llanos de toda Cuba.

Antes hubo una expedición amorosa y audaz de compatriotas venidos de México y el desembarco del yate Granma, cuyos sobrevivientes se internaron en la Maestra desde el 2 de diciembre de 1956.

Transcurrió también una lucha heroica en campaña rural y clandestina en ciudades como Santiago de Cuba, La Habana y Manzanillo, que fueron pilares para el apoyo a la guerra en las montañas.   

Finalmente toda la nación respondió al llamado de la Patria.

La continuidad de un proceso revolucionario con etapas de concentración, organización y expansión muy definidas, en diferentes momentos de la historia, caracterizan las luchas de los cubanos por la independencia, léase  primero descolonización, y luego la obra definitiva o carga para matar bribones clamada por tantos patriotas.

Todo renació con ardor desde los afanes de la llamada Generación del Centenario que el 26 de Julio de 1953 acudió a reivindicar la memoria del Maestro y por la justicia, protagonizando los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.

La batalla económica  sobresale entre los  empeños que matizan la vida de la sociedad cubana, hoy castigada por notorias carencias y altos precios de bienes vitales del consumo, pero que sigue garantizando la educación para todos, los servicios de salud y otras conquistas modélicas.

 

Primero de enero: La Revolución sin imposibles

Daily Sánchez Lemus

Cubadebate

El almanaque marcaba jueves primero de enero de 1959. Sobre las cinco de la madrugada, por Radio Rebelde que estaba en ese momento en Palma Soriano, Fidel dictó a los jefes de columnas las órdenes precisas para no detener el fuego ante la traición de Eulogio Cantillo: el tirano Fulgencio Batista había huido y se gestaba una componenda en la capital para frustrar el triunfo revolucionario con una junta cívico militar.

El Comandante en Jefe llamó a la huelga general revolucionaria para evitar el golpe militar a la lucha del pueblo y se reunió en El Escandel con el coronel José María Rego Rubido para pactar la rendición de las fuerzas del cuartel Moncada ante el joven comandante Raúl Castro Ruz. La ciudad indómita esa vez sí vería entrar a sus nuevos mambises, esa vez sí había triunfado la Revolución. La estrategia y las acciones de Fidel en ese día de muchas decisiones importantes para frustrar los intereses de la embajada estadunidense en Cuba y los defensores de la dictadura, demostraron la altura del líder político y militar del Ejército Rebelde.

Fue un día de muchas emociones y agitaciones, y mientras Fidel daba los pasos precisos para consolidar el triunfo, el pueblo que amanecía con la noticia de la fuga del dictador celebraba el inicio del año de la libertad.

Raúl, el joven que el 26 de julio de 1953 había participado en las acciones del Moncada, con la toma del Palacio de Justicia, sería quien regresara a la triste fortaleza para coronar el triunfo de los vivos y los muertos en la lucha. Poco después, entraría Fidel –y para siempre– en Santiago.

A las once de la noche aproximadamente llegó el Comandante en Jefe al Parque Céspedes, y desde allí se dirigió al pueblo, en un discurso que ha quedado para la historia y donde aseguró que la Revolución comenzaba ahora y que sería una empresa llena de peligros. Pero la belleza de la victoria de todos, de la obra que vendría después, era superior a cualquier otro obstáculo. Fidel y sus barbudos, los valientes del llano y todos los colaboradores, habían demostrado que no había imposibles cuando se lucha por un ideal. Esa sería la fe en la victoria que acompañaría para siempre la Revolución.

La patria, que estaba en los textos, en los atisbos de los poetas, en la pasión de los fundadores, súbitamente encarnó con una hermosura terrible, avasalladora, el 1ero de enero de 1959. La teníamos delante de los ojos, viva en hombres inmediatos e increíbles que habían realizado en las montañas y en los llanos aquello que estaba profetizado, lo que fue el sueño de tantos héroes, la obsesión de tantos solitarios.[1]

El pueblo cubano supo levantarse, defender y construir el futuro. La Revolución Cubana fue  -y es- la inspiración para otras tierras del continente y abanderada de las causas justas en el mundo, la que había demostrado en ese momento que el pueblo podía vencer en la lucha armada sin el apoyo del Ejército nacional, incluso contra ese Ejército respaldado por el imperialismo. Se cristalizaban los anhelos de mambises, de los revolucionario del 30, de todos los que una y otra vez habían soñado la patria  soberana sin poder vivirla.

José Martí se consolidaba entonces como el paradigma de lucha, no solo como el amoroso poeta defensor de la libertad, sino como el guía para la unidad latinoamericana, para eliminar el racismo y cualquier forma de esclavismo, el guía para la justicia, y sobre todo: para la verdadera independencia que en Cuba va indisolublemente ligada al carácter antimperialista de nuestra Revolución. Se reivindicaron nuestros próceres, nuestras mujeres valerosas, nuestras madres sufridas, los hijos caídos en tanto bregar, nuestra Historia. Parecía que de un golpe llegó todo el primero de enero, aunque en realidad la lucha de tantos años había preparado a nuestro pueblo… por eso supo defender la tremenda victoria.

Comenzaban entonces otros combates; pero desde entonces el devenir tiene raíz, coherencia, identidad. La sangre ha sido aceptada, el sol de los vivos y los muertos brilla exigente en el centro de todo. “Y todo lo que parecía imposible, fue posible.”[2]

Fue posible

Desde el discurso del 1 de enero en el Parque Céspedes, Fidel ratificó lo que había sido esencia del Programa del Moncada, de la Historia me Absolverá: la ayuda al pueblo, una Revolución de humildes, una patria para el pueblo integrado por los olvidados de siempre. Por eso aquella noche de victoria inolvidable en Santiago, expresó que el mejor lugar donde quería vivir era en la Sierra Maestra y que por un sentimiento muy profundo, de gratitud, no olvidarían a nuestros campesinos de allí, y que tan pronto tuviera un momento libre iría a ver dónde construirles la primera ciudad escolar, con cabida para 20 mil niños. Y así fue.

El 1ero de enero de 1960, hace 65 años, salía Fidel en un tren rumbo a la entonces provincia de Oriente, para subir al Pico Turquino con 390 jóvenes de las milicias universitarias José Antonio Echeverría. Fue una recorrido inolvidable por los escenarios de la guerra, al cual Fidel expresó a la prensa que iba para renovar energías. El entonces Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, llevó a los jóvenes hasta El Caney de Las Mercedes, donde se construía la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos, un centro inmenso y hermoso para los niños de la Sierra.

Desde 1959, la Reforma Agraria, las otras primeras leyes de la Revolución en beneficio de los humildes, las nacionalizaciones, marcaban el camino de la Revolución que un año más tarde, a punto de enfrentar una agresión armada, se declaró oficialmente socialista y el pueblo la apoyó con los fusiles en alto. Pocos días después, vencería a los mercenarios en Playa Girón el 19 de abril de 1961, una derrota que todavía hoy no perdona el imperialismo yanqui, como tampoco olvida la valentía del pueblo para enfrentar la Crisis de Octubre en 1962.

Un pueblo que se alfabetizó en un año, vencedor de agresiones y sabotajes, que ganó la lucha contra bandidos; y ha tenido en las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del Interior, en las milicias, en los Comités de cada cuadra, en todas las organizaciones de masas, su mayor y más blindada defensa. Así lo expresó Raúl el 2 de enero de 1979, en su discurso en la Revista Militar XX Aniversario del Triunfo de la Revolución, en Plaza de la Revolución José Martí:

A los veinte años del triunfo de nuestra Revolución podemos decirle a nuestro Comandante en Jefe que la patria socialista tiene en las FAR al brazo armado de la clase obrera en el poder, y un escudo sobre el cual puede escribirse este pensamiento de José Martí, definidor de la voluntad de todo nuestro pueblo: «Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la patria, primero se unirá el mar del Sur al mar del Norte y nacerá una serpiente de un huevo de águila». ¡Viva el XX Aniversario del triunfo de la Revolución! ¡Viva el marxismo-leninismo! ¡Viva Fidel! ¡Patria o Muerte!

Cada provincia de Cuba por más sesenta años ha sido escenario de momentos y discursos históricos, como el de aquel 1ero de enero de 1989, en Santiago de Cuba:

Aquellos que sueñan con que la Revolución podrá ser alguna vez batida, se engañan; aquellos que sueñan tales desvaríos ignoran que esta Revolución, que es la continuación de la historia de nuestra patria, su etapa más alta –pudiéramos decir-, cumplirá los 40, cumplirá los 50, cumplirá los 60 y cumplirá los 100 años, y muchos más años, de eso no tenemos dudas.

Hace exactamente un año, el General de Ejército expresó en la misma ciudad indómita, cuando celebramos 65 años del triunfo:

Fieles a sus enseñanzas y a su ejemplo, ¡aquí estamos!, y desde la heroica Santiago de Cuba ratificamos que nos mantenemos con el pie en el estribo y listos para la carga al machete, junto al pueblo y como un combatiente más, contra el enemigo y nuestros propios errores, seguros de que siempre retumbará en esta tierra el grito mambí: ¡Viva Cuba libre!

Por eso, cuidando la unidad, la esencia de la obra de los humildes, la de las muchachas hermosas combatientes como Celia, Haydee, Vilma, Melba y tantas otras; cuidando de sus ancianos y pequeños, esta patria deberá seguir adelante consciente de lo que representa su ejemplo y su accionar para las ideas revolucionarias del mundo en el contexto que se vive hoy. Una Revolución que no tiene imposibles porque nació venciendo y deberá avanzar acompañada de sus héroes, fiel a su Historia; y tendrá que seguir batallando contra el imperialismo en todas sus facetas o variantes, o dejará de ser libre. Y todo será, con la certeza de que venceremos, en cualquier circunstancia… seguros que como dijera Fidel, está por saberse qué dificultad no podremos vencer, y está por saberse qué es imposible para este pueblo y para la Revolución.

Referencias

[1] Cintio Vitier: Ese sol del mundo moral, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2015, p. 212.

[2] Cintio Vitier: Ese sol del mundo moral, Centro de Estudios Martianos, La Habana, 2015, p. 214.

 

Desiderata desde la crisis

Manuel Calviño

Cubadebate

No vamos a renunciar al deseo de que seamos felices. No vamos a renunciar a luchar para que alcancemos la felicidad. Ninguna condición nos va a hacer cejar en el empeño. Sé que muchas personas piensan así. No importa cuán mínimo sea lo que se logre con el esfuerzo compartido. Un paso es suficiente para dar otro más. Por eso, ahora que está por empezar el año 2025, plasmo aquí está “Desiderata desde la crisis”.

Que la familia sea ese sentimiento de unidad, de complicidad bienhechora, que la origina y la alimenta. Que cada miembro de la familia sea constructor de apoyos, de solución a los problemas, de superación de las dificultades. No importa cuánta distancia física se levante. No importa cuánta diversidad de miradas contenga. La familia no es unidad de opiniones, sino unidad de respeto, de sentimientos nobles. Las diferencias no hacen antagonismos. Los antagonismos nacen de los modos inadecuados de tratar con las diferencias.

Que se extiendan los sentimientos de familiaridad hasta encontrar al vecino, a quienes comparten el espacio comunitario. Que los malos tiempos no mellen ese deber sagrado. Que la escasez no pase a ser falta de claridad en lo esencial. El alimento de la familia no tiene por qué faltar y aunque no sustituye al pan, comulga con el principio de compartir, de asumir empáticamente la búsqueda de soluciones.

Que seamos capaces de tomar responsabilidad con nuestro entorno, con el espacio vital en que vivimos y que nos da vida. Que pensemos que no estamos solos en el mundo (en nuestra ciudad, nuestro barrio, en el lugar donde vivimos) y que cada acto nuestro impacta sobre otras personas. El mundo que vemos es como lo hemos hecho. Él habla no solo de cómo es, sino también y mucho, de cómo somos. Por poco que se haga hay que hacer, porque es imposible no sentirse aludido ante los desperdicios sólidos, saturando esquinas, edificaciones a punto de caer fatigadas por el peso de los acontecimientos. También hay mucha indisciplina social, desconsideración, maltrato, violencia, prejuicios de todo tipo, invitados tal vez por situaciones que se viven. Pero ser invitado, no es razón suficiente para aceptar tan degradante invitación.

El bloqueo sí existe y debe cesar ya. Pero también existe la negligencia, la desidia, la incompetencia, la burocracia y tantas otras disfuncionalidades de la sociedad que se aprovechan de la crisis para desencadenarse. Deshacernos de ellas está más a nuestro alcance.

Que seamos transparentes en la expresión de nuestras ansias, sin confundir ansias con ansiedad. Que los deseos no se nos agoten nunca. Que siempre queramos mejorar. Saber proyectar la inconformidad en caminos reparadores, en la construcción de un tejido social armónico, equitativo, es de una sabiduría existencial que transpira paz, nobleza, justicia. El mundo humano destaca por sus diferencias. Si las asumimos para excluir, construimos sufrimiento. Si lo hacemos para empoderar tendremos una potencia de desarrollo insuperable. Que los discursos políticos sean menos barricadas y más puentes. Que estén más cerca de la construcción que del modelo ideal, más cerca del presente sin descuidar el futuro. Sin el hoy, no se puede construir el mañana. Que nos hagamos cargo de una racionalidad que deseche cualquier forma de explotación, de intromisión, de invasión, de genocidio. El mundo alcanza para todos y si lo hacemos producir para distribuir adecuadamente es capaz de alimentar con la cordura de lo necesario.

Que las decisiones que tomemos, cualquiera que estas sean, sean consensuadas. Que no se apoyen en el mero impulso. Cuando actuamos por impulso nos lanzamos a un campo minado de errores posibles que termina en lamentaciones inútiles. Mejor que precipitarse es anticiparse, poder evaluar los costos y los beneficios. Las decisiones argumentadas no solo son más inteligentes, sino también más efectivas. Todo tiene un costo. Lo que se logra sin esfuerzo es una dádiva. Y de dádivas no nace ni el compromiso verdadero, ni el sentido de pertenencia y mucho menos la satisfacción de haber logrado lo que nos proponemos. No hay que evadir ni evitar. Hay que afrontar y enfrentar las rispideces de la vida, sobre todo cuando está marcada por complejidades profundas.

Que aun transitando por un año difícil, marcado por las dificultades y la escasez de servicios básicos, seamos capaces de preservar la sensibilidad humana, la solidaridad, la honestidad, el respeto, la integridad. Que las normas y los pactos sociales sean cumplidos disciplinadamente, porque la indisciplina es el caos; la desintegración, una puerta abierta a las peores degradaciones de la esencia humana. Que no nos dejemos atrapar por la avaricia, el egoísmo. Solo así sobrevivirá la cultura espiritual de la nación, solo así seguiremos teniendo independencia y soberanía, porque solo así seguiremos sintiendo el orgullo de ser cubanas y cubanos.

No hay que esperar epifanías. Vale asumir los retos y afrontarlos con firmeza. El único milagro posible es el que nace de la capacidad humana para superar los obstáculos y crecer en cada intento. Afrontar las dificultades y vivir con decoro. No separarse por ninguna razón del camino inacabable de la felicidad compartida, porque no hay verdadera felicidad allí donde unos la logran y otros sufren por no poder alcanzarla. La esperanza parece esconderse en los tiempos de crisis, desvanecerse en su condición de utopía y diluirse entre los imposibles. Pero ella es, sobre todo, un anticipo que da la felicidad a los que luchan por la vida y solo desaparece en los que se rinden. Venga la esperanza, incluso si aparece acompañada de un cierto pesimismo racional, pero nunca carente del optimismo de los sentimientos, de la voluntad.

Una desiderata desde la crisis es posible, porque la esperanza, la unidad de las familias, la defensa de los valores son una fuerza inconmensurablemente mayor que cualquier otra que quiera acabarla.

 

Cuba cierra año intenso de solidaridad internacional

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La Habana, 31 dic (Prensa Latina) Cuba cierra hoy un año intenso de actividades de solidaridad internacional, frente a la profundización de la política de bloqueo y la hostilidad permanente de Estados Unidos.

De acuerdo con el presidente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Fernando González, el movimiento de respaldo a la nación antillana ante el cerco estadounidense y la inclusión de la isla en la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo agrupa a más de mil 600 organizaciones en 152 países.

Las actividades desarrolladas en 2024 incluyeron manifestaciones, plantones, caravanas y un esfuerzo conjunto con cubanos en el extranjero, detalló González este martes a la televisión nacional.

Afirmó que se produjeron más de 100 resoluciones de diferentes ciudades y de organizaciones sindicales en la potencia norteña exigiendo el levantamiento del bloqueo y la eliminación de la isla del unilateral listado del Departamento de Estado.

Además -dijo- hubo apoyo material a Cuba tras desastres naturales y al sistema de salud, y se realizaron tres encuentros continentales en África, Asia y Europa.

Resaltó que la víspera se presentó el Maratón de Amor por Cuba, una iniciativa de la Red Continental de Solidaridad en América Latina y el Caribe, que comenzó en el 64 aniversario del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos y se extenderá hasta su 65 aniversario en 2025.

Tal iniciativa, dijo, busca articular la solidaridad internacional en los ámbitos político, material y comunicacional.

Remarcó que el esfuerzo de articulación solidaria tiene lugar no solo a nivel de la región de América Latina y el Caribe sino que se expande a todas partes del mundo, e incluye la ayuda material y se extiende en las redes sociales para dar a conocer la verdad de Cuba.

González destacó el trabajo realizado con los cubanos que residen en otros países de conjunto con el movimiento de solidaridad con Cuba que –dijo- ha sido una expresión muy bonita de apoyo al proyecto social cubano.

Cuba
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