Aniela Dumas Rojas, Enrique González Díaz (Enro) - Cubadebate.- En una de las calles más antiguas de La Habana está el Museo Casa de la Obra Pía. Fundado el 16 de noviembre de 1983 por el doctor Eusebio Leal Spengler, este museo no es solo un espacio para la conservación del arte, sino que también actúa como un centro comunitario que promueve la inclusión y la creatividad.


Con su arquitectura del siglo XVII, la Casa de la Obra Pía fue originalmente un hogar destinado a la beneficencia. En sus inicios, albergó la obra piadosa más popular de la Habana colonial, que ofrecía dotes a cinco doncellas huérfanas o pobres cada año. Hoy, su esencia sigue viva, pero ha evolucionado para convertirse en un faro de inclusión y creatividad en la comunidad.

Al cruzar el umbral del museo, uno es transportado a una época en la que la aristocracia habanera disfrutaba de un estilo de vida que ahora parece distante. Las salas expositivas, cuidadosamente ambientadas, recrean la vida cotidiana de aquellos tiempos, exhibiendo piezas representativas de las artes decorativas, objetos utilitarios y ajuares domésticos.

La directora del museo, Irene García Guerrero, aseguró que la misión del museo es difundir el patrimonio y acercar al público a cómo era la vida de las familias en el siglo XVIII y XIX. “Otro de sus objetivos es promover todo el patrimonio relacionado con los textiles, las labores manuales y las actividades que hacían las mujeres en la época”.

Las habitaciones están decoradas con elegancia. Las indumentarias expuestas son vestigios de una era en la que el estatus social se medía no solo por la riqueza, sino también por el gusto y la cultura.

Sin embargo, el Museo Casa de la Obra Pía no se limita a ser un guardián del pasado; también es un actor social comprometido con el presente.

En sus cuatro décadas de servicio al público, ha implementado un proyecto sociocultural que abarca a todos los grupos etarios: niños, adolescentes, jóvenes, adultos y personas mayores, así como a individuos con discapacidades o situaciones de vulnerabilidad.

“El Museo se distingue por su enfoque en las labores manuales. Los talleres que ofrecemos están dedicados a enseñar técnicas de bordado, tejido y costura. Esto es especialmente relevante, ya que la casona antigua en la que se ubica el museo refleja cómo vivían las personas en esa época, donde las mujeres realizaban numerosas labores de costura. Este legado es lo que buscamos retomar, afirmó Irene García Guerrero.

Los talleres se llevan a cabo todos los miércoles y viernes. “Estas actividades creativas son uno de los pilares fundamentales de nuestra labor. En ellos, los participantes se sumergen en el rescate de técnicas textiles que forman parte del patrimonio cultural cubano. Con telas, hilos y cartón en mano, transforman materiales simples en obras llenas de significado”, comentó la directora de la institución.

Generalmente, estos talleres están integrados por mujeres en situación de vulnerabilidad, muchas de las cuales pertenecen al Laboratorio Psicodidáctico de Atención a las Mujeres.

“Este espacio reúne a mujeres de La Habana Vieja que enfrentan diversas dificultades y les ofrece la oportunidad de participar en charlas educativas y aprender un oficio a través de los talleres, lo que les permite alcanzar una mayor independencia”, dijo Irene García,  directora del museo.

Lo que ocurre en estos talleres va más allá del simple acto de crear; se tejen redes de solidaridad y amistad entre personas que, en muchos casos, provienen de contextos muy diferentes.

“La comunidad siempre ha sido muy receptiva con todos los proyectos que hemos implementado. De hecho, todos los museos bajo la dirección de la Oficina del Historiador se han caracterizado por su compromiso con la comunidad, organizando talleres, charlas y exposiciones”, garantizó Irene García.

Este enfoque inclusivo ha permitido que el museo se convierta en un refugio para aquellos que buscan pertenecer, manteniendo una constante retroalimentación con la comunidad local.

Según la propia directora, este año el museo enfrenta varios desafíos. “Nuestro museo está en un proceso de inversión y, en mayo, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Museos, planeamos concretar un sueño que hemos tenido desde hace tiempo: abrir un taller de manualidades. Hasta ahora, hemos realizado estos talleres en el patio o en las galerías, pero contaremos con un espacio dedicado exclusivamente a estas actividades, equipado con máquinas de coser que hemos adquirido gracias a proyectos de cooperación internacional. Esto nos permitirá gestionar mejor los talleres y tener todo más organizado.

En el Museo Casa de la Obra Pía, el compromiso con la comunidad y el patrimonio cultural es el motor que impulsa cada una de sus iniciativas. A medida que avanzan hacia nuevas metas, los responsables del museo mantienen su firme creencia en el poder transformador del arte y la creatividad, así como en su capacidad para unir a las personas.

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