Randy Alonso Falcón, Oscar Figueredo Reinaldo, Claudia Fonseca Sosa, Gabriel Mok Rodríguez

Cubadebate

Aracelys Cardoso Hernández, viceministra de Comercio Interior, al iniciar su intervención en la Mesa Redonda, reconoció que hay una oferta deficiente en moneda nacional a partir de la contracción de la producción y el déficit de divisas, lo que no permite reaprovisionar este comercio.

Comentó que, a partir de la flexibilización en el año 2022, la política sectorial en el Comercio Interior permitió la aplicación de varias modalidades de negocios en el comercio mayorista y minorista para obtener ingresos en divisas para el país, con el fin de ofrecer en el futuro ofertas en moneda nacional que beneficien a la población.

“Se han aprobado 15 negocios de comercialización mayorista y minorista; de ellos, 8 están vinculados con el sistema empresarial atendido por el sistema de comercio interior. Uno se realiza mediante un contrato de asociación económica internacional. Los tres primeros están dedicados a la comercialización mayorista, y cinco son empresas mixtas que tienen aprobada la comercialización mayorista y minorista de bienes de consumo y productos varios para la población”.

Al comentar sobre los principios que sustentan la comercialización mayorista, la viceministra explicó que se debe garantizar el suministro de materias primas e insumos que fomenten la producción nacional y local. Además, se aspira a “ubicar productos de primera necesidad, como productos de higiene y aseo, útiles del hogar y productos alimenticios”.

Sobre los atractivos para la contraparte extranjera, dijo que Cuba cuenta con una red de almacenes convencionales y especializados ubicados en todo el país. “Contamos con fuerza calificada; se han creado sociedades mercantiles que facilitan las asociaciones. Igualmente, es un mercado al que tendrán acceso todos los actores de la economía”, agregó.

Subrayó que estos modelos de negocios permitirán reanimar las capacidades instaladas. “Se están realizando procesos inversionistas en las instalaciones que no solo mejoran las condiciones de las instalaciones, sino que crean empleos y proporcionan insumos para las cámaras de frío de las 31 empresas de frío que hay en el país”.

Los ocho proyectos en el Comercio Interior provienen de siete países, comentó Cardoso Hernández.

Al dialogar sobre el comercio minorista, la viceministra del Mincin dijo que se busca acercar a la población productos de primera necesidad de calidad a precios competitivos para aquellos que puedan acceder a esta red minorista. Asimismo, “se promoverán artículos que empleen energías renovables. Buscamos un comercio que esté bancarizado, aunque hay comercios que tienen aprobada la comercialización de dólares en efectivo”.

Para los proveedores, dijo, “esto es beneficioso porque les permite el pago directo para su reaprovisionamiento”.

“Hay proyectos para todo el país, pero se ejecutarán por etapas, progresivamente. Ya hay proyectos aprobados para Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Matanzas, Camagüey, etc.”.

Mercalhabana S.A.: Una nueva apuesta para fortalecer el comercio mayorista

El Ministerio de Comercio Interior ha dado un paso significativo en la reorganización del sector alimentario con la creación de Mercalhabana S.A., una sociedad mercantil diseñada para impulsar el desarrollo de negocios en el comercio mayorista y minorista, afirmó en el programa televisivo su vicepresidenta, Yaimara Pérez Barrera.

La directiva agregó que esta nueva estructura, que representa a un sistema de 22 empresas mayoristas, tiene como objetivo principal participar como accionista nacional en inversiones extranjeras, así como gestionar importaciones y exportaciones autorizadas para abastecer el canal mayorista del país.

Agregó que Mercalhabana S.A. nace como la puerta de entrada de este sistema empresarial al desarrollo de negocios, actuando como gestora y promotora de proyectos para el sector mayorista de alimentos.

La sociedad cuenta con una infraestructura logística que incluye almacenes convencionales y tradicionales distribuidos en todo el territorio nacional, además de la Empresa Nacional de Frigoríficos, que aporta capacidades de refrigeración y congelación esenciales para el esquema de negocios en inversiones extranjeras.

La vicepresidenta de Mercalhabana S.A. comentó que la infraestructura actual presenta un notable deterioro y obsolescencia tecnológica, lo que dificulta los procesos productivos y de comercialización. Ante este desafío, la sociedad ha priorizado en su estrategia la recuperación de infraestructuras, la incorporación de tecnología y la modernización del equipamiento. Entre los insumos necesarios destacan traspaletas, montacargas y materiales aislantes para el sistema frigorífico, elementos clave para mejorar la eficiencia del sector.

A pesar de su reciente constitución, Mercalhabana S.A. ya ha concretado un negocio en modalidad de empresa mixta para el comercio mayorista y minorista, y explora otras dos oportunidades en la misma línea, señaló Pérez Barrera.

Además, la sociedad ha implementado formas alternativas de comercialización, como la venta de productos en consignación y en régimen de depósito aduanero, esta última con un desarrollo estable desde el segundo semestre de 2024. Estas modalidades han permitido un reaprovisionamiento parcial del sistema mayorista, aliviando en cierta medida la escasez de productos de primera necesidad, dijo.

Pérez Barrera explicó también que en un contexto económico donde las divisas son escasas, Mercalhabana busca optimizar costos logísticos, desde el transporte hasta la distribución final, con el fin de ofrecer precios más competitivos y accesibles para el consumidor.

La sociedad también ha trabajado en la búsqueda de incentivos para atraer inversores extranjeros, destacando las oportunidades que ofrece el mercado cubano y su infraestructura para posicionar mercancías en plaza, dijo.

Señaló que los proyectos de Mercalhabana benefician tanto al sector estatal como a los actores de la economía no estatal, alineándose con las políticas gubernamentales que priorizan el rol del Ministerio de Comercio Interior en el comercio mayorista y la importación de mercancías.

Subrayó que la sociedad aspira a garantizar un flujo constante de productos, inicialmente en divisas, pero con el objetivo final de abastecer de manera sostenible al sistema mayorista y, por ende, a la población.

Empresa Mixta Alma Caribe S.A.

Alma Caribe S.A. es una empresa mixta que tiene como objeto social la comercialización mayorista y minorista de productos alimenticios y no alimenticios, tanto de la producción nacional como de la importación, explicó Sonia Rivero Batista, gerente cubana.

Agregó que, en el ámbito de la inversión extranjera, se ha identificado por Alma Caribe varios objetivos, entre ellos la pretensión de abastecer el mercado cubano con productos de alta calidad, poder satisfacer las demandas del comercio mayorista y minorista. “En una primera etapa se ofertarán, fundamentalmente, productos alimenticios, de aseo e higiene. En una segunda etapa, se irán incorporando una variada gama de otras líneas de productos”.

Otro objetivo identificado por la empresa es garantizar el suministro estable de materias primas, de bienes de consumo e insumos que necesitan las formas de gestión no estatal para poder desarrollar la producción, la industria nacional en Cuba.

Informó que la empresa abrirá próximamente una primera tienda, que está ubicada en 23 y 6, en el Vedado capitalino. “Hemos estado estudiando los stocks de mercancías que tenemos ya disponible para la apertura de la tienda y también la rotación que estimamos pueden tener productos, para poder diseñar un ciclo logístico que nos permita mantener una estabilidad en la oferta, y así evitar baches de abastecimiento”.

En ese sentido, Rivero Batista dijo que se han estudiado experiencias de otros mercados como “3era y 70”, en Playa. “Estamos haciendo contrataciones, negociando con proveedores nacionales que también forman parte de la cartera de proveedores de estas tiendas y, a través de ellos, estamos evaluando cómo se comporta el movimiento de estos productos, la demanda que tienen”.

Además, “estamos participando en entrevistas con clientes de las tiendas recaudadoras en MLC, que nos dan una referencia estimada del precio al que nosotros podemos comercializar nuestros productos, a partir de que es una pretensión nuestra garantizar productos con precios competitivos que permitan a la población tener acceso a ellos”.

Puntualizó que el objetivo de estos negocios es captar divisas que puedan contribuir al desarrollo de la industria nacional.

“Para nosotros representa una fortaleza contar con la disponibilidad de estos productos en el país, porque nos permite tenerlos a nuestro alcance en menor período de tiempo con costos más baratos. Eso posibilita encadenarnos con estos proveedores nacionales”, comentó Rivero Batista.

Aseguró también que se han ganado la confianza de los proveedores a partir del alcance del proyecto y la garantía financiera que ofrece. Gracias a esto ya cuentan con productos de excelente calidad.

Rivero Batista explicó que este proyecto comercializará de forma mayorista, minorista y en línea. “Lo hemos concebido en dos etapas. En la primera está prevista la comercialización fundamentalmente de productos alimenticios y las líneas de productos de aseo, higiene y limpieza. En el caso del comercio mayorista, tenemos en cuenta los actores económicos estatales y no estatales”.

La subgerente de Alma Caribe señaló como aspecto indispensable en esta primera fase, el arrendamiento de tiendas. Para ello están reparando primeramente dos establecimientos, y luego incorporarán durante el transcurso del año dos tiendas modulares.

“Estas tiendas modulares tendrán mayor capacidad, alrededor de 1000 metros. Nos permitirá incorporar otras líneas de productos y tener más alcance. Al finalizar la fase uno tenemos previstas un total de 15 tiendas en La Habana”.

Según confirmó Rivero Batista, en la segunda etapa del proyecto pretenden llegar a las 50 tiendas en el resto del país y 48 de ellas serán nuevas construcciones. Estas tendrán un diseño atractivo y se está evaluando la incorporación de otros servicios, además de la comercialización, con diversas líneas de negocio. Paralelo a esos procesos ya está en desarrollo una plataforma de comercio en línea.

Durante su intervención, Cardoso Hernández comentó que a partir de la comercialización mayorista se podrá llegar a un mercado sólido y estable, para lograr la renovación de la industria cubana. Así estos productos se convertirán en ofertas para la población.

“El comercio interior en moneda nacional es y seguirá siendo mayoritario en nuestro país. La población debe tener confianza, pues a pesar de la situación que hoy muestra el mercado cubano, es una prioridad del Estado y de nuestro ministerio que sigan siendo mayoritarias las ofertas en moneda nacional”, aclaró.

Agregó, además, que la comercialización en divisa es necesaria para captar el presupuesto que se requiere por parte del Estado cubano y asegurar todos los programas sociales que desde diferentes sectores de la
economía se les brinda a la población.

“La dolarización parcial de la economía es una proyección transitoria a corto plazo, pero necesaria para la captación de divisas. El Estado cubano es quien dispondrá y definirá las prioridades de esa divisa en correspondencia con lo que demanda la población, su economía, industria y progreso”, concluyó Aracelys Cardoso Hernández.

 

¿Piedra, papel o tijera?: Dos respuestas al fenómeno de la dolarización en Cuba

Oscar Figueredo Reinaldo

Cubadebate

Cuando abría, sin previo aviso la nueva tienda en dólares ubicada en 3ra y 70, se convirtió en la noticia y la polémica del momento.

Pocos días antes, en el plenario de la Asamblea Nacional, el primer ministro informaba sobre la decisión de gobierno de avanzar aun más en la dolarización parcial de la economía. “Es un proceso necesario para poder adquirir divisas que se están moviendo de manera ilegal en la sociedad y que haya un control del Gobierno sobre las mismas, y ponerlas en función del bienestar de la población”.

“Se ratifica que en todos los programas del Gobierno el camino a seguir es la desdolarización de la economía; pero hay que transitar por este camino previo”.

El Jefe de Gobierno explicó que este fenómeno guarda relación con la existencia de un mercado cambiario ilegal, donde el dólar constituye la moneda de referencia para la fijación del precio, aunque se pague en moneda nacional.

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Luego de hacer una extensa cola y recorrer más de 50 kilómetros, Yuri salía de la “flamante tienda”.

“Niño, hay de todo. Es lo mismo que antes pero todo concentrado y mejor organizado”.

Mientras que Paula, una anciana acompañada por uno de sus nietos reflexionaba sobre una dura realidad. “El problema no es la tienda, sino que lo que tenemos aquí, no lo vende el estado en moneda nacional. Desde hace años estamos esperando a que todo vuelva a ser como antes, pero parece que el hada madrina con la varita mágica nunca va a llegar”.

Una reflexión similar realizaba la colega Elsa Ramos en Escambray hace solo unas jornadas.

“El problema parece no ser el tipo de moneda, ni siquiera por aquello de comercializar productos de primer nivel en una en la que no se paga el salario, porque tampoco nunca nos retribuyeron en CUC y mucho menos en MLC.

No es la tienda entonces la que enraizó las diferencias sociales, presentes desde hace rato en nuestra sociedad. En todo caso, las visibiliza más.

En buscas de algunas respuestas, Cubadebate dialogó con dos economistas sobre este complejísimo tema.

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─ En la ANPP el primer ministro informó que se procedería a la dolarización parcial de la economía. ¿En qué consiste ese fenómeno?

José Luis Rodríguez: Un país enfrenta un proceso de depreciación de su moneda[1] cuando la misma pierde poder de compra al compararse con una moneda fuerte, es decir, una moneda libremente convertible en la economía internacional. Eso se manifiesta cuando –en el mercado cambiario- la cantidad de moneda nacional se eleva notablemente para poder adquirir una moneda fuerte, proceso que puede transcurrir en el mercado sin reconocimiento institucional oficial –en la economía informal- o ser registrado mediante la devaluación oficial de la moneda nacional frente a una moneda fuerte, en el mercado cambiario regulado por el Estado.

La pérdida de poder de compra de la moneda nacional refleja –en esencia- que el valor que se reconoce a las mercancías o servicios que se crean en el país, no representan la suma de valor que nominalmente se espera de los mismos por la baja productividad, o reducida eficiencia con que los mismos se han creado, al compararlos con los valores contenidos en una moneda fuerte.

En síntesis, el valor que se representa en una moneda es el reconocimiento a la fortaleza de la economía del país que la emite.

Consecuentemente, los diversos actores que actúan en la economía –ante un proceso de depreciación o devaluación de la moneda nacional- buscan estabilizar sus operaciones utilizando para su contabilidad una moneda fuerte, con un valor estable –por ejemplo- el dólar de EE.UU., o el euro de la UE. De tal forma ocurre que –aunque no se reconozca oficialmente- los operadores no estatales en una economía toman como referencia para fijar sus precios el valor de la moneda fuerte más aceptada corrientemente en el país. Este proceder permite reducir los riesgos que implica desconocer la base real sobre la cual se están formando los precios –en medio de una elevada inflación- y proyectar sobre una base más objetiva los costos y beneficios de la gestión de un negocio en la economía.

Entonces cuando el Estado decide autorizar la utilización de una moneda fuerte en la economía nacional, frente a la depreciación o devaluación de la moneda nacional, lo que está haciendo es buscar esa base más estable para la gestión económica del país.

Para lograr ese propósito puede decidirse que todas las operaciones de la economía nacional se realicen en moneda extranjera. Ocurre así –por ejemplo- en los casos de Panamá, El Salvador y Ecuador en América Latina. También puede decidirse que una parte de las operaciones que se realizan en la economía se ejecuten en una moneda libremente convertible, lo que se denomina dolarización parcial, cuyo alcance depende del grado en que el Estado decida que operaciones se autoriza realizar en cada moneda. Es el caso de Venezuela, que emprendió exitosamente un proceso de dolarización parcial de su economía en los últimos años.

En general, debe destacarse que los procesos de dolarización –sea parcial o total- se han adoptado siempre a partir de situaciones de crisis. Los resultados positivos de esos procesos han sido mayormente de corto plazo y las desventajas se manifiestan sobre todo a largo plazo.

Los procesos de dolarización existentes hasta el presente, muestran ventajas y desventajas en general, que se modifican cuando se trata de dolarizaciones parciales. Sin embargo, los procesos de dolarización parcial de una economía han mostrado ser reversibles, cosa que no ocurre cuando se emprende el camino de la dolarización total.

-Veamos algunas ventajas que –en general- se atribuyen a la dolarización.

1.- Produce una mayor estabilidad monetaria al reducir el riesgo cambiario.

2.-Ofrece ventajas para el proceso de inversión extranjera al poder operar directamente en una moneda convertible en el país.

3.- Al reducir la emisión de moneda nacional, opera como medida anti inflacionaria.

4.- Facilita el comercio internacional.

5.- Reduce los costos administrativos y financieros.

-Algunas desventajas también se atribuyen a la dolarización.

1.- Se limita la autonomía monetaria

2.- Se amplía la dualidad monetaria y la fragmentación económica

3.- Evidencia la desigualdad entre aquellos que tienen acceso a la divisa y aquellos que no la tienen.

─ El país tiene experiencia, durante la década de los 90, en procesos de dolarización. ¿Qué semejanzas y diferencias existen entre ambos fenómenos? ¿Qué riesgos implica? ¿Es un paso acertado?

José Luis Rodríguez: El objetivo del proceso de dolarización parcial que se ha decidido aplicar, es un objetivo limitado: ganar control sobre la circulación ilegal de dólares en el país.

En el Período Especial la aplicación de la dolarización parcial abarcó sectores completos –como el turismo- y un sistema de captación de divisas en la población, partiendo de la entrada de remesas como fuente de ingreso fundamental para que sus receptores compraran en establecimientos especialmente designados al efecto: las conocidas Tiendas de Recaudación de Divisas (TRD). Con los ingresos netos de estos establecimientos se nutriría un fondo para cubrir necesidades de consumo y desarrollo del país a partir de asegurar el consumo normado y los servicios sociales básicos de la población.

Las nuevas fuentes de divisas del país –básicamente el turismo internacional y las TRD- unidas a los flujos de inversión extranjera directa a partir de 1994-95, demandaron la reorganización del sistema de dirección de la economía, creándose la dualidad monetaria y cambiaria para operar el mismo. Pero no fue solo eso, sino que –adicionalmente- se descentralizó la gestión del comercio exterior a empresas estatales, se aplicaron formulas novedosas para renegociar la deuda externa (se aplicó el swap de deuda por inversión en el sector del turismo) y se estableció –desde 1994- un sistema de estimulación en divisas,  primero para trabajadores de sectores claves de la economía como el níquel, la pesca, los puertos, entre otros, que les permitiría acceder –gradualmente- a las TRD.

También –a partir de finales del 1994- se introdujo en la circulación los Pesos Convertibles (CUC) como una suerte de moneda nacional transitoria entre el USD y el CUP, lo que ayudó a retomar el fortalecimiento de una moneda nacional, desde otra perspectiva.[2] Igualmente, todo el proceso de dolarización parcial de la economía transcurrió en paralelo con un programa de Saneamiento Financiero Interno, aprobado por la ANPP en mayo de 1994, lo que permitió reducir la tasa de cambio informal del CUP por USD de más de 150 pesos por dólar en el primer trimestre de 1994, a 35 cuando se abrió CADECA a finales de 1995.

El alcance de la dolarización parcial acordada en estos momentos, cubre ventas mayoristas y minoristas, puntualmente decididas y pago de aranceles en divisas. Las esferas en que se aplicará la dolarización alcanza al turismo, las Casas del Habano, clínicas, farmacias y ópticas internacionales, y los aeropuertos.

Algunas comparaciones que pueden resultar de utilidad.

1.- El proceso de dolarización de la economía se discutió con la población exhaustivamente, en un proceso encabezado por Fidel,  primero en la ANPP a finales de 1993 y después en los llamados Parlamentos Obreros en el primer trimestre de 1994, lo que permitió contar con un consenso de apoyo decisivo tomando en cuenta las desigualdades que se gestaban con la autorización de las remesas frente a la limitación de los ingresos de la mayor parte de la población. No obstante, los sistemas de estimulación en divisas, que llegaron a abarcar a millones de trabajadores en los años 90, permitieron amortiguar el impacto negativo que esta política –necesaria, pero difícil- significaba para la población.

2.- El alcance del proceso de dolarización de los años 90 fue mucho más abarcador que lo que ha decidido aplicar en estos momentos. A su vez en estos momentos existe ya un importante sector no estatal que ha ido ganando peso en la economía nacional y que habrá que tomar en cuenta, especialmente en lo referido a cómo influir en el control y posterior absorción del mercado cambiario informal que rige hoy los precios en nuestra economía. Para ello no basta con las medidas que se aplican con la dolarización parcial,  si esto no se complementa con otras transformaciones en la economía que suponen la atención a problemas urgentes en lo referido al enfrentamiento de la inflación integralmente, la producción de alimentos y la seguridad energética, todo vinculado a la necesidad de renegociar la deuda con un enfoque flexible y al establecimiento de un mercado cambiario ajustado a nuestras necesidades.

3.- La dolarización parcial de la economía actualmente puede decirse que es un paso difícil, pero necesario para contribuir a la estabilización económica del país. Sin embargo, se corre el riesgo que, por una mala comunicación con la población, esta medida provoque el rechazo de nuestro pueblo lo cual refiere un costo político que hay que solventar.

Hoy el país enfrenta múltiples dificultades económicas, riesgos y amenazas en un entorno exterior donde el nuevo gobierno norteamericano cree poder liquidar la obra de Fidel y la Revolución.

Sin embargo, hemos llegado hasta aquí resistiendo inteligentemente el ataque de todos los enemigos, pero ha sido con mucho coraje y aprovechando todas las oportunidades de avanzar junto a nuestro pueblo.

Tenemos como lograr salvar todas las dificultades contando con la unidad de la nación. No vacilemos en estos momentos complejos y difíciles y obremos con la inteligencia y el valor que han caracterizado a nuestra Revolución.

***

Entonces, ¿por qué dolarizar?

─Ileana Díaz: La dolarización parcial de la economía existe desde el momento en que se usa las divisas, ya sea efectivo o por tarjeta, para la compra de bienes y servicios. Es decir, se privilegia una moneda extranjera por encima de la cubana, todo lo cual le hace perder valor a la misma.

La pregunta sería ¿para qué se dolariza, para recaudar divisas o dinamizar la economía?, se supondría que se recauda divisas para dinamizar la economía, pero eso no es lo que se ha observado durante todos estos años en que aparecen las tiendas en MLC, la recaudación por sí misma sin un objetivo especifico y sin complementar con otras acciones, no se revierte en mejoras

En  los 90 se dolarizó parcialmente la economía, pero ello vino aparejado con la aplicación de un paquete de medidas de diverso tipo: tiendas en usd, casa de cambio, reducción de ministerios (implica reducción del gasto presupuestario), ampliación del sector de trabajo por cuenta propia (significa apertura de puestos de trabajo), atracción de capital extranjero y muy importante incentivo a la producción, cambios estructurales con la aparición de biotecnología y el turismo y un modelo de dirección económica empresarial descentralizado.

¿Qué diferencias existen entre el pago en MLC y la aceptación del dólar duro en efectivo? ¿Qué impacto tiene en la devaluación del peso cubano?

─Ileana Díaz: La aparición de una tarjeta clásica y desechar la ya operativa tarjeta de MLC, radica en que los dólares que una vez respaldaron el MLC ya no están, entonces la pregunta es ¿cuál fue su destino?, ¿abastecer las tiendas estatales como se dijo?, seguramente alguna función cumplió que no fue esa, ¿no es menester comunicar de forma transparente su uso? ¿Cuál será el uso de la divisa que se obtenga ahora? Ha sido un recorrido primero usd, después cuc, más tarde mlc y ahora clásica más usd. En todo momento que se use otra moneda que no sea el peso, el salario de los trabajadores se licua, se reduce su poder adquisitivo.

El otro lado del asunto es que cada día se incrementan los rubros que se deben pagar en divisas, en efectivo muchos de ellos o con la tarjeta nueva: aranceles no solo a personas jurídicas, sino también naturales con importación no comercial, (sin que se hayan definido qué productos), otras operaciones de comercio exterior, aceptación de efectivo en divisas en el turismo, casas del Habano; farmacias, ópticas y clínicas internacionales; aeropuertos y otros que se autoricen,  así como ventas mayoristas que se definan.

¿Será una medida efectiva para recoger los dólares circulantes dentro de frontera y que hoy escapan del sistema bancario? ¿Cómo impacta en el sector no estatal?

─Ileana Díaz: La dolarización parcial de la economía, sin un mercado cambiario oficial, no obliga a que las divisas transiten por el sistema financiero oficial, ni aprecia más el peso, todo lo contrario, ni elimina el mercado informal. Solo basta observar el incremento de las tasas informales. Este es un ejemplo muy simple de cómo esta medida por si sola no soluciona, ni ordena las distorsiones.

El sector no estatal tiene que seguir obteniendo la divisa en el mercado informal, su demanda aumenta por el pago del combustible, de los ítems de comercio exterior antes expuesto, así como por ser consumidores como el resto de los cubanos.

Además, la población cubana que desee y necesite los productos en divisas (pues no se ofertan en pesos) y tenga familia en el exterior reciben remesas para comprar en esas tiendas (al parecer algo que se desea estimular), sin embargo, la mayoría de la población para obtener esos productos, tendría que sacrificar una parte de su exiguo salario en el mercado informal, que es mucho más rápido que el existente de forma oficial para personas naturales.

Lo anterior indica que la demanda de divisa se incrementa, ante una oferta relativamente limitada, que seguirán existiendo divisas en circulación fuera del sistema financiero oficial y que influirá en los precios finales de los productos del sector no estatal, mientras el sector estatal continue deprimido.

Se continúa dando vueltas en circulo vicioso, pues se recuperan divisas, que vuelven a salir para importar. No se entiende que no exista una sola medida de transformación de las empresas estatales para impulsar su competitividad

Hay necesidad de cambios integradores en lo económico. Una vez más es necesaria una reforma integral de cambios macro económicos, micro económicos, de incentivo a la producción y cambios estructurales unido a la protección a los trabajadores.  Grupos de medidas aisladas, no solucionarán la situación económico-social del país.

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En medio de la compleja situación económica que atraviesa el país y la necesidad urgente de incrementar la disponibilidad de divisas, es fundamental implementar políticas que mitiguen las crecientes desigualdades sociales, especialmente entre un sector vulnerable en constante aumento. Estas desigualdades han surgido como resultado de las transformaciones económicas derivadas de las medidas adoptadas en los últimos años.

El camino a seguir es difícil; sin embargo, se tornará aún más complejo si las decisiones económicas no van acompañadas de una estrategia comunicacional efectiva que garantice, desde una perspectiva política, las transformaciones necesarias en el modelo proyectadas en la Constitución de la República.

[1] Convencionalmente puede entenderse por depreciación de una moneda cuando esta pierde valor al intercambiarse por otra, sin que esto se reconozca oficialmente. Cuando el Estado decide reconocer que ha ocurrido esa pérdida de valor, decide devaluar la misma.

[2] El USD circuló libremente en el país desde 1993 hasta el 2004, cuando fue sustituido completamente por el CUC. No obstante, se mantuvieron depósitos bancarios de USD u otras divisas.

Cuba
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