David Rodríguez Fernández/Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí - Javier Parra Molina/Partit Comunista del País Valencià .- La Defensa Civil Cubana es un sistema de protección y prevención ante desastres naturales que ha sido reconocido internacionalmente por su eficacia y organización, incluso bajo las difíciles condiciones económicas provocadas por el bloqueo de EEUU desde hace más de 60 años.
Además, Cuba es una isla que sufre de manera periódica huracanes y otros fenómenos meteorológicos que ponen a prueba la capacidad del país para proteger la vida del pueblo y los recursos materiales. Este modelo, basado en la participación comunitaria, la planificación estatal y la priorización de la vida humana, que ha permitido a Cuba reducir significativamente el número de víctimas mortales y daños materiales ante el paso de estos fenómenos naturales destructivos, contrasta significativamente con los enfoques neoliberales que predominan en muchos países capitalistas. Un ejemplo reciente que ilustra esta diferencia es la gestión de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a Valencia el 29 de octubre de 2024, donde la falta de previsión y comunicación a la población, atención a las víctimas y la posterior reconstrucción por parte de las autoridades valencianas y estatales, evidenció las limitaciones de un modelo basado en la privatización y el vacío de competencias públicas, así como en la falta de capacitación y coordinación entre administraciones, a pesar de los recursos disponibles de un país con una economía avanzada.
Breve Historia y funcionamiento de la Defensa Civil Cubana
La Defensa Civil en Cuba tiene sus raíces en la década de 1960, cuando el país comenzó a organizarse para enfrentar los desafíos de los desastres naturales, particularmente los huracanes que afectan con frecuencia la isla. Tras el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el gobierno liderado por Fidel Castro priorizó la creación de un sistema integral de protección civil que involucrara a toda la sociedad. Este modelo ha permitido a Cuba reducir significativamente el número de víctimas mortales y daños materiales ante huracanes, inundaciones y otros fenómenos naturales.
La Defensa Civil Cubana se basa en cuatro pilares fundamentales: la prevención, la preparación, la respuesta rápida y organizada.
El sistema se sustenta en cuatro pilares fundamentales:
- Prevención: Cuba invierte en la educación y capacitación de la población para enfrentar desastres. Se realizan simulacros regulares y se promueve una cultura de prevención desde las escuelas hasta los centros de trabajo. Además, en base al estudio con base científica multidisciplinaria de las afectaciones a la isla caribeña contemplado en el Plan Tarea Vida, prevé la planificación urbanística y traslado progresivo de las zonas en riesgo de inundaciones producto del aumento del nivel de mar en zonas costeras, entre otras medidas.
- Planificación: Cada municipio y provincia cuenta con planes de contingencia detallados, actualizados periódicamente y adaptados a las características locales.
- Respuesta Rápida: La Defensa Civil moviliza recursos humanos y materiales de manera inmediata, con la participación activa de las Fuerzas Armadas, los servicios médicos y las organizaciones comunitarias.
- Recuperación: Tras un desastre, se prioriza la reconstrucción de infraestructuras y la atención a las víctimas, con un enfoque en la reducción de vulnerabilidades futuras.
La Defensa Civil cubana funciona a través de un enfoque descentralizado pero coordinado a nivel central, donde cada municipio y provincia tiene su propio comité de defensa civil. Estos comités trabajan en estrecha colaboración con las autoridades nacionales, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y las organizaciones de masas como los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). La participación ciudadana es clave: desde el alumnado en las escuelas hasta las personas mayores reciben formación sobre cómo actuar ante desastres naturales.
Uno de los aspectos más destacados del sistema cubano es su capacidad de evacuación masiva. Ante la inminencia de un huracán, por ejemplo, las autoridades movilizan a la población hacia refugios seguros, garantizando que nadie quede desprotegido. Estos refugios están equipados con alimentos, agua y medicinas, y son gestionados por personal capacitado. Además, el gobierno cubano prioriza la protección de los bienes estatales y privados, lo que minimiza los daños económicos.
Diferencias con los modelos neoliberales capitalistas
En contraste, los modelos neoliberales que predominan en los países capitalistas, caracterizados por la privatización de muchos servicios públicos y la reducción del papel del Estado en la gestión de desastres, junto con la descoordinación entre administraciones, hace muy difícil la respuesta ágil y eficaz ante emergencias. Por otro lado, este enfoque prioriza además el beneficio económico sobre las necesidades de la población, lo que da como resultado una toma de decisiones priorizando los intereses de la economía privada respecto a la protección de la vida.
El caso de la DANA en Valencia es un claro ejemplo de las limitaciones de este modelo. A pesar de que los servicios meteorológicos habían advertido sobre la llegada de lluvias torrenciales, las autoridades no tomaron las medidas preventivas adecuadas. No se evacuaron a tiempo las zonas de mayor riesgo, no se avisó a tiempo a la población, no se activaron los protocolos de emergencia de manera eficiente y, una vez ocurrido el desastre, la atención a las víctimas fue lenta y desorganizada. Las víctimas se vieron abandonadas a su suerte, sin asistencia inmediata. Además, la reconstrucción de las zonas afectadas está siendo lenta y burocrática, lo que ha dejado a muchas familias y negocios en una situación de vulnerabilidad de cara al futuro.
Por el contrario, cabe destacar la respuesta masiva de la ciudadanía aunque algo caótica al inicio, pero que evolucionó hacia la autoorganización y coordinación con algunas administraciones municipales, dando una respuesta al vacío y dejadez de funciones de las autoridades competentes por ley.
Causas y consecuencias de los fenómenos naturales destructivos
El modelo de producción y consumo capitalista ha acelerado el calentamiento global y aumentado la frecuencia e intensidad de estos fenómenos meteorológicos extremos, por lo que estamos en medio de una grave crisis climática que nos obliga a reorientar nuestro modo de vida.
La DANA del 29 de octubre de 2024 evidenció otros fallos de fondo, como son la falta de planificación racional del urbanismo público y privado, así como la ausencia de equipos capacitados para enfrentar las consecuencias de los fenómenos destructivos. Las localidades más afectadas fueron las situadas en zonas bajas y cerca de cauces fluviales, donde las viviendas y las infraestructuras quedaron gravemente dañadas por el desbordamiento de ríos y barrancos tras las lluvias torrenciales que superaron los 400 litros por metro cuadrado en algunas zonas. Tampoco se informó adecuadamente a los ciudadanos sobre cómo actuar ante la emergencia, ni se activaron las fuerzas de protección civil. Como resultado de todo ello, muchas personas quedaron atrapadas en sus hogares o en sus vehículos, sin posibilidad de ser rescatadas a tiempo. Es decir, que lo más grave no fue el desastre natural en sí, muy destructivo, sino la falta de previsión y la respuesta inadecuada de las autoridades que provocaron daños mayores.
El mal “ejemplo” de Cuba, ¿una vez más ignorado para nuestro pesar?
En este contexto, la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí y el Partit Comunista del País Valencià han invitado a Luis Ángel Macareño Veliz, Segundo Jefe del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil de Cuba, y a Cesar Eduardo Cross Licea, Segundo Jefe de Operaciones del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil de Cuba, quienes desarrollarán un programa de acto públicos, talleres de formación y reuniones en Madrid, Málaga y el País Valencià con el objetivo de exponer el sistema de Cuba en materia de Defensa Civil ante catástrofes naturales, así como intercambiarán experiencias con el movimiento social y algunas instituciones que han trabajado en la atención y reconstrucción tras la DANA del pasado 29 de octubre de 2024 en Andalucía y Valencia. Además, la experiencia de las Brigadas Voluntarias creadas por el PCPV tras la DANA y su acción organizando la solidaridad desde el primer momento en las zonas afectadas tiene la intención de ampliarse al ámbito de las emergencias promoviendo Grupos de Defensa Civil vinculados a las Brigadas Voluntarias para la organización de profesionales de este ámbito para su coordinación con el voluntariado ante situaciones similares.
La Defensa Civil Cubana demuestra que es posible gestionar desastres naturales de manera eficaz y humana, incluso en un contexto de bloqueo económico, comercial y financiero por parte de EEUU. Su enfoque basado en la solidaridad, la prevención y la participación comunitaria es un modelo del cual aprender en un mundo cada vez más afectado por la crisis climática que nos obliga a replantear las políticas de gestión ante desastres en el marco actual de crisis ecológica. Ésta exige un cambio de paradigma, donde la protección de la vida y el bienestar común estén por encima de los intereses del mercado. Para eso es necesario planificación y voluntad política. La falta de ambas son un cóctel explosivo ante las cada vez más frecuentes expresiones destructivas de la naturaleza.
Pero Cuba sigue siendo objeto de calumnias por parte de EEUU y la extrema derecha, impidiendo que sus experiencias exitosas sean socializadas a nuestros países. Ojalá superemos estos prejuicios y aprendamos de Cuba para afrontar las nuevas catástrofes naturales que vendrán. Ojalá no repitamos los mismos errores, como ya nos pasó con la COVID-19 y la solidaridad médica cubana, y nos perdamos un ejemplo útil para la humanidad.
David Rodríguez Fernández, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí
Javier Parra Molina, Secretario General del Partit Comunista del País Valencià (PCPV-PCE)
