¿Podrá recuperarse totalmente el Sistema Eléctrico Nacional? (I)
En conversación con Granma, el Ministro de Energía y Minas explica cómo el país trabaja con altísima prioridad para robustecer el Sistema Eléctrico Nacional, a fin de ampliar las capacidades de generación con matrices sostenibles, y eliminar los crónicos apagones
Dilbert Reyes Rodríguez
Granma
Foto: Ricardo López Hevia
Tener electricidad no es lujo. Carecer de ella hace que padezca cada familia, no solo por no poder prender la tv o cargar el teléfono, sino –aún más imprescindible– por quedarse sin opciones para cocinar o conservar los alimentos que precisan de refrigeración.
Y padece el país, imposibilitado de poner un pie en el camino derecho del desarrollo urgente que necesita, porque no se progresa con una fábrica parada por falta de corriente, ni hay trámite posible con la oficina apagada, ni comunicación fluida ni reproducción suficiente del conocimiento porque se va, con la luz, la cobertura telefónica y de internet.
La prolongada inestabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), a partir de las constantes roturas en la base térmica, además de los desabastecimientos de combustibles que han limitado el funcionamiento de la generación distribuida, hace que la mayoría de la población, bastante afectada por los larguísimos apagones, ponga todas sus expectativas en la sincronización de los grandes parques solares que están en construcción.
Foto: Dunia Álvarez Palacios
Vicente de la O Levy, ministro cubano de Energía y Minas, concedió una detallada entrevista a Granma, para responder y explicar varias interrogantes sobre la progresiva recuperación de la generación de electricidad, de las inversiones en curso, de su sostenibilidad, de lo que más rápido aportará a revertir la crisis actual, y de la revitalización de otras fuentes que diversificarían la matriz energética del país.
–Ministro, partamos del ideal posible –y anunciado– de que, en 2025, alrededor de medio centenar de parques se incorporen a la generación, y que se sobrepasen al menos los mil megawatts (MW) de disponibilidad por esa vía. Si lo comparamos con la media diaria del déficit actual, ¿significará esto, matemáticamente, que al menos se reduzcan las dos terceras partes de los apagones que hoy suceden? ¿Puede interpretarse así?
–Es lógica la preocupación, lógica e inteligente. Nuestro pueblo está bien capacitado, y conoce los términos de megawatt, de déficit, de generación, de pérdida… y surgen dudas como esas.
«Pero la recuperación no es con los parques solares fotovoltaicos solamente. Es un programa, por supuesto, en el cual lo más connotado o lo más novedoso, lo diferente, son los parques solares fotovoltaicos.
«Pero al sistema eléctrico hay que verlo desde diferentes aristas. Hay un tema que es combustible, porque la producción de combustible –igual que se deprimía el Sistema Eléctrico Nacional– también venía decreciendo; al extremo de que se analizó que iba a llegar un momento en que no íbamos a tener combustible ni para las termoeléctricas. Hablamos del crudo nacional, y del gas acompañante para generar corriente.
«Al final, en el diseño aprobado, discutido con la cátedra cubana, con las universidades, con los centros de investigación –y que es un trabajo que se viene haciendo hace muchos años–, se llegó a la conclusión de que tenemos que procurar la independencia en las importaciones de los combustibles.
«Siempre hemos sido dependientes en la importación de los combustibles, al punto de que la factura petrolera es la mayor de Cuba; más que los alimentos, más que los medicamentos, más que todo. Y del combustible importado para sostener la economía completa, la generación de electricidad es el mayor consumidor: más de la mitad de todo el combustible que usa el país es para generar corriente.
«La agricultura, el bombeo de agua, la zafra, el transporte, toda la cadena de la economía interna, todo consume menos que la generación de electricidad.
«Y, sin embargo, estaba decreciendo la producción nacional de combustible, mientras la tendencia era que el consumo de las termoeléctricas, en petróleo y gas, iba a ser superior a la producción nacional. Eso, por un lado.
«Entonces el tema eléctrico empezó a complicarse no solo por el estado técnico de las termoeléctricas…».
–¿Ese decrecimiento tenía que ver con la disponibilidad del petróleo natural y gas, o por las capacidades para extraerlos?
–Tenía que ver con las mismas causas que afectaron a las termoeléctricas: deterioro, falta de recursos, de piezas de repuesto. La producción de petróleo no es perforar un pozo y ya, empieza a salir. No.
«Perforar un pozo es una inversión, pero mantener después ese pozo lleva recursos, que hay que ponerle todos los días, y la carencia nos obligó a ir cerrando pozos, cerrando y cerrando, porque no teníamos los insumos para mantener activos esos pozos.
«Para poner un ejemplo, un pozo tú lo abres, empiezas a extraer petróleo, y ese petróleo en Cuba se tira en tanques. Y después que está en el tanque, tienes que sacarlo del tanque y transportarlo por carretera.
«En Cuba existen muy pocos ductos. Por ejemplo, de Matanzas a la termoeléctrica de Santa Cruz es por ducto; de los puertos a las refinerías es por ducto; pero no a todas las centrales termoeléctricas ni a la generación distribuida es por ducto. Hay que transportar mucho por carretera.
«Entonces, si el tanque se te llena y tú no tienes una infraestructura de transportación para llevar ese crudo que sacaste de los pozos, tienes ahí un cuello de botella que también te limita la producción de petróleo.
«Además, a los pozos hay que estar constantemente poniéndoles químicos, solventes, una cantidad alta de insumos diarios para que ese pozo se mantenga activo».
–Más lo que conspira la crudeza del petróleo nuestro…
–Exactamente. En los pozos nuestros eso lo complica más todavía; pero también hay que sostener la instalación de superficie, válvulas, tuberías, bombas... a todo eso hay que darle mantenimiento constante, reparaciones que no pudimos hacer.
«Eso fue limitando la producción, además de no poder invertir en nuevos pozos y en hacer los estudios sísmicos. Siempre hay que ir delante en los estudios sísmicos, en la perforación, para después extraer.
«Logramos, en el año 2023, perforar algunos pozos, con el objetivo de obtener gas; y sí, se obtuvo gas, y eso fue lo que logró recuperar y aumentar la generación de electricidad con gas, pero seguía decreciendo la producción del crudo. Y en ese análisis concluimos que llegaría un momento en que ni el crudo nacional alcanzaría para las termoeléctricas. Es más, si tuviéramos todas las termoeléctricas disponibles, no alcanzaría».
–¿El crudo nuestro no alcanzaría?
–Ni el crudo nuestro siquiera. Y a eso suma, después, la generación distribuida a base de diésel y de fuel, que son totalmente importados; esos o el crudo refinable, porque el petróleo cubano no se refina, se quema directamente en las termoeléctricas.
«No es un crudo que tú lo puedas llevar a cualquiera de las cuatro refinerías nuestras y obtener diésel, o gasolina, nafta, gas licuado, turbocombustible para la aviación… Solo sirve para las termoeléctricas, que se diseñaron y se adaptaron a ese tipo de combustible.
«Las termoeléctricas cubanas, por diseño, consumían un fuel de excelente calidad que venía de la antigua Unión Soviética, mayoritariamente. En esas condiciones, la vida entre mantenimientos era mucho más larga. Y al desaparecer la Unión Soviética dejamos de tener, de la noche a la mañana, todos los combustibles, que llegaron a ser 12 millones de toneladas.
«Entonces nos vimos obligados a iniciar la reconversión de las termoeléctricas, con una innovación totalmente cubana, para que consumieran el crudo nacional.
«Eso nos salvó, pero tuvo un alto sacrificio. ¿Cuál fue? Se les acortó la vida a las unidades de generación termoeléctrica, el plazo entre los mantenimientos, porque el crudo cubano tiene contenidos muy altos de azufre y de vanadio, que cuando se combustionan en las calderas y existe humedad, generan ácido sulfúrico, que acelera la corrosión.
«Eso se une al deterioro por vejez, por los años de explotación de las termoeléctricas. Mariel, por ejemplo, se inauguró en 1975, y la más joven ya tiene más de 25 años. Uno puede mantener cien años, 200 años cualquier cosa que tenga los mantenimientos requeridos, con todos los recursos que exige; pero si un rodamiento dura 60 000 horas, y a las 60 000 horas no lo cambias, se va a romper, y comienza a desencadenar un deterioro progresivo del sistema».
–Hay un número que es muy ilustrativo, de la diferencia que se dedicaba anualmente a los mantenimientos de la generación, y que con la pandemia se redujeron drásticamente.
–Era director de la Unión Eléctrica cuando, como parte del gran proceso inversionista de la Revolución Energética, había más de mil millones, 1 200, 1 300 millones. Hubo años muy cercanos a los 2 000 millones que se le ponían al sistema eléctrico completo.
«No solo a los mantenimientos; eran las inversiones y también, en paralelo o colateral, todo aquel proceso de cambio de equipos electrodomésticos, de bombillos, de juntas de refrigeradores, de la introducción de las ollas arrocera y reina; pero todo eso tributaba a la electricidad, a disminuir demandas y consumos, y reducir el uso de combustible.
«Ahora, solo para mantenimiento de la generación, si el sistema eléctrico estuviera funcionando bien, todos los años habría que ponerle entre 250 y 350 millones de dólares. Un año que le dejes de poner esos recursos, no se recupera; y no ha sido solo un año. Esa es la factura que estamos pagando. No ha sido posible, el país no ha tenido los ingresos suficientes, por las limitaciones que conocemos.
«Entonces, si está decreciendo la producción de petróleo, si no tenemos finanzas para importar otra vez los millones de toneladas que necesita la economía; lo primero es frenar ese decrecimiento, a la par de disminuir el consumo de combustible, mientras se amplían las capacidades de generación.
«Ahí es cuando se decide avanzar en los paneles solares fotovoltaicos, y más que en los paneles, en ampliar los planes del uso de las fuentes renovables de energía.
«¿Por qué los paneles pasan a ser el proyecto más grande? Primero, porque las inversiones son menos costosas, porque se hacen más rápido, porque se pueden repartir por todo el país.
«Con los primeros cálculos dijimos: “se pueden instalar 1 000 MW en un año”. Hubo compañeros que advirtieron que sería un proceso inversionista demasiado fuerte en esta situación en que no hay cemento, acero, y muchos otros recursos. ¿Cómo vamos a asegurar la instalación de 1 000 MW?
«Vamos a analizarlo de otra manera. Si lo hacemos en parques de 21 MW, y los distribuimos por 15 provincias, a razón de una media de tres por provincia, pues es un esfuerzo económico que puede hacerse territorialmente.
«Los inversionistas y las organizaciones eléctricas están en cada territorio, igual que las estructuras del Ministerio de la Construcción; es decir, se reparte y ya, y eso es lo que está sucediendo en estos momentos, un proceso inversionista abierto en todo el país».
–¿Y qué pasará cuando no haya sol, cuando haya un huracán?
–Son dos de las razones que explican por qué está distribuido en el país. Puede haber sombra, ahora, en el primer parque que inauguramos, en el Cotorro; pero en el de Granma hay sol radiante.
«La distancia promedio diseñada entre parques es de apenas ocho kilómetros. Puede haber sombra en la zona de un parque, y en el otro, a ocho kilómetros, no tiene por qué haber la misma sombra.
«Es un diseño de distribución que también ayuda a la regulación del voltaje, desde el Despacho Nacional de Carga, y mediante un sistema que también está naciendo con la instalación.
«Claro, serán más grandes los retos para mantener un sistema eléctrico con un alto nivel de penetración de energía renovable. Algo similar fue cuando se introdujo la generación distribuida. Teníamos grandes plantas de generación termoeléctrica, y en dos años se instalaron 202 emplazamientos de generación distribuida en todo el país. Eso fue un reto para la operación del SEN, que incluyó la preparación del capital humano que lo operaría».
–Con estos parques generando energía a pleno sol, ¿se piensa en crear capacidades para guardar energía para la noche, acumular cargas en baterías, o seguirá habiendo déficit en horario nocturno?
–Está concebido también incorporar un nivel de acumulación de energía; en principio, para la garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.
«Es decir, hay conceptos de acumulación de energía para la estabilidad, y hay conceptos de acumulación de energía para entregarle al sistema. Ya están en Cuba los primeros contenedores de acumulación, pero todavía no tienen la batería dentro.
«Digamos que está todo el contenedor, con toda la parte automática, electrónica, y otros componentes. Solo al final se le pone la batería. ¿Por qué se contrataron así? Porque las baterías no deben estar sin cargarse un tiempo determinado, y tampoco es lo más complejo ponérselas. A manera de explicación simple: son como gavetas que deben acoplarse, y ya; pero en el resto podemos ir adelantando».
–Será necesario detallar esta explicación más adelante; pero volvamos a la cuenta matemática del inicio. Cuando haya disponibles 1 000 MW de los paneles, ¿habrá dos tercios menos de apagones que hoy, cuando el déficit en el pico es 1 500 MW?
–Cuando se dice que hay un promedio de 1 500 MW de déficit, eso es en un momento del día. Y si instalamos 1 000 MW ¿van a quedar 500 MW de déficit? Pues no, porque de los 1 500 MW hubo días en que 1 000 MW fueron por combustible.
«Es por eso que el país se ha empeñado en cubrir ese déficit con energías renovables, porque no puedes ponerte a hacer inversiones que impliquen más combustible; aunque también sea una prioridad crecer en la producción de combustible, pero es inexorable avanzar en reducir el consumo de ese combustible.
«Pongamos un ejemplo. La última vez que Felton salió del sistema, por una avería, en esa fecha no hubo afectación al servicio en la madrugada, ni fue grande la diferencia con el déficit de los días anteriores. ¿Cómo pasó eso? ¿Fue por el clima?
«No, no fue por el clima. Es que ese día tuvimos combustible. Para todas las generaciones distribuidas de ese día tuvimos combustible, y se cubrió el déficit. O sea, no es solo una cuestión de capacidad tecnológica de generación.
«Se cubriría el déficit manteniendo esta capacidad tecnológica de alta, comprando combustible, con las plantas de generación distribuida funcionando todas, y sumando lo de los parques.
«Lo cierto es que, cuando pongamos 1 000 MW de energía renovable, estaremos ahorrando combustible, que es combustible que podremos tirar para la generación en la noche».
¿Cómo se operará el sistema en un ideal en que ya estén todos estos parques sincronizados? Por lo menos estos, que no tienen acumulación, ¿aportarán solamente de día? ¿Hasta donde está previsto llegar con la instalación de baterías que acumulen la carga para cuando no haya sol?
A estas y otras preguntas dará respuesta esta entrevista, que estará a disposición de los lectores de Granma en varias partes, con continuidad en la siguiente edición.
Foto: Ricardo López Hevia
SOBRE LA PRODUCCIÓN NACIONAL DE PETRÓLEO PARA LA GENERACIÓN ELÉCTRICA
- Al cierre de 2024, la falta de recursos materiales y financiamiento provocó que la producción del crudo nacional disminuyera en unas 138 028 toneladas.
- Se producen diariamente 40 000 barriles, pero solo cubren la tercera parte del consumo.
- Los pozos cubanos solo producen el 6 % del crudo que hay en el subsuelo. Se debe investigar cómo incrementar ese valor, al 10 % u 11 %, lo que duplicaría la producción.
- Se han identificado zonas en las cuales existen yacimientos petroleros: Boca de Jaruco, entre Fraile y Jibacoa; la zona de La Habana del Este y Alamar; y al sur de los yacimientos de Puerto Escondido y Canasí.
- Urge incentivar la prospección para descubrir crudo con mejor calidad, y explorar yacimientos costa afuera.
- Este año se prevé una campaña exploratoria que permita incorporar entre tres y cinco pozos.
Fuente: Entrevista a Osvaldo López Corso, jefe del Grupo de Exploración y Yacimiento de la Unión Cuba-Petróleo (Cupet)
¿Podrá recuperarse totalmente el Sistema Eléctrico Nacional? (II)
No solo con parques solares se rebasará el déficit actual; a la par se recupera la generación distribuida y las termoeléctricas irán a un plan de reparación intensiva que ya comenzó en Cienfuegos, detalló, en conversación con Granma, el Ministro de Energía y Minas
Dilbert Reyes Rodríguez
Granma
De las dos unidades de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, que son parte de la columna vertebral del sen, en abril sincroniza la primera. Foto: Modesto Gutiérrez
¿Cómo se operará el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) cuando los parques solares fotovoltaicos en construcción estén todos sincronizados y aportando?
La duda no es de pocas personas, pues a sabiendas de que la fuente de energía en este caso solo brilla media jornada –si lo permiten las nubes–, es comprensible que preocupe qué pasará en la noche, por ejemplo, cuando precisamente ocurre el momento pico de consumo de electricidad.
¿Cómo salvar esa notable diferencia de generación entre los horarios diurno y nocturno? ¿Puede el SEN, como con la bicicleta eléctrica de casa, acumular carga para usar a cualquier hora?
En el inicio de su conversación con Granma, el ministro de Energía y Minas, Vicente de la O Levy, había explicado que la generación suficiente de electricidad, además del estado tecnológico de las plantas, depende también de la disponibilidad del combustible, incluido el petróleo cubano, que es el que usan las termoeléctricas, y cuya producción arrastra años de franco declive.
Por tanto, reducir el consumo en el proceso de generación, sin perder potencia, es clave para la vitalidad del SEN, de modo que si este año, como está previsto, se logra incorporar «mil megawatts (MW) de energía renovable, estaremos ahorrando combustible, que es combustible que podremos “tirar” para la generación en la noche».
–¿Prevé el programa de parques solares fotovoltaicos vincularles, en algún momento, infraestructura de acumulación para entregar al SEN?
–La acumulación sí está asociada a los parques. Incluso, se están montando en las subestaciones eléctricas por las cuales entra la energía de los parques al SEN.
«Esta primera acumulación será para la estabilidad del sistema, y va a responder a la inestabilidad que pueden provocar los parques solares. Es decir, un parque está generando 21 MW –que aprovecho para decir que los sincronizados están generando por encima de los cálculos que hicimos de promedio diario–, y de pronto pasó una nube y bajó la carga.
«¿Qué pasa entonces? Ahí entra a suplir ese déficit la batería, en milisegundos, mucho más rápido de lo que puede entrar una termoeléctrica de respaldo, o la hidroeléctrica Hanabanilla. La batería es lo más rápido que existe hoy en el mundo para estabilizar sistemas».
–¿Las baterías de acumulación en el sistema fotovoltaico harán lo mismo que la CTE de Cienfuegos en la base térmica? ¿Una función reguladora, para estabilizar el sistema?
–Algo así, lo que pasa es que, al final, la Céspedes también tuvimos que dejarla rígida, aportando al SEN.
«Pero lo cierto es que, si no hubiera sistema solar fotovoltaico, si no estuviéramos haciendo este proceso inversionista de los parques solares, ya en Cuba hubiera sido necesario introducir las baterías para estabilizar el sistema.
«Solo en el año 2024 hubo más de 500 fallas de un minuto, de medio minuto, que son esas molestas interrupciones que se producen por variaciones en el sistema, y existen protecciones en toda la red, que conectan y desconectan para protegerlo. Las baterías podrán absorber todas esas variaciones; serán estabilizadores del sistema.
«Además, en este proceso inversionista está previsto incorporar baterías para entregar energía, de cuatro y cinco horas. Es decir, que se carguen con la energía solar fotovoltaica. Ese es el segundo paso, pero un segundo paso inmediato, no el segundo paso de una estrategia lejana. O sea, primero se acoplarán las baterías de estabilización, y después las baterías de entrega.
«¿Por qué es segundo paso? Pues porque no vas a poner a cargar las baterías con combustible. Las vas a cargar cuando esté avanzado el proceso inversionista de energía solar fotovoltaica.
«Y hay parques que sí traen baterías propias; sí, en el propio parque. No todos los parques van a ser de 21 MW, como estos primeros que estamos inaugurando. Hay parques de 10 MW, de 15 MW, de 5 MW; por encima de este programa de 92.
«Esos vienen con niveles de acumulación asociados de 1 MW, de 2 MW, de 5 MW; lo cual permite también hacer islas, que ayudan a la estabilización del sistema y, además, te entregan energía, no solo para la estabilidad».
–Ese primer proyecto de acumulación, el más cercano, ¿cuál es?
–El más cercano de todos es este de los 1 000 MW, lo 46 parques en 2025, el que está en marcha.
–El de acumulación, digo.
–Sí, cuatro parques de 50 MW cada uno, que están previstos ahora; ya hay contenedores que tenemos; y responderán primero a la estabilización del sistema.
–¿Eso es este mismo año, esos 200 MW?
–No, este año 100 MW, de estos de estabilización; y 150 MW de entrega al sistema, de esos de cuatro y cinco horas.
–Con los parques de 21 MW funcionando, ¿habrá capacidad para usarlos como islas en los territorios; digamos, en el contexto de un huracán, incluso en una desconexión del sistema? ¿Serían capaces, por ejemplo, de energizar una termoeléctrica, para arrancarla?
–El tema de las islas es un diseño de ingeniería que se hace. Tú puedes hacer islas con cualquier cosa. Tú puedes hacer islas con una termoeléctrica. Arrancas una termoeléctrica y abres los circuitos y dices: «con la termoeléctrica de Mariel le voy a dar a Artemisa», y la dedicas al consumo de Artemisa, regulas la potencia, si es superior la bajas, si es mayor el consumo de Artemisa que lo que está generando Mariel, bueno, tienes que abrir circuito en Artemisa.
Foto: Ilustración
«Con los parques solares fotovoltaicos con acumulación también se pueden hacer islas, como se hace con los grupos electrógenos, como se hace con el gas, para arrancar el sistema cuando se cae.
«Siempre comenzamos con Energás, porque tiene una unidad con arranque propio, y a partir de ahí levantamos el sistema. Para levantarlo hay un diseño que no requiere innovar nada, y que tiene como base la generación distribuida, con combustible. Incluye a Energás, y en su momento las plantas pico, las patanas, los emplazamientos de Mariel y de Moa, pero con combustible habilitado.
«Un parque solar fotovoltaico por sí mismo, sin capacidad de acumulación, no sirve para arrancar una termoeléctrica. ¿Por qué? Porque el parque siempre está oscilando. Necesita tener acumulación, energía estable que permita un arranque progresivo».
–Muchas personas piensan que la sincronización de un parque cercano a su ciudad, a su poblado, permitiría, de manera aislada, terminar con los apagones allí. Digamos, por ejemplo, que el recién conectado parque de La Sabana podría abastecer parte de Bayamo. ¿Funciona así?
–Hoy todos los parques solares tributan al SEN, y la suma de ellos, más la térmica, más la generación distribuida, más todo lo que está instalado, es para que no haya déficit en el sistema.
«Entendemos a quienes dicen: “si están construyendo un parque ahí, cuando se termine no voy a tener afectación”. Primero, cuando se termine, las afectaciones van a disminuir como resultado de un aporte adicional al SEN.
«Ahora, en una condición excepcional, sí pueden tributar directamente al entorno más cercano, y si tienen batería, muchísimo mejor».
–Además de la instalación de parques solares, ¿el plan de recuperación del SEN incluye, para este año, la reparación intensiva, e incluso la modernización de alguna de las termoeléctricas, que siguen siendo la base del sistema?
–Volvamos a esa pregunta lógica que el pueblo se hace: «si tengo 1 500 MW de déficit, y se instalarán 1 000 MW este año, ¿me voy a quedar con 500 MW de déficit?». No.
«Estamos instalando 1 000 MW de energía solar fotovoltaica este año, pero a la par hay un proceso de recuperación de las termoeléctricas, también en este año.
«La de Cienfuegos, por ejemplo. De las dos unidades de la CTE Carlos Manuel de Céspedes, que son parte de la columna vertebral del SEN, en abril sincroniza la primera.
«Además, al cierre de marzo habrá otros seis parques nuevos sincronizados. El de Bayamo, la semana pasada, fue el más reciente, pero antes del 31 serán otros cinco, más dos que ya estaban inaugurados. Si en abril se incorpora la Céspedes, y se incorporan cuatro parques más, pues en abril cambia la situación, y en mayo, todavía mejor.
«No quiere decir esto que se van a eliminar los apagones totalmente. Se trata de un proceso paulatino, costoso, un proceso inversionista del cual sí se ve la luz al final del camino, y que no termina con estos 1 000 MW.
«Tenemos un segundo contrato de 1 000 MW que no viene, como este, en un solo año, sino en varios de los años siguientes. De hecho, en este año, de ese segundo contrato ya tenemos parques aquí. Y de los que –a parte de los 46 del programa– traen consigo el sistema de acumulación de energía, una buena cantidad también está aquí».
–Las personas sacan cuentas. Hubo un momento en que se dijo que llegarían 1 000 MW un año, y mil el otro; luego que mil en uno y el resto progresivamente… ¿Ha habido algunos retrasos que obliguen a alargar el programa?
–No. Esa es una pregunta interesante. De los primeros 1 000 MW que se contrataron, siempre se dijo que era un contrato que se recibiría en siete años, y que iban a llegar desde el primer año.
«Junto con ese contrato, se firmó otro de 1 000 MW que llegaría de manera inmediata. Por lo tanto, en un año tenemos los 1 000 MW, más un “pedazo” del otro, un séptimo del otro contrato. Y adicional, tenemos otros en nuestro país.
«Sí, pasaron cosas externas a Cuba. Esto lleva una logística gigantesca, de cantidad de contenedores, de barcos…, pero el proceso inversionista dentro de Cuba sí marcha según el cronograma. ¿Qué pasó? Que los arribos fueron los que se demoraron, los arribos de los contenedores.
«Para que se tenga una idea, uno de los contratos lleva 8 000 contenedores; 2 200 000 paneles, miles de toneladas de acero, millones y millones de tornillos, miles de kilómetros de cables, de fibra óptica, de conductores eléctricos… lleva todo eso.
«Hubo un retraso en los arribos porque, en un momento determinado, desaparecieron los contenedores con destino a Cuba. Es decir, no había manera de adquirir contenedores para introducir la mercancía. Tuvimos que ir a comprar contenedores. Y después que dimos esa solución, no había barcos que tocaran puerto cubano, y tuvimos que ir a contratar y arrendar barcos, y tener barcos propios, para no detener este proceso inversionista.
«Luego nos hicieron pasar los barcos por otros puertos, descargar la mercancía en otros puertos. Eso sí retrasó el arribo de los recursos a Cuba. Pero ya entre los recursos hoy en Cuba, y lo que está en el mar, suma el 100 % de lo previsto para esos proyectos.
«Y el proceso inversionista va, lo ha priorizado la dirección del país, y en todas las provincias se ha priorizado esta inversión; desde la descarga en los puertos, el combustible para la transportación, toda la logística que lleva ese gran volumen de mercancía, para los movimientos de tierra, los equipos de construcción… y los parques van marchando, en fecha; hasta ahora estamos cumpliendo».
–Y a la par, la red de generación distribuida se recupera, ¿verdad?
–Sí. Cuando se nos cayó el sistema –y no solo con la caída del sistema, ya veníamos dando apagón, como hoy, grandes horas de afectación–, el mundo se preocupó por lo que pasaba en Cuba. Entre otras cosas, porque con la Revolución Energética, en una situación similar a esta, llegamos a tener 1 000 MW de superávit de generación…»
–Llegaron a ser unos 6 000 MW de capacidad instalada, ¿no?
–Instalada, sí; y tuvimos una reserva que permitió hacer un proceso de recuperación, de mantenimiento y de reparaciones capitales a las termoeléctricas. Porque ese es el otro tema. La reparación capital de una termoeléctrica no se hace en el mismo tiempo en que se monta un parque solar fotovoltaico, o en el que se hace la reparación de un motor de generación distribuida.
«Lleva mucho más tiempo reparar una termoeléctrica, lleva recursos, movilización de gente... Por ejemplo, para reparar de manera capital la Guiteras hacen falta 600 personas, y pueden ser ocho o diez meses…»
–Que ya se le debe…
–Se le debe hace muchos años. Los rotores de Guiteras no se abren desde aquella avería en el año 2004. Entonces, saca la cuenta. Desde 2004 había que haberle hecho ya dos reparaciones capitales, y no se le ha hecho ninguna. Otras unidades tienen mucho más tiempo de sobreexplotación.
«Entonces, aquella gran incorporación de potencia con la Revolución Energética permitió dar los mantenimientos a las termoeléctricas, y eso es lo que se va a hacer ahora también. Tenemos que levantar potencia con la generación distribuida, que de hecho es parte del programa, y ya se están viendo los resultados.
«Hay una recuperación de la generación distribuida, técnicamente. Por eso pudimos, con Felton fuera, cubrir la madrugada en ese momento…»
–No solo por tener combustible, sino por disponer de las capacidades tecnológicas en los grupos electrógenos...
–Exactamente. Llegó un momento, en el mes de septiembre del año pasado, septiembre y octubre, en que tuvimos combustible. Entró un barco de combustible y no podíamos generar electricidad porque teníamos indisponible la generación distribuida. Y empezamos a recuperar y a recuperar.
«El día en que se fue Felton, estaba generando 200 MW, y en media hora, con la generación distribuida, cuando le dimos el combustible –y hubo una movilización gigantesca de los compañeros de Cupet–recuperamos 350 MW disponibles; es decir, 150 MW más de lo que se había ido.
«¿Por qué fue posible? Porque se recuperó la generación distribuida, que es parte del programa de recuperación del SEN, y es parte de las capacidades que permitirán, junto a las unidades térmicas de la Céspedes, que entran, y los parques solares fotovoltaicos, rebasar ese déficit de hasta 1 500 MW que padecemos».
A la decisiva participación de China en el gran programa de recuperación del Sistema Eléctrico Nacional, ¿se unen otros amigos del mundo? ¿Hay avance no solo en sumar potencia, sino en ganar más soberanía tecnológica en la infraestructura cubana, sobre todo de la base térmica? ¿Qué se hace en la unidad 2, de Felton, destruida por un incendio devastador?
Tras una pausa en la conversación de Granma con el Ministro de Energía y Minas, habrá respuestas en la siguiente edición.
Foto: Julio Martínez Molina
¿QUÉ PASARÁ EN LAS PLANTAS DE GENERACIÓN EN 2025?
- Crear capacidades para generar 1 200 megawatts (MW) en parques solares fotovoltaicos, con 200 MW de acumulación.
- Finalizar los mantenimientos de las unidades 3 y 4 de la central termoeléctrica (CTE) Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos; la unidad 2 de la CTE Ernesto Guevara, de Santa Cruz del Norte; y la unidad 5 de la CTE Antonio Maceo, de Santiago de Cuba.
- Iniciar la recuperación de la unidad 2 de la CTE Lidio Ramón Pérez de Felton, en Holguín, destruida por un incendio en 2022.
- Asegurar el financiamiento y la ejecución del mantenimiento capital a la CTE Antonio Guiteras, de Matanzas.
- Recuperar 850 MW de disponibilidad en la generación distribuida: 520 MW en los motores a base de diésel, y 330 MW en los que funcionan con fuel.
- Avanzar en la construcción del parque eólico Herradura I, en Las Tunas, del cual se han montado 22 de los 33 generadores previstos (33 MW).