El panel es parte del programa del Primer Encuentro Internacional de Cine Restaurado. Foto: Del autor.
Rubén Ricardo Infante
La Jiribilla
En la Sala Héctor García Mesa del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos, Icaic, se realizó un panel dedicado a recordar la vida y obra de Alfredo Guevara en el año de su centenario.
El panel es parte del programa del primer Encuentro Internacional de Cine Restaurado, organizado por el Icaic y la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano y responde a la importancia de la obra de Alfredo Guevara en los procesos de fundación de instituciones y proyectos, como el propio Icaic y del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
Participaron en el mismo el cineasta cubano Manuel Pérez Paredes, fundador del Icaic; el profesor Julio Carranza; el historiador del Ballet Nacional de Cuba Miguel Cabrera, el especialista de los Archivos del Icaic, Luis Almeida y la realizadora Lourdes de los Santos.
“Si tuviera que utilizar un solo concepto para caracterizar a Guevara, diría que fue un revolucionario, después diría que fue un intelectual revolucionario”.
Moderado por Dolores Calviño, vicedirectora de la Cinemateca de Cuba, los ponentes ofrecieron distintas perspectivas sobre la figura de Alfredo, su dimensión cultural y política, su herejía en el pensamiento y la acción y la lucidez como uno de sus atributos.
Manuel Pérez Paredes insistió en la necesidad de volver a la obra, a sus libros, porque Alfredo Guevara dejó una huella muy importante en la cultura cubana; sus criterios sobre distintos aspectos son muy valiosos por la capacidad intelectual que poseía y establecía juicios de valor.
Según refirió el director de cine, Alfredo fue crítico, polémico y muy valiente en sus acciones. En cada una de sus actuaciones se mantienen principios con los cuales sostuvo un compromiso durante toda su vida.
Para Pérez Paredes, otras personas deben aportar sus miradas sobre la vida y la obra de Alfredo; Camilo Pérez Casal como editor de sus libros, Iván Giroud como programador del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y otros.
Julio, Titón, Santiago son tres figuras muy valiosas en la historia de esos años, en la historia del Icaic; pero fue Alfredo quien supo reunirse con todos ellos y otros más para conformar el Icaic y su personalidad.
Por su parte, el profesor Julio Carranza rememoró el primer panel que tuvo lugar en noviembre del pasado año en la Sala Villena de la Uneac, para recordar a Alfredo.
“Si tuviera que utilizar un solo concepto para caracterizar a Guevara, diría que fue un revolucionario, después diría que fue un intelectual revolucionario”.
En sus propias palabras podemos encontrar claves para entender a Alfredo, extraído del libro Revolución es lucidez (Ediciones ICAIC, 1998), a partir de declaraciones sobre la Revolución como proceso histórico, la herejía como actitud ante la vida.
Fue hereje cuando se rebeló contra la tiranía, después cuando se convirtió en un fundador, desde donde luchó contra los dogmas, contra las corrientes más dañinas a la sociedad y la cultura.
Cabrera significó la relación que siempre mantuvieron Alicia Alonso y Alfredo, pues desde los años de juventud, Guevara mantuvo en la FEU un verdadero apoyo a la bailarina, a sus ideas de crear una compañía danzaria y a sostener el ballet como un baluarte de la cultura.
Miguel también refirió el papel de Alfredo en la conservación de imágenes que trascienden épocas, como el filme Giselle de Enrique Pineda Barnet, donde se consolida la imagen de la bailarina en la versión de esta pieza fundamental en la historia de la danza.
“Alfredo fue crítico, polémico y muy valiente en sus acciones”.
Lourdes de los Santos mencionó su estrecho vínculo con Alfredo como parte de la delegación cubana en la Unesco, donde la convidó a apreciar el arte y la cultura parisina para comprender la ciudad y el país. Juntos trabajaron en otros muchos proyectos, que le permitieron establecer una relación cercana, desde donde Alfredo seguía aportando a las ideas, el pensamiento y la cultura.
El especialista del Archivo Fílmico del Icaic, Luis Almeida, refirió otra perspectiva de Alfredo: su relación con Servando Cabrera Moreno, a quien impulsó para la creación de obras situadas en instalaciones diplomáticas de varios países, hecho que permitió el reconocimiento de su talento en las artes visuales de la Isla.
El espacio fue oportuno para mencionar libros de su autoría, como el referido Revolución es lucidez, la correspondencia ¿Y si fuera una huella?, y otros textos que nos permiten comprender al intelectual en sus situaciones y años más convulsos.
Este panel es punto de partida para otros espacios donde se abordarán otros aspectos de la vida de Alfredo Guevara y su pensamiento.