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La esposa de Alan Gross, Judith Gross, otros miembros de la familia, políticos y representantes religiosos de EEUU han podido visitar a Alan Gross, en su psisión de Cuba, en numerosas ocasiones. Algo que contrasta con el trato a Adriana Pérez O'Connor, esposa del preso cubano en EEUU Gerardo Hernández, que no ha conseguido permiso para visitarlo en los más de 15 años que lleva en la cárcel. Pero tampoco sobre esto leeremos una línea en los grandes medios internacionales. Edición de video: Esther Jávega.
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Casos de Alan Gross y Los Cinco cubanos: cuando la prensa internacional actúa como órgano oficial de la Casa Blanca
Basado en un artículo de Salim Lamrani (1)
José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Como en tantos otros temas, en el caso de Alan Gross, agente estadounidense condenado a 15 años de prisión en Cuba, la gran prensa internacional nos repite cada día la versión oficial del Gobierno de Estados Unidos.
En no pocos medios nos aseguran –como sostiene Washington- que esta persona fue detenida por “proporcionar acceso a Internet” “sin censura” en la Isla (2) (3), o por “ayudar a los miembros de la comunidad judía de La Habana a conectarse con otras comunidades judías del mundo” (4).
Algo absolutamente falso. Todas las sinagogas de Cuba tienen acceso a Internet desde antes del primer viaje de Alan Gross a Cuba, gracias en parte a la ayuda económica –acordada con el Gobierno cubano- de organizaciones judías de EEUU, Canadá y otros países (5). Además, la comunidad hebrea cubana ha desmentido rotundamente cualquier contacto con Alan Gross. Así informaba, hace ya varios años, una nota de la agencia Associated Press (6) y otra de la Agencia Telegráfica Judía (7), cuyo contenido ha sido completamente olvidado, posteriormente, por los grandes medios. El reverendo Odén Marichal, secretario del Consejo de Iglesias de Cuba, que agrupa a colectivos cristianos y judíos, explicaba que “la comunidad hebrea” jamás tuvo “relación con ese señor”, ni les llevó “equipo de ninguna clase”. Adela Dworin, presidenta del Templo Beth Shalom de La Habana, denunciaba que “lo más triste” es que desde Washington “se haya querido involucrar a la comunidad judía de Cuba” en este asunto (8). Pero nada de esto impide que sigamos leyendo escandalosos titulares como “La comunidad judía de Cuba pide al Papa la liberación de Alan Gross”, en una noticia en la que se explica que es la comunidad judía de EEUU -¡no la de Cuba!- la que ha realizado dicha petición (9).
Pero los medios no solo silencian o manipulan a la comunidad hebrea cubana. También ocultan cuál fue la actividad real de Alan Gross en Cuba. Gross era empleado de la Development Alternative, Inc (DAI), empresa contratista de la USAID, la Agencia Estadounidense para el Desarrollo (10). La USAID pagó a la DAI, y ésta a Gross, para distribuir equipos satelitales a grupos de la llamada disidencia cubana, en el marco de uno de los programas del Departamento de Estado para la supuesta “promoción de la democracia en Cuba”, cuyo objetivo declarado es el “cambio de régimen” en la Isla (11). El diario The New York Times reconoció que el trabajo de Gross se insertaba en “un programa semiclandestino de la USAID, servicio de ayuda extranjera del Departamento de Estado destinado a socavar al Gobierno de Cuba” (12). Gross fue detenido en diciembre de 2009, y condenado a 15 años de cárcel en cumplimiento de la Ley 88 de Cuba, que penaliza las acciones de injerencia política en el país, específicamente a quien “reciba, distribuya o participe en la distribución de medios financieros (y) materiales (...) del Gobierno de Estados Unidos”.
Esta ley cubana es similar a la que impera en numerosos países del mundo. Solo dos ejemplos. La Ley de Registro de Agentes Extranjeros de EEUU sanciona con una pena de cinco años de prisión y una multa de 10.000 dólares a todo agente no registrado que “en EEUU (...) proporcione o gaste contribuciones (o) dinero (...) en su propio interés”. En Francia, el Código Penal castiga con diez años de cárcel y 150.000 euros de multa “el hecho de ejercer, por cuenta de una potencia (...), empresa u organización extranjera (..) una actividad con el objetivo de conseguir (...) informaciones (...) (para) atentar contra los intereses fundamentales de la nación”.
Experto en tecnologías de comunicación, Alan Gross había trabajado para EEUU en más de cincuenta países. Elaboró, por ejemplo, sistemas satelitales de comunicación durante las intervenciones militares de Irak y Afganistán (13). Lejos de ser un “trabajador humanitario”, como sostiene Washington, es un experimentado agente privado de inteligencia, por cuya operaciones en Cuba ingresó más de medio millón de dólares (14).
Recordemos que la USAID destina cada año 20 millones a la llamada disidencia cubana, a través de intermediarios como Alan Gross. Esto convierte a esta “disidencia” –a la luz de las leyes no solo de Cuba, sino de cualquier país del mundo- en agentes al servicio de una potencia extranjera, y no en simples “opositores”, como la prensa se empeña en repetir (15).
Otro silencio escandaloso, a la hora de informar sobre el caso Alan Gross, es la no mención de los cinco cubanos condenados hace 15 años en EEUU por cargos –jamás probados- de “conspiración para el espionaje” (16). Es bien sabido que el Gobierno de Cuba, la familia de Gross y numerosas personalidades de todo el mundo han propuesto al Gobierno de EEUU un canje de Alan Gross por los tres presos –de este grupo de cinco- que en 2014 quedarán en prisiones norteamericanas, tras cumplir condena ya dos de ellos (17). Pero los medios siguen silenciando el caso de Los Cinco, condenados sin pruebas durante un juicio denunciado como una verdadera aberración jurídica por numerosos organismos internacionales, incluida Amnistía Internacional (18). Su cometido en Miami –recordemos- jamás fue recoger información de inteligencia, sino su infiltración en grupos terroristas de extrema derecha, por la cual pudieron evitar al menos 170 atentados (19). Recientemente, numerosos medios de prensa informaban acerca de las gestiones de John Kerry, Secretario de Estado de EEUU, ante el Vaticano, para que éste intercediera por la libertad de Alan Gross. Las notas de prensa ni mencionaron a Los Cinco (20).
La esposa de Alan Gross, Judith Gross, ha asegurado que “altos funcionarios cubanos” le “dijeron personalmente que estarían dispuestos a negociar”, sin condiciones previas, “pero nuestro gobierno (el Gobierno de Obama) no ha respondido” (21). Por cierto, Judith Gross, otros miembros de la familia, políticos y representantes religiosos de EEUU han podido visitar a Alan Gross en numerosas ocasiones (22). Algo que contrasta con el trato a Adriana Pérez O'Connor, esposa del preso cubano en EEUU Gerardo Hernández, que no ha conseguido permiso para visitarlo en los más de 15 años que lleva en la cárcel (23). Pero tampoco sobre esto leeremos una línea en los grandes medios internacionales.
(2) http://www.elmundo.es/america/2013/12/04/529ef1ae68434125788b4581.html
(3) http://www.abc.es/internacional/20131204/abci-alan-gross-pide-obama-201312031744.html
(6) Andrea Rodríguez, «Judíos niegan haber colaborado con Alan Gross», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.
(7) Jewish Telegraphic Agency, «Cuba to Seek 20- Year Prison Term for Alan Gross», 6 de febrero de 2011.
(8) http://cipcubareport.wordpress.com/2012/01/17/the-cases-of-alan-gross-and-the-cuban-five/
(11) http://cartasdesdecuba.com/los-reportes-del-trabajo-de-alan-gross-en-cuba/
(15) http://www.cubainformacion.tv/index.php/component/content/16175?task=view
(16) http://www.ecured.cu/index.php/Los_Cinco_H%C3%A9roes
Alan Gross and the Cuban Five cases: When the international press serves as an official organ of the White House
Based on an article from Salim Lamrani (1)
José Manzaneda, coordinator of Cubainformacion.
Translated by Lic. Laura Virginia Mor.
As in so many issues, in the case of Alan Gross -an U.S. agent sentenced to 15 years in prison in Cuba- the international press repeats us the official version of the U.S. government every day.
Many mass media tell us -as Washington affirms- that this person was arrested for "providing internet access" "uncensored" on the Island (2) (3), or for "helping members of the Jewish community in Havana to connect with other Jewish communities around the world "(4).
It´s absolutely false. All synagogues in Cuba have internet access before the first trip to Cuba of Alan Gross, thanks -in part- to the economic aid -agreed with the Cuban Government – of Jewish organizations in the U.S., Canada and other countries (5). In addition, the Cuban Jewish community has flatly denied any contact with Alan Gross.
It was informed by a note from the Associated Press (6) and one from the Jewish Telegraphic Agency (7) several years ago, which content has been completely forgotten by the mainstream media.
Rev. Oden Marichal, secretary of the Council of Churches of Cuba, which brings together Christian and Jewish groups, explained that "the Jewish community" never had "relationship with this man, and also he affirmed that Gross never gave them “any team of any kind". Adela Dworin, president of Beth Shalom Temple in Havana, complained that "the saddest" is that Washington" has wanted to involve the Jewish community in Cuba," in this case (8). Nothing of this prevents the scandalous headlines like as "The Jewish community in Cuba asks the Pope to release Alan Gross”; in a press news that explains that is the Jewish community in the U.S. - not Cuban one! - who had made this request (9).
But the media silence or manipulate not only the Cuban Jewish community. They also hide which is the actual activity of Alan Gross in Cuba. Gross had been employed by the Development Alternatives, Inc. (DAI), a company contracted by USAID, the U.S. Agency for Development (10). USAID paid to DAI and this paid to Gross to distribute satellite equipment to groups of so-called Cuban dissidents, under one of the programs of the Department of State for the alleged "promoting democracy in Cuba", which aims declared is the "regime change" in the island (11). The New York Times recognized that the work of Gross was inserted in a "semi-clandestine USAID program, a foreign aid service of the State Department destined to undermine the government of Cuba" (12). Gross was arrested on December 2009 and sentenced to 15 years in prison in accordance with the Cuban law, the number 88, which criminalizes the actions of political interference in the country, specifically who "receives, distributes or participate in the distribution of financial means (and) materials (...) from the U.S. government."
This Cuban law is similar to that prevailing in many countries of the world. Let´s show only two examples. The U.S. Foreign Agent Registration Law penalizes with a five years sentence in prison and a fine of U$S 10.000 to all unregistered agent that "in the U.S. (...) provide contributions or spend money (...) in their own interest." In France, the Penal Code punishable by ten years in prison and a fine of € 150.000 to "the fact of exercise on behalf of a country, company or foreign organization an activity with the aim of achieving information which violates the fundamental interests of the nation."
Alan Gross, an expert in communication technologies, had worked for the U.S. in more than fifty countries. He elaborated, for example, satellite communication systems for military interventions in Iraq and Afghanistan (13). Far from being a "humanitarian work" - as Washington says- is an experienced private intelligence agent, for whose operations in Cuba has entered more than half a million dollars (14).
Let´s remember that the USAID spent 20 million annually to the so-called Cuban dissidents through intermediaries such as Alan Gross. This makes to this "dissent" -in light of the laws not only of Cuba, but of any country in the world- in the service agent of a foreign power, and not as simple "opposition" as the press insists on repeating (15).
Other scandalous silence –at the time to report about the Alan Gross case- is the fact that it´s no mentioned nothing about the five Cubans convicted in the U.S. for 15 years on charges -never proven- of "conspiracy to commit espionage" (16). It´s well known that the Government of Cuba, the family of Gross and numerous personalities from around the world have proposed to the U.S. government an exchange of Alan Gross by three prisoners - of this group of five- that would stay in 2014 in U.S. prisons, after serving his conviction two of them (17). Media continue the silence about the case of the Five, convicted without evidence during a trial denounced as a true legal aberration by many international organizations, including Amnesty International (18). Their role in Miami- let´s remember - was not something relevant with getting intelligence information. Their infiltration into terrorist groups of the extreme right-wing could prevent at least 170 attacks (19). Recently, numerous press media reported on the efforts of John Kerry, U.S. Secretary of State, to the Vatican, who had interceded for freedom of Alan Gross. Press notes didn´t mention anything about the Five (20).
Alan Gross´ wife, Judith Gross, has affirmed that "senior Cuban officials" "personally told her that they would be disposed to negotiate" without preconditions, "but our government (the Obama administration) has not replied" (21). By the way, Judith Gross, other family members, politicians and religious leaders in the U.S. had been able to visit Alan Gross on numerous occasions (22). This fact contrasts with the treatment to Adriana Pérez O'Connor, U.S. Cuban prisoner Gerardo Hernandez wife, who hasn´t got permission to visit him in the 15 years that he has been in prison (23). But we will not read any line about this in the major international media.
(2) http://www.elmundo.es/america/2013/12/04/529ef1ae68434125788b4581.html
(3) http://www.abc.es/internacional/20131204/abci-alan-gross-pide-obama-201312031744.html
(6) Andrea Rodríguez, «Judíos niegan haber colaborado con Alan Gross», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.
(7) Jewish Telegraphic Agency, «Cuba to Seek 20- Year Prison Term for Alan Gross», 6 de febrero de 2011.
(8) http://cipcubareport.wordpress.com/2012/01/17/the-cases-of-alan-gross-and-the-cuban-five/
(11) http://cartasdesdecuba.com/los-reportes-del-trabajo-de-alan-gross-en-cuba/
(15) http://www.cubainformacion.tv/index.php/component/content/16175?task=view
(16) http://www.ecured.cu/index.php/Los_Cinco_H%C3%A9roes
Casos de Alan Gross e Os Cinco Cubanos: quando a imprensa internacional atua como órgão oficial da Casa Branca
Baseado em artigo de Salim Lamrani (1)
José Manzaneda, coordenador de Cubainformación
Traduzido por Antonio Gabriel Haddad
Como em tantos outros temas, no caso de Alan Gross, agente norte-americano condenado a 15 anos de prisão em Cuba, a grande imprensa internacional nos repete diariamente a versão oficial do governo dos Estados Unidos.
Vários veículos nos garantem – como sustenta Washington – que Gross foi detido por “proporcionar acesso à internet” “sem censura” na ilha (2) (3) ou por “ajudar membros da comunidade judaica de Havana a conectar-se com outras comunidades congêneres no mundo” (4).
Algo absolutamente falso. Todas as sinagogas de Cuba têm acesso à internet desde antes da primeira viagem de Alan Gross ao país, graças em parte à ajuda econômica – acordada com o governo cubano – de organizações judaicas dos EUA, Canadá e outros países (5). Além disso, a comunidade judaica cubana desmentiu enfaticamente qualquer contato com Gross. Assim informavam, já há vários anos, uma nota da agência Associated Press (6) e outra da Agência Telegráfica Judaica (7), cujo conteúdo foi completamente esquecido, posteriormente, pelos grandes meios de comunicação. O reverendo Odén Marichal, secretário do Conselho de Igrejas de Cuba, que agrupa coletivos cristãos e judaicos, explicava que “a comunidade hebreia” jamais teve “relação com esse senhor”, nem recebeu de Gross “nenhum tipo de equipamento”. Adela Dworin, presidente do templo Beth Shalom de Havana, denunciava que “o mais triste” era que, a partir de Washington, “se tenha pretendido envolver a comunidade judaica de Cuba” neste assunto (8). Mas nada disso impede que continuemos lendo manchetes escandalosas como “A comunidade judaica de Cuba pede ao papa a libertação de Alan Gross”, em uma notícia na qual se explica que foi a comunidade judaica dos EUA – não a de Cuba – que realizou tal petição (9).
Mas os veículos de comunicação não apenas silenciam ou manipulam a comunidade judaica cubana. Também ocultam a atividade real de Alan Gross em Cuba. Ele era empregado da Development Alternative, Inc (DAI), empresa contratada da Usaid, a agência norte-americana para o desenvolvimento (10). A Usaid pagou à DAI, e esta a Gross, para distribuir equipamentos de comunicação via satélite a grupos da chamada dissidência cubana, no marco de um dos programas do Departamento de Estado para a suposta “promoção da democracia em Cuba”, cujo objetivo declarado é a “mudança de regime” na ilha (11). O jornal The New York Times reconheceu que o trabalho de Gross se inseria em “um programa semiclandestino da Usaid, serviço de ajuda estrangeira do Departamento de Estado destinado a derrubar o governo de Cuba” (12). Gross foi detido em dezembro de 2009, e condenado a 15 anos de prisão em cumprimento da lei 88 de Cuba, que penaliza as ações de ingerência política no país, especificamente a quem “receba, distribua ou participe na distribuição de meios financeiros e materiais (...) do governo dos Estados Unidos”.
A lei cubana é similar à existente em vários países do mundo. Apenas dois exemplos. A lei de registro de agentes estrangeiros dos EUA sanciona com pena de cinco anos de prisão e multa de US$ 10 mil a todo agente não registrado que “nos EUA (...) proporcione ou gaste contribuições [ou] dinheiro (...) em seu próprio interesse”. Na França, o código penal castiga com dez anos de cadeia e € 150 mil de multa “o fato de exercer, por conta de uma potência (...), empresa ou organização estrangeira (...) atividade com o objetivo de conseguir (...) informações (...) [para] atentar contra os interesses fundamentais da nação”.
Especialista em tecnologias de comunicação, Alan Gross havia trabalhado para os EUA em mais de 50 países. Elaborou, por exemplo, sistemas de comunicação por satélite durante as intervenções militares no Iraque e no Afeganistão (13). Longe de ser “um trabalhador humanitário”, como sustenta Washington, é um experimentado agente de inteligência privado, por cujas operações em Cuba recebeu mais de US$ 500 mil (14).
Recordemos que a Usaid destina anualmente US$ 20 milhões à chamada dissidência cubana, através de intermediários como Alan Gross. Isso transforma essa “dissidência” – à luz de leis não apenas em Cuba, mas em qualquer país do mundo – em agentes a serviço de uma potência estrangeira, e não em simples “opositores”, como a imprensa se empenha em repetir (15).
Outro silêncio escandaloso, quando se informa sobre o caso Alan Gross, é a falta de menção aos cinco cubanos condenados há 15 anos nos EUA por acusações – jamais provadas – de “conspiração para espionagem” (16). É sabido que o governo de Cuba, a família de Gross e inúmeras personalidades de todo o mundo propuseram ao governo dos EUA uma troca de Gross por três deles, que em 2014 continuarão em prisões norte-americanas – dois dos cinco já cumpriram suas penas (17). Mas os meios de comunicações mantêm o silêncio no caso de Los Cinco (NT), condenados sem provas durante um julgamento denunciado como uma verdadeira aberração jurídica por vários organismos internacionais, incluindo a Anistia Internacional (18). A ação dos cinco em Miami – recordemos – jamais foi a coleta de informações de inteligência, mas sim a infiltração em grupos terroristas de extrema-direita, pela qual conseguiram evitar pelo menos 170 atentados (19). Recentemente, vários órgãos de imprensa informaram sobre as gestões de John Kerry, secretário de Estado dos EUA, junto ao Vaticano, para que este intercedesse pela liberdade de Alan Gross. As notas da imprensa não mencionaram Los Cinco (20).
A esposa de Alan Gross, Judith Gross, assegurou que “altos funcionários cubanos” disseram-lhe “pessoalmente que estariam dispostos a negociar”, sem condições prévias, “mas nosso governo (o governo de Obama) não respondeu” (21). Certamente, Judith Gross, outros membros da família, políticos e representantes religiosos dos EUA puderam visitar Alan Gross em diversas ocasiões (22). Algo que contrasta com o tratamento dado a Adriana Pérez O´Connor, esposa de Gerardo Hernández, um de Los Cinco, ainda preso nos EUA, que nunca conseguiu autorização para visitá-lo nos mais de 15 anos em que ele está na prisão (23). Mas também sobre isto não lemos uma única linha nos grandes veículos internacionais.
(2) http://www.elmundo.es/america/2013/12/04/529ef1ae68434125788b4581.html
(3) http://www.abc.es/internacional/20131204/abci-alan-gross-pide-obama-201312031744.html
(6) Andrea Rodríguez, «Judíos niegan haber colaborado con Alan Gross», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.
(7) Jewish Telegraphic Agency, «Cuba to Seek 20- Year Prison Term for Alan Gross», 6 de febrero de 2011.
(8) http://cipcubareport.wordpress.com/2012/01/17/the-cases-of-alan-gross-and-the-cuban-five/
(11) http://cartasdesdecuba.com/los-reportes-del-trabajo-de-alan-gross-en-cuba/
(15) http://www.cubainformacion.tv/index.php/component/content/16175?task=view
(16) http://www.ecured.cu/index.php/Los_Cinco_H%C3%A9roes
(NT) Em Cuba, eles são chamados de Los Cinco Héroes. Sobre o assunto, ver também o livro “Os últimos soldados da guerra fria”, de Fernando Morais (Companhia das Letras, Brasil).
I Casi di Alan Gross e dei Cinque cubani: quando la stampa internazionale agisce come un organo ufficiale della Casa Bianca
Di José Manzaneda, coordinatore di Cubainformacion
Traduzione di Stefano Guastella (QuintaAvenida)
Come su tanti altri temi, nel caso di Alan Gross, agente statunitense condannato a 15 anni di prigione a Cuba, la grande stampa internazionale ci ripete quotidianamente la versione ufficiale del Governo degli Stati Uniti.
In molti mezzi d’informazione ci assicurano –come sostiene Washington- che questa persona è stata arrestata per “aver fornito l’accesso a Internet” “senza censura” nell’Isola(2)(3), o per “aver aiutato i membri della comunità ebraica de L’Avana a connettersi con altre comunità ebraiche nel mondo”(4)
Questo è qualcosa di assolutamente falso. Tutte le sinagoghe di Cuba hanno accesso a Internet da tempi anteriori del primo viaggio di Alan Gross a Cuba, grazie in parte all’aiuto economico –in accordo con il Governo cubano- delle organizzazioni ebraiche degli Stati Uniti, Canada e di altri paesi(5). Inoltre, la comunità ebrea cubana ha smentito ampiamente qualsiasi contatto con Alan Gross. Così informava già da vari anni una nota dell’agenzia Associated Press(6) e un’altra dell’Agenzia Telegrafica Ebrea, la JTA(7), il cui contenuto è stato completamente dimenticato, successivamente, dai grandi mezzi di comunicazione.
Il reverendo Odén Marichal, segretario del Consiglio delle chiese di Cuba, che raggruppa i collettivi cristiani ed ebrei, spiegava che “la comunità ebrea” non ha mai avuto “relazioni con questo signore”, né ha ricevuto da lui “apparecchi di nessun tipo”. Adela Dworin, presidentessa del Tempio Beth Shalom de L’Avana, ha denunciato che “la cosa più triste” è che da parte di Washington “si sia voluto coinvolgere la comunità ebraica di Cuba” in questo affare(8). Però niente di questo impedisce che continuiamo a leggere titoli scandalosi come “La comunità ebraica di Cuba chiede al Papa la liberazione di Alan Gross”, in una notizia nella quale poi viene spietato che è la comunità ebraica degli Stati Uniti -e non quella di Cuba!- quella che ha formulato detta richiesta(9).
Però i mezzi di comunicazione non solo tengono sotto silenzio o manipolano la comunità ebraica cubana. Occultano anche qual è stata la vera attività di Alan Gross a Cuba. Gross era un impiegato della Development Alternative, Inc (DAI), impresa appaltatrice della USAID, l’Agenzia Statunitense per lo Sviluppo(10). La USAID ha pagato la DAI, e quest’ultima Gross, per distribuire apparecchi satellitari a gruppi della cosiddetta dissidenza cubana, nel contesto di uno dei programmi del Dipartimento di Stato per la supposta “promozione della democrazia a Cuba”, il cui obiettivo dichiarato è il “cambio di regime” nell’Isola(11). Il quotidiano The New York Times ha riconosciuto che il lavoro di Gross si inseriva in “un programma semiclandestino della USAID, servizio di aiuto straniero del Dipartimento di Stato Americano destinato a rovesciare il Governo di Cuba”(12). Gross è stato arrestato nel dicembre del 2009 e condannato a 15 anni di carcere a compimento della Legge 88 de Cuba, che penalizza le azioni d’ingerenza politica nel paese, specificatamente a chi “riceva, distribuisca o partecipi alla distribuzione di mezzi finanziari (e) materiali (...) dal Governo degli Stati Uniti”.
Questa legge cubana è simile a quella che impera in numerosi paesi del mondo. Solo due esempi. La Legge del Registro degli Agenti Stranieri degli USA sanziona con una pena di cinque anni di prigione e una multa di 10.000 dollari tutti gli agenti non registrati che “negli USA (...) forniscano o eroghino contribuzioni (o) denaro (...) per i loro interessi”.
In Francia, il Codice Penale castiga con dieci anni di carcere e 150.000 euro di multa “il fatto di esercitare per conto di una potenza (...), impresa o organizzazione straniera (..) un’attività con l’obiettivo di ottenere (...) informazioni (...) (per) attentare contro gli interessi fondamentali della nazione”.
Esperto in tecnologie di comunicazione, Alan Gross aveva lavorato per gli USA in oltre cinquanta pesi. Ha elaborato, ad esempio, sistemi satellitari di comunicazione durante gli interventi militari USA in Iraq e in Afghanistan(13). Ben lontano dall’essere un “lavoratore umanitario”, come sostiene Washington, è uno sperimentato agente privato dell'Intelligence, per le cui operazioni a cuba sono entrati oltre mezzo milione di dollari (14).
Ricordiamo che la USAID destina ogni anno 20 milioni alla cosiddetta dissidenza cubana, attraverso intermediari come Alan Gross. Questo trasforma questa “dissidenza” –alla luce delle leggi non solo di Cuba, ma di qualsiasi paese del mondo- in agenti al servizio di una potenza straniera e non in semplici “oppositori”, come la stampa si impegna a ripetere(15).
Un altro silenzio scandaloso, quando la stampa internazionale cita il caso di Alan Gross, è il non menzionare i cinque cubani condannati da oltre 15 anni negli Stati Uniti per accuse –mai provate- di “cospirazione per lo spionaggio”(16). E’ ben noto che il Governo di Cuba, la famiglia di Gross e numerose personalità di tutto il mondo, hanno proposto uno scambio tra Alan Gross e tre carcerati –del gruppo dei cinque- che nel 2014 rimarranno ancora in prigione, dopo che due di loro sono o saranno già scarcerati(17) (René Gonzalez è stato liberato ed è tornato a Cuba nel 2013, mentreFernando González Llort avrà finito di scontare la sua pena in questo 2014).
Però i mezzi d’informazione continuano a tenere sotto silenzio il caso dei Cinque, condannati senza prove durante un giudizio denunciato come una vera aberrazione giuridica da parte di numerosi organismi internazionali, compresoAmnesty International(18). Le loro azioni a Miami –ricordiamo- non sono mai state quelle di raccogliere informazioni d’intelligence, ma l’infiltrazione in gruppi terroristi di estrema destra, grazie alle quali hanno potuto evitare almeno 170 attentati(19).
Recentemente, numerosi mezzi di stampa, hanno dato informazioni sulle gestioni di John Kerry, Segretario di Stato degli USA, di fronte al Vaticano, perché questo intercedesse per la libertà di Alan Gross. Le note di stampa non hanno menzionato minimamente i Cinque cubani (20).
La moglie di Alan Gross, Judith Gross, ha assicurato che “alti funzionari cubani” le “hanno detto personalmente che sarebbero disposti a negoziare”, senza condizioni previe, “però il nostro governo (il Governo di Obama) non ha risposto”(21). Un fatto certo, è che Judith Gross, altri membri della famiglia, politici e rappresentanti religiosi degli USA, hanno potuto visitare Alan Gross in numerose occasioni(22). Cosa che contrasta invece con il trattamento ricevuto da Adriana Pérez O'Connor, moglie del detenuto cubano negli USA, Gerardo Hernández, che non ha ottenuto neppure un permesso per poterlo visitare in oltre 15 anni di detenzione (23). Però neppure su questo, leggeremo una linea dei grandi mezzi d’informazione internazionale.
(2) http://www.elmundo.es/america/2013/12/04/529ef1ae68434125788b4581.html
(3) http://www.abc.es/internacional/20131204/abci-alan-gross-pide-obama-201312031744.html
(6) Andrea Rodríguez, «Judíos niegan haber colaborado con Alan Gross», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.
(7) Jewish Telegraphic Agency, «Cuba to Seek 20- Year Prison Term for Alan Gross», 6 de febrero de 2011.
(8) http://cipcubareport.wordpress.com/2012/01/17/the-cases-of-alan-gross-and-the-cuban-five/
(11) http://cartasdesdecuba.com/los-reportes-del-trabajo-de-alan-gross-en-cuba/
(15) http://www.cubainformacion.tv/index.php/component/content/16175?task=view
(16) http://www.ecured.cu/index.php/Los_Cinco_H%C3%A9roes
L’affaire Alan Gross et celle des Cinq Cubains: quand la presse internationale agit comme un organe officiel de la Maison Blanche
D’après un article de Salim Lamrani (1)
Traduction par Sausan Maria José García Ripoll
Sous-titres par Antonio García Moreno
José Manzaneda, coordinateur de Cubainformación.- De même que dans de nombreux autres cas, dans l’affaire de l’agent des Etats-Unis Alan Gross, condamné à Cuba à 15 ans de prison, la grande presse internationale nous répète jour après jour la version officielle du gouvernement des États-Unis.
Nombreux sont les médias qui nous assurent –comme le soutient Washington- que cette personne fut arrêtée pour avoir « procuré l’accès au net » « sans censure » dans l’île (2) (3) ou pour « avoir aidé les membres de la communauté juive de La Havane à se mettre en contact avec d’autres communautés juives du monde » (4).
C’est absolument faux. Toutes les synagogues de Cuba possédaient l’accès au net avant même le premier voyage d’Alan Gross à Cuba, en partie grâce à l’aide économique -accordée avec le gouvernement cubain- d’organisations juives des Etats-Unis, Canada et d’autres pays (5). En outre, la communauté hébraïque cubaine a catégoriquement démenti tout contact avec Alan Gross. Ainsi l’affirmaient, il y a déjà plusieurs années, un communiqué de l’agence Associated Press (6) et un autre de l’Agence Télégraphique Juive (7), dont le contenu fut ensuite complètement jeté aux oubliettes par les grands médias (6). Le révérend Odén Marichal, secrétaire du Conseil des Églises de Cuba, qui réunit des collectivités chrétiennes et juives, expliquait que la « communauté hébraïque » n’a jamais eu de « relation avec cet homme », et qu’il ne leur a fourni « aucun genre d’équipement ». Adela Dworin, présidente du Temple Beth Shalom de La Havane, dénonçait que « le plus triste » c’est que depuis Washington « on ait voulu impliquer la communauté juive de Cuba » dans cette affaire (8). Mais rien de tout cela nous empêche de continuer à lire des gros titres à sensation tels que « La communauté juive de Cuba demande au Pape la libération d’Alan Gross », dans une information où l’on explique que c’est la communauté juive des EEUU –et non la cubaine!- qui a fait cette demande (9).
Mais non seulement les média taisent ou manipulent ce qui concerne la communauté hébraïque cubaine. Ils cachent également quelle était l’activité réelle d’Alan Gross à Cuba. Gross était un employé de Development Alternative, Inc (DAI), agence contractante de l’USAID, l’Agence des Etats-Unis pour le Développement (10). L’USAID paya la DAI, et celle-ci paya Gross, pour la distribution d’équipement de transmission par satellite à des groupes de l’ainsi nommée dissidence cubaine, dans le cadre d’un des programmes du Département d’État pour la supposée « promotion de la démocratie à Cuba », dont l’objectif déclaré est le « changement de régime » dans l’île (11). Le new York Times a reconnu que le travail de Gross s’insérait dans un « programme semi-clandestin de l’USAID, service d’aide à l’étranger du département d’État « destiné à miner le gouvernement de Cuba » (12). Gross fut arrêté en décembre 2009 et condamné à 15 ans de prison en application de la loi 88 de Cuba, qui punit les actions d’ingérence politique dans le pays, notamment à qui « reçoit, distribue ou participe à la distribution de moyens financiers (et) matériels (…) du Gouvernement des Etats-Unis ».
Cette loi cubaine est similaire à celle qui régit dans de nombreux pays du monde. Il suffit de voir deux exemples. La Loi d’Enregistrement des Agents Étrangers des Etats-Unis sanctionne d’une peine de cinq années de prison et d’une amende de 10.000 dollars tout agent non enregistré qui « aux EEUU (…) fournit ou dépense des contributions (ou) de l’argent (…) dans son propre intérêt ». En France, le Code Pénal punit à dix ans de prison et 150.000 euros d’amende « le fait d’exercer pour le compte d’une puissance (…), entreprise ou organisation étrangère (…) une activité dans le but d’obtenir (…) des informations (…) pour attenter contre les intérêts fondamentaux de la nation ».
En tant qu’expert en technologie de la communication, Alan Gross avait travaillé pour les Etats-Unis dans plus de cinquante pays. Par exemple, il avait élaboré des systèmes de communication par satellite pendant les interventions militaires en Iraq et en Afghanistan (13). Loin d’être un « travailleur humanitaire » comme l’affirme Washington, c’est un agent particulier d’intelligence très expérimenté, qui a touché pour les opérations à Cuba plus d’un demi-million de dollars (14).
Rappelons que l’USAID destine chaque année 20 millions à ce qu’on appelle la dissidence cubaine par le truchement d’intermédiaires comme Alan Gross, ce qui, -non seulement selon les lois cubaines, mais selon les lois de n’importe quel pays du monde- fait de ces « dissidents » des agents au service d’une puissance étrangère, et non pas de simples « opposants », comme la presse s’évertue à répéter (15).
Otro silencio escandaloso, a la hora de informar sobre el caso Alan Gross, es la no mención de los cinco cubanos condenados hace 15 años en EEUU por cargos –jamás probados- de “conspiración para el espionaje” (16). Es bien sabido que el Gobierno de Cuba, la familia de Gross y numerosas personalidades de todo el mundo han propuesto al Gobierno de EEUU un canje de Alan Gross por los tres presos –de este grupo de cinco- que en 2014 quedarán en prisiones norteamericanas, tras cumplir condena ya dos de ellos (17). Pero los medios siguen silenciando el caso de Los Cinco, condenados sin pruebas durante un juicio denunciado como una verdadera aberración jurídica por numerosos organismos internacionales, incluida Amnistía Internacional (18). Su cometido en Miami –recordemos- jamás fue recoger información de inteligencia, sino su infiltración en grupos terroristas de extrema derecha, por la cual pudieron evitar al menos 170 atentados (19). Recientemente, numerosos medios de prensa informaban acerca de las gestiones de John Kerry, Secretario de Estado de EEUU, ante el Vaticano, para que éste intercediera por la libertad de Alan Gross. Las notas de prensa ni mencionaron a Los Cinco (20).
Un autre silence scandaleux, à l’heure d’informer sur l’affaire Alan Gross, est l’absence de mention aux cinq cubains condamnés il y a 15 ans aux EEUU pour des accusations –jamais prouvées- de « conspiration pour l’espionnage » (16). C’est bien connu que le Gouvernement de Cuba, la famille Gross et de nombreuses personnalités du monde entier ont proposé au Gouvernement des EEUU l’échange de trois des incarcérés parmi les cinq qui continueront dans des prisons nord-américaines, après que les deux autres aient purgé leur peine (17). Mais les médias continuent de passer sous silence le cas des Cinq, condamnés sans preuves dans un procès dénoncé comme une véritable aberration juridique par de nombreux organismes internationaux, entre eux Amnistie Internationale (18). Leur mission à Miami, rappelons, n’a jamais été de recueillir de l’information d’intelligence, mais leur infiltration dans des groupes terroristes d’extrême droite, grâce à quoi ils ont pu éviter au moins 170 attentats (19). Récemment, de nombreux moyens de communication informaient sur les démarches de John Kerry, Secrétaire d’État des EEUU auprès du Vatican, afin que celui-ci intercède pour la liberté d’Alan Gross. Les communiqués de presse n’ont même pas mentionné Les Cinq (20).
La esposa de Alan Gross, Judith Gross, ha asegurado que “altos funcionarios cubanos” le “dijeron personalmente que estarían dispuestos a negociar”, sin condiciones previas, “pero nuestro gobierno (el Gobierno de Obama) no ha respondido” (21). Por cierto, Judith Gross, otros miembros de la familia, políticos y representantes religiosos de EEUU han podido visitar a Alan Gross en numerosas ocasiones (22). Algo que contrasta con el trato a Adriana Pérez O'Connor, esposa del preso cubano en EEUU Gerardo Hernández, que no ha conseguido permiso para visitarlo en los más de 15 años que lleva en la cárcel (23). Pero tampoco sobre esto leeremos una línea en los grandes medios internacionales.
L’épouse d’Alan Gross, Judith Gross, a assure que “de hauts fonctionnaires cubains » lui ont « manifesté personnellement qu’ils seraient prêts à négocier » sans conditions préalables, « mais notre gouvernement (le gouvernement d’Obama) n’a pas répondu » (21). D’ailleurs, Judith Gross, d’autres membres de sa famille, des politiciens et des représentants religieux ont pu visiter Alan Gross de nombreuses fois (22). Ce qui contraste avec le traitement réservé à Adriana Pérez O’Connor, l’épouse du prisonnier cubain aux EEUU Gerardo Hernández, qui n’a pu obtenir un permis de visite pendant les plus de 15 ans qu’il est en prison (23). Mais sur cela nous ne lirons pas une seule ligne dans les grands médias internationaux.
(2) http://www.elmundo.es/america/2013/12/04/529ef1ae68434125788b4581.html
(3) http://www.abc.es/internacional/20131204/abci-alan-gross-pide-obama-201312031744.html
(6) Andrea Rodríguez, «Judíos niegan haber colaborado con Alan Gross», The Associated Press, 2 de diciembre de 2010.
(7) Jewish Telegraphic Agency, «Cuba to Seek 20- Year Prison Term for Alan Gross», 6 de febrero de 2011.
(8) http://cipcubareport.wordpress.com/2012/01/17/the-cases-of-alan-gross-and-the-cuban-five/
(11) http://cartasdesdecuba.com/los-reportes-del-trabajo-de-alan-gross-en-cuba/
(15) http://www.cubainformacion.tv/index.php/component/content/16175?task=view
