Cubainformación TV – Basado en un texto de Norelys Morales Aguilera – Blog “Isla mía” / Cubahora.- Henry Kissinger, exSecretario de Estado de EEUU, recibió en 1973 uno de los Premios Nobel de la Paz más controvertidos. Su contraparte vietnamita, Le Duc Tho, que también iba a recibir dicho Premio, lo rechazó porque EEUU –rompiendo sus compromisos firmados- seguía bombardeando su país. Edición: José Ignacio Antón.

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Texto adaptado

Lo que no cuenta el New York Times sobre el plan de Henry Kissinger para acabar con Cuba

Cubainformación TV – Basado en un texto de Norelys Morales Aguilera – Blog “Isla mía” / Cubahora.- Henry Kissinger, exSecretario de Estado de EEUU, recibió en 1973 uno de los Premios Nobel de la Paz más controvertidos. Su contraparte vietnamita, Le Duc Tho, que también iba a recibir dicho Premio, lo rechazó porque EEUU –rompiendo sus compromisos firmados- seguía bombardeando su país.

Tal decoro no era esperable, por supuesto, de Henry Kissinger, quien fuera en aquellos años –por ejemplo- inspirador y protector de los golpes de estado y las dictaduras del Cono Sur de Sudamérica.

Ahora, The New York Times ha publicado documentos que demuestran que Henry Kissinger, en 1976, elaboró planes para atacar militarmente Cuba. Sería en represalia al despliegue de tropas cubanas en Angola, a solicitud del Presidente Agostinho Neto, que hicieron frente al apartheid de Sudáfrica y apoyaron la independencia de Namibia.

Peter Kornbluh, autor del libro “El canal oculto hacia Cuba”, declaró al New York Times que "Kissinger, el jugador de ajedrez global, se sintió insultado porque un país pequeño arruinara sus planes para África".

Pero hay aspectos que ni el New York Times ni el resto de grandes diarios globales mencionan. Por ejemplo, que en aquel momento EEUU apoyaba al Gobierno racista de Sudáfrica y financiaba sus fuerzas armadas, precisamente para invadir Angola. O que Israel convirtió a Sudáfrica, en aquellos momentos, en una potencia nuclear.

Tampoco nos dicen que, para castigar a Cuba, la CIA comenzó a contratar y entrenar a terroristas de origen cubano, como Luis Posada Carriles, quien hoy vive con toda tranquilidad en su casa de Miami, y de cuyo crimen más monstruoso –la voladura de un avión cubano con 73 pasajeros- se cumplen esta misma semana 38 años.

Texto original

Kissinger y el porqué de no borrar a Cuba del mapa

Norelys Morales Aguilera – Blog “Isla mía” / Cubahora.- Mucho ha resonado el controvertido Premio Nobel de la Paz otorgado  a Henry Kissinger por los contactos que encabezó con los combatientes de Vietnam contra la agresión de Estados Unidos, para las negociaciones de paz en París, en 1973, que no llevaron al fin del conflicto.

Los académicos suecos consideraron que su contraparte vietnamita, Le Duc Tho, también merecía el galardón, pero lo rechazó porque después del armisticio firmado el 23 de enero de ese año, los bombardeos norteamericanos continuaban. Tal decoro no era esperable de Kissinger, enamorado de su ego como pocos y capaz de jugar en ambos lados de la mesa.

Un comentarista ha señalado que Kissinger, a los 91 años de edad, en su último libro "Orden Mundial", regaña a Bush, sopla la mano a Obama y le entrega sus recomendaciones para abordar el mundo actual. Una de las más recientes ha sido la creación de un ejército mercenario global para luchar contra los terroristas, dirigido por el Congreso de EE.UU.

Pero, ha saltado a los titulares en estos días por hacerse público un plan para destrozar  a Cuba, del llamado patriarca de la política exterior de Estados Unidos, una de las figuras más poderosas del club Bilderberg, quien fuera secretario de Estado de 1973 a 1977, durante las administraciones de Richard Nixon y Gerald Ford.

The New York Times informó de registros secretos del gobierno norteamericano recientemente dados a conocer que muestran que el secretario de Estado elaboró planes de contingencia hace cerca de 40 años para atacar Cuba en represalia por el despliegue de sus tropas internacionalistas para apoyar la independencia de Angola y contra el apartheid en Sudáfrica.

Los documentos dejaron de ser secretos a petición del Archivo de Seguridad Nacional, que los publicó en Internet.

Un recuento sobre esos planes forma parte del libro reciente, "Back Channel to Cuba" (El canal oculto hacia Cuba), escrito por William M. LeoGrande, un profesor de la American University, y Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación Cubana del Archivo de Seguridad Nacional.

Entre otras cosas, los documentos detallan una reunión del 25 de febrero de 1976 en la Oficina Oval, en la que Kissinger dijo al entonces presidente Gerald R. Ford: "Creo que vamos a tener que aplastar a Castro. Probablemente no podremos hacerlo hasta después de las elecciones".

Kissinger, en una reunión con los principales asesores de seguridad, entre ellos el futuro secretario de Defensa Donald Rumsfeld, comentó: “Si decidimos atacar, no podemos fallar. No podemos quedarnos a medias”. Kissinger se refería a otras acciones encubiertas promovidas por EE. UU. contra Cuba, como la invasión por Bahía Cochinos (Playa Girón) en 1961, según el memorando de la reunión.

El plan también contenía ​​propuestas para un bloqueo militar a las costas de Cuba. La posibilidad de que un ataque al archipiélago provocara un conflicto armado con la entonces Unión Soviética también fue tenida en cuenta. Según dicho plan, “una nueva crisis cubana no conduciría a una retirada soviética”. De ahí que el documento advirtiera: “Las circunstancias que podrían llevar a Estados Unidos a una operación militar contra Cuba deben ser lo suficientemente graves como para justificar posteriores medidas de preparación para una guerra general”.

Los documentos secretos desclasificados también muestran que el plan preveía incursiones aéreas sobre puertos e instalaciones militares, incluidas las zonas entorno de La Habana, así como el envío de marines a la base de Guantánamo "para aplastar a los cubanos".

"Kissinger, dijo Kornbluh, según el The New York Times, el jugador de ajedrez global, se sintió insultado porque un país pequeño arruinara sus planes para África y estaba esencialmente preparado para llevar la fuerza imperial de EE.UU. a la cabeza de Fidel Castro".

"Puedes ver en la conversación con (el presidente) Gerald Ford que está “extremadamente apoplético”, afirmó Kornbluh, describiendo el lenguaje del entonces secretario de Estado sobre hacer un daño a Cuba, como "esencialmente agresivo".

Ante la indagación del The New York Times, Donald H. Rumsfeld, se negó a comentar. Obviamente Kissinger no podía tampoco opinar sobre su rabieta cósmica.

Los caballeros imperiales se sienten humillados con la política independiente y de principios de Cuba. Si bajo el mando y la inspiración de tales personajes, Estados Unidos no ha borrado a Cuba del mapa, no sería por falta de planes, sino porque a fin de cuentas saben que es un hueso duro de roer y que se pueden atragantar.

Pero, la hostilidad no ha cesado por todas la vías posibles. Las nuevas revelaciones vienen a confirmar que la dirigencia cubana les ha llevado la delantera con un pueblo que no se deja amedrentar. Mientras que se sientan los dueños del mundo, como las once administraciones que la Revolución cubana ha padecido, no habrá descanso, deseando la paz y defendiendo la soberanía. Poco no es. / Colaboración para Cubahora.cu

Em português: Texto adaptado

Versão em português: Luis Miguel da Silva Gomes

O que não conta o New York Times sobre o plano de Henry Kissinger para acabar com Cuba

Cubainformación TV – Baseado num texto de Norelys Morales Aguilera – Blog “Isla mía” / Cubahora.- Henry Kissinger, ex-Secretário de Estado dos EUA recebeu, em 1973, um dos Prémios Nobel da Paz más controversos. Sua contraparte vietenamita, Le Duc Tho, que também ia receber o dito prémio, recusou-o porque os EUA, rompendo comromissos seus firmados, continuavam a bombardear o seu país.

Naturalmente, não se esperava que tal condecoração fosse entregue a Henry Kissinger que, naqueles anos, fora, por exemplo, inspirador e protector dos golpes de estado e das ditaduras do Cone Sul da América do Sul.

Agora, o New York Times publicou documentos que demonstram como Henry Kissinger, em 1976, elaborou planos para atacar militarmente Cuba. Fá-lo-ia em represália pelo dispendio de tropas cubanas em Angola, a pedido do Presidente Agostinho Neto, que enfrentaram o apartheid da África do Sul e apoiaram a independência da Namíbia.

Peter Kornbluh, autor do livro, "O canal oculto até Cuba", declarou ao New York Times que "Kissinger, o jogador de xadrez global, sentiu-se insultado porque um país pequeno arruinara os seus planos para África.”

Mas há aspectos que nem o New York Times, nem o resto dos grandes diários globais mencionam. Por exemplo, que naeuqle momento, os Estados Unidos apoiavam o governo racista da Africa do Sul e financiavam as suas forças armadas, precisamente para invadir Angola. Motivo que levou Israel a converter a África do Sul, naqueles tempos, numa potência nuclear.

Também não nos dizem que para catigar Cuba, a CIA começou a contratar e a treinar terroristas de origem cubana, como Luis Posada Carriles, que vive hoje, com toda a tranquilidade em sua casa de Miami, cujo crime mais monstruoso – o atentado á bomba a um avião cubano com 73 passageiros a bordo – cumpre, esta mesma semana, 38 anos.

Em português: Texto original

Kissinger e porque não apagou Cuba do mapa

Norelys Morales Aguilera – Blog “Isla mía” / Cubahora.- Muitos comentários têm soado sobre o controverso Prémio Nóbel da Paz outorgado a Henry Kissinger pelos contactos que encabeçou com os combatentes do Vietename contra a agressão dos Estados Unidos, para as negociações de paz, em Paris, em 1973, que levaram ao fim do conflito.

Os académicos suecos consideraram que a sua cotraparte vietenamita também merecia o galardão, mas Le Duc Tho recusou-o, porque depois do armistício firmado a 23 de janeiro desse ano, os bombardeamentos norte-americanos continuavam. Tal decoro não era esperado de Kissinger, enamorado pelo próprio ego como poucos e capaz de jogar de ambos os lados da mesa.

Um comentarista assinalou que Kissinge, aos 91 anos de idade, no seu último livro, “Ordem Mundial”, reganha a Bush, sopra na mão de Obama e faz as suas recomendações respeitantes ao mundo actual. Uma das mais recentes foi a criação de um exército mercenário global para lutar contra os terroristas, dirigido pelo Congresso dos EUA.

Mas saltou para os titulares nestes dias por ter-se tornado público um plano para destruir Cuba, pelo chamado patriarca da política externa norte-americana, uma das mais poderosoas figuras do Clube Bilderberg, que foi secretário de Estado, de 1973 a 1977, durante as administrações de Nixon e Gerald Ford.

O New York Times informou que registos secretos do governo norte-americano, recentemente dados a conhecer demonstram que o secretário de Estado elaborou planos de contingência para atacar Cuba, há cerca de 40 anos, em represália pelo envio das suas tropas internacionalistas para apoiar a independência de Angola e contra o apartheid na África do Sul.

Os documentos deixaram de ser secretos a pedido do arquivo de segurança nacional, que os publicou na internet.

Uma recontagem destes planos consta do livro recente, “Back Channel to Cuba” (o canal oculto até Cuba), escrito por William M. LeoGrande, um professor da Universidade Americana, e Peter Cornbluh, director do Projecto de Documentação Cubana do Arquivo de Segurança Nacional.

Entre outras coisas, os documentos detalham uma reunião na Sala Oval, a 25 de fevereiro de 1976, em que kissinger disse ao então presidente, Gerald R. Ford, “Creio que vamos ter de afstar Castro. Provavelmente não poderemos fazê-lo até depois das eleições.”

Numa reunião com os principais assessores de segurança, entre eles o futuro secretário da Defesa, Donald Rumsfeld, Kissinger comentou: “Se decidimos atacar, não podemos falhar. Não podemos ficar a meio». Kissinger referia-se a outras acções encobertas, promovidas leos EUA contra Cuba, como a invasão conhecida por «Baía dos Porcos» (Playa Giron), em 1961, segundo o memorando da referida reunião.

O plano também continha propostas para um bloqueio militar das costas cubanas. A possibilidade de que um ataque ao arquipélago provocasse um conflito armado com a então União Soviética também foi tida em conta. Segundo o dito plano, “uma nova crise cubana não conduziria a uma nova retirada soviética”. Daí que o documento tenha advertido:“as circunstãncias que poderiam levar os EUA a uma operação militar contra Cuba devem ser suficientemente graves para, posteriormente, justificar medidas de preparação para uma guerra geral”.

Os documentos secretos desclassificados também mostram que o plano previa incursões aéreas sobre portos e instalações militares, incluíndo as zonas em torno de Havana, bem como o nvio de fuzileiros para a Base de Guantánamo, para afugentar os cubanos».

Kissinger, disse Kornbluh, segundo o New Yor Times, “o jogador do xadrez global, sentiu-se inslutado porque um país pequeno tinha arruinado os seus planos para África, e estava essencialmente preparado para levar a força imperial dos EUA à cabeça de Fidel Castro”.

“Podes ver na conversa com (o presidente) Gerald Ford que está extremamente apoplético”, afirmou Kornlubh, descrevendo a linguagem do então secretário de Estado, de provocar uma dano a Cuba, «essencialmente agressivo».

Perante a indagação do New York Times, Donald Rumsfeld negou-se a comentar. Obviamente, kissinger também não podia opinar sobre a sua birra cósmica.

Os cavaleiros imperiais sentem-se humilhados pela política independente e de princípios de Cuba. Se sob o comando e a inspiração de tais personagens, os EUA não apagaram Cuba do mapa, não terá sido por falta de planos mas porque, no fim de contas, sabem que é um osso dutro de roer e que se podem engasgar.

Mas a hostilidade, por todas as vias possíveis, não parou. As novas revelações vêm confirmar que a liderança cubana lhes tomou a dianteira com um povo que não se deixa amedrontar. Enquanto se sentire donos do mundo, como as 11 administrações de que a revolução cubana padeceu, não haverá descanso, defendendo a paz e a soberania. E não é pouco.