O delito de se dizer na imprensa de Miami, “Sou revolucionário”

Cubainformación TV – Basado en un texto de Ángel Bravo – Blog “La pupila insonme”.- Antonio Muñoz Hernández, leyenda del béisbol cubano y conocido como “El gigante del Escambray”, viajó a Miami al  llamado “Juego del Reencuentro”, cita amistosa con peloteros cubanos –también retirados- que viven en EEUU. Edición: José Ignacio Antón.

Ver este mismo video en Youtube


En dispositivo movil mantener pulsado el enlace anterior hasta que aparezca el menú con la opción de descargar.

Texto adaptado

El delito de decir a la prensa de Miami `soy revolucionario´

Cubainformación TV – Basado en un texto de Ángel Bravo – Blog “La pupila insonme”.- Antonio Muñoz Hernández, leyenda del béisbol cubano y conocido como “El gigante del Escambray”, viajó a Miami al  llamado “Juego del Reencuentro”, cita amistosa con peloteros cubanos –también retirados- que viven en EEUU.

A Cuba han llegado no pocos beisboleros cubanos que jugaron –o juegan- en las Grandes Ligas de EEUU. Pero la prensa cubana les pregunta –como es lógico- sobre deporte, jamás sobre sus posiciones políticas.

Pero en Miami la prensa actúa de otra manera. Entre las primeras preguntas a Antonio Muñoz una pretendió ser un misil contra el deportista: “¿Entonces tú eres revolucionario?”. El periodista –de uno de los medios “ultra” de Miami- quizá pensó que Muñoz –con todo su derecho- evitaría el tema diciendo que había ido allí a hablar de deporte, y no de política. O que se comportaría como quienes dicen una cosa en Miami y otra en Cuba.

Pero no. Antonio Muñoz le respondió con total tranquilidad y contundencia: "Yo sí, soy revolucionario. Nací en Cuba y jamás he criticado a nadie que venga para acá a vivir o a jugar. Sí soy revolucionario porque me eduqué con la Revolución, y vivo con la Revolución, que en la vida me ha dado muchas oportunidades".

El periodista se quedó helado y boquiabierto. Las tertulias posteriores en radio y televisión echaban humo. Y trataban de explicar que Muñoz, gloria deportiva de Cuba, había simulado sus declaraciones para quedar bien con el Gobierno cubano y no tener problemas al regreso.

Y es que en la gran prensa de Miami –la que se autoproclama libre e independiente, pero que posiblemente sea una de las más secuestradas desde el poder- que alguien diga “soy revolucionario” es, sencillamente, un delito.

Texto original

El gigante del Escambray y el enano de Miami

Ángel Bravo – Blog "La pupila insonme".- Ahora ya no son solo los artistas sino también algunos deportistas cubanos quienes con sólo declarar su afiliación política agitan las aguas turbias del falsamente llamado exilio cubano. “Exilio”, nombre rimbombante que asumieron los batistianos hace más de cinco décadas, cuando huyeron cobardemente de Cuba. Hoy es el cascaron de un grupo minúsculo y vetusto amamantados por los extremistas republicanos de la derecha estadounidense, que se dedican a hacer buenos negocios con la política anticubana. El residuo de ese “exilio” siempre trata de estar vivo en los medios, aprovechando cuanta oportunidad tengan.

La semana pasada se hizo presente en el Bucky Dent Park, en Hialeah, en el llamado Juego del Reencuentro, el pelotero cubano Antonio Muñoz Hernández (65 años), también conocido como El gigante del Escambray, una verdadera leyenda del béisbol en la isla.

Se trataba de un juego amistoso con excompañeros de equipo y compatriotas que radican en Estados Unidos. La presencia de Muñoz convocó a mucha gente amante de la pelota. Y como suele suceder en situaciones como estas, excompañeros y aficionados buscaron tomarse algunas fotos con él y escucharle.

Un periodista le preguntó: “Muñoz ¿emocionado de estar aquí en Miami, no?” Él le respondió: “No. Yo no estoy emocionado de estar en Miami, yo estoy emocionado de ver tantos cubanos juntos, apretándome, saludándome, acariciándome y dándome la bienvenida”.

Cuando Muñoz dijo que a su regreso a Cuba contará del recibimiento que le han hecho todos los cubanos de esa comunidad, se desató la emoción y algarabía entre sus admiradores.

Otro periodista le preguntó: “¿No te parece una tentación los sueldos que están aquí cobrando los peloteros cubanos?” El gigante le dijo: “Yo de lo que tengo en Cuba vivo. Eso no me interesa. La tentación debe ser del que firma ese sueldo. Yo no firmo ese sueldo, y como no lo firmo, pues, yo con lo que me da el gobierno cubano revolucionario vivo”.

La conversación con el gigante se llevaba a cabo en buenos términos y la prensa se había comportado muy decente con él. Pero bastó que pronunciara la palabra “revolucionario”, para que de pronto surgiera un enano de la chusma batistiana, que creyéndose atrevido lanzó la pregunta: “¿Entonces tú eres revolucionario?” Muñoz sin titubeos declaró: “Yo sí soy revolucionario, porque nací en Cuba y jamás he criticado a nadie que venga para acá. Pero sí soy revolucionario porque me eduqué con la revolución, vivo con la revolución y muchas oportunidades que me ha dado”. ¡Más claro, ni las aguas de Varadero!

¿Qué esperaba el enano que le respondiera El gigante del Escambray? ¿Estaba esperando que le dijera lo que suelen repetir algunos artistas: ‘no estoy aquí para hablar de política’? Muñoz no negó su convicción revolucionaria, enfrentó “el reto” de responder una pregunta fuera de lugar, una pregunta –según el enano- “venenosa”. El canijo sabía que Muñoz hace mucho tiempo se había declarado “ser de los de Fidel”, pero aun así quería que el gigante se comportara como aquellos que dicen una cosa en Miami y otra en Cuba. Se equivocó y se fue en caída libre.

En Miami, ciudad de Estados Unidos que se proclama libre y democrática, esa libertad permite que algunos periodistas sean provocativos o se hagan los guapos detrás de un micrófono. Pero ellos mismos chillan, cuando quienes son provocados se expresen libremente. Para la gentuza, que alguien diga “soy revolucionario” es un delito.

Pero lo que pasa en Miami no sucede en Cuba. Varios deportistas cubanos que jugaron en las Grandes Ligas y viven en Estados Unidos, cuando visitan la Isla nadie les cuestiona ni les pregunta por sus posiciones política o ideológicas; se les pregunta por su desempeño deportivo, atlético y por sus logros. Ni el gobierno, ni el pueblo, ni la prensa incomodan a una persona que llega de visita; el socialismo le ha enseñado a los cubanos a respetar a los seres humanos.

Luego del batazo del gigante, la prensa batistiana de Miami trató de insinuar que Muñoz  acostumbra a simular lo que dice, para quedar bien con el Gobierno cubano. Otra vez en Miami quisieron ocultar el sol con un dedo. La identidad revolucionaria de Antonio Muñoz es conocida por todos. Lo que sucede es que no les gustó lo que él dijo.

El canijo periodista quiso hacerlo lucir mal, quiso arrinconarlo, quiso presentarlo como un hombre de doble moral, pero el gigante nunca se arrodilló. Acostumbrado a las grandes lides, lo del enano -que quiso asustar con la vaina vacía- fue para él cualquier cosquilleo. Muñoz quedó bien consigo mismo y con su pueblo, del cual es un ídolo deportivo.

Cuando El gigante del Escambray respondió con firmeza “Yo sí soy revolucionario” estaba pensando en las palabras del Che: “Recuerden que el eslabón más alto que pude alcanzar la especie humana es ser revolucionario”.

Tradução em português: Luis Miguel da Silva Gomes

Texto adaptado

O delito de se dizer na imprensa de Miami, “Sou revolucionário”

Cubainformación TV – Baseado num texto de Ángel Bravo – Blogue “La pupila insomne”

http://www.cubadebate.cu/especiales/2014/10/17/el-gigante-del-escambray-y-el-enano-de-miami

Antonio Muñoz Hernández, lenda do beisebol cubano e conhecido como “O gigante de Escabray”, viajou a Miami para participar no “Jogo do reencontro”, encontro amigável com jogadores cubanos, também aposentados e que vivem nos EUA.

Não foram poucos os profissionais de beisebol chegados a Cuba que jogaram, ou jogam nas grandes ligas dos EUA. Mas a imprensa cubana faz-lhes, logicamente, perguntas sobre desporto e jamais sobre as suas posições políticas.

Mas, em Miami, a impresna actua de outra maneira. Entre as primeiras perguntas a Antonio Muñoz, uma pretendue ser um míssil contra o desportista: “Então tú és revolucionário?”. O jornalista ao serviço de um dos meios “ultra” de Miami talvez tenha pensado que Muñoz, com todo o seu direito, evitaria o tema dizendo que tinha ido aí falar de desporto e não de política. Ou comportar-se-ia como quem diz uma coisa em Miami e outra em Cuba.

Mas não. Antonio Muñoz respondeu-lhes com total tranquilidade e contundência: “Eu sim, sou revolucionário. Nasci em Cuba e nunca critiquei ninguém que venha cá viver ou jogar. Sim, sou revolucionário porque me eduquei com a Revolução e vivo com a Revolução, que na vida me deu muitas oportunidades”.

O jornalista congelou e ficou boquiaberto. As tertúlias posteriores na rádio e na televisão até ferveram, tratando de explicar que Muñoz, glória desportiva de Cuba, teria simulado as suas declarações para ficar bem com o governo cubano e não ter problemas para regressar.

É que na grande imprensa de Miami - a que se autoproclama livre e independente mas que é possivelmente das mais sequestradas pelo poder – alguém dizer, “sou revolucionário” é, simplesmente, um delito.

Texto original

O gigante de Escambray e o anão de miami

Angél Bravo – Blogue “A pupila com insónias”.- Agora já não são só os artistas mas também alguns desportistas cubanos que apenas por declararem a sua afiliação política agitam as águas turvas do falsamente chamado exílio cubano. “Exílio”, esse nome bombástico que assumiram os apoiantes do ditador Baptista, há mais de cinco décadas, quando fugiram cobardemente de Cuba.

Hoje é uma forma de o grupo minúsculo e velho sair da casca, amamamentado pelos extremistas republicanos da direita estadounidense, que se dedicam a fazer bons negócios com a política anti-cubana. Os residuos desse “exílio” fazem sempre por andarem vivos nos mídia, aproveitando todas as oportunidades.

Na semana passada, esteve presente no Bucky Dent Park, em Hialeah, no chamado “Jogo do “Reencontro”, o jogador cubano Antonio Muñoz Hernández (65 anos), também conhecido como “O gigante de Escambray”, uma verdadeira lenda do beisebol na ilha.

Tratava-se de um jogo amigável com ex-companheiros de equipa e compatriotas radicados nos Estados Unidos. A presença de Muñoz foi motivo da presença de muita gente amante da modalidade. E como costuma acontecer em situações como esta, ex-companheiros e aficionados procuraram tirar algumas fotografias com ele e escutá-lo.

Um jornalista perguntou-lhe: “Muñoz, está emocionado por etar aqui em Miami, ou não?”

Ele respondeu: “Não, não estou emocionado por estar em Miami. Estou emocionado por ver tantos cubanos juntos abraçando-me, saudando-me, acariciando-me e dando-me as boas vindas”.

Quando Muñoz disse que, regressando a Cuba, falará sobre a recepção que lhe fizeram todos os cubanos dessa comunidade, desatou a emoção e a algarvia entre os seus admiradores.

Outro jornalista perguntou-lhe: “Não são, para ti, uma tentação, os salários que aqui pagam aos jogadores cubanos?”, o “Gigante” respondeu-lhe, “Eu do que tenho em Cuba, vivo. Isso não me interessa. Tentação deve ter o que aceita esse salário. Eu não aceito esse salário, e como não o aceito, pois, eu, com o que me dá o governo cubano revolucionário, vivo.”

A conversa com “O gigante” prosseguia em bons termos e a imprensa tinha-se comportado com ele, de forma muito decente. Mas bastou que tivesse pronunciado a palavra, revolucionário, para que prontamente tenha surgido um anão da ralé de Baptista, que crendo-se atrevido, lançou a pergunta: “Então você é revolucionário?”

Muñoz, sem se atrapalhar, declarou: “Eu sim. Sou revolucionário porque nasci em Cuba e jamais critiquei alguém que tenha vido para cá. Mas, sim. Sou revolucionário porque me eduquei e vivo com a Revolução que muitas oportunidades me deu.”

Nem as águas de Varadero podem ser mais claras!

Que esperava o anão que lhe respondesse “o gigante de Escambray”? Estaria à espera que lhe dissesse o que costumam repetir alguns artistas, “não estou aqui para falar de política”? Muñoz não negou a sua convicção revolucionária, aceitou o repto de responder a uma pergunta deslocada, pergunta – segundo o anão -, ”venenosa”. O canijo sabia bem como há muito tempo que Muñoz tinha declarado “ser dos de Fidel”, mas ainda assim queria que «O Gigante” se comportasse como aqueles que dizem uma coisa em Miami e outra, diferente, em Cuba.

Equivocou-se e ficou em queda livre.

Em Miami, cidade dos Estados Unidos que se proclama livre e democrática, essa liberdade permite que alguns jornalistas sejam provocadores ou se armem em jeitosos atrás de um microfone. Ma eles mesmos entram em convulsão quando quem é provocado se expressa livremente. Para essa gentinha, alguém dizer, “sou revolucionário” é um delito.

Mas o que ocorre em Maimi não acontece em Cuba. Vários desportistas cubanos que jogaram nas grandes ligas e vivem nos Estados Unidos, quando visitam a ilha, ninguém os questiona nem nem lhes pergunta sobre as suas posições políticas ou ideológicas. Pergunta-se sobre o seu desempenho desportivo, atlético e os seus resultados. Nem o governo, nem o povo, nem a imprensa incomodam uma pessoa que venha de visita. O socialismo ensinou os cubanos a respeitarem os seres humanos.

Depois da réplica do “Gigante”, a imprensa “batistiana” de Miami tratou de insinuar que Muñoz constuma simular o que diz, para ficar bem com o governo cubano.

Mais uma vez, em Miami quiseram tapar o sol com um dedo. A identidade revolucionária de Antonio Muñoz é por todos conhecida. Sucedeu foi que não gostaram da sua resposta.

O canijo jornalista quis dar-lhe mau brilho, quis acantoná-lo, quis apresentá-lo como um homem com dupla moral mas “o gigante” nunca quebrou. Acostumado às grandes lides, o anão que o quis assutar foi, para ele, menos que quaisuqer cócegas. Muñoz ficou bem consigo e com o seu povo, de quem é um ídolo desportivo.

Quando “O gigante de Escambray” respondeu, com firmeza, “Eu, sim. Sou revolucionário”, estava a pensar nas palavras de Che, «Recordem que o posto mais alto que pode alcançar a espécie humana é ser-se revolucionário».

Especiales
La mafia cubano-americana piega Netflix? (Versione italiana: cliccare CC sul video, selezionare la lingua e riprodurre. Potete leggere il testo in italiano più in basso). La mafia cubano-américaine fait-elle plier Netflix ? (Version fra...
Guerra degli USA contro le mipymes cubane (Versione italiana: cliccare CC sul video, selezionare la lingua e riprodurre. Potete leggere il testo in italiano più in basso). La guerre des USA contre les PME cubaines (Version française: Ap...
Vuole Biden ridurre l’emigrazione cubana, come fece Obama? (Versione italiana: cliccare CC sul video, selezionare la lingua e riprodurre. Potete leggere il testo in italiano più in basso). Biden veut-il réduire l’émig...
Lo último
La Columna
La Revista