Cubainformación TV – Basado en un texto de Álvaro Verzi Rangel - Rebelión.- Tras la muerte en Miami de Luis Posada Carriles, leemos en la prensa global que era un “militante anticastrista”, incluso un “exiliado cubano”. La palabra “terrorista” aparece entrecomillada, unida siempre a las acusaciones contra él del Gobierno cubano. Edición: Ana Gil.


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Texto adaptado

Luis Posada Carriles: ¿terrorista, disidente, torturador… u obediente soldado?

Cubainformación TV – Basado en un texto de Álvaro Verzi Rangel - Rebelión.- Tras la muerte en Miami de Luis Posada Carriles, leemos en la prensa global que era un “militante anticastrista”, incluso un “exiliado cubano”. La palabra “terrorista” aparece entrecomillada, unida siempre a las acusaciones contra él del Gobierno cubano.

Repasemos. Posada fue reclutado en 1960 por la CIA, donde –según su propia confesión al New York Times- aprendió a realizar “actos de sabotaje”, “usar explosivos” y “a matar”.

Dentro de la política de colaboración de la Agencia con los cuerpos represivos de América Latina, en 1969 es integrado en la DISIP, la policía política de Venezuela, bajo el pseudónimo de Comisario Basilio. Allí participa en la detención, tortura y asesinato de numerosos luchadores de izquierda.

En 1976 llega a Chile para colaborar con la DINA, policía política de Augusto Pinochet, e integrarse en la Operación Cóndor.

Es un año clave en la historia del terror contra Cuba. En Washington son asesinados el excanciller chileno Orlando Letelier y su ayudante Ronnie Moffit, así como Adriana Corcho y Efrén Monteagudo, diplomáticos de la Embajada de Cuba en Portugal.

Bombas contra intereses cubanos y contra compañías aéreas, canales de televisión y centros culturales con alguna vinculación con Cuba, anticipan el mayor atentado terrorista ocurrido hasta entonces en el hemisferio occidental: la voladura en pleno vuelo de un avión de Cubana de Aviación, que causa 73 muertes.

Detenido por este hecho, en 1985 se fuga de una cárcel de Caracas, mediante un soborno pagado por la Fundación Nacional Cubano-Americana, entidad fundada años antes por el presidente Ronald Reagan.

Instalado en El Salvador, se integra a las operaciones ilegales en apoyo a la Contra nicaragüense, organizadas por el teniente coronel Oliver North, actual presidente de la Asociación Nacional del Rifle de EEUU.

En los 90 organiza varios atentados contra sitios turísticos de La Habana, en uno de los cuales fallece el ciudadano italiano Fabio Di Celmo.

Acabar con la vida de Fidel Castro es su gran obsesión incumplida. Tras el último intento, en 2000 es detenido en Panamá. Pero en 2004 recibe el indulto de la presidenta Mireya Moscoso, a petición de la Casa Blanca.

El 23 de mayo moría, protegido por el gobierno de EEUU, uno de los mayores criminales al servicio de la CIA. A quien hoy, los medios, siguen llamando… “disidente”.


Texto original

Protegido por EEUU, falleció impune el genocida Posadas Carriles

Álvaro Verzi Rangel - Rebelión

Sin pagar por los actos de genocidio cometidos en su larga carrera terrorista al servicio de la central de inteligencia estadounidense CIA, entre ellos la voladura de un avión de Cubana de Aviación en Barbados en 1976 con 73 muertos; torturas, asesinatos y diversos atentados con bombas, murió plácidamente en Miami Luis Posadas Carriles.

Entrenado por el Ejército de EEUU en la Escuela de las Américas (en Fort Benning, Georgia), recibió asesoramiento en explosivos, terrorismo y asesinato en los años sesenta para efectuar acciones militares contra la población civil de Cuba. Bajo los seudónimos de Ramón Medina, Ignacio Medina, Juan José Rivas, Julio César Dumas y Franco Rodríguez Mena, entre otros, se le vio recorrer buena parte del continente como “operativo” de la CIA.

Luis Posada Carriles, conocido como Bambi en las bandas anticubanas, quizá fue el más tristemente famoso, sádico y cruel terrorista de este lado del mundo, y participó en la represión en Venezuela en los años 1960-70 desde los extintos organismos policiales Digepol y Disip (comisario Basilio).

Existen muchas denuncias sobre su participación en el asesinato y caza de luchadores venezolanos como Pancho Alegría, Noel Rodríguez, Ramón Álvarez, Rafael Botini Marín. Nunca actuó solo en sus correrías, sino con Ricardo Morales Navarrete, Nelsy Ignacio Castro, Joaquín Chaffardet, Orlando García Vázquez, Rafael Rivas y Hermes Rojas, quien lo acompañó a El Salvador para asesorar al gobierno de Napoleón Duarte.

Bambi Posada Carriles, cubano con nacionalidad venezolana, perteneció además al Ejército de Estados Unidos entre 1962 y 1963 (alcanzó el grado de subteniente) y participó en el fallido intento de invasión a Cuba por Playa Girón, formando parte de la Operación 40 encargada de apoyar el desembarco.

Fue, junto a Orlando Bosch, autor intelectual de la voladura de un avión comercial de Cubana de Aviación en Barbados en 1976 y llegó a estar preso en Venezuela por este crimen, pero en 1985 se fugó de la prisión, disfrazado y con un documento falso, ayudado por sus amigos del corrupto gobierno venezolano de entonces, entre ellos el abogado fascista Ricardo Koesling, el anticastrista Salvador Romaní, prófugo de la justicia venezolana y Pepe Vázquez, ex comisario de la policía política venezolana, también de origen cubano y con financiamiento de los anticubanos de Miami.

En 1976 se vio involucrado en el asesinato en Washington de Orlando Letelier, canciller chileno durante la gestión de salvador Allende. El atentado lo cometió junto a otros agentes de la CIA como Michael Townley, al servicio de la DINA chilena. El coche bomba también mató a la ayudante estadounidense de Letelier, Ronnie Moffit y dejó herido a Michael, esposo de ésta. Los restos de Orlando Letelier fueron sepultado en Venezuela, pues Pinochet no permitió enterrarlo en Chile y repatriados en 1994.

Cinco años antes, en 1971, Posada protagonizó un atentado fallido contra el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, quien realizaba una visita oficial a su homólogo chileno, Salvador Allende, junto a otros agentes de la DINA y la CIA como David Atlee Phillips, Frank Sturgis, Joaquín Sanjenis, Ricardo Morales Navarrete, Gerry Hemmings, Orlando Bosch Ávila y Antonio Veciana.

Si no resultaba el plan de Santiago, la CIA preveía otros alternativos, como el lanzamiento de explosivos desde la terraza del aeropuerto de Lima, o el uso de un fusil de mira telescópica en Quito para asesinar a Fidel, disparándole desde un avión cercano al suyo, perteneciente a los hermanos Guillermo y Roberto Verdaguer. Posada Carriles y Osiel González serían los gatillos.

Su último intento de magnicidio se produjo en el año 2000, cuando Fidel Castro denunció un plan para asesinarlo en Panamá, donde asistía a una Cumbre Iberoamericana. Posada Carriles fue detenido (junto a los criminales Gaspar Eugenio Jiménez, Pedro Remón y Guillermo Novo) por ese motivo en el país centroamericano, aunque la entonces presidenta, Mireya Moscoso, le indultó antes de dejar el mando.

Paso siguiente, viajó a El Salvador, donde se reunió con el teniente coronel Oliver North y se instaló en la base aérea de Ilopango, donde participó en la organización de la guerra terrorista contra el gobierno sandinista de Nicaragua, proporcionando armas a los “contras” en Nicaragua

Organizó numerosos ataques con explosivos a varios hoteles en La Habana en 1997, acciones que él mismo reconoció públicamente un año después en una entrevista con el diario estadounidense The New York Times. Una bomba en el hotel Copacabana mató al turista italiano Fabio Di Celmo, e intentó asesinar varias veces al Fidel Castro, por órdenes de la CIA.

La protección de Washington

Entró nuevamente a Estados Unidos en 2005, esta vez de manera ilegal, por lo que debió enfrentarse a la justicia de este país. El gobierno estadounidense le brindó protección desde entonces, negándose a la petición del Estado venezolano que solicitó su extradición.

En 2011 había sido absuelto de 11 cargos de perjurio, fraude y obstrucción de procedimiento por un tribunal de migración de Texas donde se ventiló su caso de deportación. La jueza Kathleen Cardone lo libró del delito migratorio por considerarlo “viejo e inválido”.

Documentos desclasificados del Departamento de Estado, certifican que Posada Carriles fue un informante y agente pagado de la CIA, por lo cual viajó por distintos países latinoamericanos en los cuales trabajó contra los movimientos de izquierda, por ejemplo en las décadas de 1960 y 1970 para los servicios de espionaje de Venezuela, Guatemala, Chile y El Salvador en la lucha antiguerrillera.

El crimen de Barbados

Por casi tres años la periodista venezolana Alicia Herrera, autora del libro “Pusimos la bomba… ¿y qué?”, visitó la cárcel militar de San Carlos en Caracas, en espera de que Fredy Lugo u Orlando Bosch, autores material e intelectual del crimen, hicieran alguna referencia al caso del avión de Cubana de Aviación que el 6 de octubre de 1976 estallara en pleno vuelo en las costas de Barbados.

Narra Herrera que Fredy Lugo le dijo: “Tú no te puedes imaginar cómo nos ha perjudicado ese desgraciado… yo no sé qué se puede hacer para mandarlo a callar. Figúrate que el muy sinvergüenza ha gritado en el patio de ejercicios que sí, que fuimos nosotros –se refiere a Orlando Bosch, Luis Posada Carriles, Fredy Lugo y Hernán Ricardo– los que tumbamos el avión. Bueno, (…) el loco Hernán gritó delante de unos soldados y un oficial: Nosotros pusimos la bomba, ¿y qué? De que fuimos nosotros es verdad, o sea, Hernán no está diciendo ninguna mentira.”

Fue el atentado terrorista más grave ocurrido hasta entonces en el hemisferio occidental, pero aún no se ha hecho justicia. Los autores intelectuales del horrendo crimen han disfrutado de la protección y la hospitalidad ininterrumpida de los gobernantes estadounidenses, desde Bush padre hasta Donald Trump.

Uno de los asesinos, Orlando Bosch, vivió tranquilamente en Miami sus últimos veinte años y murió allí en 2011 de muerte natural sin que nadie lo molestase. El otro, Posada Carriles, permaneció en Miami sabiendo que Washington no iba a extraditarlo a Venezuela para que fuera juzgado por la atrocidad de la que fue principal responsable.

Desde meses antes de la voladura se habían intensificaron las agresiones terroristas contra Cuba, dirigidas fundamentalmente a sedes diplomáticas y representaciones aéreas, sobre todo en países que mantenían relaciones con La Habana, tales como Panamá, México, Colombia, Jamaica, Barbados, Trinidad-Tobago y Venezuela.

En julio de 1976, varias de esas organizaciones terroristas radicadas en Estados Unidos se reunieron en República Dominicana y crearon la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU), bajo la jefatura de Orlando Bosch. Semanas después, un periódico editado en Miami publica un parte de guerra, y tras referir cómo volaron un automóvil frente a la embajada de Cuba en Colombia y destruyeron las oficinas de Air Panamá, declararon que “muy pronto atacaremos aeronaves en vuelo…”

Jorge Mas Canosa, ex presidente de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) de Miami, viajó a Venezuela en varias ocasiones para gestionar la atención y la fuga del terrorista de la cárcel de San Juan Morros, en Guárico -según documentos desclasificados por el gobierno cubano y citados por de Reinaldo Taladrid y Lázaro Barredo en The chairman soy yo-, junto a Gaspar Jiménez Escobedo y Rolando Mendoza, de la FNCA, quienes facilitaron los contactos con las autoridades del penal.

En dos oportunidades -1982 y 1984-, Posada Carriles intentó fugarse sin éxito de las cárceles venezolanas. Lo logró en 1985, apoyado por la red encubierta del coronel Oliver North, que tuvo como cercano colaborador a Mas Canosa, confirman fuentes cubanas y estadounidenses.

La FNCA proporcionó el dinero para el soborno (50 mil dólares) de los funcionarios de la prisión y, también, un avión Cesnna de dos motores, en el que viajó Luis Posada Carriles a la base aérea de Ilopango, en El Salvador. Mientras el terrorista estuvo preso, Mas Canosa le enviaba todo tipo de paquetes a la celda, incluido dinero, comida y efectos electrodomésticos.

Gaeton Fonzi, un ex investigador del Comité Selecto del Congreso sobre Asesinatos, que entrevistó a Posada en la cárcel, aseguró públicamente que el terrorista “fue sacado de la cárcel como parte de la operación Irán-Contras. Las diligencias para la fuga las hizo Jorge Más, que recibió el apoyo de la red encubierta de Oliver North.”

Sobreviviente de un cáncer de garganta y un derrame cerebral, la salud del terrorista se había deteriorado tras sufrir varias fracturas de huesos en un accidente de auto en 2015. Los últimos años del terrorista al servicio de Estados Unidos, transcurrieron en el sur de la Florida, bajo la protección de su patrocinador, el gobierno de Washington. Murió en Miramar, al norte de Miami, a los 90 años, sin pagar por sus actos de genocidio.

Álvaro Verzi Rangel. Sociólogo venezolano, Codirector del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

 

Zer izan zen Luis PosadaCarriles: terrorista, disidentea, torturatzailea...edo soldadu  obedientea?

Cubainformación TV – ÁlvaroVerziRangelen testu batean oinarritua - Rebelión - Ahotsa: Eneko Calle.- Miamin hil eta gero, mundu osoko prentsan irakurri dugu Luis PosadaCarriles “Castroren kontrako militantea” edota “kubatar erbesteratua” zela. “Terrorista” hitza, ostera, komatxoen artean agertu zaigu, eta beti Kubako Gobernuaren salaketekin lotuta.

Gogora dezagun. Posada 1960an hasi zen CIAn lanean, eta bertan ikasi zuen “sabotaje-ekintzak” egiten, “lehergailuak erabiltzen” eta “jendea akabatzen” ─halaxe aitortu zuen New York Times egunkarian─.

Agentziaren eta Latinoamerikako errepresio-taldeen arteko lankidetza-politikaren baitan, Venezuelako polizia politikoan (DISIP) sartu zuten, 1969an. Han, Basilio Komisarioa ezizenaz, hamaika borrokalari ezkertiarren atxiloketan, torturan eta erailketan parte hartu zuen.

1976an, Txilera iritsi zen, Augusto Pinocheten DINA polizia politikoarekin elkarlanean nahiz Kondor Operazioan aritzeko.

Urte hura funtsezkoaizan zen Kubaren kontrako terrorearen historian: Washingtonen, Orlando Letelier Txileko kantziler ohia eta beraren laguntzaile Ronnie Moffit hil zituzten; Lisboan, berriz, Adriana Corcho eta Efrén Monteagudo, Kubako enbaxadako diplomatikoak.

Bonbak Kubako interesen kontra, baita hegazkin-konpainien, telebista-kateen eta Kubarekin loturaren bat zuten kultura-zentroen aurka ere. Guztiak ere, atentatu terrorista bortitzago baten ataria, ordura arte mendebaldeko hemisferioan egondako handiena: Cubana de Aviaciónkonpaniaren hegazkin baten leherketa, hegaldian bertan, zeinetan 73 lagun hil ziren.

Ekintza horregatik atxilotu zuten, baina, 1985ean, Caracaseko kartzela batetik alde egin zuen. Ihesaldirako eroskeria Kubatar-Amerikar Fundazio Nazionalak ordaindu zuen, urte batzuk lehenago RonaldReagan presidenteak berak sortutako erakundeak, hain zuzen.

Ondoren, El Salvadorrera joan zen, eta Nikaraguako Contra babesteko legez kanpoko operazioetan hartu zuen parte. Ekintza haiek OliverNorth teniente koronelak antolatu zituen, AEBko Erriflearen Elkarte Nazionalaren egungo presidenteak.

90eko hamarkadan, hainbat atentatu prestatu zituen Habanako leku turistikoak astintzeko, eta horietako batean Fabio Di Celmo italiarra zendu zen.

Fidel Castro garbitzea obsesio bihurtu zitzaion, baina ezin izan zuen lortu. 2000. urtean, azkeneko aldiz porrot egin ostean, Panaman atxilotu zuten. Alabaina, 2004an, MireyaMoscoso presidentearen indultua jaso zuen, Etxe Zuriak hala eskatuta.

PosadaCarriles, CIAren zerbitzura egondako kriminalik handienetakoa, maiatzaren 23an hil zen, AEBko Gobernuaren babesean. Oraindik ere, hedabideek... “disidente” esaten diote.

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