Cubainformación TV – Basado en un texto de Luis Carlos Muñoz Sarmiento - El Espectador.- ¿Se acuerdan del famoso concierto “Venezuela Aid Live”, celebrado en Cúcuta (Colombia)? ¿Y de la “ayuda humanitaria” de Donald Trump que debía entrar por dicho enclave fronterizo? Pues cinco semanas después, el comercio en Cúcuta ha caído el 60% y se ha disparado la crisis económica y social en la ciudad.
Ver este mismo vídeo en Youtube (calidad HD)
Edición: Endika Alonso. Presentación: Lázaro Oramas.
¿Cómo está Cúcuta a un mes del “Venezuela Aid Live”?
Cubainformación TV – Basado en un texto de Luis Carlos Muñoz Sarmiento - El Espectador.- ¿Se acuerdan del famoso concierto “Venezuela Aid Live”, celebrado en Cúcuta (Colombia)? ¿Y de la “ayuda humanitaria” de Donald Trump que debía entrar por dicho enclave fronterizo?
Pues cinco semanas después, el comercio en Cúcuta ha caído el 60% y se ha disparado la crisis económica y social en la ciudad. La razón: el cierre de la frontera decretado por Venezuela, que ha reducido notablemente el contrabando de gasolina hacia Colombia, base de la economía de Cúcuta.
Es parte de la gran farsa mediática sobre la supuesta “crisis humanitaria”, la “pobreza”, el “hambre” o la “represión” en Venezuela.
En Colombia más de 500 líderes sociales han sido asesinados desde 2016. Desde que el ultraderechista Iván Duque es presidente, la cifra ha aumentado el 164%.
Hablemos de hambre: solo en una región colombiana, en La Guajira, han fallecido por desnutrición cerca de cinco mil menores en los últimos ocho años. Tres cada dos días.
¿Vemos en los medios, imágenes de quienes hurgan en la basura, en ciudades colombianas como Tumaco, Buenaventura o Barranquilla? No. A la prensa solo le interesan las de Caracas.
Mientras, en Venezuela hay 32 mil Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), que distribuyen alimentos y productos básicos a seis millones de familias y que explican por qué las sanciones y la guerra económica no han causado una verdadera hambruna en el país.
Pero de esto la prensa no nos habla. Mucho menos la de Colombia, donde millones de personas firmarían por tener acceso a un programa CLAP de “ayuda humanitaria” como el del gobierno de Venezuela.
