Cubainformación.- Grabamos en Valencia esta entrevista a la periodista y profesora cubana Dixie Edith Trinquete Díaz que, durante el mes de marzo de 2022, está realizando una gira de más de 20 actos y conferencias en el Estado español, bajo el título genérico "Bloqueo y Mujer en Cuba", de la mano de las 58 asociaciones solidarias que forman parte del MESC (Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba).
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Gira "Bloqueo y Mujer en Cuba": periodista Dixie Edith Trinquete (cobertura en Cubainformación)
La periodista, especializada en feminismo y temáticas de género, remarca que “Cuba no puede reducirse a una realidad en blanco y negro”, ni a los “estereotipos creados en las redes, con intenciones muy manipuladoras”. Señala que hubo quienes pensaron que “podía apostarse a que, con la pandemia, Cuba (la Revolución cubana) iba a desaparecer, y cuando se vio que no, el asedio se recrudeció”.
Marcando lo positivo, Dixie Edith Trinquete afirma que “Cuba vive un momento emocionante, con avances en torno a las reivindicaciones de igualdad de género”. Señala que, al Triunfo de la Revolución, el país aprobó importantes leyes que supusieron enormes avances en la igualdad entre mujeres y hombres, y que, ahora, se vive un “segundo momento” para profundizar y acomodar a la realidad actual aquellas leyes, para “hacerlas más horizontales” y para aplicar una mirada transversal a todas ellas. Un logro en un país que sigue siendo “machista y con una gran herencia patriarcal”.
“En Cuba se está legislando contra la violencia de género y en favor de la diversidad familiar”, añade.
Le preguntamos cómo se desarrolla el debate popular del Código de las Familias y qué retos aborda, y en su respuesta matiza que el Código es “mucho más que el matrimonio igualitario”, al que se oponen algunas “iglesias muy conservadoras”. Incluye temáticas como las familias transnacionales (divididas en varios países, principalmente por la emigración), la corresponsabilidad en los cuidados, la violencia de género, el derecho progresivo de niñas, niños y adolescentes, etc.
El debate es masivo, explica, tanto en las comunidades, como “en los espacios digitales”, a través de aplicaciones para móviles y páginas web creadas al efecto, para recoger opiniones y criterios de toda la población.
A la pregunta de ¿qué se puede hacer desde la solidaridad frente a la ola de desinformación sobre Cuba?, Dixie responde con rotundidad: multiplicar la información, dar a conocer cómo funcionan las redes sociales y sus algoritmos, que copan los espacios de información y manipulan, sobre todo a la población más joven.
Explica que siempre se ha tratado de “imponer una visión sobre Cuba, no es algo nuevo”, pero ahora es “a doble velocidad y con un impacto más rápido, mediante las redes sociales y otras herramientas info-tecnológicas”. Y sobre todo, con “mucho, mucho dinero: por cada 1 K no pagado hay 10 K pagados”, sentencia.
Entrevista: David Rodríguez.
Cámara: Pau Romero.
Redacción y edición: José Manzaneda.
Fotos: Asociación Valenciana de Amistad con Cuba "José Martí"
“Cuba vive un momento emocionante de avance hacia la igualdad de género”
Transcripción: José María Alfaya
¿Cómo ves la gira “Bloqueo y mujer en Cuba” que estás realizando?
Vivir la solidaridad es una experiencia que resulta muy gratificante. Cuba ha sido, desde el triunfo de la Revolución y desde muchísimo antes, un país muy solidario. Cuando, entonces, recibimos reciprocidad a esa solidaridad, nos resulta siempre muy emocionante y nos alienta muchísimo a trabajar.
Creo que hay un interés en saber de Cuba, en saber lo que está pasando en Cuba ahora. Dos años de pandemia pueden haber sido muy amenazantes, porque hay una muy mala prensa sobre Cuba. Entonces, poder contar de verdad de primera mano, que no se ha parado Cuba en pandemia, que estamos haciendo cosas, poder entender las preocupaciones y poder corresponder a esas preocupaciones de personas que nos quieren, que nos aman desde este lugar, puede ser gratificante realmente.
¿Qué significa ser mujer en Cuba en tiempos de bloqueo y de guerra mediática?
Siempre me gusta decir que Cuba no es un país en blanco y negro, Cuba es un país que tiene muchos colores, muchos matices y hay que entender a Cuba conociendo a Cuba. Es muy difícil entender a Cuba desde el estereotipo que las redes pintan, que son redes cada vez más crudas, más manipuladoras, más amenazantes a la realidad que tenemos.
Alguien me decía hace poco que lo que pasó con Cuba ahora, en los dos años de pandemia es que -aunque Cuba siempre ha estado siempre bloqueada, amenazada- podía apostarse a que la pandemia iba a hacer desaparecer a Cuba y cuando se vio que esto no pasó, este asedio se recrudeció. Y en un momento de desarrollo vertiginoso de la información y de las comunicaciones, esto se hace muy complicado.
En términos de Mujer y Cuba yo creo que Cuba está viviendo un momento emocionante en legislación y en avances vinculados a las reivindicaciones desde la igualdad de género… Cuba vivió al inicio de la Revolución legislaciones y medidas muy aceleradas, muy rápidas que consiguieron igualdad legislativa, igualdad en muchos aspectos de la vida pero, obviamente, vivimos en un país machista, vivimos en un país con una herencia patriarcal que es muy fuerte, que está ahí y ahora estamos en un “segundo momento”, diría. Para volver sobre esas leyes y acomodarlas al entorno que estamos viviendo, no solamente en Cuba sino en el mundo, y para hacerlas aún más horizontales. Además, estamos tratando de darles miradas transversales de género a las leyes, es algo que se está haciendo a conciencia.
Yo soy asesora de la Federación de Mujeres Cubanas y me gusta siempre certificar que soy parte de un equipo enorme de mujeres y hombres que son “especialistas multiperfil”, que vienen de diferentes zonas de la Academia y están asesorando a la Federación, como están asesorando a todo el país, porque este es el principio del Gobierno en Cuba, que ese perfeccionamiento legislativo venga con una base científica. Es la carta de presentación de este Gobierno de Miguel Díaz-Canel, que hoy está siendo continuidad pero también está teniendo este enfoque novedoso de ir hacia la Ciencia, hacia la aplicación de la Ciencia, hacia la innovación, y esto también se está viviendo en el ámbito de las mujeres, de la igualdad.
Y es bien interesante, porque en Cuba hoy se está legislando contra la violencia de género, se está legislando a favor de la diversidad familiar, se está reconociendo, como nunca antes, la diversidad de mujeres y de personas que viven en Cuba hoy, y por tanto se están reconociendo más derechos para todas esas personas diversas y eso hace que el momento sea muy impactante.
¿Cómo se desarrolla el debate popular del Código de las Familias y qué retos aborda?
Hoy el Código está en debate popular. Están pasando las reuniones a nivel de comunidad, de barrio, para el debate del Código, para que las personas opinen sobre propuestas a agregar, eliminar, cosas que no entienden. Se está dando un debate del Código que también está ocurriendo sobre los espacios digitales, está ocurriendo en las aplicaciones de datos móviles de los teléfonos o a través de páginas web.
Los retos y desafíos son múltiples. Yo creo que el mayor reto es que el Código se comunique bien, que las personas entiendan bien toda la amplitud y todo el enorme avance que puede significar la aprobación de este Código de las Familias, que no está sólo enmarcado en los debates que nos están queriendo imponer desde fuera.
Al Código se le está cuestionando, bueno, ya sabemos, por el tema del matrimonio igualitario, que es un tema que lleva dando golpes en Cuba desde hace ya más de un año, bueno, desde la aprobación de la Constitución de 2019, y que tiene mucho que ver con el fortalecimiento de algunas posturas fundamentalistas, sobre todo del fundamentalismo religioso en Cuba, a nivel de algunas iglesias muy conservadoras.
Pero, por otro lado, se está haciendo una oposición al Código que yo diría que es más bien política, y que está partiendo de la manipulación de las propuestas del Código. Se está imponiendo una matriz de opinión que está llevando un tema como el de la sustitución de la patria potestad por responsabilidad parental a un debate que se superó en los sesenta, y que nos recuerda cuando en Cuba operó la llamada Operación Peter Pan, lo cual a mí me parece obsoleto y muy cruel.
Igual hay otros temas del Código que están siendo sujetos de manipulación a veces, sobre todo desde las redes sociales, para que este código no se apruebe.
Creo que es muy importante (y retomo) que las personas conozcan de qué va el Código, porque este está hoy pronunciándose sobre temas que son esenciales para la vida del país. Estoy hablando de las relaciones de las familias transnacionales, de las familias que tienen una parte de ellas en la emigración, estoy hablando de todo lo que tiene que ver con la corresponsabilidad de los cuidados para un país tan envejecido como es Cuba hoy. Estoy hablando de un articulado importantísimo que tiene que ver con la violencia de género y con las consecuencias también al nivel de la legislación familiar sobre esta violencia de género. Estoy pensando en lo que tiene que ver con el reconocimiento del Derecho Progresivo de niños, niñas, adolescentes, para ir asumiendo posiciones de responsabilidad con sus vidas, es decir, el reconocimiento de sus derechos. Cuba fue uno de los primero países en firmar y ratificar la Convención de los Derechos del Niño y este Código creo que viene a calzar esa adhesión a convenios internacionales.
O sea, hay toda una serie de elementos muy novedosos que el Código tiene, que hace falta sean bien conocidos y bien documentados, porque el Código es mucho más que matrimonio igualitario y es mucho más que esa matriz que nos están tratando de imponer desde los medios que no nos quieren.
¿Qué se puede hacer desde la solidaridad frente a la ola de desinformación sobre Cuba?
Multiplicar. Las redes sociales son algoritmos, son pequeñas burbujas y hay que multiplicar la información. Y también tratar de explicar un poco cómo funciona esa matriz de información. Que las personas sepan que lo que ven en sus redes no es la verdad absoluta, que porque lo leyeron ahí, eso no quiere decir que sea lo que es, ni lo que están viendo todas las personas a su alrededor.
Es entender el algoritmo de las redes, y por ahí hay propuestas interesantes desde Cuba, en documentales como “La dictadura del algoritmo”, en reflexiones de colegas que se han dedicado a trabajar particularmente ese tema, que explican muy bien cómo funcionan estos algoritmos, que van copando los espacios de información en los que las personas se mueven y, sobre todo, las personas jóvenes en Cuba, que para mí son uno de los desafíos más grandes, cómo llegar a estos públicos jóvenes por otras vías y, sobre todo, multiplicar.
Por eso la solidaridad es tan importante, porque nos ayuda a multiplicar esta realidad que está siendo manipulada, que está siendo hoy silenciada de muchas maneras, de maneras múltiples, se está tratando de imponer una visión sobre Cuba, y eso no es nuevo, lo que pasa es que hoy, con estas tecnologías a disposición, está ocurriendo a doble velocidad y con mucho mayor impacto de lo que ha sido toda la vida. O sea, no es un escenario nuevo. Simplemente es un escenario que se ha movido hacia canales de información, herramientas info-tecnológicas, que son muy poderosas y que por tanto es muy complicado… y además hay mucho dinero corriendo ahí. Yo digo que por cada “k” de alcance que logra de manera orgánica una red nuestra hay diez “k” pagados que se están imponiendo desde fuera. Y eso, realmente, es muy amenazante para contar esta historia.
¿Alguna recomendación al Movimiento de Solidaridad?
El abrazo, muy caluroso. Creo que un reto es tener jóvenes. Poder intercambiar con poblaciones jóvenes. Lo he hecho en el recorrido. Lo he podido hacer y sentir que también hay una generación que forma parte de esta solidaridad. Es muy edificante, reconfortante para quien está aquí.
Ha habido incidentes desagradables y me he sentido protegida también, a pesar de que una está dispuesta a hacer lo que haga falta, sentirte protegida es un aliento enorme.
Yo creo que si me dejaran recomendarle algo a los movimientos de solidaridad sería: sigan yendo a Cuba. Vayan a ver nuestra realidad. Que la cuenten ustedes porque la ven y no porque se la contamos nosotros. O no sólo porque se la contamos nosotros, que eso también es importante, porque el testimonio de alguien que lo vive es mucho más poderoso que la visión que puede tener alguien que está allí defendiéndola porque nos toca.
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Dixie Edith Trinquete, periodista y feminista cubana
“Cuba vive un segundo momento de avances en igualdad de género, como al comienzo de la Revolución”
Entrevistamos en Valencia a la periodista y profesora cubana Dixie Edith Trinquete Díaz que, durante el mes de marzo de 2022, realizó una gira de más de 20 actos, bajo el título genérico "Bloqueo y Mujer en Cuba", de la mano de las 58 asociaciones solidarias que forman parte del MESC (Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba).
Entrevista: DavidRODRÍGUEZ / Transcripción: José Mª ALFAYA / Cubainformación
Dixie es asesora de la Federación de Mujeres Cubanas, colabora con el Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe (SEMlac), es profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y del Instituto Internacional de Periodismo José Martí y fue Oficial de Comunicaciones del Fondo de Población de las Naciones Unidas en la Isla.
- ¿Qué significa ser mujer en Cuba en tiempos de bloqueo y de guerra mediática?
- Siempre me gusta decir que Cuba no es un país en blanco y negro, sino un país que tiene muchos colores, muchos matices. Es muy difícil entender a Cuba desde el estereotipo que las redes pintan, redes que son cada vez más crudas, manipuladoras y amenazantes.
Alguien me decía que lo que ha pasado recientemente en Cuba es que apostaron a que la pandemia haría desaparecer a Cuba, a la Revolución, y cuando vieron que no ocurrió, el asedio se recrudeció, aprovechando el desarrollo vertiginoso de la información y de las comunicaciones.
Por otro lado, Cuba está viviendo un momento emocionante en relación a los avances legislativos vinculados a las reivindicaciones desde la igualdad de género. Cuba vivió, al inicio de la Revolución, leyes y medidas muy aceleradas, que consiguieron igualdad legislativa y en muchos aspectos de la vida. Pero, obviamente, vivimos en un país machista, con una herencia patriarcal muy fuerte, y ahora estamos en un “segundo momento”, diría. Para volver sobre esas leyes y acomodarlas al entorno que estamos viviendo y para hacerlas aún más horizontales. Además, estamos tratando de dar una mirada transversal de género a todas las leyes, y es algo que se está haciendo a conciencia.
Soy asesora de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), pero me gusta subrayar que soy parte de un equipo enorme de mujeres y hombres que son “especialistas multiperfil”, que vienen de diferentes zonas de la Academia y están asesorando a la FMC y a todo el país, porque ese es un principio del actual Gobierno en Cuba: el perfeccionamiento legislativo debe tener una sólida base científica. Es la carta de presentación de este Gobierno de Miguel Díaz-Canel, que está siendo continuidad y, a la vez, aporta este enfoque novedoso de aplicar la Ciencia y la innovación, también en el ámbito de la igualdad de género.
Es interesante, porque en Cuba hoy se está legislando contra la violencia de género, a favor de la diversidad familiar, se está reconociendo, como nunca antes, la diversidad de mujeres y de personas que viven en el país, y por tanto se están reconociendo más derechos para todas esas personas diversas y eso hace que el momento sea muy impactante.
- ¿Cómo ha sido el debate popular del Código de las Familias?
- El Código ha pasado por debate popular en más de 70 mil reuniones a nivel de comunidad, de barrio, donde las personas han dado propuestas para agregar, cambiar o eliminar puntos, o para preguntar sobre aspectos que no entienden. También se ha dado en los espacios digitales, mediante las aplicaciones de datos móviles de los teléfonos y la página web habilitada.
Al Código se le ha cuestionado por el tema del matrimonio igualitario, algo que lleva dando golpes en Cuba desde el debate para la aprobación de la Constitución de 2019. Esto tiene mucho que ver con el fortalecimiento de algunas posturas fundamentalistas, sobre todo del fundamentalismo religioso en Cuba, a nivel de algunas iglesias muy conservadoras.
Pero, por otro lado, se ha hecho una oposición al Código que es más bien política, partiendo de la manipulación total de sus propuestas. Se ha tratado de imponer una matriz de opinión contra la ley, a partir del tema de la sustitución de la patria potestad por responsabilidad parental, recuperando un falso debate que ya se superó en los años sesenta, y que nos ha llevado a recordar la famosa Operación Peter Pan (en 1960, 14 mil menores salieron de Cuba tras una campaña de la CIA y la Iglesia Católica que difundió el bulo de que el Estado se apropiaría de la patria potestad), algo absolutamente obsoleto y cruel.
Igual hay otros temas del Código que están siendo sujetos de manipulación, sobre todo desde las redes sociales, para que este código no se apruebe.
Creo que ha sido muy importante que las personas conozcan de qué va el Código, porque este está hoy pronunciándose sobre temas que son esenciales para la vida del país. Estoy hablando de las relaciones de las familias transnacionales, de las familias que tienen una parte de ellas en la emigración, estoy hablando de todo lo que tiene que ver con la corresponsabilidad de los cuidados para un país tan envejecido como es Cuba hoy. Estoy hablando de un articulado importantísimo que tiene que ver con la violencia de género y con las consecuencias, también, a nivel de la legislación familiar, sobre esta violencia de género.
Estoy pensando en lo que tiene que ver con el reconocimiento del Derecho Progresivo de niños, niñas y adolescentes, para ir asumiendo posiciones de responsabilidad con sus vidas, es decir, el reconocimiento de sus derechos. Cuba fue uno de los primero países en firmar y ratificar la Convención de los Derechos del Niño y la Niña, y este Código creo que viene a calzar esa adhesión a convenios internacionales.
Hay elementos muy novedosos en el Código de las Familias, que es mucho más que «matrimonio igualitario» y es mucho más que esa matriz que nos están tratando de imponer desde los medios que no nos quieren.
- ¿Qué se puede hacer desde la solidaridad frente a la ola de desinformación sobre Cuba?
- Multiplicar. La solidaridad es importante, porque nos ayuda a multiplicar la información que tiene que ver con nuestra verdadera realidad, que está siendo manipulada y silenciada de muchas maneras. Están tratando de imponer una visión sobre Cuba, y eso no es nuevo, lo que pasa es que hoy, con estas tecnologías a disposición, está ocurriendo a doble velocidad y con mucho mayor impacto.
O sea, no es un escenario nuevo. Es un escenario que se ha movido hacia canales y herramientas info-tecnológicas, que son muy poderosas y donde hay mucho dinero invertido. Por cada K de alcance que logra de manera orgánica en las redes sociales, en el caso de Cuba hay diez K pagados que se están imponiendo desde fuera.