En una entrevista que le fue hecha hace una treintena de años Lessing confesó que jamás se le concedería el Nobel por su militancia comunista y sus preocupaciones sociales. Esa integración duró de 1944 al 56 y terminó cuando la invasión Soviética a Hungría y salió del partido. Entonces comenzó la etapa psicológica de sus narraciones. A partir del 69 escribió ciencia ficción que ha sido la menos aceptada de sus fases. Hasta un crítico tan eminente como Harold Bloom afirmó que su futurismo era de tercera clase.
Su éxito inicial lo conquistó con “Canta la hierba”, publicado en 1950, que fue un triunfo literario considerable. Pero la obra estimada un clásico es “El Cuaderno Dorado”, de 1962, que es venerada como la Biblia de las feministas. También se ha destacado por su antirracismo y sus severos ataques al apartheid y específicamente contra el líder de Zimbawe, Robert Mugabe. Esa fue la antigua Rhodesia donde residió en su niñez. También atacó al nuevo Papa, Benedicto XVI, de quien dijo que era “algo estúpido” por haber declarado que Mahoma solo había traído el mal a la tierra por su doctrina de extender el credo islámico mediante la espada. Lessing nació en Persia (hoy Irán), donde su padre era gerente del Banco Imperial. Su verdadero nombre es Doris May Tayler.
En la medida en que las sociedades se han hecho más democráticas las mujeres han ganado capacidad de decisión y se han ubicado en un prominente espacio social. La emancipación de la mujer ha sido una de las grandes revoluciones silenciosas que han marcado el perfil del siglo XX. Doris Lessing ha sido uno de los baluartes intelectuales de esa emancipación.
Ese período vio dos cancilleres, Angela Merkel en Alemania y Margaret Thatcher en Gran Bretaña, y ya vimos la violencia con la cual Thatcher condujo la guerra por reapoderarse de las Malvinas. En Argentina tuvimos a Eva Perón y ahora la esposa de Kirchtner parece que será la próxima guía de esa nación. Michelle Bachelet es el gobernante de Chile en el instante de la recuperación democrática, después de la brutal satrapía del asesino y ladrón Pinochet.
Indira Gandhi y Golda Meir estuvieron al frente de dos de las naciones más poderosas del Oriente Medio y Asia. En Estados Unidos Jacqueline Kennedy marcó un período de elegancia y renovación estilística y ahora parece que Hillary pudiera ser presidenta. México fue gobernado con mano de acero por Marta Sahagún, en tiempos del débil, supuestamente corrupto y mandilón Vicente Fox. La mujer ha sido objeto de discriminación, esclavitud, servidumbre y complacencia. Junto a los negros, los homosexuales, los judíos y los cristianos, en otros tiempos, al lado de los ilotas y los parias, la mujer ha sido escarnecida mientras se la rebajaba al insignificante nivel de mercancía o de factor de disfrute. Ha sido poseída como materia inerte, reducida al papel de reproductora de la especie y limitada por absurdas formalidades de una supuesta moralidad.
Por ello este Premio Nobel a una defensora de los derechos femeninos ha sido tan bien acogido. Doris Lessing, medio marginada, sumida en el polvo de los años, ha visto al final de su vida el reconocimiento que merecía.
