El evento bianual incluyó en esta edición de 2009 un coloquio central sobre Feminismo y Socialismo -por iniciativa de la Federación de Mujeres Cubanas y del Grupo América Latina: Filosofía Social y Axiología (GALFISA)- justo porque el debate en torno a este tema es reconocido como una asignatura pendiente, todo un reto teórico, práctico, individual y colectivo.
Las representantes de las organizaciones que batallan contra la discriminación por razones de sexo y por la igualdad de derechos, posibilidades y oportunidades de mujeres y hombres, abogaron por la integralidad en el análisis de asuntos que involucran a todos, desde el accionar privado hasta las planificaciones estratégicas.
Puestos a pensar sobre los desafíos de la actualidad, las mujeres y hombres que asistieron a "Paradigmas Emancipatorios" trazaron un diagnóstico de la actual crisis mundial, la ofensiva ideológica imperialista, las alianzas entre el capital transnacional y las oligarquías nacionales, las guerras y la remilitarización, que coexisten con la emergencia de gobiernos progresistas en la región, los avances tangibles en el camino hacia la integración, el robustecimiento de las resistencias populares y el accionar creciente de los movimientos sociales.
Cuestionar la compleja realidad contemporánea llevó a las y los participantes a evadir las respuestas simples y acabadas. Campesinos, indígenas, intelectuales orgánicos, feministas, estudiantes, ecologistas... se mezclaron en mesas y talleres sobre cultura, comunicación y terrorismo mediático, soberanía alimentaria, diversidad sexual, juventudes y nuevas subjetividades, pensamiento social crítico, saberes solidarios y epistemologías... Todos y cada uno fueron parte específica y diversa de una construcción común en la que muchos dijeron sentirse reconocidos y reconocer a otros.
La necesidad de articular acciones fue una certeza que ganó terreno. Cierto que las formas de dominación son múltiples y cada una tiene sus aristas específicas, pero enfrentarlas de manera fragmentada y con esfuerzos dispersos no subvierte el orden existente. A todas luces, esa reflexión inquietante fue uno de los saldos principales del evento. Voces diversas confluyeron en un llamado a la unidad: articular las demandas particulares con los intereses comunes que emparentan a todos cuantos enfrentan al sistema de dominación.
Consecuencia lógica de las reflexiones anteriores, emergió el diálogo sobre alianzas posibles y prácticas que hayan apuntado a la quiebra de las estructuras de dominación. Preteridos en el juego político tradicional, los movimientos sociales se plantean hoy tácticas y estrategias para protagonizar los cambios, debaten sobre modelos y formas de organización de la sociedad y comparten sus experiencias antisistémicas.
En el coloquio sobre Feminismo y Socialismo se subrayó el peso específico que merece en las luchas de clases el enfrentamiento al patriarcado, no como un tema colateral que pueda ser postergado, sino justo como parte integrante de la lucha por una sociedad basada en los principos de justicia e igualdad de los seres humanos. Para alcanzarla, se necesita romper el entramado de relaciones sociales de explotación que impera en la actualidad. Ello explica que uno de los ejes de debate y reflexión de este coloquio sentenciara que "La crítica al patriarcado es una crítica contra el capitalismo y por el socialismo, por otro mundo mejor".
Puestos a pensar sobre los desafíos de la actualidad, las mujeres y hombres que asistieron a "Paradigmas Emancipatorios" trazaron un diagnóstico de la actual crisis mundial, la ofensiva ideológica imperialista, las alianzas entre el capital transnacional y las oligarquías nacionales, las guerras y la remilitarización, que coexisten con la emergencia de gobiernos progresistas en la región, los avances tangibles en el camino hacia la integración, el robustecimiento de las resistencias populares y el accionar creciente de los movimientos sociales.
Cuestionar la compleja realidad contemporánea llevó a las y los participantes a evadir las respuestas simples y acabadas. Campesinos, indígenas, intelectuales orgánicos, feministas, estudiantes, ecologistas... se mezclaron en mesas y talleres sobre cultura, comunicación y terrorismo mediático, soberanía alimentaria, diversidad sexual, juventudes y nuevas subjetividades, pensamiento social crítico, saberes solidarios y epistemologías... Todos y cada uno fueron parte específica y diversa de una construcción común en la que muchos dijeron sentirse reconocidos y reconocer a otros.
La necesidad de articular acciones fue una certeza que ganó terreno. Cierto que las formas de dominación son múltiples y cada una tiene sus aristas específicas, pero enfrentarlas de manera fragmentada y con esfuerzos dispersos no subvierte el orden existente. A todas luces, esa reflexión inquietante fue uno de los saldos principales del evento. Voces diversas confluyeron en un llamado a la unidad: articular las demandas particulares con los intereses comunes que emparentan a todos cuantos enfrentan al sistema de dominación.
Consecuencia lógica de las reflexiones anteriores, emergió el diálogo sobre alianzas posibles y prácticas que hayan apuntado a la quiebra de las estructuras de dominación. Preteridos en el juego político tradicional, los movimientos sociales se plantean hoy tácticas y estrategias para protagonizar los cambios, debaten sobre modelos y formas de organización de la sociedad y comparten sus experiencias antisistémicas.
En el coloquio sobre Feminismo y Socialismo se subrayó el peso específico que merece en las luchas de clases el enfrentamiento al patriarcado, no como un tema colateral que pueda ser postergado, sino justo como parte integrante de la lucha por una sociedad basada en los principos de justicia e igualdad de los seres humanos. Para alcanzarla, se necesita romper el entramado de relaciones sociales de explotación que impera en la actualidad. Ello explica que uno de los ejes de debate y reflexión de este coloquio sentenciara que "La crítica al patriarcado es una crítica contra el capitalismo y por el socialismo, por otro mundo mejor".