Ocho mujeres que despiertan admiración por su entrega a una tarea donde la fuerza está integrada mayoritariamente por hombres

Maribel Flamand - Revista Mujeres.- Vinieron de andar y desandar bosques y parajes intrincados y hoy ocupan cargos de dirección en la Empresa Forestal Holguín. Son ocho mujeres que despiertan admiración por su entrega a una tarea donde la fuerza está integrada mayoritariamente por hombres. Las largas jornadas al sol o el arriesgarse para sofocar incendios, no han marchitado su delicadeza, sino que han reafirmado la belleza de estas féminas que tienen el privilegio de vivir y realizarse en esta Isla, donde las legislaciones relativas a la igualdad de oportunidades y la protección de la mujer en el trabajo no son letra muerta.

Soy feliz

Sara Garayalde Aguilera, directora técnica de desarrollo desde 2001, dice ser una mujer feliz: “Tengo a cargo toda la parte productiva de la empresa, la asesoría técnica, protección al medio ambiente, producción de madera acerrada, toda la actividad productiva fundamental. Actualmente también atiendo la producción de alimentos para el autoconsumo.”

Su entidad abarca nueve municipios: Antilla, Banes, Báguano, Gibara, Rafael Freyre, Calixto García, Cacocum, Urbano Noris y Holguín. “La actividad forestal es en el monte, subir montañas –afirma-, y sólo contamos con 242 mujeres de mil 660 trabajadores en total. La labor no nos resulta difícil porque ellos nos aceptan como dirigentes, como cuadros y no tenemos dificultad.

“Entre las miembros del Consejo de Dirección cuatro somos ingenieras forestales. Siempre me he sentido apoyada, rodeada de respeto. Somos tan capaces como los hombres, por nuestras características solemos ser más persistentes que ellos, a veces nos dicen que somos quisquillosas, porque tratamos de que todo nos quede más que bien.

“En estos momentos también soy la sustituta del director, por eso en ocasiones me dan las 8 ó 9 de la noche en el trabajo, pero la familia asume porque comprenden”.

Sí podemos

María Montanel Barea, es la directora adjunta, atiende todo el funcionamiento y control de la empresa. Lleva la implementación del perfeccionamiento empresarial, los controles integrales, el desempeño de los 18 cuadros, los funcionamientos de los consejos de dirección y de las comisiones de asesoría.

“En nuestro Consejo de Dirección hay 18 cuadros, de ellos 6 mujeres. También hay dos especialistas y una dirigente no cuadro. Hemos sabido compenetrar con el colectivo. El apoyo de la familia es vital para nuestro desempeño. Particularmente cada tres meses tengo que ir a La Habana y cuando eso ocurre mi esposo tiene que asumir la atención de los niños.

“Los compañeros son muy receptivos cuando les hacemos algún señalamiento. El trabajo de la agricultura es duro pero lo hemos asumido, fíjese si me va bien que llevo más de 20 años en el sector.

“El objeto social de la empresa es amplio pero lo fundamental es la actividad silvícola, la atención al bosque, su aprovechamiento, la producción de alimentos, construcción de obras rústicas y jardinería, la venta de todos los productos derivados del bosque: guano, madera rolliza, leña, carbón vegetal, henequén y madera aserrada, estos últimos rublos exportables.”

¿La mala?

Sonia Pou Figueredo es la directora de recursos humanos, a la que le toca descontar por ausencias, llamar la atención por llegadas tardes… sin embargo explica que “Me va bien, es un trabajo difícil porque cuesta señalar a los compañeros y la gente te ve como la mala, pero no es un problema que nos afecte mucho, porque no hay costumbre de faltar ni llegar tarde entre nosotros.

“Tenemos compañeras que trabajan directamente en el campo, en viveros, en el autoconsumo, jefas de colectivos que se desempeñan muy bien y dominan sus funciones. Recuerdo que cuando comencé a trabajar, en Banes en 1989, estaba en la etapa de adiestramiento y había un jefe de brigada que tenía problemas con los pagos de los trabajadores, cuando le llamé la atención se me alteró, pasé un sofocón, pero luego me pidió disculpas y desde entonces fue el mejor trabajador que tuve.

“Llevo 21 años en la empresa, primero como jefe de producción en la unidad silvícola de Holguín, luego como especialista principal de cultivos y semillas y desde octubre pasado como directora de recursos humanos. “Todas hemos enfrentado incendios, en una ocasión nos pasamos como 11 días en Santa Cruz. Fueron momentos de desesperación con los que luego uno hasta jaranea, sin embargo a mí tendrán que botarme de aquí.”

Difícil, jamás imposible

Elena Viamonte Mendoza es directora contable financiera y tiene 23 años de trabajo, de ellos seis en esta entidad. “Es una función difícil porque me toca controlar los recursos, las estrategias contables financieras, asesorar al director para lograr mejor gestión en el cumplimiento de los indicadores físicos. Siempre he tenido miedo escénico y me cuesta trabajo conversar, pero realizo mi trabajo con eficiencia y siempre he tenido el apoyo de mis compañeros. Los días de cierre son los complicados porque la jornada se extiende imprevisiblemente.

“Tampoco dudo cuando tengo que decir no a algún acto fuera de lo establecido, a veces el director no me entiende, pero lo analizamos y al final nos ponemos de acuerdo siempre sobre la base del respeto a mi persona y al trabajo. Hay un reconocimiento a lo que hacemos, aquí el día de la mujer jamás pasa por alto, como tampoco el día de las madres ni nuestros cumpleaños.”

Mi fórmula es la comunicación

Milay Torrente Roche es directora de la Unidad Empresarial de Base, Silvícola Holguín, cuyo destino es la producción de carbón, extracción de leña y guano, pero con un plato fuerte que es la silvícola: recolección de semillas, creación de viveros y las atenciones a los bosques para su protección y conservación.

“Cuando llegué a esta empresa me desempeñé primero como jefa de área de manejo y fui ascendiendo. En este momento tengo 310 trabajadores bajo mi dirección con los que no tengo ningún problema y sí muy buena comunicación, no hay tarea que no se cumpla. La fórmula para esa adecuada correspondencia son precisamente el diálogo y la cercanía, llegar al trabajador. Tal vez nuestra condición de mujer nos facilite esa actitud importante.

“He tenido momentos difíciles, este municipio es bastante complejo, no tengo horario de trabajo, por lo que necesito mucha ayuda y comprensión en la casa y la tengo sobre todo de mi esposo que me apoya en todo, pero me gusta lo que hago y aquí estaré por mucho tiempo”.

Estoy aquí porque me gusta

Dailín Molina Aguilera, tiene 25 años, aunque aparenta muchos menos, sin embargo ya enfrenta una labor poco atractiva para las muchachas y de mucha responsabilidad. Es la Jefa de Seguridad y Protección Física. “Cuando comencé los propios compañeros me preguntaban por qué no hacía otra cosa, como continuar el técnico medio en economía que era lo que estudiaba, pero me gustó esto y aquí estoy.

“Es un alto compromiso y de mucho estudio. Entre los nueve municipios, la dirección de la empresa y la estación de San Rafael dirijo a 182 agentes y 63 serenos que juntos enfrentamos delitos como el hurto, entre los más comunes. Recientemente operamos un caso de droga, se detectaron posturas de marihuana sembradas. Como vez es un trabajo interesante y muy útil”, asegura.

Mayor presencia femenina

Inés Prieto Rodríguez, con cinco años en la empresa, es jefa de Cuadro hace alrededor de tres años y medio. “No sólo nos hacemos notar entre los cuadros, dice, también entre la reserva 25 son mujeres, el 51 por ciento. El trabajo de la mujer en nuestra empresa es reconocido, y podemos incrementar nuestra presencia en los diferentes cargos de dirección. Se trabaja con ese objetivo pero no como una cuestión de cumplir parámetros, sino a partir de las condiciones de cada compañera.”

Onelis Tamayo, directora de la Unidad Empresarial de Base, Silvícola Urbano Noris, estuvo ausente de este diálogo despojado de feminismo a ultranza y sí plagado de reconocimientos a mujeres que, como ella, son legatarias de una estirpe de cubanas bien plantadas. Así lo reconoció el director, Arcel González, cuando afirmó: “Están porque se lo han ganado. La actividad forestal es difícil, no tenemos preferencias en cuanto a la exigencia, y ellas responden con tanta o mayor responsabilidad que los hombres.”