Sin embargo, hoy Elaine Figueras Bravo, siente una extraordinaria satisfacción al dirigir a un colectivo de trabajadores y trabajadoras pertenecientes a la Unidad de autobuses del Cotorro, en la provincia de La Habana, perteneciente al Ministerio del Transporte.
Entre sus funciones velar por el cumplimiento del plan de recaudación, de los horarios de entrada y salida de los equipos de acuerdo con los recorridos establecidos, la asistencia y puntualidad al centro y el uso correcto de los uniformes. También recorre una y otra vez las distintas áreas a fin de garantizar que cada quien cumpla con sus deberes funcionales. Está consciente que la irresponsabilidad de cualquier trabajador es juzgada por la población que cada día debe abordar el transporte de pasajero, ya sea para trasladarse hacia el centro laboral, de estudio u otro lugar.
Una prueba de capacidad
Elaine se inició en la Terminal de ómnibus del Cotorro en el año 1999 como agente de protección, luego de pasar un curso como técnica en seguridad y salud del trabajoen la Escuela Técnica Julián Grimau.. Más tarde la promovieron como jefa de servicio, para atender al personal que se desempeña en el área de fregado, de producción, de limpi8eza y chapea, en las áreas exteriores de la unidad.
Como siempre sintió la necesidad de superarse, se presentaba a los distintos cursos de recalificación convocados en el colectivo laboral. Y a partir de enero del 2011 la propusieron para que fuera jefa de Terminal que implica una alta responsabilidad.
Afirma que le gusta este trabajo porque la obliga a superarse diariamente, además porque siente el respeto tanto de los conductores de los ómnibus como de los mecánicos y otros trabajadores de los talleres.
¿Cuáles han sido los momentos más difíciles en tu quehacer como jefa?
“Exijo que cumplan con sus obligaciones, a veces se molestan cuando les doy alguna orientación, aunque siempre utilizo las buenas formas porque aunque soy la jefa ellos son mis compañeros y todos trabajamos en función del buen servicio.
“Fui por mucho tiempo dirigente sindical de la Terminal y considero que en cierta medida eso ha contribuido a que me gane la confianza del colectivo y sobre todo, estoy pendiente de los problemas laborales, personales y familiares de todo el personal.
“Llevo 12 años en el centro y aunque el flujo del personal varía hay una tendencia al respeto. Pienso que es esencial el reconocimiento que se haga al colectivo cuando trabaja bien y le doy la "regañadita" al que incumple. “Sobre todo, trato de apoyarme en los trabajadores que llevan mas tiempo en el centro, porque ellos no me engañan, me orientan sobre la disponibilidad técnica y la vida útil de los equipos.
“Al propio tiempo oriento a los más jóvenes para que marchen por el camino correcto a fin de mejorar la calidad del servicio.
“La Terminal de ómnibus ha mejorado bastante y para mí representa algo muy alentador comprobar como las quejas por el trato, la higiene y limpieza de los equipos ha descendido”.
Por eso ella no deja de ser exigente ni de estar alerta desde su puesto de trabajo.
