Compañeras y compañeros:
Al saludarlos y darles la bienvenida, queremos expresarles nuestro reconocimiento por lo que representa la dedicación de cada uno de ustedes a un asunto vital, estratégico para todo proceso social y político que se proponga construir un mundo mejor: la educación sexual, que aun requiere ser desarrollada , difundida y atemperada al mundo de hoy, complejo y convulso, en el que coinciden los más impensados avances tecnológicos con la sobrevivencia de ideas arcaicas, de criterios obsoletos sobre este aspecto de la vida, el de la sexualidad, persistiendo todavía con fuerza inusitada los prejuicios, el esclavizante cepo de la costumbre, los conceptos y mitos más anticientíficos que constituyen verdaderos lastres, difíciles de borrar.
En la experiencia cubana se valida esta necesidad imperiosa. En nuestro país el año 2012 marca el medio siglo del trabajo de educación sexual, pues fue en 1962 cuando nuestra querida Vilma Espín Guillois, heroína de las luchas de liberación, y Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, inició esta labor a través de la elaboración de materiales y la promoción de espacios de reflexión y debate entre las mujeres, a través de nuestras estructuras de base, constituidas en todo el territorio nacional. La Revista Mujeres, desde entonces desarrolla esta línea editorial.
En 1974 el II Congreso de de nuestra Organización trató con profundidad todo lo relativo a la educación de la familia, a la educación sexual y recomendó ampliar y continuar con profundidad este trabajo, lo cual fue evaluado en el I Congreso de nuestro Partido en 1975, indicándose como parte de su Resolución sobre el Ejercicio Pleno de la Igualdad de la Mujer, la elaboración de planes de educación sexual adecuados a cada etapa de la vida.
Vilma, con sus avanzadas concepciones, desde 1976, asistida por un valioso grupo de profesionales cubanos y con la colaboración de algunos expertos de otros países en esta materia, con el apoyo de nuestro Partido y Gobierno, encaró decididamente el diseño, desarrollo y aplicación de un programa de educación sexual multidisciplinario, capaz de articular las acciones institucionales y propiciar la participación de las organizaciones políticas sociales y de masas; dirigió siempre esta labor que constituye una de sus obras más relevantes, a la que hoy da continuidad el Centro Nacional de Educación Sexual que ella creó, encabezado por nuestra compañera Mariela Castro Espín.
Permítanme recordar un concepto fundamental expresado por Vilma en mayo de 1978 en el Tercer Seminario de Educación Sexual de la Unión de Jóvenes Comunistas, y cito:
“De todos nosotros es conocido que no hay esfera donde las costumbres y actitudes anacrónicas, donde los rezagos de doble moral, de discriminación y de prejuicios, hayan echado raíces tan profundas como en la intimidad de la sexualidad, y que es la esfera de la vida humana donde resulta más difícil erradicar estos factores subjetivos… El impulso sexual es algo inherente a todo ser humano. Pero nosotros, los humanos, somos, no solo seres biológicos, sino también y –sobre todo- seres sociales. En los seres humanos se manifiesta constantemente lo que nos aportó la educación, la cultura, no somos, como los animales, vasallos del instinto… Debemos considerar el trabajo de educación sexual como una labor eminentemente política-ideológica, darle la importancia que tiene en el marco de la problemática general de nuestra sociedad.
Efectivamente, se trata de una importante contribución a uno de los objetivos fundamentales de la Revolución: lograr el respeto a todas las personas, la formación de seres humanos nuevos, más cultos y más libres, más plenos y más “humanos”. La formación de las nuevas generaciones en las ideas de igualdad, justicia, respeto a todas las personas, sin distinción alguna por el color o el sexo, el origen social o la edad, las creencias religiosas o la orientación sexual y la identidad de género.
Este Congreso, que hoy abre sus debates, resulta al mismo tiempo testimonio valioso del cumplimiento de ese propósito y de la voluntad y el compromiso de seguir el legado de Vilma. Recordemos otro concepto revelador de sus ideas, expresado en el año 2000 y cito:
“La batalla por la igualdad social de mujeres y hombres trasciende los límites de las luchas por las justas e históricas reivindicaciones de las mujeres, porque alcanza a los hombres, a la sociedad y a la familia; se trata de una verdadera revolución consustancial a la revolución socialista: transformar el pensamiento y las conductas, las pautas éticas y morales, la práctica social; transformar los esquemas mentales, echar por tierra los estereotipos sexuales en cada una de las costumbres tradicionales que rigen desde hace milenios en las sociedades clasistas, y los remanentes que aún perviven en muchas personas, para formar los seres humanos del Socialismo y seguir avanzando unidos, las mujeres y los hombres, con cultura, plenitud, con toda la eficiencia para volcarla ahora y en el futuro, en cada uno de los objetivos de la gran batalla de la Revolución.” Fin de la cita.
También el Che en su ensayo sobre “El Hombre y el Socialismo en Cuba”, al referirse al fuerte choque que se produce al enfrentarse dos culturas: la retrógrada y la revolucionaria, afirmaba: “Las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas… La nueva sociedad en formación, tiene que competir duramente con el pasado”. Fin de la cita.
De eso se trata. Razones más que valederas para calificar como un empeño esencial los objetivos de este Congreso y felicitar a sus organizadores, pues seguramente constituirá importante aporte para seguir impulsando, cada vez con mayor experiencia y conocimiento, con más argumentos y motivaciones, la difícil y necesaria tarea de incorporar la educación sexual, vista como factor fundamental de la educación integral en todo proceso de transformación que aspire a revolucionar el pensamiento, la acción de todas y todos para los justos fines que perseguimos.
En nuestro país, ni en las más complejas circunstancias atravesadas durante más de medio siglo de bloqueo, de los embates de la guerra económica, mediática, biológica, cultural, sicológica, terrorista, pública y subterránea, mantenida por las sucesivas administraciones del gobierno estadounidense contra nuestro pueblo, se desvió el curso de los planes educacionales del gobierno revolucionario, entre ellos el desarrollo consecuente del programa de Educación Sexual, tal es el lugar y la prioridad que se le concede. Hemos avanzado y estamos conscientes de que nos falta mucho camino por andar.
Este Congreso se desarrolla también en un enero de trascendentales acontecimientos, pues en los próximos días se realizará la Conferencia de nuestro Partido Comunista de Cuba, culminación de un profundo proceso de consulta y reflexión que ha dado inicio a una nueva etapa de nuestro socialismo; se celebrará justamente en el aniversario del natalicio de nuestro Héroe Nacional José Martí, como un nuevo homenaje para hacer realidad su elevado propósito del mejoramiento humano, divisa martiana que orienta el derrotero y las metas de nuestra Revolución, que tan magistralmente definiera Fidel: “…es sentido del momento histórico, es cambiar todo lo que debe ser cambiado, es igualdad y libertad plenas, es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos.”
Muchas Gracias.
Por una educación sexual no discriminatoria
