Sara Más - Revista Mujeres.- Al proteger a la población sometida a desastres y mitigar sus efectos en las personas más vulnerables, deben atenderse los impactos diferenciados que un mismo fenómeno tiene sobre mujeres, hombres, población anciana e infantil y personas con alguna discapacidad.

Esa es una de las enseñanzas transmitidas durante el primer día de trabajo del taller “Liderazgo de género en la acción humanitaria”, realizado en La Habana los días 30 y 31 de julio, como parte del proyecto binacional entre Cuba y República Dominicana, “Aprendiendo de las experiencias del huracán Irma y María: integración de la protección y la inclusión en la Reducción del Riesgo de Desastre (RRD) en el Caribe”.

Liderado en Cuba por la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), el taller facilitó la apropiación de herramientas conceptuales y prácticas para introducir el análisis de género en una evaluación de emergencia, incluyendo las necesidades e intereses de hombres y mujeres.

Mediante el intercambio de experiencia entre ambos países, el espacio abundó también en el liderazgo de género en la acción comunitaria y en buenas prácticas sobre la integración del enfoque de género en la reducción de riesgo de desastre.

“El enfoque de género indaga en cómo afectan los desastres a hombres y a mujeres para luego poder dar una respuesta a la situación de unos y otras”, explicó Jahnna Jiménez, coordinadora binacional del proyecto.

Tanto hombres como mujeres sufren durante las emergencias, pero lo hacen de forma distinta y bajo diferentes riesgos. Mientras ellas son las víctimas primarias de los desastres, los hombres jóvenes lo son más frecuentemente de los conflictos armados, señaló.

Detrás de los impactos diferenciados hay desventajas económicas, demandas y necesidades particulares, estereotipos de género y brechas de desigualdad, entre otros factores que condicionan el impacto inmediato y en el tiempo de estos eventos, reconocieron especialistas y líderes comunitarias participantes en el taller.

Datos de Naciones Unidas citados por Jiménez dan cuenta de que los hombres son dueños del 99 por ciento de la propiedad del mundo y las mujeres ganan 21 por ciento menos que ellos por realizar el mismo trabajo.

Una de cada tres mujeres es violada, golpeada, forzada a tener relaciones sexuales o abusada al menos una vez en la vida, según ONU Mujeres; en tanto la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial reportan que la violencia doméstica es la principal causa de muerte entre los 16 y 44 años de edad.

“Cualquier situación que se da en el entorno ordinario tiene grandes probabilidades de incrementarse en situación de emergencia o desastre”, apuntó Jiménez.

Un estudio de 141 países referido por la experta da cuenta de que mueren más mujeres que hombres en los desastres y lo hacen a una edad más temprana, sobre todo en comunidades pobres.

“En el camino por alcanzar la igualdad es importante tener en cuenta que hombres y mujeres tenemos similitudes y diferencias”, recalcó Herminia Rodríguez, especialista de Relaciones Internacionales de la FMC.

En esa misma reflexión, llamó a considerar igualmente los roles comunes y distintos que desempeñan, sus experiencias, habilidades y necesidades específicas.

Entre las mujeres se necesita priorizar a las embarazadas, las madres solas y las que cuidan a otras personas, expuso como ejemplos; además de que en circunstancias extremas se pueden exacerbar las manifestaciones de violencia, apuntó.

El proyecto “Aprendiendo de Irma y María” está liderado en Cuba por el Centro de Servicios Ambientales de Matanzas (CSAM), del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), con el apoyo del consorcio OXFAM y Humanity&Inclusion y el financiamiento de la Dirección general de protección civil y operaciones de ayuda humanitaria de la Unión (ECHO).

Para Dunia López Reyes, secretaria de la FMC en el municipio Diez de Octubre, en La Habana, el taller ha sido una excelente posibilidad para ampliar conocimientos en el trabajo que hacen desde la organización en la comunidad, con las familias dañadas por el tornado que cruzó hace ocho meses por la capital.

“Nos afectó mucho a todos, porque el tornado le pasó a toda la familia y dejó todo de tipo de afectaciones, desde materiales hasta psicológicas y emocionales”, comentó.

López Reyes integra la Brigada de monitoreo y aprendizaje comunitario "Habana resiliente. Por una ciudad segura e inclusiva", vinculada directamente con unas dos mil familias beneficiadas por la entrega de kits familiares que contienen productos de aseo, cocina y habitabilidad.

“El enfoque de género es muy importante en todas las fases de la vida y en situaciones de desastres aún más”, sostuvo Goergea Alena Pérez Falcón, especialista del CSAM.

Entre otras ventajas, esa metodología “ayuda a identificar las vulnerabilidades de mujeres, población infantil, personas ancianas y con alguna discapacidad; permite hacer una evaluación de su situación y un plan de acción para reducir posibles daños en zonas de desastres”, resumió.

En el taller participaron dirigentes de diferentes instancias de la FMC en La Habana y Matanzas y las integrantes de su Secretariado Nacional Yanira Cooper, responsable de Relaciones Internacionales, y Anierka Fernández del Monte, Anierka Fernández del Monte, al frente de la esfera de Promoción de la Mujer y Atención a la Familia.