Rosmery Santiesteban Lago, segunda secretaria de la FMC, subrayó durante su intervención la brillante trayectoria política, laboral y social de este grupo de mujeres, a las que calificó como dignas defensoras de la obra revolucionaria. La directiva resaltó, además, que las condecoraciones constituyeron una propuesta por parte del secretariado nacional de la organización al Consejo de Estado, según los acuerdos 5885 y 5886, los cuales establecían reconocer el encomiable trabajo de estas federadas, cinco de ellas con la orden Mariana Grajales y 20, con la orden Ana Betancourt.
«Existen mujeres extraordinarias que llevan en su sangre la rebeldía de Casiguaya, el ansia libertaria de Carlota, el patriotismo de las mambisas y la desafiante voluntad de las combatientes de la Sierra y el llano. Un grupo de ellas nos acompañan hoy. Con la dignidad a la altura de las palmas y el corazón en cada batalla, su entrega ha hecho invencible nuestra obra», concluyó.
Margiola Sánchez del Campo Guilarte, presidenta del Memorial Vilma Espín, y una de las cinco agasajadas con la orden Mariana Grajales, expresó, entre lágrimas, que este reconocimiento simboliza para ella el compromiso de seguir siendo útil a la Revolución y a la fmc, y señaló que, aunque el galardón premia a un grupo selecto de federadas, se extiende al esfuerzo colectivo de toda la organización durante tantos años de trabajo.
El acto contó también con la presencia de los miembros del Buró Político del Partido Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la FMC, y Ulises Guilarte de Nacimiento, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba; así como con Inés María Chapman Waugh, vicepresidenta de los Consejos de Estado y de Ministros, y Gladys Bejerano Portela, contralora general de la República y vicepresidenta del Consejo de Estado, entre otros dirigentes del Partido, del Gobierno y de las organizaciones de masas.
