Sara Más - Revista Mujeres.- Las iniciativas que les han permitido dar apoyo a personas necesitadas durante los días de pandemia fue el motivo que reunió en encuentro virtual a varios activistas LGBTI, el pasado 21 de mayo, en transmisión de la XIII Jornada cubana contra la homofobia y la transfobia, organizada por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).
Para Elaine Saralegui, pastora de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana (ICM) en Cuba, la prioridad fue poder impactar al menos en el barrio y llegar con alguna ayuda material y apoyo psicológico a seres vulnerables y en situación de desventaja social, como personas ancianas que viven solas y otras con algún tipo de discapacidad física y motora.
Desde alcanzarles víveres y otras compras para que no tuvieran que salir de casa, hasta entrega de mascarillas y productos de primera necesidad, los esfuerzos de ICM alcanzaron a varios hogares cubanos e involucraron a varios actores comunitarios.
“Nos dimos cuenta de que las personas necesitaban atención, no precisamente que leyéramos el evangelio, sino ayuda de otro tipo, a veces solo escucharles o llevarles noticias de actualización”, comentó Saralegui durante el panel.
Se trata de una práctica que no se limita solo a la comunidad LGBTI y “que pensamos continuar incluso cuando termina la crisis de la pandemia”, asegura la pastora de la ICM.
Esta no es, sin embargo, la única variante de apoyo que se ha puesto en práctica por estos días de pandemia desde la comunidad LGBTI cubana, solidaridad por medio.
Durante 31 días, integrantes de la red TransCuba de personas trans y familias elaboraron alimentos que hicieron llegar a unas 80 personas.
“Para las personas trans, quedarse en casa es mucho más difícil que para otras poblaciones, porque el sustento económico de muchas de ellas está en la calles”, explicó Malú Cano, coordinadora de TransCuba.
Cano explicó que, desde el equipo técnico nacional de esa red, junto a otras personas que aportaron insumos, se emprendió la idea de elaborar y alcanzar alimentos a las personas más necesitadas.
Al mismo tiempo, desde proyecto AfroAtenas, de Matanzas, a poco más de 100 kilómetros de la capital cubana, se extendían otras acciones solidarias.
“Quedarse en casa es lo que más se debe hacer, pero realmente es un problema para todas aquellas personas que quedan sin trabajo y sin protección, cuyo sustento depende del día a día”, comentó Yoelkis Torres, coordinador de ese proyecto comunitario.
Hacia esos grupos humanos dedicaron entonces su atención. Entre otros menciona a niños y niñas con discapacidad intelectual, además de población adulta vulnerable en barriadas donde es alto el porcentaje mayor a los 60 años de edad.
A la entrega de mascarillas, alimentos para elaborar e insumos de aseo, recién agregaron el día de la trasmisión virtual la entrega de agua filtrada en la comunidad de Pueblo Nuevo, también en Matanzas.
“Lo que hemos hecho es actuar en función de la crisis, a partir también de un diagnóstico que actualizamos sistemáticamente de la comunidad y sus necesidades”, precisó Torres, quien agradeció además la ventaja de que AfroAtenas integre la plataforma Equidad Cuba, que apoya la Agencia de Desarrollo y la Cooperación de Suiza (Cosude).
Entre las mayores dificultades, Torres reconoció la de acceder a los recursos; como enseñanza, destacó el aprendizaje de los diferentes tipos de articulaciones que hace establecer en tiempo de crisis como estas, para poder salvar o aliviar diversas situaciones.
