Lirians Gordillo Piña - Revista Mujeres.- No hay forma sencilla para hablar de un problema tan doloroso. El estómago, el alma, las piernas, el fuego en la frente, todo se agolpa y se tensa. Pero el desconocimiento, el silencio, los prejuicios y mitos son abono para las violencias y en particular la violencia sexual y el abuso sexual infantil.


Por eso Mujeres quiere ser útil y reunió conceptos, reflexiones de especialistas y recursos para identificar signos del abuso sexual infantil.

Más allá de las estadísticas, cada caso nos importa y compromete

“No tuve niñez, ni adolescencia. Nosotros vivíamos en Guanabo y, cuando tuve 12 años, mi padrastro nos trajo a La Habana para separarnos de toda mi familia, que es de allá. Las cosas empeoraron cuando tomé conciencia de lo que él me hacía. Yo era muy apegada a mi mamá, pero ella no me creyó, quizá porque estaba enamorada y no quería ver. Él, con su cara muy dura, me decía que no gastara mi tiempo en hablar con mi mamá porque ella no me iba a creer.”[i]

La adolescencia de esta habanera de 33 años muestra que la realidad suele ocultar historias dolorosas. La violencia sexual contra menores existe y muchas veces queda en silencio durante años.

Las cifras internacionales y nacionales refieren la presencia de este flagelo que afecta principalmente a las niñas y las adolescentes. Según un informe de la Unicef[ii], alrededor de 120 millones de niñas menores de 20 años en todo el mundo han sufrido algún tipo de violencia sexual. En nuestro país, reportes oficiales informan que de 2018 a 2019 se atendieron en instituciones especializadas a 2350 niñas y niños, víctimas de presuntos hechos de abuso sexual, esta cifra representan el 0.1% anual de una población infanto-juvenil de 2 260 751[iii].

Un estudio presentado en 2019[iv] analizó 938 sentencias publicadas por el Tribunal Supremo entre 1974 y 2016 y confirmó que en nuestro país las niñas son las más afectadas por  la violencia sexual a manos de victimarios hombres conocidos.

A esa conclusión también arribó un estudio en la provincia Granma realizado en 2014, el cual identificó que en ese territorio el grupo más victimizado fueron las menores de entre 10 y 14 años.

Abuso sexual infantil: una forma de maltrato infantil

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el maltrato infantil como “los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil”.

El abuso sexual infantil implica asimetría de edad y coerción. La asimetría de edad (entre 5 años o más) impide la libertad de decidir y el consentimiento ante una relación sexual. La coerción se expresa en uso de la física, la presión, el engaño, el chantaje y la manipulación para someter a la víctima.

“El abuso sexual puede ir desde la violación, la penetración digital, la exposición de los genitales del adulto al menor, caricias, incluyendo obligar al menor a masturbar, obligar a que tenga conductas sexuales con animales, entre otros y llegar hasta la explotación sexual. Es una forma de maltrato infantil” explicó la doctora Beatriz Torres durante un debate promovido por la revista Alma Mater en su página de Facebook.

¿Qué señales nos indican que algo va mal?

Existen señales que indican que algo no está bien, aunque constituyen pruebas de un abuso sexual o algún tipo de violencia sexual, son indicativo de que la persona necesita ayuda y no se encuentra bien.

  • Tristeza, depresión, llanto, temores.
  • Dificultades para dormir
  • Rechazar a personas y espacios cercanos
  • Dolor al orinar o infecciones urinarias y vaginales a repetición.
  • Aislamiento social
  • Fugas de la escuela y de la casa
  • Cambios bruscos en el rendimiento escolar

Consecuencias del abuso sexual

Baja autoestima, miedos, sentimiento de suciedad, vergüenza, culpabilidad, hipersexualización o temor al sexo, anorexia, depresión, psicosis, dificultades para relacionarse, dependencia, drogadicción, autolesiones, o tentativa de suicidio.

Hablemos de las causas y de lo que podemos hacer para erradicarlas

Las violencias machistas contras las niñas, las adolescentes y las mujeres tienen su base en la sociedad patriarcal: estructuras, relaciones, roles, imaginarios y espacios establecen la subordinación de las mujeres y todo lo considerado femenino.

Estas formas de estar en el mundo y organizar la sociedad son resultado de la división sexual desigual y se sostienen en imaginarios que relegan a las niñas, adolescentes y mujeres como ciudadanas de segunda, cuerpos y vidas de los cuales se puede disponer y por tanto acceder, moldear, dominar y violentar.

En el estudio de la provincia Granma que comentábamos más arriba se corrobora ese machismo cultural que pervive en nuestra sociedad. Los autores Liubal Noa Salvazán y Felipe Enio Robas Díaz afirman que la tendencia a victimizar a las mujeres no es debido a “factores biológicos o innatos, sino a aprendizajes sociales que se construyen desde la ideología patriarcal”,

“…Es frecuente escuchar en hombres de cualquier ocupación, edad, posibilidad económica, nivel cultural, comentarios con fuerte contenido sexual, cuando presencian las transformaciones anatomofisiológicas(corporales) que se originan en estas edades de la adolescencia, sin advertir, en ocasiones, que es un acto de transgresión de derechos humanos básicos a través del ejercicio del poder masculino, donde la víctima se encuentra indefensa ante la superioridad del agresor en todos los sentidos, fundamentalmente desde el punto de vista físico y psicológico”, reconocen los investigadores en su estudio[v].

Prevenir entonces las violencias machistas y la violencia sexual contra infantes y adolescentes necesita de transformaciones sociales, de acciones concretas y sobre todo de nuestro compromiso personal.

Superar el orden patriarcal y los imaginarios machistas que aún justifican el control sobre los cuerpos de las mujeres y las culpabilizan por la violencia que sufren, es uno de los pasos imprescindibles.

Otras apuestas hablan de fortalecer la autonomía de niñas, niños y adolescentes sobre sus cuerpos; educarlos en el conocimiento de sus derechos y en la construcción de relaciones en igualdad entre los géneros; hacer cotidiana la educación sexual a partir de información científica actualizada y desprejuiciada; establecer límites en las relaciones interpersonales; apostar por la comunicación franca y abierta en la familia y con las amistades; hacer frente a cualquier tipo de discriminación homofóbica, racista y machista.

Lo que expertas recomienda hacer…

“Hallé el apoyo en una persona que no es mi mamá… A ella le había sucedido algo similar; por eso fue que pudo entenderme, pues estaba viendo señales… Ella me ayudó mucho a aceptar lo que había sucedido, a poner las cosas en su lugar, a saber que yo no tuve la culpa de nada… Ese mismo día por la tarde hablé con mi mamá, se lo dije y empezó el proceso…”[vi]

Escuchar y apoyar a la víctima es lo primero que debemos hacer ante un caso de abuso sexual. Acompañar, buscar ayuda para comenzar el proceso de reparación, denunciar para evitar la impunidad son otros pasos esenciales.

“Resulta clave la comunicación con la familia y la convocatoria a profesionales de distintas disciplinas para su atención, a fin de iniciar una ruta de reparación con ella: apoyo psicológico, legal (con su familia), médico, pedagógico y sobre todo seguimiento según su situación y capacidad para recuperarse. En primer lugar, se debe diagnosticar su situación emocional, su valoración de lo ocurrido y en general cómo está viviendo el momento”, recomendó la psicóloga y especialista Yohana Valdés durante el foro online promovido por la revista Alma Mater[vii].

En ese intercambio la especialista Beatriz Torres Rodríguez también advirtió que es muy importante la reacción de la familia, personas cercanas y profesionales para manejar las secuelas a corto y mediano plazo de este tipo de violencia.

Beatriz Torres Rodríguez propuso:

  • Recibir de manera inmediata la información que el niño o niña nos brinde, dar confianza, brindar ayuda y seguridad.
  • Creer al niño(a)
  • Decirle que no es culpable
  • Asegurarle que no le ocurrirá nada
  • Poner el acento en que saldrá adelante
  • Expresarle afecto y estimular la denuncia.
  • Despojarlos de cualquier sentimiento de culpa
  • Hablar de lo ocurrido y del agresor
  • Hablar con la familia en el caso que lo descubran educadores u otros profesionales

El abuso sexual es un delito. ¡Denunciémoslo!

La Ley No. 62 del Código Penal sanciona y tipifica distintos delitos relacionados con la violencia sexual. Entre ellos, el delito proxenetismo y trata de personas (artículos 302.1-5), corrupción de menores (artículos 310.1-5, 311, 312.1 y 2, 313.1 y 314); venta y tráfico de menores (artículos 316.1-4), la violación (artículo 298.1-4), la pederastia con violencia (artículos 299.1 y 2), abusos lascivos (artículo 300.1, 300.1-4 y 301.1 y 2), el ultraje sexual (artículo 303), el estupro (artículo 305) y otros actos contrarios al normal desarrollo del menor de edad (artículo 315).

 


[i] Fragmento de la entrevista Otra vida después de la tormenta, publicada en el libro de testimonios Sobrevivientes (SEMlac Cuba y Editorial Cenesex, 2017). Puedes descargar el volumen en esta dirección https://bit.ly/2DJIAFV

[ii] Ocultos a plena luz (Unicef, 2014) Informe sobre violencia contra niñas y niños en 190 países.

[iii] Informe de Cuba sobre la prevención y enfrentamiento a la trata de personas y la protección a las víctimas (2019). Disponible en https://www.cubahora.cu/uploads/documento/2020/02/05/informe-trata-personas.pdf

[iv]“Retos socio-jurídicos para afrontar la violencia sexual en Cuba”, del jurista Lázaro Ramos Portal investigación presentada en el III Simposio de violencia de género, prostitución, turismo sexual y trata de personas (2 al 4 de noviembre DE 2019) organizado por el Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex). Fuente: http://www.redsemlac-cuba.net/violencia/estudio-visibiliza-la-violencia-sexual.html

[v] El artículo Diagnóstico del abuso sexual infanto-juvenil como punto de partida para su tratamiento en la disciplina Psicología Médica(2014) se encuentra disponible

[vi] Fragmento de la entrevista Infancia rota publicada en Sobrevivientes (SEMlac Cuba y Editorial Cenesex, 2017).

[vii] A propósito de incluirse el abuso sexual infantil en la telenovela El rostro de los días, la revista Alma Mater coordinó un debate en su perfil de Facebook con la participación de especialistas y público. Puede accederse al intercambio completo, editado en un material muy útil, en este link (https://medium.com/revista-alma-mater/el-rostro-de-los-d%C3%ADas-y-la-violencia-sexual-en-cuba-8ef8e35943fc o https://bit.ly/2F1cGp5  )

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