Lirians Gordillo Piña - Asamblea Feminista.- El pasado 22 de septiembre tuve el placer de participar en el encuentro Derecho al aborto en el Caribe: cuatro realidades, presentado por el periódico feminista de Puerto Rico Todas y Taller Salud.

Compartir con Elizabeth Vélez Vargas (República Dominicana), Jésula Blanc (Haití) y Alexandra Figueroa (Puerto Rico) fue una oportunidad para mirar desde una perspectiva regional lo que hemos alcanzado en el país y ver todos los retos comunes que enfrentamos en el patriarcado.


Quiero compartir las notas que leí en ese encuentro, moderado por la periodista Alejandra Rosa y estructurado como respuestas a preguntas específicas. El próximo 28 de septiembre será el Día de Acción Global por el Aborto Legal, Seguro y Accesible y creo que para las cubanas sumarnos a esta lucha regional y global, además de expresar sororidad y coherencia feminista, es una forma de proteger un derecho conquistado.

¡Qué el derecho al aborto sea ley, accesible y seguro para todas las mujeres y cuerpos gestantes!

¿Cuál es la situación actual en sus países con respecto al derecho y el acceso al aborto?

A principios de los 60 el gobierno revolucionario, con la participación de la Federación de Mujeres Cubanas, emprendió importantes políticas sociales que cambiaron la vida de las cubanas en muchos órdenes, y entre ellas estuvieron las relacionadas con la salud sexual y reproductiva, incluyendo el tratamiento del aborto como un tema de salud.

Desde 1965 en Cuba el aborto está institucionalizado: es universal, gratuito y se realiza en instituciones de salud a cargo de personal especializado[1].

Pero desde mucho antes, desde 1936el aborto estuvo despenalizado en 3 causales[2]. Ese tratamiento legal perduró hasta 1979 cuando el Código Penal (Artículo 267.1) tipificó en su lugar el aborto ilícito como aquel que:

a. se comete por lucro;

b. se realiza fuera de las instituciones oficiales;

c. se realiza por persona que no es médico o sin el consentimiento de la grávida.

Este tratamiento se mantuvo en el Código penal de 1987, aún vigente.

En 2019 con la aprobación de la actual Constitución se dio un paso fundamental para la protección del aborto como derecho.

Entre otros aspectos el artículo 43 de la Carta Magna establece que:

… “El Estado propicia el desarrollo integral de las mujeres y su plena participación social. Asegura el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, las protege de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones y espacios, y crea los mecanismos institucionales y legales para ello”.

Fue fundamental el rol de académicas, juristas, parlamentarias, activistas y comunicadoras feministas cubanas, quienes insistieron que se incluyera el reconocimiento y protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en la constitución.

Sus sugerencias tuvieron efecto, pues en la versión original del documento no aparecían, sin embargo, sí fueron incluidos en la versión definitiva llevada a referéndum junto a otras propuestas, como especificar la violencia de género dentro del texto constitucional.

Actualmente, el tránsito por las instituciones de salud incluye desde la atención primaria hasta la atención secundaria. El primer paso establecido es acudir al consultorio del médico de la familia o la consulta de planificación familiar en el policlínico que corresponde por el área de salud. En estos servicios se confirma el embarazo y si la mujer decide interrumpirlo se orientan un grupo de análisis complementarios[3]: Con los resultados se remite al hospital correspondiente donde se decide qué tipo de procedimiento realizar de acuerdo al tiempo de gestación. Aunque, algunas mujeres asisten directamente a las consultas de aborto en los hospitales gineco-obstétricos.

¿Cuáles son sus reclamos actuales?

En Cuba de manera general no se siente presión social, rechazo o estigmatización del aborto.

Según las estadísticas más recientes en 2019 se practicaron 73 661 abortos inducidos (lo que representa una tasa de 27.0 por cada mil mujeres), ese año se reportaron 2 muertes maternas por este procedimiento (una tasa de 1. 8 por cada 100 mil mujeres). Estos datos nos hablan de como el aborto es un procedimiento accesible y altamente seguro para las cubanas.

Podríamos pensar entonces que no tenemos reclamos o desafíos al respecto. Sin embargo, el contexto regional y la historia nos demuestra una y otra vez que en un mundo patriarcal y heteronormativo toda acción política, legal, social, cultural y económica nunca estará de más para proteger los derechos de las mujeres.

 

Quisiera ubicar entonces dos alertas a partir del contexto social, económico y político del país, y también de la región.

  • El aborto es, primero que todo, un derecho:

A la pregunta ¿qué es el aborto?:

Un procedimiento, práctica, un método para regular la fecundidad. Responde la academia:

Se ha convertido en un método anticonceptivo o de planificación familiar. Alertan medios de comunicación, incluso la población, y especialistas que llaman a reflexionar sobre su abuso principalmente en adolescentes.

Es un derecho, te responden conciencias y posturas feministas.

Conversando con una amiga sobre este encuentro, me decía que en nuestro país somos varias las generaciones que nacimos con acceso a este derecho y se puede haber naturalizado a tal punto que algunas mujeres no sientan que pueda estar en riesgo o que pueda perderse, y que las luchas de otras mujeres en el continente no nos son cercanas.

Por eso creo importante incentivar en Cuba el debate sobre los derecho sexuales y reproductivos, promover su conocimiento para un ejercicio pleno y responsable. Y conectarlo con otros derechos y cuestiones importantísimas como la educación sexual de adolescentes y jóvenes, el acceso a métodos y servicios de anticoncepción.

Deberíamos preguntarnos también. ¿Accedemos todas por igual a este derecho? Qué pasa con las adolescentes, jóvenes y mujeres fuera de los centros urbanos, alejadas de los servicios médicos, ¿qué pasa con quienes tienen menos recursos y redes de apoyo? ¿cómo lo perciben personas trans, intersex y queer? ¿qué pasa en momentos de crisis y emergencia sanitaria?

El aborto en Cuba es un derecho que ha tenido un tratamiento loable y exitoso dentro del sistema de salud pública cubano, y en la actualidad estamos en condiciones de protegerlo mucho más desde lo legal.

¿Por qué? Y voy a la segunda alerta

  • Porque el aborto es un derecho en disputa, también en Cuba.

A pesar de todos los avances vivimos en una cultura y un país patriarcal y heteronormativo.

¿Cómo queda el aborto, el derecho libre a decidir sobre nuestros cuerpos o la elección de no ser madres en un contexto social dónde?:

  1. Se reproducen, actualizan, mutan y reemergen de acuerdo con las circunstancias sociales creencias y prejuicios machistas y heteropatriarcales que no solo tienen impacto en el ámbito simbólico, sino también en la vida práctica y en los derechos.
  2. Persiste una matriz cultural muy fuerte que continúa relacionando a las cubanas con la maternidad. La maternidad como destino principal, vuelve una y otra vez.
  3. El envejecimiento poblacional pone en tensión la renovación de las fuerzas productivas y no faltan los criterios que responsabilizan a las mujeres por no querer parir.
  4. Existe, desde hace varios años, una reemergencia de posturas conservadoras y antiderechos.

Por ser un reto que nos une, quiero referirme rápidamente al discurso antiderechos.

Activistas y especialistas en Cuba identifican que la agenda conservadora y antiderechos incluye no solo la negación de los derechos de la población LGBTIQ sino también la estigmatización de los feminismos a partir de la llamada ideología de género y la oposición a la educación sexual. Llegar a una postura más activa contra el aborto es solo cuestión de tiempo y oportunidad.

Y ahora mismo han confluido la oportunidad, el contexto y el medio para que aparezcan en las redes sociales expresiones contrarias al aborto.

Se trata del debate generado por una telenovela nacional, titulada El rostro de los días. La trama tuvo como centro la familia, la maternidad y la paternidad, pero también se incluyeron conflictos sobre violencia de género y abuso sexual infantil.

Comentarios de activistas, mujeres diversas, periodistas e investigadoras llaman la atención sobre la importancia de poner en pantalla estas temáticas, pero desde el conocimiento y una mirada que interpele las normas machistas y heteronormativas. Una perspectiva que no mostró el argumento ni la puesta en pantalla.

La maternidad se representó como el ideal de felicidad de los personajes femeninos.  Lia, una adolescente violada por su padrastro, es la única mujer que aborta.

Al relacionarlo con el abuso sexual infantil, las posturas mayoritarias en las redes fueron a favor de la interrupción del embarazo. Pero,  si no se hubiera presentado el embarazo de la adolescente como consecuencia de una violación, ¿cuál hubiera sido el balance en las redes sociales?

Para muchas personas en Cuba, pueden parecernos ajenas estas afirmaciones expuestas en comentarios en Facebook:

… “Abro el debate!!! ¿Ustedes creen que Lia deba tener el bebe?? Y si le realizaran una interrupción sería una asesina”.

… “Tampoco está obligada a matar a su hijo en su vientre”.

… “Lamento informar que mi opinión es que el aborto asesinato es, con todas sus letras. No hay causa que lo justifique”

Estas opiniones y creencias sobre el aborto no fueron mayoritarias. Pero existen. Y creo que debemos estar conscientes de ellas, porque pueden expresarse no solo en comentarios en Facebook sino también en escenarios sociales, profesionales, mediáticos, educativos y de decisión.

¿Cuáles son las estrategias de lucha que están implementando? ¿Cómo han tenido que modificarse en contexto de la pandemia por COVID-19? ¿Cuáles son las expectativas?

Como comentaba, para muchas cubanas el derecho al aborto se ha naturalizado y nos parece algo dado, que no enfrenta ningún peligro, pero lo que hemos comentado en este encuentro nos muestra lo contrario.

Por eso creo que debemos estar más alertas sobre este tema, celebrar, sí, hablar, debatir y proteger mucho más desde lo legal este derecho para todas las cubanas que lo necesiten y decidan acceder a él, en el presente y en el futuro.

Otra de las estrategias puede ser fomentar en las mujeres cubanas un conocimiento más profundo y crítico de sus derechos, y también la historia que los ha hecho realidad. Principalmente en adolescentes y jóvenes.

Aprender y encontrarnos con los movimientos y colectivos feministas de la región es fundamental. Porque sabemos que hay una articulación internacional e intereses conservadores conectados.

Existe mucha investigación sobre salud y derechos sexuales y reproductivos en Cuba, eso es algo que tenemos a nuestro favor. Pero debemos profundizar más e incluir en la academia cubana el estudio de agendas conservadoras y antiderechos en el país.

 

Creo necesario convocar a los medios de comunicación masiva, involucrarnos y apoyar mucho más el Programa Nacional de Educación Sexual. Promover y demandar políticas que busquen superar el patriarcado en la vida práctica y en los imaginarios.

El escenario virtual ahora mismo es un espacio de encuentro donde convergen muchas personas, discursos y posturas. Las redes sociales son un espacio de creación y encuentro, pero también de disputa. Llevar allí estos análisis, dialogar y ganar en argumentos frente a los conservadurismos y fundamentalismos, son estrategias urgentes y también desafíos para las cubanas.

Por último, pero no menos importante. Necesitamos dar seguimiento a la situación de las mujeres, a los derechos sexuales y reproductivos durante la pandemia. Porque sabemos que, en situaciones de crisis, son las mujeres, sus vidas y derechos los que primero viven retrocesos.

MAS INFORMACIÓN SOBRE EL ENCUENTRO EN:

Hacia la despenalización, el acceso y la libre decisión: la discusión sobre el derecho al aborto en el Caribe

Hacia la despenalización, el acceso y la libre decisión: la discusión sobre el derecho al aborto en el Caribe

Aborto, un derecho en disputa

http://www.mujeres.co.cu/art.php?MTQ2NjU=

Feministas del Caribe debaten sobre el derecho al aborto

https://www.ipscuba.net/genero/feministas-del-caribe-debaten-sobre-el-derecho-al-aborto/


[1] La interrupción voluntaria del embarazo por libre decisión de la mujer se realiza hasta las ocho semanas de gestación (diez semanas de falta de menstruación contada a partir del primer día de la última regla) y para el caso de la regulación menstrual es hasta 45 días de falta de menstruación (amenorrea).

[2] A. El aborto necesario para salvar la vida de la madre o para evitar un grave daño a su salud.

B. El que se provocare o llevare a cabo con su anuencia cuando la gestación hubiera sido ocasionada por haberse cometido sobre la grávida el delito de violación, rapto no seguido de matrimonio, o estupro.

C. El que se provocare o llevare a cabo, con la anuencia de los padres, cuando el propósito sea evitar la transmisión al feto de una enfermedad.

[3] – hemograma con diferencial (análisis de sangre)

– grupo y factor Rh (llamado grupo sanguíneo)

– dos exudados (vaginal simple y endocervical)

– Serología

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