Panelistas: La deportista Dalia Henry, comisionada nacional de Baloncesto; Marta Ayala Ávila, directora general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y la actriz Corina Mestre Vilaboy, vicepresidenta de la UNEAC.

Lirians Gordillo Piña - Revista Mujeres.- Liderar con el ejemplo, desde el trabajo colectivo; liderar como un compromiso de vida, siempre cercanas a la gente; liderar desde el humanismo y como continuidad de la historia, son algunas de las maneras en las que directivas y liderezas en la ciencia, la cultura y el deporte han asumido responsabilidades.

Para Marta Ayala Ávila, directora general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el trabajo en equipo ha sido la clave para enfrentar los desafíos de la pandemia y obtener resultados: dos candidatos vacunales, uno de ellos, Abdala, es la primera vacuna autorizada para su uso de emergencia en el país y la primera de su tipo desarrollada en América Latina y el Caribe.

Cuándo se le pregunta cuál ha sido la clave del éxito, responde sin dudar “confiar en mi colectivo, un colectivo formado en una base de patriotismo y unidad”, afirma la también integrante del Consejo de Estado y del Buró Político del Partido Comunista de Cuba.

“En el centro nuestro se sienten las botas de Fidel recorriendo los pasillos. Un centro donde la mayoría somos mujeres con altas calificaciones; son doctoras en ciencias, investigadoras aspirantes, agregados y titulares. Mujeres que también han logrado compartir las tareas del hogar con sus familiares, esposos, madres, abuelas, porque sus familiares sienten mucho orgullo de que estén aportando en la batalla contra la covid-19. Con un colectivo así, con un país que nos acompaña, que nos da cariño por cada una de las cosas que logramos, las fuerzas sobran”, dijo la científica a Mujeres.

Ayala fue una de las panelistas que rememoró experiencias y aprendizajes legados por el comandante en jefe Fidel Castro Ruz en tres esferas: la ciencia, el arte y el deporte. El encuentro se celebró el 23 de agosto en la Casa de la Amistad con motivo del 61 Aniversario de la FMC y reunió a diputadas, ministras, viceministras, fiscales, dirigentes de organizaciones sociales y de masas cubanas.

Desde su experiencia como deportista Dalia Henry recordó la humanidad y atención directa de Fidel a las y los deportistas en los momentos buenos y malos.

“Él fundó el movimiento deportivo con una concepción piramidal que partiera de la base, de las escuelas y clases de educación física hasta llegar al deporte de alto rendimiento y la preselección nacional. Yo soy fruto de ese movimiento”, reconoció Henry, quien actualmente es la comisionada nacional de Baloncesto.

Por su parte, la actriz Corina Mestre Vilaboy, vicepresidenta de la UNEAC, recordó las largas conversaciones, el intercambio de criterios y sobre todo su lucidez, humanidad y capacidad de “ir al futuro y regresar”.

“Fidel nos puso en el mapa y no es chovinismo ni culto a la personalidad. Nosotros somos, porque Fidel es”, afirmó la reconocida actriz y pedagoga.

Gladys María Bejerano Portela, Contralora General de la República, confiesa ser alumna de ese ejemplo y afirma que son muchos los aprendizajes que Fidel legó.

“El primero es estar muy cerca del pueblo, tratar de escuchar, captar las preocupaciones y los problemas, y en función de eso dedicar la vida de una. Ese es para mí la presencia de Fidel, el gran maestro de todas las generaciones de cuadros. No siempre lo hacemos bien y no siempre cumplimos con él; pero el ejemplo vivo que nos legó es estar donde estén los problemas”, dijo a Mujeres la también integrante del Comité Central del Partido.

“Como mujer creo que le ponemos al liderazgo el gran compromiso que tenemos las cubanas, pues le debemos mucho a la Revolución por nosotras mismas y por nuestras familias. La Revolución nos dio alas para volar, para aprender y para aportar, pero también les ha dado a nuestras familias seguridad y capacidad de desarrollarse, por tanto, yo creo que las mujeres debemos ser las personas más comprometidas”, agrega.

En el encuentro se recordó el rol decisivo del líder cubano en la creación de la FMC en 1960 y la obra de vida asumida por Vilma Espín para el desarrollo de la Federación y su misión.

“Fidel siempre encabezó y acompañó en todas las reuniones con las mujeres de avanzada, desde las guerrilleras, las feministas, las del Partido ortodoxo, el movimiento 26 de julio. Las compañeras cuentan cómo fueron aquellos encuentros de fundación y siempre estuvo en la concepción y en la estrategia para conquistar los derechos plenos de la mujer; en una primera etapa de participación y luego en la lucha por sus derechos plenos”, recordó Yolanda Ferrer, presidenta de la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular de la República de Cuba (ANPP), sobre el proceso constitutivo de la organización.

La secretaria general de la FMC Teresa Amarelle Boué dijo en el encuentro que, al legado de Vilma, su pensamiento y enseñanzas vuelven cotidianamente quienes continúan el trabajo de la organización.

“Siempre pensamos qué diría ella ante una situación, qué hubiera hecho”, integrante del Consejo de Estado y del Buró Político del PCC.

Amarelle Boué recordó que antes del triunfo de la Revolución las cubanas representaban el 12% de la fuerza laboral y hoy son más del 80% de las Fiscales, más del 51% de quienes dirigen en los organismos del estado y el gobierno y representan el 53,22 % de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

“Si queremos hablar de la Federación miremos nuestras historias de vida, cualquiera de nosotras es un ejemplo de lo que ha representado la Federación. Aquí tenemos una viceministra de Granma, otra de Santiago de Cuba, presidentas de comisiones nativas del municipio Camajuaní; yo soy del municipio Amancio y soy una orgullosa hija de campesinos humildes. Esa es la obra de la revolución y la tenemos que defender”, agregó.

“Con la Revolución hemos llegado hasta aquí y no hemos terminado, nos quedan desafíos por delante para poder alcanzar esa igualdad”, afirmó Boué quien convocó a las asistentes a impulsar políticas públicas y sobre todo apoyar el trabajo en las comunidades, donde sigue siendo un reto la organización de los cuidados en los hogares y el respeto a los criterios de las mujeres.