Ania Terrero, Ariel González Calzado - Cubadebate.- Esta semana el proceso de elaboración y aprobación del nuevo Código de las Familias volvió a ser noticia. Desde que en septiembre de 2015 se publicara la versión 22 del anteproyecto, los desafíos de cara a una legislación que defina, regule y proteja a todas las familias, más allá de sus diferencias, han sido puntos destacados en las agendas mediáticas, políticas y por supuesto, públicas.
Ahora, el proyecto del nuevo Código cuenta con una versión 23, mucho más rica y profunda. Es resultado del procesamiento y análisis de las más de 500 opiniones recogidas durante las consultas especializadas, que tuvieron lugar entre septiembre y octubre en 47 instituciones y organizaciones de todo el país.
Esta propuesta fue aprobada por la comisión encargada de la elaboración de este proyecto, así como por el Consejo de Ministros. Además, se presentó a la Asamblea Nacional el 15 de noviembre, momento a partir del cual adquirió la condición de proyecto de ley.
Pero, ¿cuáles son las principales diferencias y puntos de avance con respecto al Código vigente? ¿Para qué sirvieron las consultas especializadas? ¿Cuáles fueron los principales aportes y sugerencias? ¿Qué viene ahora? ¿Qué desafíos supone llegar al referendo popular?